Comedores sociales, la cruda realidad
El síntoma de la cruda realidad en la que vivimos actualmente, la encontramos no muy lejos de nosotros. Los comedores sociales cada día cuentan con más personas en sus mesas, y esto no es más que otra terrible muestra, de que vivimos en un país en el que para muchas personas poder realizar una única comida al cabo del día es una auténtica odisea.
Por esta razón, Variación XXI se ha desplazado a Alcalá de Henares para vivir de cerca cómo es un día en uno comedor social y las tareas que emplean los trabajadores y voluntarios del centro. REMAR, la ONG a la que decidimos acercanos lleva operativa en España desde 1982 y cuenta a día de hoy con más de 1.500 voluntarios dedicados íntegramente a la ayuda humanitaria. La mayoría de ellos han sido primeramente ayudados a salir de situaciones precarias y tras salir de ella han decidido amparar a otros que se encuentran en situación de emergencia y similares a las que ellos vivieron.
En su programa, esta ONG sin ánimo de lucro, tiene entre sus actividades y proyectos: atención a la infancia y a las mujeres, rehabilitación para adictos, casas de acogidas, ángeles de la calle y comedores sociales. REMAR tiene activos en la Comunidad de Madrid dos comedores, para dar cobertura a las miles de personas que tienen dificultades para dar de comer a su familia y cada uno tiene capacidad para atender a 110 personas diariamente. Además esta fundación cuenta con otros 110 comedores sociales repartidos por el mundo, donde se les brinda alimentos y sustento a las personas más desfavorecidas de la sociedad, por parte de las 13.600 personas que trabajan como voluntarias.
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Cristian, responsable del comedor social Cuerpo de Cristo, situado en Alcalá de Henares, nos ha explicado de una forma mucho más detalla la labor que realiza REMAR en España y en 70 paises más. A igual que él, todos aquellos que trabajan en esta organización, no pueden permanecer impasibles ante el hambre que existe en el mundo, ni mucho menoa a la miseria y extrema pobreza. El objetivo de estos comedores sociales es brindar asistencia alimentaria a las personas más desfavorecidas de la sociedad como ancianos, niños o presos. Este programa surgió para intentar atenuar el grave problema que sufren muchas personas que se ven sin comida, con carencia de alimentos, causando desnutriciones que pueden llegar a terminan con sus vidas. En Sudamérica por ejemplo, REMAR cuenta con algunos comedores en Argentina, Uruguay, Colombia, Perú, Ecuador, Brasil y Chile.
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La experiencia en primera persona
Carmen, mujer de 58 años voluntaria del centro, nos ha contado el procedimiento para dar de comer a todas las personas que se acercan al comedor: “No cocinamos aquí. Todo viene ya del lugar donde preparan toda la comida de la comunidad de REMAR en Alcalá. Mi labor es servir cuando traen la comida y recoger luego el comedor”.
Lo que le movió a Carmen para comenzar a trabajar como voluntaria en la fundación, es la sensación tan gratificante que tienes posteriormente y que es una forma muy buena y sencilla para despejarte y olvidar así la rutina. También nos confesaba que la mayoría de las familias que se acercan con niños a los comedores, lo hacen básicamente para poder ahorrarse dinero en la comida y hacer frente de esta manera a otros gastos o pagos de facturas.
Rut, otra joven voluntaria que gestiona el proyecto con mucha ilusión y profesionalidad, admitía que comenzó en esta ONG porque prácticamente nació en ella: “Mis padres vinieron porque los dos tenían problemas de drogas y REMAR también tiene otras labores sociales como ayudar a personas con adicciones. Eso fue lo que me movió a ser voluntaria, ver como tu vida puede servir para ayudar a la de otros”.
Tanto Carmen como Rut son firmes defensoras de que siempre se puede aportar algo para mejorar la vida de otros. Ambas han remarcado también que REMAR sale a la calle para dar comida directamente a la gente sin hogar, sobretodo en zonas conflictivas de la Comunidad de Madrid y se les da la oportunidad de entrar en la asociación para poder tener la ayuda que necesitan. Según Rut, en muchas ocasiones en un comedor social te vas a encontrar lo que no te esperas y para ella lo más impactante y doloroso es ver a niños.
REMAR realiza también campañas de información, recogida de alimentos, ropa, y demás materiales necesarios durante todo el año. Gracias a estas campañas consiguen enviar varios cargamentos de recursos a los lugares más necesitados con la colaboración de otras asociaciones benéficas y son varias las personas que viéndose identificadas con la causa decidieron embarcarse en misiones y poder desarrollar las labores necesarias allí donde se les necesita.
Además, esta fundación también cuenta con comedores en varias cárceles, ya que son uno de los focos con más necesidades. La mayoría de los internos de las prisiones de países empobrecidos carecen de lo fundamental para sobrevivir, por eso la asociación ha creado comedores sociales para presos en Costa de Marfil, Burkina Faso, Mozambique, Guinea Ecuatorial y Paraguay. Los presos, tras cumplir sus condenas y salir de las cárceles sin hogar, familia y trabajo, podrán acudir a los Centros REMAR, y pasar allí el tiempo necesario para su reinserción en la sociedad.
Son muchas las circunstancias que pueden cruzarse en nuestras vidas, y está claro que cada situación es aislada y cada historia merece ser contada con detenimiento, sin dar por hecho nunca el contexto. REMAR desde luego distribuye su trabajo por un amplio abanico de sectores, lo que hace que el número de beneficiados con su labor no haga más que expandirse.
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En España, contamos con un alto porcentaje de organismos tanto públicos como privados que cubren dichas necesidades y colaboran en la reinserción. Dan cabida a las segundas oportunidades, y REMAR, sin duda, es una de ellas.