Peatonalización de la Gran Via madrileña
El ayuntamiento madrileño, durante estas Navidades, cerró al tráfico privado la Gran Vía de Madrid. Además, de ampliar la acera, utilizando parte de la carretera, para el uso de peatones. No obstante, esta situación se mantendrá de forma definitiva, por el momento.
Así lo expresó el 5 de Octubre de 2017 el concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo. Esta medida, se engloba en el plan de gobierno de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quien pretende disminuir de aquí a 2020 la polución en la capital hasta un 25%. La Junta de Gobierno, aprobó sacar a licitación por 9 millones de euros las obras de peatonalización de la Gran Vía, cuyo plazo de duración será de trece meses, de modo que podrían estar listas en la primavera de 2019. Justo en la antesala de las próximas elecciones municipales.
La portavoz del Gobierno, Rita Maestre, destacó en rueda de prensa que esa cifra de 9 millones podría ser inferior una vez que pase por este proceso de adjudicación, cuyo plazo medio de desarrollo es de entre dos y tres meses.
El plan de esta medida, consiste en reducir los carriles y poder ampliar así las aceras, para dar más espacio a los peatones. Desde la Plaza de España hasta su confluencia con la calle Alcalá, se prevé dos carriles en cada sentido, uno para el tráfico de vehículos autorizados (residentes y de reparto) y otro para el transporte público y las bicicletas. Dicha obra, modificará el rostro de la vía más emblemática del centro de la capital, convirtiéndola en un espacio más verde y con menos contaminación.
El cierre al tráfico de no residentes en Gran Vía se producirá en junio, cuando entre en vigor el Área Central Cero Emisiones, y ha ido precedido por el dispositivo de circulación que se puso en marcha en Navidad, similar al del año pasado e, inmediatamente después de éste, las actuaciones para ampliar las aceras, con los necesarios cortes que se anunciarán en su momento.
Con este cierre, el tráfico se reducirá en un 80%, de 50.000 vehículos actuales diarios a 10.000. Y en cuanto a los conductores, el concejal afirmó que “tendrán que buscar alternativas“, puesto que “en ninguna ciudad del mundo desarrollado los coches cruzan por el centro de la ciudad”.
Desde Ahora Madrid, confían en que sea tiempo suficiente para que los madrileños afectados con las obras se adapten a los cambios mejorando así la percepción del proyecto. Pero la reforma de la Gran Vía no será la única pata del ambicioso proyecto de medioambiente que marcará los comicios ya que meses después, a principios de 2020, entrará en vigor del nuevo Plan de Calidad del Aire.
El equipo de Manuela Carmena, ha esbozado el futuro de Madrid con menos coches y más bicicletas y zonas peatonales. Tan es así su apuesta que, entre otros, aboga para 2020 por la prohibición del aparcamiento en el interior de la M-30 a vehículos sin distintivo ambiental, por restringir su circulación en todo el término municipal para 2025.
Obviamente, estas medidas no son más que un bosquejo sujeto a cambios durante el preceptivo periodo de alegaciones. Pero lo más importante de su desarrollo, radica en que la implantación del Plan de Calidad del Aire resultante dependerá en exclusiva del próximo gobierno municipal y no del actual. Por eso nadie se atreve aún a realizar una enmienda a la totalidad dado que la percepción de la necesidad de Madrid de mejorar su aire va ganando enteros en los últimos tiempos. De hecho, este otoño la ausencia de lluvias ha adelantado las primeras medidas restrictivas al tráfico tanto en la M-30 como en la almendra central.
El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible explicó en una entrevista a Onda Madrid que las obras comenzarían justo después de Navidades; por ello nosotros nos hemos lanzado a la calle y hemos preguntado a los ciudadanos de a pie qué opinan sobre este cambio que afectará de una u otra forma a todos los viandantes, repartidores, comercios y coches privados… entre otros.
“España no ha resuelto el problema de incumplimiento constante de los límites de contaminación atmosférica correspondientes al dióxido de nitrógeno”, advirtió hace unos meses la Comisión Europea. Bruselas —que también incluyó en su advertencia a Alemania, Francia, Italia y Reino Unido— tiene abiertos dos expedientes contra España por la contaminación urbana.” Manuel Planelles
Los ciudadanos madrileños, tienen visiones muy distintas sobre dicha medida. Como cualquier medida de gobierno, siempre hay gente detractora y personas a favor, dependiendo de los gustos y necesidades de cada uno. Tras salir a preguntar, un par de días después de la finalización de las navidades, a los transeúntes de la Gran Vía, hemos encontrado distintas opiniones. En su mayoría, están de acuerdo con dicha medida, puesto que estas navidades, ha ayudado a que dicha avenida no este parada por el tráfico de personas, y se produjesen menos aglomeraciones de gente, “se podía andar mejor que otros años, y no tienes que pararte tanto para poder seguir”. Pero, también los hay a los que esta medida les parece una tontería, y no ven ninguna mejoría para la ciudad, sino una forma de impedir que los coches circulen por el centro de la ciudad, “es una medida para sacar dinero, y que dejemos el coche en los parking”.
Los comercios de la zona son los más beneficiados con dicha medida, preguntamos a varios dependientes de tiendas como Ulanka o BodyBell, los cuales añadían que esta medida les viene bien porque la gente se para, y al haber menos gente aglomerada “les da menos pereza ir a las tiendas y detenerse en entrar”. Ambos dependientes, se ponen de acuerdo en añadir que lo único malo es la gran cantidad de gente que viene de más, y el estrés que esto produce. “Aunque Madrid en Navidad nunca estará vacío”, añade uno de ellos.
Las obras empezarán por Alcalá
Los trabajos comenzarán en el tramo comprendido entre la calle Alcalá y la Red de San Luis, según el cronograma de la obra. El Ayuntamiento ha dividido la intervención en Gran Vía en tres tramos de la calle, con unos cuatro meses de obras para cada uno. El segundo tramo es el de Red de San Luis hasta Callao, y la piqueta entraría cinco meses después de haberse iniciado los trabajos. La última zona que sería arreglada es la que corresponde al tramo que va de Callao hasta Plaza de España.
Me parece correcto
Me parece una buena medida
Como medida es controvertida, pero bajo mi opinión, útil, muy buen reportaje