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periodismo universitario en internet

El conflicto interminable: Taxi vs Uber y Cabify

Los taxistas marchan en Madrid contra las nuevas licencias de VTC's

Manifestación contra el nuevo decreto ley en Madrid/ Facebook

El transporte de usuarios está patas arriba. La entrada en 2014 de plataformas como Uber y Cabify han puesto en jaque al taxi. Para ellos las normas del tablero no son las mismas, pero las VTC’s abogan por una desregulación en favor del usuario. Un sector comandado históricamente por el taxi se ve amenazado por otras plataformas a las que consideran multinacionales que no ofrecen un servicio público. El nuevo decreto ley de abril de este año limita una licencia VTC por cada treinta taxis, pero parece no ser suficiente, según ha podido comprobar Variación XXI. El conflicto parece no tener fin y el gran afectado termina siendo el usuario.

El nuevo decreto ley

Un decreto ley es una norma con rango de ley que no necesita ser validada por el Congreso. Esta ha sido la forma elegida por el Consejo de Ministros para blindar al sector del taxi frente al avance de los VTC’s. Han blindado así lo que ya se decía en el Reglamento de la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre (ROTT), de que por cada 30 taxis debía haber 1 licencia de VTC. Este decreto ha surgido porque los vehículos VTC encontraron un vacío legal que permitió que se concedieran más licencias de las que supuestamente se podían. De hecho todavía hay pendiente la adjudicación de 10.000 licencias, lo que haría que por cada 4 taxis hubiera 1 VTC, algo que los taxistas consideran que hundirían su mercado. Para la asociación gremial Élite Taxi Madrid la medida simplemente es «un parche» político ante la situación.

Radiografía del mercado del transporte de VTC y Taxi

Gráfico de licencias en España de VTC vs Taxi/ El Economista

Sin embargo, la Comisión Nacional de Competencia lo ha denunciado, declarando que esto restringe el libre mercado del transporte. A esto se han sumado las plataformas de Cabify, Uber y UNAUTO (la patronal del VTC). Aunque Cabify y UNAUTO están dispuestos a negociar la legislación referente a su uso, desde Uber se han mostrado más radicales, pidiendo que se elimine cualquier tipo de legislación que restrinja la concesión de nuevas licencias.

Esto ha agravado los conflictos entre taxis y VTC’s, además de haber crecido los enfrentamientos internos entre las propias VTC’s. Una prueba de ello es que Cabify y UNAUTO han acusado a Uber de promover un mercado paralelo de licencias, como defendía UNAUTO en un comunicado:  «Nos es difícil comprender que Uber, por un lado, continúe diciendo que no aprueba las restricciones del Gobierno y, por otro lado, sea ella misma la que tiene totalmente restringida la admisión de nuevos vehículos en su plataforma en Madrid, dando así lugar a un mercado secundario de reventa y alquiler de slots (contratos en vigor que permiten operar con la plataforma)».

Una medida impopular

Para conocer la visión del colectivo taxista, Variación XXI ha visitado la guarida de los taxis en la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas. Con una capacidad para 1.600 vehículos y un promedio de espera de dos o tres horas hasta recoger a un cliente, gran parte de la jornada la desarrollan acompañados de sus compañeros de gremio. Para defender los intereses de estos profesionales nació la asociación Élite Taxi Madrid a la vera de su homónima de Barcelona. Se fundó por la pasividad de otras asociaciones cuando entró Uber en Barcelona en abril de 2014 y su objetivo fundamental es luchar contra el intrusismo. «Veíamos que esto era una metástasis, pero no podíamos imaginar que el problema sería con VTC’s con autorización», afirma Concha Guardado, antigua presidenta de la asociación y conductora de taxi desde hace más de 25 años.

Guardado cuenta que el primer multado en Madrid por no tener autorización fue un bróker de Bolsa que en sus ratos libres cogía su BMW, se conectaba a Uberpop y trasladaba a gente. Guardado afirma sentirse «engañada y muy enfadada»: se tuvo que sacar las pruebas del BTP, un cursillo para obtener el permiso municipal de conducir y comprarse un coche que le autoriza el Ayuntamiento. «Me he tenido que hipotecar durante 25 años para pagar una licencia de taxi que me costó 200.000 euros. Y tú llegas con tu vehículo particular y haces el mismo servicio que yo. Nos están haciendo un dumping total», explica muy enojada.

La asociación Élite Taxi Madrid en la guerra de los transportes

Concha Guardado y Sergio Vega, de la asociación Élite Taxi Madrid/ Mateo Casal

Los taxistas no ven el problema en los vehículos VTC’s. Estas licencias han existido siempre bajo el nombre de vehículos de representación (coches de lujo para bodas, eventos, etc.). Sin embargo, la cantidad de licencias sí es la principal queja de los taxistas. Hasta 2012 en Madrid había en torno a 580 vehículos VTC y ahora se ha disparado hasta 3.300, realizando según ellos una captación de viajeros en la vía pública que debería de estar prohibida. «No es competencia desleal como tal, sino que son dos actividades que se regulan de distinta manera», afirma Sergio Vega, actual presidente de la Asociación. Uber ganó en los tribunales una guerra legal en la Unión Europea en 2014 contra esta asociación. Élite Taxi presentó una demanda para determinar que Uber era competencia desleal, pero el Tribunal de Justicia de la Unión Europea lo desestimó.

