El contrato poliamoroso
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El poliamor también conlleva un contrato o normas entre los integrantes de la relación
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Esta nueva forma de unión rompe el ideal colectivo de una relación monógama, pero prima la sinceridad y el acuerdo entre las partes
La revolución tecnológica, los avances sociales y la liberalización de las relaciones han dado lugar a que se gesten nuevas maneras de unirnos a otras personas. Lejos de lo que creemos, no tienen porqué afectar la tradicionalidad a la que estamos acostumbrados, pero sí a dar espacio a otras formas de amor en las que se rompen las barreras de la monogamia y se da lugar a la libertad sexual y afectiva sin que ninguna de las partes se vea afectada.
El poliamor como concepto
El poliamor es un término que ha calado fuerte en la generación millennial y nuestros más cercanos «baby boomers», es una nueva forma de establecer uniones con varias personas, siempre de forma consensuada y muchas veces con contratos entre las personas implicadas en la relación que ya está establecida. Sin embargo, este nuevo ideal de amor no es nuevo, por el contrario, se remonta a principios de los años 60 en EE. UU., donde se gestaron colectivos que le dieron forma a esta corriente, pero la expansión global y la utilización de este término para referirse a este tipo de unión no se dio hasta los años 90.
La palabra viene del inglés «polyamory», que a su vez procede del griego y el latín: significa literalmente «muchos amores». Se ha descrito como una unión ética y responsable donde debe haber consentimiento y pleno consenso entre todas las partes. Este nuevo tipo de relación rompe con nuestro ideal colectivo de una relación monógama y da lugar a toda la libertad que en ésta no tenemos debido a los límites tradicionales e implícitos que hemos establecido a lo largo del tiempo.
La tradicionalidad ha comenzado a espantarnos y la sociedad se abre cada vez más a uniones y convivencias que van más allá de la pareja tradicional. Noemí Casquet, periodista, youtuber y poliamorosa da una visión personal y actual de este tipo de relación, en la que asegura el poliamor es una relación no-monógama donde no hay exclusividad sexual, afectiva ni amorosa. En términos generales, la sinceridad es el principal ingrediente de este tipo de uniones y en el cual se rompe el ideal de pareja al que estamos acostumbrados socialmente.
Por otra parte, Amarna Miller, youtuber, poliamorosa y ex-actriz porno, asegura que en el poliamor se rompe la normatividad y la exclusividad. Es un tipo de relación en el que tú o tus parejas pueden establecer relaciones afectivas o románticas, con otras personas. En este tipo de unión, rompemos totalmente con el ideal del amor, en el que solo podemos amar de forma romántica y sexual a una sola persona. Sin embargo, esto no quiere decir que el respeto, la sinceridad y el compromiso no se hagan presentes, por el contrario, lo que asegura su continuidad en el tiempo son estos tres elementos.
Contratos en el poliamor
Desde siempre el ser humano, en todas sus relaciones establece límites, derechos e incluso deberes. Podemos observar cómo las relaciones interpersonales tienen una especie de contrato implícito que hace que cada parte de esta relación se comprometa a unos determinados comportamientos.
Aunque parezca contradictorio, lo mismo ocurre en el poliamor. El poliamor, como vimos anteriormente, engloba una relación afectiva entre 3 o más personas, y como ocurre en el resto de parejas monógamas, este grupo decide de qué manera llevar su relación. Por ejemplo dentro de la monogamia, las parejas liberales no tienen el mismo contrato que en las parejas tradicionales y clásicas. Según Amarna Miller, «el poliamor no es un modelo estándar sino que es algo que tú tienes que construir en base a tus propias condiciones».
Noemí Casquet confiesa abiertamente en una entrevista para Zurda Magazine ser poliamorosa y tener, actualmente, una pareja principal con la que mantiene un «poliamor jerárquico» argumentando que le dedica un mayor tiempo a este sujeto.
En esta misma entrevista Casquet asegura que existen varios tipos de poliamor: «jerárquico, no jerárquico y anarquía relacional». Como indica su nombre, en la primera tipología hay una jerarquía donde existe la pareja principal y otras «relaciones secundarias»; en la segunda ramificación las relaciones entre los sujetos conllevan la misma dedicación y en el último caso, el vínculo entre los individuos se produce de manera más arbitraria.
