Australia al alcance de tu mano
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Los perfiles de estudiantes que se deciden por vivir esta experencia suelen ser personas jóvenes de entre los 20 y 35 años.
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La inversión inicial va en función de la época del año, la ciudad y los objetivos, pero suele ser de unos 4.500 euros.
En un mundo transnacional, globalizado e interconectado como el actual, uno de los aspectos que cobra más relevancia a la hora de valorar el potencial y la profesionalidad de una persona, es que sepa desenvolverse en los nuevos escenarios que se están desarrollando. Tener un dominio del inglés es clave para ser competente y ahí es donde entra en juego Australian Way. Una agencia que ofrece servicios de asesoramiento gratuito para aquellos que quieren vivir, estudiar o trabajar en Australia.
«Nadie conoce Australia mejor que nosotros»
No es de extrañar que su página web rece que «nadie conoce Australia mejor que nosotros». Eduardo Casado, uno de los fundadores de Australian Way, cuenta que decidió ir a Australia en su momento por la lejanía y porque era totalmente desconocido. «No había muchos españoles y veía que había muchas oportunidades laborales. Además, me parecía un destino muy apetecible por su naturaleza, el surf, el clima y la calidad de vida».
Alberto Cuervo, CEO y cofundador de Australian Way, pisó el continente oceánico por primera vez hace diez años, cuando llevaba una marca de skate y de surf en España. «Hubo un momento en el que nos fue bastante bien, pero con la crisis las tiendas empezaron a cerrar. Lo hablé con un amigo y decidimos venir a Australia. Estuve viajando por todo el país durante casi dos años, trabajando en granjas o recogiendo fruta. Conocí a Eduardo, que ya había empezado el proyecto y decidimos continuarlo juntos».
Trato personalizado
Una parte importante de Australian Way, que permite a Eduardo y Alberto orquestar todas las experiencias internacionales, son los colaboradores. Algunos trabajan de forma permanente mientras que otros lo hacen de forma esporádica, dando la bienvenida a los estudiantes. «Lo que más se tiene en cuenta es que sea gente proactiva, extrovertida, resuelta, motivada, despierta y con ganas de aportar ideas al equipo. No necesitamos un perfil muy técnico», explica Eduardo.
Con más de siete años de experiencia y oficinas en Melbourne, Sídney y Gold Coast con alrededor de 20 personas trabajando, intentan conseguir el precio más competitivo por parte de las academias, ofrecen un trato personalizado y realizan todos los trámites necesarios. «Creo que es lo que nos diferencia de otras agencias. Hace 9 o 10 años te hacían la visa, pero tenías que buscarte la vida. Pensamos que sería interesante dar el soporte que ahora damos a los estudiantes que deciden ir a Australia. Lo que queremos es que se sientan como en casa, aunque no tengan a la gente más cercana» explica Alberto, que se dio cuenta por las experiencias de varios amigos de que el trato impersonal estaba muy extendido en el sector, «les mandaban todo por email y nos percatamos de que había una falta de información increíble». Por su parte, Eduardo piensa que dan demasiados servicios adicionales. «Cuando fui a Australia y viví la experiencia nadie me instaló la tarjeta del teléfono, no me abrieron la cuenta del banco, ni el número que te permite trabajar. Lo damos todo demasiado fácil».
Además, organizan eventos para que los estudiantes se sientan arropados una vez llegan al destino: barbacoas, paellas, fiestas o excursiones. «Queremos que los nuevos estudiantes se sientan involucrados y tratar de generar una red de contactos entre los recién llegados y los que ya están establecidos».
Ampliando fronteras
Australian Way lleva 9 años de recorrido y tiene oficinas en Santiago de Chile, Bogotá, España y Australia. Pero no todo queda ahí. Percibieron que Canadá era un destino muy demandado, por lo que decidieron empezar a ofrecer estancias allí. «Vimos que había oportunidad y decidimos ampliar. Canadá y Australia son los destinos más completos para los jóvenes que deciden ir a vivir una experiencia, ya que el visado de estudiante permite trabajar al mismo tiempo».
Cuenta Eduardo que Canadá es el país que ofrece mayores oportunidades. «Ahora está poniendo las cosas más fáciles, porque Australia se ha puesto muy de moda y cada vez hay más españoles. Han puesto el nivel más complicado para poder quedarse allí. Sin embargo, Canadá está en pleno auge».
También trabajan con academias de EEUU, Reino Unido y Nueva Zelanda. Así es como surge Global Way. Un nuevo producto con el que quieren centrarse más en la formación, sin perder la identidad de marca de Australian Way, ya que se ha convertido en una referencia. «Global Way Education es la parte que lo abarca todo y nos permite enviar estudiantes a otros países. Pero no queríamos renunciar a Australian Way porque es la que nos dio a conocer. Ambas marcas pueden convivir juntas: Australia se asocia con experiencias y Global Way es más didáctico».
