Nuevo estilo de crítica social: los ilustradores

Viñeta de la autora Soy Cardo

• “Es complicado vivir sólo de ilustrar en Instagram pero es el escaparate que nos da visibilidad de cara a las marcas”

• Temas que antes eran tabúes salen a la palestra, desde un toque humorístico, que permite a las mujeres sentirse identificadas con escenas cotidianas

La ilustración se ha convertido en una de las disciplinas artísticas más utilizadas en estos últimos años y en Variación XXI contamos con el testimonio de algunos artistas españoles de este sector. Esta ha ido evolucionando hasta romper las fronteras físicas a través de internet, su gran vía de trabajo. Con el paso del tiempo, la profesión se dinamiza gracias a una nueva generación de jóvenes ilustradores que representan la realidad social actual a través de dibujos y viñetas, en su mayoría con un tono crítico y humorístico, pero, ¿es esto una moda pasajera?

Cuando Ana Macías decidió mudarse de Valencia a Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Carlos III, nunca imaginó que acabaría siendo ilustradora, y mucho menos que escribiría un libro. A día de hoy, tras acabar la carrera, no se imagina ejerciendo de periodista. A sus 24 años trabaja de guionista en el programa de radio Vodafone Yu, donde empezó hace un año de prácticas con la universidad y finalmente fue contratada.

Por otra parte, en redes sociales es conocida por su seudónimo, Soy Cardo, y cuenta con más de 50.000 seguidores en Instagram, aplicación que ha adquirido una gran importancia, pues, a través de esta, asegura que ha conseguido todos sus trabajos como ilustradora y la utiliza diariamente para compartir sus viñetas.

Viñeta de la autora SoyCardo

Universo femenino: la temática preferida de los ilustradores

A la pregunta del millón, obligatoria a la hora de entrevistar a cualquier artista, ¿en qué te inspiras para crear?, Ana explica que a través de sus ilustraciones trata de reflejar su día a día y las cosas que le ocurren, con un punto de exageración, que es lo que le aporta el sentido cómico. En ocasiones, los ilustradores utilizan sus cuentas como una mera vía de expresión o denuncia social, sin embargo, cuando causan un gran impacto en la red se convierten en un reclamo publicitario para las marcas. Según la entrevistada, las empresas buscan en el diseñador un sello personal que pueda aportar un toque distinto a su imagen.

Son de gran éxito las cuentas de ilustradoras que le dan visibilidad a la problemática del universo femenino.

Temas que antes eran tabúes salen a la palestra, desde un toque humorístico, que permite a las mujeres sentirse identificadas con escenas cotidianas. Para Ana, el mensaje que ella manda no es premeditado sino algo que le nace de forma inconsciente, tal como declara: “No me siento una líder dando un discurso, dibujo cosas que me pasan y creo que hay que reivindicar. Cuando me responden porque he subido algo de la regla y a ellas también les ocurre, me gusta esa sensación de saber cómo se sienten o qué les preocupa”. La posibilidad de representar a las mujeres de forma natural y sin tapujos fue lo que la llevó a elegir esta temática. De hecho, los personajes masculinos casi nunca suelen protagonizar sus viñetas, pues ella expresa lo que le ocurre tanto a ella como a las mujeres de su entorno.

Viñeta de la autora SoyCardo

La ilustradora asegura  que las únicas clases de dibujo que ha recibido fueron las que se impartían en la escuela cuando era más jóven. Sin embargo, ha adquirido un estilo propio con los años y  asegura que usando colores llamativos es como más cómoda se siente. Desde muy pequeña, Ana y su padre bromeaban con temas de carácter escatológico por lo que es un tema con el que ella se siente a gusto.

Por otra parte, se inspira a través de otras cuentas de humor como Moderna de Pueblo, Le Petit Patito, Flavita Banana o Monstruo Spaghetti. En todas ellas existe un denominador común: la mayoría dibuja sobre situaciones del día a día de manera cómica, sin embargo, también utilizan muchas viñetas para hacer una crítica sobre temas como el feminismo o problemas sociales y políticos.

