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La realidad de muchos docentes: profesores asociados

Profesores asociados

Docente universitario /GettyImages

Precariedad laboral, salarios por debajo de los ochocientos euros, renovación de contrato cada pocos años, inestabilidad, sobrecualificación para su puesto, falta de reconocimiento; esta es la realidad de muchos de los profesores de las universidades de España.

Los profesores asociados suponen aproximadamente un 25% de la plantilla total de docentes españoles, y sus sueldos no superan los ochocientos euros. Sin embargo, para poder concursar por una plaza docente en la universidad deben tener un doctorado. El puesto que desempeñan no se creó con esa intención en 1983 cuando fueron legalizados, ya que en un primer momento un profesor asociado era aquel que acercaba la visión profesional a las aulas, tuviera un título o no. Pero la crisis ha hecho que el panorama se transforme y que los profesores asociados tomen la misma responsabilidad y funciones que uno titular, aunque su salario, contrato y condiciones laborales, no sean en absoluto semejantes.

La inversión pública en educación ha disminuido en un 27,7% en los últimos años, significando alrededor de 5.789 millones. Esta es una de la razones principales por la cual el ingreso de profesores asociados ha aumentado significativamente y sus condiciones no se han mejorada a pesar de los reclamos. En este año, varios de estos docentes se han organizado para realizar huelgas y manifestaciones que recibieron la adhesión de estudiantes y personal no docente, pero sus protestas a penas fueron atendidas.

Desde Variación XXI hemos entrevistado a algunos de ellos para poder escuchar las voces protagonistas de este conflicto.

¿Qué opinan los profesores asociados?

Hablamos con el profesor Arturo Gómez Quijano, profesor de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) quién tiene una plaza de profesor asociado en el departamento de periodismo y nuevos medios, e imparte clases de periodismo especializado en el grado de Periodismo. Además también es representante de profesores asociados en la Junta de la facultad de Ciencias de la Información.

Nos cuenta que es profesor asociado desde 2010 y accedió mediante un concurso público que se realiza cada 3 años, precisamente este es uno de los problemas que él ve en el cargo que desempeña en contraposición de los profesores titulares que no deben someterse a una evaluación o renovación de sus clases cada 3 años, ya que aunque hayan tenido una plaza en año anterior nada les garantiza que volverán a tenerla en un próximo concurso.

 

 

«Hay un mal uso de la figura del profesor asociado, utilizándose para jóvenes que están trabajando al lado de un catedrático o un profesor titular, cercanos a un departamento y empiezan a desarrollar su carrera profesional, para esto existen otras figuras como ayudante de doctor que deberían utilizarse y no están»  de esta forma destaca que la figura del profesor asociado se establece para incorporar profesionales a la universidad, es decir, un profesional cuyo sueldo principal no proviene de la propia universidad. Sin embargo cuenta a Variación XXI que el problema es que esta figura ha sido desvirtuada y ya no se incorporan profesionales sino gente que quiere hacer carrera en la universidad, es decir, jóvenes que quieren dedicarse a la docencia y empiezan con esta figura de profesor asociado, lo cual, según nos cuenta Arturo, va en contra de la propia figura del asociado ya que no se trata de alguien que empiece sino de alguien con una carrera profesional que aporte conocimientos y experiencias laborales. Otra cosa que también resulta contradictoria a ojos de Quijano es la exigencia de un título de doctorado y una titulación académica para optar al puesto de profesor adjunto por parte de la universidad ya que según él se puede ser un gran profesional, un buen periodista en su caso y no tener un doctorado. «Si exigimos grandes perfiles académicos, los perfiles profesionales van a desaparecer dentro de la universidad».

Este es uno de los profesores que se encuentra a gusto en su puesto como profesor asociado, pero la gran mayoría de asociados en la Universidad Complutense opinan que las condiciones de este puesto deberían cambiar.

Otros puntos de vista

Sin embargo, en otras comunidades la situación cambia. Un ejemplo de ello, lo vemos en la región de Murcia donde en dos de sus principales universidades (Universidad de Murcia y Universidad Politécnica de Cartagena), los profesores asociados encuentran muchos inconvenientes en sus puestos.