Una experiencia enriquecedora
Unos 700 estudiantes han acudido este año a las oficinas de Global Way. Los perfiles suelen ser de personas jóvenes, entre los 20 y 35 años. Están aquellos que deciden empezar la experiencia antes de escoger lo que quieren estudiar, universitarios que terminan la carrera y quieren mejorar su inglés o gente más adulta que decide darle un giro a su vida y probar nuevas oportunidades.
La inversión inicial que tienen que afrontar los estudiantes va en función de la época del año, la ciudad y los objetivos, pero suele ser de unos 4.500 euros. Por ello, todos los años se sortea una beca que incluye un curso de tres meses de inglés con el billete de avión, el alojamiento, el seguro médico y el coste del visado.
Álvaro González, de Madrid, tiene 20 años y estudia Publicidad y Relaciones Públicas. No ha acabado la carrera y lleva dos meses y diez días en Australia. Su estancia está prevista hasta junio y emprendió el viaje con la idea de aprender inglés, ya que «para mi carrera es esencial y Australia me ofrecía la oportunidad de costearme los gastos de vivienda y comida trabajando legalmente».
Llegó hasta Australian Way a través de un amigo que le había dado buenas referencias, incidiendo en que el trato era mucho más personal y que la atención era bastante aceptable. «Están disponibles para responder a cualquier duda en todo momento. Nos tratan muy bien y es nuestra pequeña familia dentro de esta nueva experiencia y un nuevo país donde estamos completamente perdidos».
Álvaro confiesa que el día que llegó estaba nervioso, asustado y apenas hablaba inglés. Explica que se sintió muy solo cuando aterrizó porque no sabía qué hacer y tampoco tenía un colchón de dinero muy grande. Cuando llegó a las oficinas de Australian Way se tranquilizó. «Me lo explicaron todo y sabía que si tenía algún problema serio y les necesitase de verdad, iban a estar ahí. No sabía cómo funcionaba el país, cuánto había que cobrar y me recibieron muy bien. Me ayudaron con temas bancarios, tarjeta, teléfono móvil. Me hicieron sentir como en casa estando lejos de ella».
Sus ingresos rondan entre los 500 y los 600 dólares, lo que le permite vivir y ahorrar, ya que sus gastos son de 300 dólares, incluyendo comida, alojamiento y el alquiler de una bici eléctrica para ir a la escuela y al trabajo. «He estado en cocina, lavando platos, mudanzas y ahora he empezado a trabajar de portero. Se piensa que es complicado encontrar trabajo. Sí que hay, pero tienes que ir a buscarlo. Nadie te va a regalar nada estando tirado en el sofá de tu casa. Yo empecé a repartir currículums en cuanto llegué y nadie me respondía, pero al cabo de una semana, al haber repartido muchos, me empezaron a llamar».
Piensa volver a España, pero no descarta pasar largas temporadas en Australia en un futuro. «Es un país que ofrece muchas oportunidades. Se nota que está abierto a otras personas. Este año me va a servir para aprender inglés y coger una buena base. Ya en un futuro podré plantearme un estancia de mayor duración».
Salir de la zona de confort
Álvaro no duda en recomendar la experiencia para salir de la zona de confort. «Este país puede aportarnos cosas muy buenas que posteriormente podremos utilizar y trasladar a nuestro país. Mi idea no es quedarme a vivir aquí, pero te aporta mucho como persona, ya no solo a nivel de inglés. Conoces gente de otras nacionalidades, vives el día a día, sufragas tus gastos, pones lavadoras, planchas, haces tu propia compra y gestionas tu dinero como una persona independiente».
Eduardo piensa que España tiene que cambiar cómo concibe la educación y el trabajo, y una experiencia así debería ser obligatoria para toda la gente joven. «Salir de la zona de confort, dejar atrás a familia y amigos, abrirte a nuevos horizontes, nuevas culturas, mantenerte, empezar desde abajo y crear tus propias oportunidades».
Alberto cree que es algo que la gente necesita. «Veo que mucha gente que llega lo ha tenido todo, nunca han viajado y no han tenido la experiencia de vivir solos en el extranjero. Al final te formas como persona. Tuve la experiencia de vivir dos años en Londres con 19 años. Tienes tus momentos de bajón pero es algo fundamental para cualquier tipo de trabajo o situación en la vida».
Hay otras agencias que podrán ayudar a los estudiantes a vivir esta experiencia. A continuación mencionamos algunas:
Un comentario bueno que coincide con la realidad..
Interesante reportaje, es de agradecer que haya personas que ofrezcan este tipo de servicios a quien lo necesite.
Me alegra todas las agencias que ayudan sobretodo a los estudiantes a salir de su país para seguir con sus estudios fuera.
Buen reportaje.
El precio de la experiencia me parece razonable, si tienes suerte de ser seleccionado para para la beca mejor que mejor.
Apoyo este tipo de iniciativas y creo en que habré una espectativa lavoral mucho mas amplia.