Psicología del poliamor
«El poliamor es una relación de amor entre varias personas en las que suele haber un vínculo afectivo y también un vínculo sexual, en el que el afectivo suele ser muchas veces más importante que el sexual», así lo describe Almudena Fernández, psicóloga clínica de Alfa Psicología.
Psicológicamente y más allá de nuestras creencias, sí es posible desarrollar afinidad sentimental con más de una persona a la vez, «enamorarnos de dos o más personas a la vez propiamente dicho, no. Puedes estar en la fase de amor maduro con una persona y en la fase de efusividad (enamoramiento) con otra, dos partes distintas de amor», explica Almudena. El ambiente en el que hemos crecido y nuestra crianza influye en el establecimiento o la aceptación de este tipo de relaciones. «Un ambiente más liberal influye bastante en el que nos importen más o menos los condicionamientos sociales, el qué dirán, aunque esto no quiere decir que tenga que ser poliamorosa o poliamoroso».
Sin duda, las malas experiencias abonan el camino de la decepción, en el que comienza a aflorar la idea de relaciones más abiertas y con más libertad, donde el engaño no tenga cabida, pero la monogamia tampoco, rompiéndose así el ideal romántico clásico. El término «pareja» no se rompe, muchas de estas relaciones se establecen con dos de por medio que deciden abrirse camino a la libertad y, ante todo, la sinceridad.
«El mayor inconveniente que se le suele poner al poliamor es su duración en el tiempo. A lo mejor una pareja abierta sí es posible que perdure más en el tiempo: puedes tener una relación con una persona y una relación secundaria o incluso al mismo nivel con otras, pero la convivencia amorosa entre varias personas se puede tornar más difícil de mantener», asegura Almudena Fernández.
En el caso de los celos, una respuesta básica y emocional que surge ante la amenaza de lo que se considera propio, los poliamorosos no están exentos de ello. «Aprenden a gestionarse, al principio les cuesta, puede compararse a los niños ante la llegada de otro miembro a la familia, en este caso, otro hermano, aprenden a compartir el tiempo de su madre con otro ser, se va haciendo costumbre y positivizando», concluye Almudena.
En consulta, las infidelidades están a la orden del día y diversos estudios concluyen que los humanos somos incapaces de ser estrictamente fieles en las relaciones, sin embargo, la cantidad de poliamorosos en terapia es muy baja y empieza a aumentar cada vez más la ida a terapia para establecer o plantear la idea de abrir la relación o establecer una abierta.
Gestión de las relaciones poliamorosas
Fabio Hernández, es otro poliamoroso que práctica el poliamor jerárquico. Además de su pareja principal, Fabio mantiene otra relación con una chica de la que su pareja tiene conocimiento. Fabio declara que «en este tipo de relaciones lo importante es hablarlo todo y dejarlo todo muy claro». Desde el primer momento su pareja principal tenía constancia de que él mantenía una relación con otra persona, aunque asegura que sí que existen celos dentro de esta relación porque «no puede estar con las dos a la vez».
En el poliamor jerárquico es muy importante la opinión y posición de la pareja principal frente a las parejas secundarias. En este caso, Fabio comenta que si en algún momento su pareja principal le pidiese que dejase a la otra chica lo haría debido a que «con la otra chica es todo más físico, no tan sentimental».
Como en las relaciones monógamas, no todas las experiencias con el poliamor son positivas. Sara Olmos mantuvo una relación poliamorosa, también jerárquica, que se rompió por culpa de los celos. Como explica, en su caso, «la segunda persona con el tiempo comenzó a verse en desventaja» aunque asegura que siempre quiso a «los dos por igual».
Para Sara, «es un poco difícil mostrar fuera de casa que tienes una relación de tres» y aunque ella reconoce que fue muy feliz, también sabe que el resto de personas de la relación puede pasarlo mal, lo que le hace replantearse si volvería a tener una relación poliamorosa.
Hola estoy pasando por una situación similar quisiera más información sobre cómo se llega a un acuerdo. Creo que solo estaría aceptando la situación por el miedo a perderla y no por porque me llame la atención ese estilo de vida gracias