Becarios en periodismo: precariedad laboral
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Los estudiantes de periodismo dan sus primeros pasos en el mundo laboral con unas condiciones que en muchas ocasiones no son del todo justas
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El sueldo medio de los becarios de periodismo ronda los 200 euros, aunque en algunos puestos de trabajo puede llegar a alcanzar los 600 euros
La carrera de periodismo no incluye en su plan de estudios prácticas curriculares (obligatorias) para sus alumnos, por este motivo son los propios estudiantes quienes buscan oportunidades de trabajo con las que introducirse en el mundo laboral. Sin embargo, algunos de los puestos ofrecen condiciones precarias, en las que el estudiante debe cumplir con horarios desmesurados a cambio de un salario mínimo o inexistente. Los diversos testimonios de varios estudiantes de periodismo que han ocupado puestos de becarios en empresas y medios de comunicación relatan este tipo de puesto cada vez más extendido.
Cómo conseguir un contrato de prácticas
Existen varias vías a través de las que los estudiantes de periodismo, grado que no incluye prácticas curriculares en su programa (es decir, que no son obligatorias), pueden conseguir un contrato en carácter de becario para completar su formación y comenzar a adquirir experiencias, así como introducirse en el mundo laboral.
La más común consiste, como en cualquier trabajo, en enviar sus Currículum Vitae a diferentes empresas, que luego les llamaran (o no) para concertar una entrevista. La principal ventaja que tienen los estudiantes frente a los trabajadores corrientes, es que los centros de estudios suelen tener unas bolsas de prácticas que facilitan la comunicación entre empresas y alumnos, así como aseguran el famoso convenio, del que hablaremos más adelante y que ofrece numerosas ventajas a los empleadores, y otras, no tantas, a los empleados.
Sandra García, está a punto de terminar sus estudios de periodismo, y nos cuenta que encontró las cuatro prácticas que ha desempeñado estos últimos dos años tanto a través de la Oficina de Prácticas y Empleo (OPE) de la Universidad Complutense, como por «su propia cuenta».
Sandra trabajó en el medio gratuito 20 Minutos durante un año, su contrato más largo. «Fui de visita a la redacción con la universidad y conocí a la encargada de recursos humanos, le caí bien y me llamó. Es el sitio donde más tiempo he estado sin duda», afirma. La estudiante de periodismo también trabajó en El Confidencial Digital, donde ellos mismos le contactaron a través de LinkedIn.
Otra manera de acceder a un contrato de prácticas es lo que le sucedió a María Moro, que entró a la Agencia EFE a través de unas prácticas previas facilitadas por el máster que cursó. Si bien en el grado, como ya hemos indicado, no existen las prácticas curriculares, es usual que si lo hagan en los másteres. “Sacaron una beca, y la conseguí”, cuenta María.
La OPE de la Universidad Complutense cuenta con un programa de Gestión Integral de Prácticas Externas, a través del cual el alumno puede registrarse y hacer seguimiento de las prácticas académicas externas de la UCM, quienes gestionan el contrato. Asimismo, las empresas pueden darse de alta en esta web y publicar sus ofertas de empleo, que deben de ser aprobadas por un responsable de la universidad, que al mismo tiempo, determinará si estas son merecedoras de otorgarle al alumno créditos optativos (normalmente seis, los correspondientes a una asignatura).
Una vez formalizado el contrato, tanto el alumno como su tutor dentro de la empresa tendrán que rellenar dos formularios de seguimiento. El primero, una vez haya pasado la mitad del tiempo estipulado en el contrato (que suele ser de tres meses, con capacidad de prorrogarlo hasta seis más, en total un máximo de nueve meses). El segundo, una vez haya concluido el periodo de prácticas.
Prácticas con remuneración y días libres
Los estudiantes de periodismo dan sus primeros pasos en el mundo laboral con unas condiciones que en algunas ocasiones no son del todo justas. Las prácticas ofertadas en el mundo de la comunicación ofrecen, por lo general, remuneración económica. Pero todavía hoy, en pleno siglo XXI, existen empresas que demandan becarios a cambio de nada, lo que suele denominarse «por amor al arte».