Maria Ascensión Andreu, jurista y profesora asociada en el área de derecho constitucional de la Universidad de Murcia, comenzó como profesora asociada en el año 2010 con el objetivo de poder transmitir sus conocimientos derivados de su práctica diaria en su trabajo como abogada a sus alumnos. Sin embargo, este objetivo se vió truncado ya que tal y como asegura, los profesores asociados obtienen la misma carga que un profesor titular. «Se ha desvirtuado un poco la figura del profesor asociado, en el sentido de que se están dando bastantes créditos tanto en el área teórica como práctica»

Salarios más bajos que profesores titulares, sobrecarga laboral, dificultades a la hora de acceder a la promoción interna, son los principales inconvenientes con los que se encuentra María Ascensión en su trabajo como profesora asociada en la Universidad de Murcia «los profesores asociados de la Universidad de Murcia no tenemos un salario digno, dentro de lo que es la promoción interna, en la Universidad de Murcia, al profesor asociado le está bastante vetado en el sentido de no tener cabida en proyectos de investigación ni tampoco ascender internamente»

Ante esta situación, Andreu nos transmite lo que ella echa en falta como profesora asociada «nos gustaría poder pasar de ser profesores a asociados a tiempo parcial a profesores asociado indefinido, cosa que en la actualidad no existe, obtener mejoras salariales».

 

 

De otro lado, en la Universidad Politécnica de Cartagena la situación es incluso algo peor. José Matías Peñas Castejón, doctor de la Universidad Politécnica de Cartagena y ex profesor asociado, fue docente de dicha universidad durante más de cinco años.

José Matías, comenzó como profesor asociado para poder llegar así a la figura de profesor contratado doctor. Sin embargo, este objetivo se vio frustrado debido a las numerosas trabas con las que encuentra un profesor asociado.

Al igual que María Ascensión, este profesor coincide en que la idea inicial de incorporar profesores asociados a las universidades, podría tener un impacto muy positivo en las universidades y sobre todo en el alumnado.« La misión del profesor asociado es llevar a la docencia aquellos aspectos propios de la empresa privada, es decir el conocimiento de una empresa privada, lo que en origen estaría bien». Sin embargo, la realidad es bastante diferente ya que en la actualidad, un puesto de profesor asociado viene ocupado por personas que mayoritariamente han centrado su vida en la investigación y que necesitan concurrir a esos méritos para poder alcanzar otras figuras de la acreditación, como la de ayudante doctor o profesor contratado doctor. Por tanto, esto obliga a que muchos de los profesores asociados, bajo lo que se denomina falso autónomo, se den de alta en el régimen especial de autónomos de la seguridad social, pagando así una tasa de 260 euros como cotización para poder demostrar  en los concursos de acreditación a plazas que se encuentran vinculados al desarrollo de la actividad profesional con carácter autónomo.«Aunque, en la gran mayoría de casos, nuestro sueldo no supere los 500 euros, los profesores asociados estamos obligado a pagar la cuota de autónomos que supera los 200 euros»

 

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El segundo de los grandes problemas  para los profesores asociados es compaginar su trabajo en una empresa privada con la docencia universitaria, «suele ser complicado compaginar los horarios de nuestro trabajo en una empresa con las clases de la universidad, ya que muchas empresas no aceptan que sus empleados tenga que abandonar su puesto  para acudir en horario matutino o vespertino a su labor docente en la universidad». A esto, se le suman las distancias entre las empresas y las universidades ,las cuales no suelen situarse precisamente cerca de las zonas empresariales, lo que obligaría al profesor a desplazarse a diario sumando así horas extra en su día. «El desplazamiento que realizan muchos profesores entre empresas en las que trabajan y la universidades donde desempeñan su labor docente, son horas extra que nadie te puede compensar con tiempo ni económicamente, ya que aunque tengas una o dos horas de clase el desplazamiento sumaría alrededor de una hora más».

