Un futuro incierto

El 34,5% de los estudiantes abandona la carrera que elige
España duplica la media europea de indices de abandono
El intrusismo laboral y la escasez de practicas son las principales preocupaciones

Estudiantes en época de exámenes en la biblioteca María Zambrano. Fuente: www.aulamagna.com

Planes de estudio anticuados, profesores a los que no les gusta dar clase y falta de asignaturas prácticas forman parte del día a día de cualquier universitario. Todos estos factores son muy influyentes en la vida del estudiante y hacen que, pese a estar cursando la carrera que les gusta, se planteen dejar la universidad. España tiene uno de los índices de abandono universitario más altos de Europa. Según la Oficina Europea de Estadística, la media española se sitúa cerca del 30%, la cual duplica prácticamente a la europea. Esta cifra supone que, de los 220.000 alumnos que entran cada año a la universidad, 66.000 lo dejan antes del tercer curso.

El abandono del grado suele darse durante los primeros años de la carrera, y es más habitual en los estudios tecnológicos y técnicos, que a su vez son los que tienen más salida laboral. Los últimos datos disponibles de la Secretaria d’Universitats i Recerca son del curso académico 2014-2015 y en ellos destaca que son los estudios de ingeniería y arquitectura los grados con una mayor tasa de abandono, la cual es superior al 16% en el primer año. En las carreras de ciencias, el porcentaje de abandono por parte de los estudiantes antes de terminar el primer curso fue de casi un 6%. Sin embargo, es en las más vocacionales, como medicina, enfermería o magisterio, donde la tasa de abandono es menor. Además, muchos alumnos que están en tercer o cuarto curso afirman que no dejarían el grado porque ya les queda poco para finalizarlo.

Facultad de Ciencias de la Informacion de la Universidad Complutense. Fuente: Elena García 

Causas del abandono universitario

¿Cuáles son los motivos por los que los estudiantes deciden abandonar el campus? Para empezar,uno de los desencadenantes que ha podido llevar a estas cifras tan altas de abandono universitario es la escasa o nula orientación profesional en el campo. Uno de los asuntos pendientes y que más urge resolver es implementar planes de orientación académica, con pruebas de nivel adecuadas que sirvan para seleccionar a aquellos estudiantes que cuenten con las capacidades y aptitudes necesarias para cursar estudios determinados. Tampoco ayudan las notas de corte de cada grado, que provocan que, aunque un estudiante tenga un expediente brillante, no pueda acceder a la carrera deseada simplemente porque le falten unas décimas para ser admitido. Esta situación deriva en que el alumno se matriculará en otro grado en el cual no se verá motivado, pues no es realmente lo que quiere hacer.  Y es que la desmotivación es una de las respuestas más repetidas cuando se pregunta a los jóvenes por qué no están a gusto con la carrera. Mucha de esa culpa la achacan a los profesores, que utilizan su clase para leer powerpoints, dejando entrever la falta de vocación por lo que hacen, todo ello regido por planes de estudios obsoletos. Además, gran parte de los alumnos atribuyen esta situación a las asignaturas,pues muchas no ayudan ni a adquirir conocimientos ni a que el alumno se desenvuelva como un profesional.

Algunas carreras, como muchas de la rama científica o las propias de la comunicación -publicidad, periodismo, comunicación audiovisual, etc.- necesitan tener prácticas para que la formación sea verdaderamente completa. ¿Qué sería de un médico sin haber tocado nunca un bisturí?, ¿o qué sería de un presentador sin saber hablar a cámara? Son muchos los centros en cuyos planes de estudios las prácticas no son obligatorias y el alumno tiene que buscarlas por su cuenta. Esto deriva en que los alumnos que consiguen prácticas extracurriculares por su cuenta, tengan que apañárselas para poder conciliar su vida laboral y estudiantil.La escasez de oferta de estas, la dificultad de entrar en una buena empresa a realizarlas y la falta de apoyo por parte del profesorado para desarrollar la asignatura mientras están trabajando, hace que muchos alumnos se planteen abandonar la carrera universitaria aunque sea solo por un corto lapso de tiempo. Otro factor importante a la hora de tomar esta decisión es el intrusismo laboral, es decir, cuando el alumno se da cuenta de que hay muchas personas que ejercen un puesto de trabajo que no les corresponde, sin tener la profesión pertinente, se plantean si continuar con los estudios universitarios o directamente probar suerte en el mercado laboral.