Ana ha sacado su propio libro con ilustraciones este 2018, sobre el cual asegura que no está satisfecha al 100% por el hecho de que sea en físico. “Si es en redes, tú lo borras y se consume súper pronto pero el libro siempre está ahí y es un poco agobiante porque pienso que podría cambiar algunas historias, nunca estás satisfecho con el trabajo”.

La ilustradora Isa Muguruza también posee un fuerte perfil de ilustraciones en Instagram. Compagina su trabajo de directora creativa en la empresa Tantanfan, con la publicación de sus dibujos en la red. Además,realiza los diseños  para la afamada cuenta La Vecina Rubia que aglutina miles de seguidores. Según sus palabras, “es complicado vivir sólo de ilustrar en Instagram pero es el escaparate que nos da visibilidad de cara a las marcas”. A su vez, comenta que otra fuente de ingresos para los ilustradores más conocidos es la creación de merchandising relacionado con sus viñetas más características. Según el artista en cuestión, se crean diferentes productos, como agendas, camisetas o tazas.

Viñeta de la autora SoyCardo

 Instagram: la herramienta principal de trabajo de los ilustradores

Hoy en día, Instagram es el medio por el cual los artistas se dan a conocer, es la cuna de la nueva época ilustradora. Revistas y marcas de moda quieren renovarse a través de ilustraciones de estos jóvenes talentos por lo que utilizan este método para incluirla en sus proyectos. Muchos de ellos están apoyados por galerías que les sirven como vía para darse a conocer. Pero, hay más de 600 personas inscritas en la Asociación de Ilustradores de Catalunya y solo un 30% puede vivir de ello. La ilustración española tiene éxito con unos treinta nombres, el resto no puede vivir de la profesión, ¿por qué?

Según Ana, para poder llegar a tener un gran impacto en el mundo de la ilustración y realizar trabajos y encargos remunerados lo más importante es, sin duda, el número de seguidores y tener algo diferente que aportar, contar con algo personal que no tengan otros ilustradores o influencers. “A partir de los 10.000 seguidores las marcas empiezan a fijarse en ti. Sobre todo es moverte en la vida real y no solo en la virtual” apunta Ana, quien también asegura que es importante ir a eventos, conocer a otros artistas y, si juntas todo eso con las redes y un trabajo “guay”, ya te empiezan a llamar todas las marcas.

A parte de crear obras que son posteriormente publicadas en las redes sociales, el trabajo de los ilustradores también se basa en los encargos, tanto de personas que quieren retratos personalizados como de empresas que buscan imágenes para sus marcas. El precio de estos depende de la empresa solicitante y de lo grande que sea esta.  En muchas ocasiones estas también piden colaboraciones, es decir, piden un determinado encargo gratuito a cambio de ser publicado en algún medio importante, lo cual podría beneficiar al ilustrador en futuros encargos o a la hora de obtener más reconocimiento. “No tengo una mentalidad muy empresaria, antes hacía muchas cosas gratis pero ya no. Depende de qué tipo de beneficios te pueda dar salir en un determinado medio o marca eliges hacerlo gratis o no”, afirma la valenciana.

Ana Macías no es la única ilustradora que se ha arrepentido de publicar una determinada viñeta. Raquel Córcoles, creadora de Moderna de Pueblo, publicó en su página web una serie de ilustraciones las cuales a día de hoy considera que son machistas y de las cuales se arrepiente. “Siempre me he considerado feminista, pero cuando he colgado determinadas viñetas a lo largo de estos años, muchas veces se me ha acusado de machista, y lo peor, con razón. Mi último cómic trata del despertar feminista que he vivido yo y las mujeres de mi generación de los 20 a los 30 y de cómo te das cuenta de que estamos Idiotizadas, así que me apetecía hacer una review de las viñetas que ya no me representan”, comenta la catalana en su web.

Viñeta machista de la autora Moderna de pueblo

Viñeta machista 2 de la autora Moderna de pueblo