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Puente de adopción con Vietnam

«Cuando deseas algo con mucha fuerza se cumple; solo tienes que luchar». Así comienzan su historia María José Rodríguez y Ángel López, primeros padres en adoptar en Vietnam, y que han concedido a Variación XXI la oportunidad de saber qué significa adoptar, cuáles son las sensaciones que experimentaron y cómo ha sido su experiencia desde que se convirtieran, en los años 1997 y 1998, en las primeras personas de España que consiguieron construir este Puente con Vietnam. Un proyecto creado por familias de niños vietnamitas adoptados, que tiene el objetivo de compartir experiencias e ideas, tanto durante el proceso de adopción como en la posterior adaptación del niño a su nueva vida en España. Un proyecto que ayuda a ambas partes del proceso: pone en contacto a familias que viven la misma situación y que permite a niños y niñas con los mismos orígenes conocerse.

En el año 1996 el término adopción internacional se incluyó en el derecho interno español acomodando nuestra legislación a algunas de las principales exigencias estipuladas algunos años atrás en la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas. El concepto tratado se define como una medida de protección de la infancia «por la cual, un niño en desamparo y declarado adoptable, que no puede ser adoptado o atendido adecuadamente en su país, es adoptado por una familia que reside en el extranjero y se desplaza con ella, para integrarse y vivir en su nuevo hogar y sociedad»

Como cada sábado, algunas de las familias adoptantes de Puente con Vietnam, se reúnen en una pequeña cafetería. Allí intercambian ideas y comparten anécdotas,  mientras que sus pequeños aprenden el idioma de su tierra natal. «Creemos que es importante que nuestros hijos conozcan de donde vienen; que se sientan orgullosos de sus raíces», afirma uno de los presentes en la mesa.

Las circunstancias son diferentes en cada persona, cada caso es un universo y cada adopción se desarrolla de manera distinta, pero existe algo que se transmite y se comparte, un sentimiento común que, aún hoy en día, sigue despegando lágrimas de los ojos de aquellos que lo han vivido. Lágrimas de emoción, de nostalgia, pero sobre todo de amor, el amor de unos padres hacia sus hijos.

Las adopciones en Vietnam

Ángel López y María José Rodriguez, primeras familias adoptantes en Vietnam /  Pablo Santos

El proceso requiere paciencia y ganas, tiempo y mucho dinero. En algunos casos es rápido y el trámite burocrático se condensa en pocos meses; por el contrario, también existen los casos eternos, los años sin respuesta y las falsas esperanzas. Esperanzas que se rompen con una llamada o un simple monosílabo, esperanzas de cristal, pero esperanzas al fin y al cabo. Todos los padres coinciden en lo mismo: a pesar de la larga espera, en el momento en el que reciben la foto del niño, sienten que ya es suyo.

Cuando el encuentro se produce, todo lo anterior desaparece y todo lo negativo adquiere un tinte contrario que tiñe y camufla la espera, la incertidumbre y sobre todo, las ganas. Los nervios desaparecen, la espera se termina y la vida empieza para ambas partes. La adopción que tanto deseaban ha llegado.

El precio de la adopción

Es prácticamente imposible estimar una cifra exacta que responda a la pregunta de ¿cuánto cuesta una adopción internacional? Tal y como recoge la Guía para orientar y ayudar a las personas que estén pensando en adoptar un niño en el extranjero, que ofrece el Gobierno de la Comunidad de Madrid, no se paga por el niño, sino por los trámites y gestiones y debe controlar la no-generación de beneficios indebidos, así como las cantidades de dinero que se desembolsan, a quién y con qué objeto.

En definitiva, el coste económico de la tramitación de una adopción depende de una serie de factores y circunstancias entre las que se destaca: el país elegido (número de viajes que haya que realizar, tiempo de estancia, la necesidad de traducir documentos en caso de que fuera necesario, etc.) y el tipo de tramitación (si los adoptantes deciden hacerlo de manera independiente, a través de organizaciones, etc.).

En palabras de familias mono-parentales como de aquellas formadas por más de una figura adoptante, todo el proceso supone un esfuerzo económico, físico y psicológico de gran calibre, pero la satisfacción final es definida como una de las más bonitas jamás experimentadas.

Las causas o circunstancias que mueven a las personas con las que Variación XXI ha tenido la oportunidad de hablar, son muy diversas: desde el simple deseo de realizar una adopción, hasta la imposibilidad de engendrar un descendiente de manera biológica, pasando por el afán de ampliar la familia. ¿Es comparable la sensación de dar a luz a un hijo biológico con la sensación de adoptar? Algunas de las mujeres de Puente con Vietnam compartían este sentimiento: «la sensación de adoptar es distinta a la de dar a luz, pero no es menos fuerte; es una de las cosas más emocionantes que hemos hecho».

La adopción internacional en la Comunidad de Madrid

En los últimos tres años, las llegadas de menores adoptados a la Comunidad de Madrid se han visto reducidas. El pasado 2017, 108 niños y niñas fueron adoptados por ciudadanos de la Comunidad, siendo solo el 1% de estos procedentes de Vietnam. Sin embargo, en 2015 y 2016, se registraron 188 y 127 adopciones, respectivamente, con un 11,70% en 2015 y un 9,09% en 2016 de niños y niñas vietnamitas.

Las adopciones en Vietnam

Países de procedencia adopciones 2017 /  C. de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid

Un descenso bastante pronunciado, no solo en las adopciones de Vietnam sino en las de otros países del mundo. Es por esto que agrupaciones como Puente con Vietnam sirven para dar mayor visibilidad a las adopciones y que otras familias puedan vivir los mismos sentimientos que ellos están viviendo.

Al fin y al cabo, son vidas absolutamente ajenas y lejanas que por algún motivo están destinadas a encontrarse. Miles de kilómetros de distancia y miles de personas en todo el mundo pero, estas familias y estos niños coinciden para crear historias de vida, que conmueven y que arrancan sonrisas. El destino o las casualidades, cuestión de papeles, un país asiático, condiciones de vida antagónicas, España y un proyecto común. Segundas oportunidades para todas las partes, sentimientos únicos e indescriptibles y sobre todo nueve letras que resumen y condensan cada paso dado sobre ese Puente: felicidad.

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