Tránsito a la vida
A lo largo de la historia la sociedad ha ido creando prejuicios o estereotipos hacia aquello que se aleja de la «normalidad» definiéndolo como raro o poco común. Existen multitud de variables que los seres humanos no aceptamos o discriminamos por el simple hecho de no estar acorde a nuestra forma de pensar o la manera de razonar que ha impuesto la sociedad, ignorando el daño psicológico que puede ocasionar en un individuo. En este caso, estudiaremos y analizaremos las identidades transgénero desde un punto de vista psicológico.
La información es escasa
Ingrid, una chica transexual de 17 años procedente de Barcelona, se ha dispuesto a contestarnos a algunas preguntas que tanto nos hacemos por la falta de información sobre este tema.
Esta adolescente asegura que la carencia de asimilación sobre la transexualidad en España es debido a la falta de información. La gente no entiende la diferencia entre género biológico y género social. En la sociedad está generalizado el pensamiento de que las hormonas que han de tomar las personas transexuales son nocivas para la salud, y en efecto lo son, pero no más que el tabaco o las dietas inadecuadas. Ingrid recalca que no todas las personas transexuales deciden tomar dichos fármacos, sino que optan por mantener su cuerpo natural y solo realizan el cambio a nivel legal. Las hormonas administradas, denominadas estrógenos y antiandrógenos, se pueden tomar con total libertad, pero la cantidad depende de los fines de cada persona: si se quiere operar deberá tomar una cantidad mayor de antiandrógenos que una persona que no lo desee.
Los problemas más frecuentes que llegan a sufrir las personas transexuales son a nivel psicológico, desde ataques de ansiedad o crisis de identidad a la falta de comprensión por parte de la sociedad. Las trabas legales son también un impedimento para ellos, ya que suelen encontrar obstáculos a la hora de cambiar el nombre y el género en el Documento Nacional de Identidad.
«Que no te lean como mujer duele mucho», afirma Ingrid. A nivel social es difícil encontrar la manera de tratar este tema debido a la gran falta de sensibilidad y la poca información, es por eso que el simple hecho de acudir a un restaurante para personas como Ingrid resulte algo doloroso, ya que generalmente se dirigen a ella como un hombre. El terreno laboral es otro gran obstáculo para las personas transexuales y algo por lo que luchan día a día por superar, debido a que no se sienten bienvenidos en todos los sitios y lo único que buscan es sentirse igual al resto. Ir al psicólogo no es algo obligatorio pero sí recomendable, y aunque no todos lo necesitan, ya que depende de la fuerza mental que tiene cada persona, un seguimiento médico es necesario para comprobar que el cuerpo no está más afectado de lo habitual.
Todo cambia, incluso el carácter
Daniel tiene 46 años, es educador infantil retirado y una persona transgénero desde hace tres años, aunque todavía se encuentra en proceso. Según la Real Academia Española, la transexualidad es la adquisición por parte de una persona de las características físicas de las personas del sexo contrario, mediante tratamiento hormonal o quirúrgico, mientras que la palabra transgénero es el término genérico que se emplea para describir a personas que en diferentes formas se identifica con el género opuesto al de sus características fisiológicas de nacimiento. Es decir, es una diferencia entre cómo se siente la persona como el sexo opuesto a qué sexo le gusta.
«Realmente lo que haces es un cambio físico, pero es cierto que tiene efectos secundarios», confiesa Daniel. Toda persona que se encuentre en el proceso de cambio de género se expone a su vez a un continuo tratamiento hormonal hasta el final de sus vidas. Muchas personas lo hacen por su cuenta, lo que es un grave error, ya que al fin y al cabo se trata de un producto químico que debe someterse a un control médico. Daniel admite que lo más destacado del cambio hormonal es su carácter debido al cambio físico, está pasando de ser una persona introvertida a un individuo con seguridad en sí mismo. «Es cierto que la sociedad te hace cambiar o reaccionar de varias maneras incluso estando con la seguridad que tienes», comenta, y añade que no ha dejado de decirle a su hija que le llame «mamá», aunque le moleste si hay más gente alrededor.