Por último, Peñas denuncia un aspecto muy curioso que se ha observado en los últimos años en la Universidad Politécnica de Cartagena: la utilización de la figura de profesor asociado para poder acceder así a puestos de carácter político. «Se ha detectado como determinados políticos de nuestra región, inician su carrera profesional desde la nada por un puesto de profesor asociado, que acaba convirtiéndose en la figura de un consejero o de un presidente de una autoridad portuaria… existen, por tanto, dos vertientes, la de aquellos jóvenes doctores que tienen que recurrir a este falso autónomo para poder desarrollar su carrera científica o investigadora educativa y aquellos que tienen pretensiones más allá de la vida académica universitaria»

Finalmente, tras seis años como profesor asociado en los que José Matías trato de superar estas trabas, este decidió abandonar su labor docente después de intentar dedicarse únicamente a la docencia por un sueldo que no superaba los 800 euros, con una carga igual o superior a la de sus compañeros, profesores titulares.

 

A pesar de que la situación de los profesores asociados de la Universidad de Murcia no pasa por su mejor momento, en otro países la situación para estos docentes es bastante diferente.

Detrás de las fronteras

Ana Canilla, licenciada en derecho por la Universidad de Murcia, es actualmente estudiante de doctorado en la Universidad de Reading en Reino Unido en la Facultad de Derecho  y profesora asociada en dicha entidad. Ana nos cuenta las ventajas existentes entre los profesores asociados españoles y los británicos «En Inglaterra los estudiantes de doctorado optamos al puesto de profesor asistente por horas, lo que sería el equivalente a un profesor asociado en España».

Destaca que al igual que en España, la carga docente de los profesores part time  puede llegar a ser la misma que la de un profesor titular, pero con un sueldo mucho mayor llegando a cobrar alrededor de 45 euros la hora. «cobramos unas 40 libras la hora, incluyendo la seguridad».

Además, los objetivos con los que jóvenes investigadores británicos acceden a estos puestos es bastante diferente a los españoles, ya que lo suelen hacer para obtener un dinero extra para así poder complementar su beca doctoral. Tampoco existen problemas a la hora de la temida promoción interna «si has dado clase y tienes horas de docencia con una carga lectiva teórica y práctica igual que la del resto de profesores, se puntúa igual por lo que no hay problemas en lo referente a la promoción interna»

Finalmente, hace hincapié en que se debe mejorar urgentemente la situación de los docentes asociados en las universidades españolas «creo que se debe reconocer por igual la carga docente de una persona que está con la figura de asociado que una persona que está de contratado doctor, si las clases que da son las mismas, le genera la misma carga docente, en definitiva, si la naturaleza del trabajo es equivalente»

 

La otra cara de la moneda

Sin embargo no todo es negativo en el sistema de educación universitaria. En la entrevista que se le realizó a Gómez Quijano, el docente termina tendiendo la mano a la universidad y contándonos que a pesar de la infrarrepresentación nunca se ha sentido desplazado o infravalorado por su trabajo y siempre a tenido la máxima libertad y capacidad para hacer y desarrollar proyectos tanto dentro como fuera de sus clases. Nos dice que bajo su punto de vista y experiencia, la universidad es muy horizontal y nadie le ha limitado su actividad docente o extracurricular por ser un profesor asociado.

Si bien el punto de vista del profesor de la UCM es bastante subjetivo y depende de la capacidad de cada persona a lo hora de relacionarse con los demás y de proponer proyectos, porque hemos podido comprobar que en otras universidades los profesores asociados no reciben el mismo trato.

El futuro de la sociedad depende de la educación del presente y ¿qué podemos esperar de una educación que no valora correctamente a sus profesores?

5 Comments

  1. Entrevistas muy interesantes! Gran trabajo!!

  2. Bien argumentado. Problemática cun en otros muchos sectores.

  3. Interesante artículo que refleja la actualidad real en las universidades españolas.
    Ojalá la situación mejore con la aplicación de diferentes medidas que regulen la figura de los docentes.

  4. Buen articulo!

  5. Que triste ver las condiciones laborales que tiene personas que han estudiado una carrera, máster y doctorado.. Sin duda, un reportaje totalmente necesario para hacer ver a la sociedad esta realidad y que así el gobierno pueda solucionar pronto este problema.

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