Inmediaciones de la estación de metro de Ciudad Universitaria

Es necesario un cambio

Y, como en todo, el factor humano es muy determinante, y las circunstancias o motivaciones personales para abandonar una carrera, pueden ser muy diversas. Ante una decisión únicamente condicionada por la vida privada de los alumnos, poco se puede hacer, pero ante lo que sí se puede poner remedio es al alto coste de las carreras y a la duplicación de este cuando se requiere volver a matricularse en una misma asignatura. Medidas se deberían tomar también contra la libertad de cátedra: un arma de doble filo. Es bastante injusto que dos alumnos con un mismo nivel académico tengan notas muy diferentes debido a las desigualdades en el grado de dificultad que plantean en sus exámenes los diferentes profesores: debería hacerse un mismo examen por asignatura para todos los grupos, y no darse el caso de que los alumnos de un profesor tengan un examen con un grado de dificultad mayor o menor al de otro grupo.                                                                                                                                                                 

Y la pregunta es ¿Abandonan sus carreras universitarias todas las personas que desean hacerlo? ¿O no dan el paso? Hemos manejado datos reales y el testimonio de 16 estudiantes y, en su mayoría, la causa por la que abandonaron la carrera o se cambiaron a otra es la vocación. Sin esta, no merece la pena cursar 4 años en un grado universitario, ya que esto provocará dedicarse a una profesión que no te gusta. En cambio, son muchas las personas que no se dan cuenta de esto y siguen con una carrera que no les llena por el hecho de no tirar por la borda unos pocos años de su vida y tener que volver a empezar.                                                             

Para evitar esta situación debería de haber una orientación académica que se adecue a las necesidades de los alumnos en secundaria y bachillerato. Darles las herramientas adecuadas para descubrir cuál es su vocación y a qué se van a querer dedicar el resto de sus vidas -la mayor parte de nuestra vida nos la pasamos trabajando- y acabar con ciertos estereotipos. Y es que, ¿cuántas veces hemos escuchado eso de que la gente que en bachiller va por letras es porque no es lo suficientemente inteligente como para aprobar la rama científica o tecnológica? ¿en cuántos colegios se motiva a los alumnos a estudiar números? ¿Cuántos alumnos siguen el camino de sus amigos, y no escogen su propio camino? y ¿cuantos acaban cambiándose de una ingeniería a una carrera de ciencias sociales? 

No vemos necesario responder a estas preguntas porque seguramente muchos conocemos varios casos que coinciden con lo descrito. En los años que preceden a la etapa universitaria, se debe escuchar y ayudar al alumno, y en ninguno de los casos condicionar a una persona para que escoja una asignatura. Por ejemplo, supongamos que un alumno es muy bueno en matemáticas pero siente vocación por la filología inglesa, si le presionamos y condicionamos para que escoja una carrera de ciencias, el alumno acabará planteándose abandonar la carrera de ciencias en el futuro, pues no es su vocación. 

Según los datos recogidos, son muy pocas las veces en las que los estudiantes abandonan sus estudios por problemas económicos, pero esto no significa que no se dé la situación y sean bastantes los afectados. Este es un problema al que se debería poner solución, porque no siempre se abandona a una carrera universitaria por desmotivación o falta de vocación. Debemos tomar conciencia y buscar remedio. La vida en su aspecto laboral es, en ocasiones, muy dura y más si no podemos realizarnos en una profesión que nos gusta.