Es precisamente la remuneración uno de los factores que más influye en los estudiantes a la hora de decidirse a solicitar una oferta de prácticas u otra. Por otra parte, las horas que el estudiante debe permanecer en el puesto de trabajo suelen rondar la media jornada (4-6 horas). Sin embargo, el primero de los factores es claramente insuficiente y así lo corroboran los estudiantes de periodismo con los que hemos contactado desde Variación XXI.
El sueldo medio de los becarios de periodismo ronda los 200 euros, aunque en algunos puestos de trabajo puede alcanzar los 600 euros. Frente a aquellos que en otros grados universitarios cuentan con prácticas obligatorias, es decir, curriculares, la remuneración económica supone una ventaja. Sin embargo, existen varias diferencias como la combinación con las clases, mientras que las obligatorias significan la sustitución de las clases en la facultad; las extracurriculares implican la combinación de ambas actividades, académica y profesional.
«Sí, te pagan, pero no lo suficiente», comenta Sandra García ante la cámara. Existen algunos casos en que las jornadas se prolongan demasiadas horas y no reciben compensación económica.
De hecho, una de los argumentos tanto de las empresas como de la oficina de prácticas se refiere a que en ningún caso las becas son una relación laboral. Esto implica que a pesar de que el alumno firme un contrato, y la OPE actúe como mediadora entre éste y la empresa, las condiciones contractuales no se respetan en determinadas compañías o medios de comunicación.
Otra de las desventajas que entraña la no relación laboral son los días libres. «El horario y los días libres fuera de lo que son las Fiestas Oficiales, lo marca la empresa. Al ser unas prácticas y no una relación laboral, no se genera un derecho a vacaciones», esta fue la respuesta de la OPE a una alumna que solicitó información acerca de su derecho a días de libres. Por lo tanto, queda claro que es la entidad empleadora quien decide si el estudiante tendrá días libres durante su estancia en la empresa, además de los días de exámenes, cuando es obligatorio dar permiso al becario.
Otra de las cuestiones que preocupa a los estudiantes es la cotización a la Seguridad Social. Los estudiantes con los que hemos contactado coinciden en que sí cotizaban a la Seguridad Social. Por lo general, se suele cotizar. Y esto es muy importante porque aunque aleguen que no se trata de una relación laboral, el estudiante forma parte de los activos de la empresa y genera un beneficio, además de estar en formación.
Un plan de estudios limitado e insuficiente
La ausencia de prácticas curriculares a lo largo de los cuatro años que dura la carrera de periodismo es una de las principales críticas que recibe el plan de estudios de esta enseñanza universitaria. Se dice que un oficio se aprende haciéndolo, y la gran mayoría de los estudiantes que han cursado la carrera de periodismo consideran que las prácticas en empresas reales, es decir, la salida al mundo laboral, debería ser un requisito esencial y obligatorio para aprobar la carrera. «Creo que te abren muchísimas puertas y es la mejor manera de hacerte una pequeña idea de cómo va a ser el mundo laboral que te vas a encontrar el día de mañana.», comenta el becario Ángel Iglesias a Variación XXI.
Bien es cierto que el plan de estudios de esta carrera reúne multitud de campos con el fin de formar a profesionales de la información con capacidad crítica y conocimientos en diversos ámbitos. Para ello, cuenta con asignaturas obligatorias como economía, derecho o sociología e incluso algunas en las que se dota de conocimientos al alumno sobre la ética y la deontología profesional del periodismo. A pesar de ello, son cuatro años en los que la materia es puramente teórica, relegando a un segundo plano la aplicación práctica que, al fin y al cabo, es la más importante de cara al futuro profesional de los alumnos. Por este motivo, son muchos los estudiantes que durante su tercer y cuarto año de carrera deciden formarse por su cuenta y buscan prácticas extracurriculares en las que aprender la parte práctica del oficio.
Como hemos mencionado anteriormente, el convenio del que dispone la universidad con algunas empresas del sector hace mucho más sencillo el trabajo de encontrar a empresas dispuestas a contratar a estudiantes sin experiencia previa en el mundo laboral. De esta forma, los alumnos universitarios logran adquirir la destreza que se le exigirá en un futuro puesto de trabajo. «Hice prácticas para tener experiencia. Cuando sales de la carrera no te sabes desenvolver y, una vez estás en las prácticas, te das cuenta de la cantidad de cosas que no sabes hacer.», explica la becaria María Moro.