Además, Élite Taxi Madrid denuncian la especulación de licencias que están realizando desde Uber y Cabify. Indican que se han comprado estas licencias hace un año por 36 € y que ahora las están vendiendo hasta por 50.000€. «Veinticinco empresas se están haciendo de oro y Hacienda se está llevando dinero de esta compraventa de licencias. Nosotros somos rehenes y no interesa que esto cambie porque empresas como BBVA se están lucrando con Cabify», apunta Concha Guardado.

Para estos taxistas, todo esto es una patraña. Explican que UberPop entra en esos países donde cree que hay deficiencias en el transporte, suplantando a los que ya existen y alegando una economía colaborativa: una falacia total, según manifiestan. También protestan por la forma de proceder a la hora de captar clientes; apagan la aplicación en un momento determinado y de esa forma la oferta es menor y el precio sube: «Se apagan en la zona del Bernabéu justo antes de que salgan 80.000 personas y de repente se enchufan todos. Es la ley de la oferta y la demanda», cuenta Sergio Vega. Incluso afirman que mediante estas aplicaciones móviles venden los datos de los usuarios a terceros, estableciendo el Big Data como su gran negocio.

Intentan romper con la creencia de los usuarios de que el trato al cliente y al conductor en las VTC’s es mejor que el taxi. Denuncian la precariedad laboral de estos conductores que tienen que ceder grandes porcentajes de sus ingresos a las grandes empresas. Cabify por ejemplo pone multas a sus conductores por cosas como iniciar conversación con el cliente o hablar con los pasajeros sobre el negocio. Según señala un conductor de Uber: «Las condiciones laborales de las VTC son una basura. Son muchas horas para lo que realmente pagan». Además, este mismo comenta que «en Cabify hay que hacer entre 3.500 y 4000€ de facturación al mes mientras que en Uber va por horas conectadas a la aplicación y la media semanal está en 50 o 60 horas». No obstante la media de horas en las VTC’s está en 12 de conducción diarias con 6 días de trabajo y uno de descanso y el taxi no se queda atrás.

La elegancia de la competencia de taxi es un gran hándicap y están peleando para establecer en los taxistas un uniforme de pantalón oscuro y camisa. «El taxista vivía muy feliz en la ignorancia y es una lástima que tengan que venir de fuera a decirnos que lo estábamos haciendo mal», aclara Concha Guardado.

En Holanda se desreguló el negocio y en vez de provocar una bajada de precios que beneficiase al usuario, los desfavorecía. Este mal precedente es uno de los Caballos de Troya para el taxi. Todo el mundo veía más interesante trabajar en las grandes ciudades y en los pueblos pequeños y cuando querían un taxi no lo tenían. Y si lo llamaban, el taxista tenía que ir hasta allí y le cobraba el triple. Otra de las denuncias a la clase política viene lanzada por el supuesto «cinismo» que ven en ellos. «Dicen que tenemos que respetar el medioambiente y están permitiendo la entrada de 60.000 vehículos en las ciudades que van a hacer el aire irrespirable. Los vehículos del taxi a partir de 2020 tienen que ser ecológicos, pero con una entidad privada eso no lo puedes regular. Uber pone precios populares y roban usuarios al transporte público».

Graves conflictos

Los altercados entre conductores de ambos servicios han sido continuos desde el desembarco de Uber en España hace cuatro años.

En 2014 cinco taxistas fueron detenidos por un choque con un conductor de Uber. Supuestamente este embistió a uno de los taxis y posteriormente, los cinco detenidos habrían amenazado de muerte al conductor al que anteriormente le habían puesto una denuncia por transporte irregular de viajeros. Los cinco detenidos fueron puestos en libertad sin cargos.

Este mismo año, la asociación de vehículos VTC, lleva contabilizados más de 50 ataques a su sector. Las fuentes de UNAUTO apuntan a un grupo de taxistas violentos como los causantes de estos destrozos. Entre ellos se encuentran coches gravemente dañados con ácido decapante además de golpes de piedras a los propios VTC’s. Pero esto no es todo, lo verdaderamente alarmante de esta situación son las continuas intimidaciones y coacciones por parte de los taxistas, lo que denuncian desde Uber y Cabify.

Taxista frente a su vehículo en la guerra de los transportes

Taxista frente a su vehículo con rampa incorporada/Mateo Casal

Para Jesús Valdilvieso este conflicto terminará en los tribunales porque no hay otra salida. Pese a ello, desde la asociación comentan que se debe cumplir la ley: «Nosotros estamos regulados y queremos seguir así. Por el bien del usuario, que debe tener la seguridad de que el precio no varíe, nieve o llueva. El transporte es un servicio esencial y tiene que estar protegido y regulado».

Conductores de Uber afirman que va a ser una guerra interminable. «El problema es que los taxistas van contra los conductores y nosotros solo estamos conduciendo. Tendrían que quejarse al ayuntamiento o las plataformas de Uber y Cabify», señalan.

Un futuro sin resolver deja grandes incógnitas encima de la mesa. Nadie sabe quién ganará esta guerra de trincheras. Sin embargo, el taxista Jaime Galán es tajante en su predicción. «La verdadera amenaza es el carsharing con el sistema automático de conducción desarrollado por Car2go o Emov. Ellos nos van a quitar a todos del medio».

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