En Estados Unidos se han realizado varios estudios acerca de la calidad de vida de las personas transgénero, la cual es dos o tres años menos que la de una persona que no lo es, ya que el proceso es complicado y las inyecciones que han de ponerse a lo largo de su vida atacan a zonas vitales, como las articulaciones.
Daniel supo que era un niño a la edad de diez años. «Yo siempre jugaba a la pelota, al fútbol, en un colegio de monjas al que solo asistían chicas», expresa. Aunque llegó a casarse con un hombre por los ideales impuestos por la sociedad, afirma que siempre tuvo un problema con los hombres. «Mi propia psicóloga me dijo que tenía una transfobia, me llamaba ambiguo». En este sentido, el entrevistado sintió que su vida había sido «una ficción».
Dentro del ámbito educativo, hay estudios que aseguran que la edad idónea para educar a los niños dentro de una diversidad es a partir de los cuatro años. Sin embargo, hay personas que continúan tratando el tema como un trastorno. «Es igual que lo de la religión, no nos dejan meter ciertos temas o los hacen salir de las aulas para no recibir ese tipo de educación», comenta Daniel. Visto así, se debería entender que la educación no solo se imparte en los colegios, también se educa en casa.
«España lidera entre los países que se convierten en un favor del colectivo LGTBI»
Manuel Ródenas es abogado y activista LGTBI. El letrado es presidente de la Asociación de Abogados contra los delitos de odio hacia este colectivo, director de la Fundación Eddy, primer hogar de acogida en España para las víctimas de la violencia lgtbfóbica, y coordinador del programa LGTB de la Comunidad de Madrid. En 2012 fue elegido Mejor Abogado LGTBIQ en Washington (EEUU), además de ser autor de varios estudios socio-jurídicos sobre la comunidad transexual.
En nuestro país una persona transexual que no tenga adecuada su identidad real a su identidad jurídica aún está expuesta a sufrir situaciones de discriminación, rechazo y odio. «Es muy importante que las personas transexuales tengan un sistema fácil para poder adecuar su identidad a su documentación legal», explica Ródenas.
En España, la transexualidad aún se considera una enfermedad en términos legales. La ley 3/2007 de identidad de género permite la modificación registral de las personas transexuales, pero para ello es necesario que dicha persona cumpla una serie de requisitos: tener un certificado psicológico que acredite que la persona vive una disforia de género o transexualidad y de un certificado médico que acredite que lleva como mínimo dos años en tratamiento, junto con la partida de nacimiento, el Documento Nacional de Identidad y un certificado de empadronamiento.
El pasado mes de noviembre se admitió un trámite en el Congreso de los Diputados una proposición de ley impulsada por el PSOE, con 203 votos a favor y 130 en contra, para introducir una modificación de la ley mencionada, lo que «permitiría a las personas trans acceder al sistema de cambio de nombre y sexo de una manera más fácil, ya que no se les van a exigir esos requisitos que en ocasiones son difíciles de conseguir», declara el abogado. La agilidad del proceso posibilitaría a las personas transexuales obtener una nueva hoja registral con mayor rapidez, en la cual figura una nueva identidad con los dos cambios, el nombre y el sexo, mientras que los demás datos permanecerían idénticos con objeto de que no pueda ser conocida su identidad transexual y preservar su intimidad.
En cuanto a la justicia del derecho con las personas transexuales, Ródenas explica que quienes no son justos con este grupo son «las personas que no respetan a otras por razón de su identidad de género» y que «el derecho vela por la convivencia y protección a las personas». Además, admite que España es uno de los países que más han avanzado en estos últimos años en materia de transgénero y que «se han desarrollado una serie de normas muy importantes que reconocen las personas trans y las protegen». En comparación con otros países, España lidera el ranking de países con más derechos civiles y sociales a favor del colectivo LGTBI en los últimos diez años, con desarrollo a nivel estatal y autonómico. Sin embargo, el letrado confiesa que «aún queda mucho por hacer».
Fantástico reportaje. Me parece un tema muy interesante y actual, además de una muy buena forma de hacer llegar esta información tan necesaria al resto de personas que la necesitan. ¡Enhorabuena!
Me parece un tema muy interesante y bien enfocado para dar visibilidad a este colectivo