Sin embargo, son muchos los estudiantes que se ven obligados a enlazar unas prácticas con otras debido a la falta de oferta de contratos fijos que existe en el sector. De esta forma, los periodistas ya formados ven la opción de prácticas como una forma de llenar su currículum. Sandra García, que lleva dos años enlazando puestos de becaria en cuatro empresas diferentes, cuenta a Variación XXI el motivo de su situación: «Lo hago para tener experiencia, pero para rellenar el currículum también, no creo que gane más experiencia de la que ya he ganado. No por nada, sino porque ya he estado en muchos sitios y al final lo que toca es ponerse a ello de verdad.»
¿Salimos preparados para el mundo laboral?
Es una evidencia que la parte práctica de cualquier carrera es esencial para un correcto aprendizaje a la hora de ejercer de aquello de lo que se está formando el alumno, y es por eso que su carácter obligatorio parece ser más que necesario dentro de las formaciones universitarias.
Aún así, los alumnos se topan con una nueva barrera cuando llegan a sus puestos de formación más allá de las aulas. Lejos de la fantástica idea de trabajar en una experimentada empresa realizando las actividades que deberían ser formativas para un futuro, los becarios frecuentemente ocupan puestos «de relleno», es decir, son utilizados para hacer el trabajo sucio con la excusa de estar aprendiendo.
«Creo que nos falta mucha práctica. Creo que tenemos conocimientos, sabemos hacer las cosas, pero nos cuesta arrancar una vez que llegamos a un sitio» afirma María Moro, consciente de que las prácticas realizadas durante su periodo de estudiante le han facilitado saber cómo actuar al enfrentarse a un puesto de trabajo normal, pero no eran una realidad de lo que le esperaba en esta nueva etapa de su vida.
La realidad detrás de las grandes empresas
Francisco García es el nombre ficticio de un antiguo estudiante que no quiere revelar su identidad. Él, tras cuatro años de carrera, postuló tres meses en Onda Cero como becario después de estudiar el máster que ellos mismos imparten. «El ambiente de trabajo era delicado. El horario no favorecía y no había la mejor atmósfera posible» explica para Variación XXI, pues el horario implantado para los becarios es el de la noche, en su caso de 1:30 AM a 9:00 AM, aunque en teoría su contrato solo contempla seis horas de trabajo sin remunerar. En total, nueve horas de las que, explica, solo trabajaba activamente cinco.
«Normalmente hacía las cosas que nadie quería. Lo menos lucido y lo que más esfuerzo requería» afirma Francisco. Además, experimentó un ambiente de trabajo hostil y de «recelo injustificado» por parte de los profesionales encargados de su formación. Nos afirma que al incorporarse a su puesto no contaba con experiencia anterior en radio y su proceso de aprendizaje en las primeras semanas fue «forzado y violento», ya que equivocarse suponía grandes regañinas y enfados de parte de su superior.
Aún así, aclara: «creo que sí vale la pena, porque aún con todas las contras el aprendizaje es elevado, aunque sea más por mi propio interés que por el empeño de mis compañeros», ya que, hoy en día, sigue siendo una necesidad acumular el mayor número de experiencias profesionales ante un mercado laboral que exige años de experiencia antes de incorporarse a cualquier puesto de trabajo. Contactos, portfolios amplios, altos niveles de idiomas… son muchas de las exigencias que los estudiantes tienen que superar para poder hacerse un hueco en cualquier empresa, además de la realización de prácticas en diferentes trabajos para que les den una oportunidad y puedan ejercer para lo que han estudiado. Una realidad cada vez más difícil para aquellos en los que las empresas cada vez apuestan menos.
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- variacion XXI | Clases virtuales, educación universitaria en tiempos de pandemia - […] clases a la semana. Otro de los asuntos que causa bastante incertidumbre entre los alumnos es la preocupación por…
El abuso de las empresas es enorme. Si no se hace algo, al final seguirán nutriéndose de alumnos becarios con unos sueldos míseros y condiciones nada perfectas para compaginar con los estudios. Pero es eso o no tener experiencia de cara a un futuro laboral.