El síndrome de la butaca vacía
¿El cine de barrio ya solo se encuentra entre los recuerdos de tu niñez o juventud? ¿Pasas por una calle conocida y lo más característico es una multisala cerrada y abandonada? El «síndrome de la butaca vacía» no perdona ni a establecimientos más modestos ni a cines de renombre.
El cine, más concretamente su forma de exhibición, vive momentos convulsos. Los hábitos de consumo de los espectadores han variado mucho a lo largo de las últimas décadas, la llegada de Internet y posteriormente los servicios de streaming o plataformas digitales como Netflix, han provocado una inestabilidad en el mercado cinematográfico similar a la crisis acontecida con la incorporación de la televisión en la vida cotidiana durante la década de los 50.
El declive de los cines tradicionales
Incluso algunos de los festivales de cine más importantes del mundo, como el recientemente clausurado Cannes, parecen generar más repercusión mediática por su decisión de no incorporar en sus programaciones oficiales aquellas películas que no tengan por destino comercial ser proyectadas en salas comerciales tradicionales.
Dentro de este contexto, en el que nos encontramos con el progresivo cierre de salas de exhibición y una aparente falta de interés hacia el séptimo arte por parte de las grandes audiencias: según el barómetro publicado por el centro de investigaciones sociológicas (CIS) en junio de 2017, ir al cine no se encontraría entre las preferencias a la hora de ocupar el tiempo de ocio por parte de los españoles. Por delante del cine se encontrarían otras actividades como ver la televisión, escuchar música, navegar por internet, leer, pasear o hacer deporte.
Los 163 cines que llegó a tener la capital en 1970 son ya un lejano espejismo de la situación actual. La Gran Vía, antiguo epicentro de la cultura cinematográfica madrileña conserva hoy muy pocos de los cines que antiguamente inundaban sus aceras, apenas tres supervivientes: el Palacio de la Prensa, los cines Callao y la sala Capitol. De los muchos que han ido cerrando a lo largo de estos años algunos se han transformado en grandes superficies dedicadas a la venta de textil, los cines Madrid, situados en la Plaza del Carmen, alojan ahora una tienda MediaMarkt. Otras siguen sin proyecto de futuro claro: los antiguos Rex fueron adquiridos por la aseguradora AXA, que pretendía convertir el edificio y el complejo hotelero adjunto en un nuevo flagship, el buque insignia de una marca comercial, al estilo de la exitosa Primark situada en esa misma calle, sus planes fueron tumbados por el ayuntamiento de Madrid. El antiguo y carismático Palacio de la Música lleva ya varios años con sus puertas tapiadas, si bien este pasado febrero se supo que la Fundación Montemadrid está desarrollando un proyecto de futuro que por fin de uso a este emblemático edificio.
Equis. La sala alternativa
En Madrid nace un nuevo concepto para las salas de cine: la Sala Equis, cuyo nombre es una reminiscencia al cine porno que fue en su día. Un espacio que recrea las salas de cine tradicionales, con un estilo inmortal en su ambientación, con los carteles luminosos que anuncian las películas que están proyectando esos momentos. Todo allí esta recreado de tal manera, que te hace sentir como si visitaras un cine durante la época dorada de Hollywood.
Allí nos recibió uno de los cinco socios fundadores de la Sala Equis, Nacho Rodríguez, que nos habló de las motivaciones y el origen de este ambicioso proyecto. La iniciativa parte de un grupo de amigos «cinéfilos», que realizan una importante inversión para reformar la sala y así poder ofrecer películas en la gran pantalla. Desde el inicio se plantearon que el negocio de las salas de cine necesitaba un nuevo enfoque. Esta era de las tecnologías, el auge de Internet y el menor coste que estos suponen para el usuario hacen que disminuya el interés por ir al cine a ver una película. Cada día pasan tres sesiones con tres películas diferentes, aunque en ocasiones logran proyectar alguna película de la cartelera actual, como sucedió con «The Disaster Artist», de James Franco. Algo que todavía se les hace bastante complicado, ya que las grandes productoras y distribuidoras aun se muestran reticentes a la hora de ofrecer sus productos en un espacio tan diferente al de los cines actuales. Todo esto, a un precio más asequible que el que encontramos en estas salas.
La sala donde se proyectan las películas es algo más pequeña que una sala convencional, pero goza de un estilo más elegante y acogedor, donde cada butaca dispone de una mesa donde colocar la bebida o la comida. El recinto consta además de un restaurante y un bar, que llevan impresos el mismo estilo y ambientación de las clásicas salas de cine. De este modo crean un espacio que funciona también a nivel turístico y que esta teniendo una gran acogida entre los amantes más fieles del séptimo arte.
Este proyecto esta cada día atrayendo más miradas, lo han visitado ya famosos artistas para promocionarse, como Leticia Dolera, atraídos por un lugar en el que se respira amor por el cine. Una sala única, donde cada día acuden más curiosos y que empieza a convertirse en una alternativa para que el público salga de sus casas para ver una buena película y pasar una tarde agradable.
Otras alternativas
La Sala Equis no es la única oferta cinematográfica de este tipo que ofrece la ciudad de Madrid. Y es que la capital está a la última en cuanto a edificios rehabilitados que proyectan un tipo de cine distinto al de las grandes superficies y que hacen las delicias de lo más cinéfilos.
- Artistic Metropol: La sala Artistic Metropol no solo se considera una sala de cine independiente, sino que además organiza eventos culturales, festivales y presentaciones. También gestiona todo tipo de productos audiovisuales y potencia la aparición de nuevos asesorando a los nuevos realizadores que necesitan un impulso en sus proyectos. Dirección: calle Cigarreras 6. Fundación: 2013. Precio: 4,5 euros – 6 euros – 6,5 euros.
- Sala Berlanga: El antiguo Cine California fue remodelado para convertirse en una sala en la que se pueden encontrar todo tipo de películas pertenecientes al cine español, iberoamericano o europeo. Su cartelera ofrece títulos que han obtenido cierto reconocimiento en festivales como Sundance, y todo ello a un muy módico precio. Dirección: calle Andrés Mellado 53. Fundación: 2010. Precio: 3 euros.
- Cine Doré: Perteneciente a la Filmoteca Nacional, en este histórico edificio podemos visionar múltiples tipos de películas: desde cine mudo al clásico, incluyendo algunas cintas inéditas. Por otro lado, una vez llegado el verano, lleva a cabo iniciativas como la de proyectar films en su propia azotea. Dirección: calle de Santa Isabel 3. Fundación: 1989. Precio: entrada normal 2,50 euros (estudiante 2 euros). Bono 10 sesiones 20 euros (estudiante 15 euros).
- Cineteca Madrid: Inmerso en el pintoresco Matadero de Madrid, cuna de muchas actividades culturales de distintos ámbitos, la sala ofrece un tipo de cine muy característico, reservado para un público muy específico. En ella se pueden disfrutar de diversos documentales y de películas independientes, siempre y cuando no pertenezcan al género de ficción. Dirección: plaza de Legazpi 8. Fundación: 2007. Precio: gratis o 3,50 euros.