Escuela de Complutense de Verano, una alternativa al posgrado
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Pablo Sapag: «derivan de másteres y ofrecen su contenido básico en menos tiempo y a un menor coste».
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Entre alumnos, profesores y personal de la fundación, la Escuela de Verano está formada por más de 1.500 personas
La Escuela Complutense de Verano es una iniciativa de la Universidad Complutense que surgió en el año 2002 a través de la cual se ofrecen cursos superiores especializados durante el mes de julio.
Cada año se ofertan diferentes cursos repartidos en las cuatro escuelas temáticas de la universidad: Ciencias de la Salud, Ciencias Experimentales, Ciencias Sociales y Humanidades. Duran un total de 75 horas repartidas a lo largo de tres semanas (5 horas cada día).
Este año los alumnos podrán elegir entre 125 cursos de estas diferentes áreas, que se impartirán en las mismas instalaciones del campus universitario de Moncloa entre el 8 y el 26 de julio.
En este reportaje nos vamos a centrar en los cursos relacionados con el mundo de la comunicación, especialmente en periodismo de guerra y medios audiovisuales y digitales, ya que las temáticas que abordan los cursos han ido evolucionando con los años y se han adaptado al surgimiento de nuevas tecnologías.
Curso de Periodismo de guerra en el mundo actual
Curso de Planificación y coordinación de series de televisión
Los profesores de periodismo Miguel Ángel Ortiz Sobrino (UCM), Serafín Barros (UCM) y Daniel Higueras (Instituto RTVE) imparten este curso a todos los alumnos universitarios que lo deseen hasta completar las 20 plazas pero sin importar el grado que hayan o estén cursando, aunque tienen preferencia los alumnos o estudiantes del grado de comunicación audiovisual.
Ofrece la posibilidad a los interesados de profundizar en un área que en la carrera de periodismo se trata de manera superficial. Los objetivos perseguidos son «adquirir competencias para desglosar guiones para el mejor plan de rodaje posible desde la preproducción hasta la post-producción», conociendo así todas las fases necesarias para llevar a cabo un proyecto audiovisual enfocado a la televisión.
Al igual que todos los cursos de la Escuela de Verano, el plan de estudios es muy práctico, incluyendo lecturas de guión, peticiones de figuración y estimación de tiempos, entre otros. «Es un curso que prepara al alumno para ser un profesional que trabaja como mano derecha del director y el jefe de producción de una serie de televisión», afirma el profesor Miguel Ángel Sobrino.
Curso de Creatividad e innovación en comunicación digital y redes sociales
Este es uno de los cursos más novedosos. Como hemos mencionado antes, la Escuela de Verano se ha ido adaptando al surgimiento de nuevas tecnologías y por ello, era impensable que no se dedicase uno al uso de las redes sociales.
Este curso, dirigido por las profesoras Julia Rodríguez (UCM) y Alicia Parras (UCM), requiere a sus alumnos estar estudiando o trabajando en la rama de Ciencias Sociales y, sobre todo, estar especialmente interesados en conocer el funcionamiento y las posibilidades de los nuevos procesos y herramientas de la comunicación digital.
Muchos otros cursos también solicitan un perfil de alumno determinado, sobre todo debido a la escasez de plazas. Este curso de Creatividad e innovación en comunicación digital y redes sociales es uno de los que más plazas oferta, y tan solo son 40.
Este curso permite a los alumnos profundizar en el área de las redes sociales y la comunicación en Internet, otro tema que se aborda superficialmente en la carrera debido a la falta de medios y la necesaria actualización del plan de estudios.
Además de las clases impartidas en las instalaciones de la Universidad, cada semana se programan salidas y visitas de interés relacionadas con el tema.
Escuela Complutense de Verano
Este año se celebra la XVIII edición de los cursos. Cada uno de ellos tiene un coste de 780 euros, aunque el Banco Santander ofrece a los participantes dos tipos de ayudas: a la matrícula y al alojamiento.
De las primera se ofrecen 750. Estas ayudas consisten en la reducción del 30% del importe total de la matrícula, que quedaría en 546€. Esta ayuda va dirigida a todos aquellos alumnos que la deseen hasta completar la oferta, por lo que no existen requisitos previos. Por otro lado, también se ofertan 300 plazas para todo aquel que quiera solicitarlas. Estas subvencionan el alojamiento y manutención del alumno en una residencia universitaria o colegio mayor.
También existen precios especiales dirigidos a los alumnos de la UCM, que gozan de una reducción del 50%, y a alumnos con diversidad funcional que superen el 33% de discapacidad, a quienes se les reduce la matrícula en un 75%.
Hemos tenido la oportunidad de hablar con Manuel Álvarez Junco, el director de la Escuela Complutense de Verano para conocer más datos acerca del desarrollo de los cursos y su organización. Explicó que entre alumnos, profesores y personal de la fundación, suman más de 1.500 personas.
Aunque cada año se ofrecen 100 cursos aproximadamente, el director explica que todos los años se han tenido que suspender cursos por falta de alumnos, ya que tiene que el mínimo es 15. «La capacidad de convocatoria y demanda por parte del alumnado se convierte en un criterio muy importante debido a que nuestro personal, recursos y espacios son limitados». Pero en general no hay escasez de alumnos y además proceden de diferentes lugares del mundo. «En las últimas ediciones dos tercios del alumnado eran extranjeros, predominando los latinoamericanos. El año pasado participaron alumnos de más de 40 países».
La Universidad Complutense no solo ofrece estos cursos como formación complementaria para el verano. También se llevan a cabo los famosos Cursos de Verano de El Escorial. La diferencia con estos últimos es «su duración y su exigencia académica, ya que los alumnos que participan en la Escuela de Verano tienen 5 horas de clase de lunes a viernes, pasan un doble control de asistencia y además, deben superar un examen final para obtener su diploma. En cambio, los de El Escorial tienen una menor duración por curso (máximo una semana) y por tanto son más “explosivos”, fugaces y puntuales».
Algunos cursos, como indica Pablo Sapag, «derivan de másteres y ofrecen su contenido básico en menos tiempo y a un menor coste». Por ello, aunque no se pueden equiparar a un máster, ofrecen suficiente reconocimiento como para que a numerosos alumnos les hayan permitido mejorar su situación laboral en sus empresas y para los que no trabajaban, hayan supuesto un elemento diferencial.