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Así sobreviven los comercios más antiguos de Madrid

Viva Madrid

Fachada local Viva Madrid

  • La mayoría de locales no recibe ninguna subvención ni ayuda

  • «Fue un lugar de moda porque había droga, diversión, buena música y buen ambiente. Lo hemos reconducido, lo había perdido la ciudad» 

Sólo con poner un pie en ellos se percibe algo enigmático en el ambiente. Sus paredes guardan cantidad de secretos, pues han visto desfilar a las personalidades más distinguidas. Desde toreros hasta actores, pasando por altos cargos de la política.

Entre los muchos tesoros que esconde la ciudad se encuentran algunos de sus comercios más longevos. Negocios familiares, heredados de generación en generación, situados en el Madrid más castizo.

Han sobrevivido a una Guerra Civil y se han sobrepuesto a sus consecuencias.  Algunos incluso, han sido escenario de las desenfrenadas noches de La Movida. Sin duda, nada como visitarlos para entender las claves de su éxito.

 

Basta con observar la fachada de Capas Seseña para entender que no es un local cualquiera. Se trata de un establecimiento que lleva en pie desde 1901 y, tal como asegura Marcos, miembro de la cuarta generación familiar que regenta el negocio, ese escaparate ha sido testigo de todo el siglo XX, ha vivido dos guerras y las innumerables obras de la céntrica calle de la Cruz.

Especialistas en capas confeccionadas a mano, son pioneros en venta al extranjero, pues tienen tienda online desde 1998, mucho  antes que otros grandes almacenes, así como reparto a domicilio. Según el testimonio de Marcos Seseña, cuando el franquismo comenzó a abrirse, España empezó también a recibir a actores de Hollywood. Entre estos se encontraban Gary Cooper o la mismísima Ava Gardner, protagonista de la serie Arde Madrid, quienes fueron clientes de la tienda.  Respecto a la franja de edad de su clientela, esta se encuentra entre los 35 y los 55 años. En los últimos años han ido innovando en el diseño de su colección, adaptándola a todos los gustos y edades, pues antes solo hacían modelos más clásicos, algo que cambió desde la llegada de Marcos, quien se ha encargado de modernizar la línea.

Imagen de la mítica fachada de Capas Seseña

Fachada local Capas Seseña

 

De la calle de la Cruz nos desplazamos al número 7 de la calle Manuel Fernández y González , la mítica taberna Viva Madrid, en pleno barrio de las letras. Desde 1856,  según explica su actual encargado, sus paredes han vivido dos importantes  épocas históricas: los años 20, y tiempo después, La Movida. «Fue un lugar de moda porque había droga, diversión, buena música y buen ambiente. No se trata de un negocio familiar, nosotros lo adquirimos en septiembre. Se ha reconducido, en los últimos años estaba un poco a la deriva, lo había perdido la ciudad, era un lugar para turistas», explica Guillermo García.

Viva Madrid

Interior cafetería Viva Madrid

La intención de este local es, por tanto, recuperar al público local y que vuelva a ser un lugar de culto, no solo para los madrileños que residen en la capital, sino también para aquellos que viven fuera y regresan por temporadas.

A pesar de llevar abierto más de 150 años, Viva Madrid ha ido renovándose, tanto en su estética como en su funcionamiento y servicios. Como plato fuerte, ha apostado por una carta de cócteles recuperados para el aperitivo.

A la pregunta de si les ha afectado mucho la crisis, Ricardo García asegura que la recesión se ha vivido en este sector como un momento de criba. Tanto el 2017 como el 2018 han sido años de muchas novedades e inversión, por lo tanto, ha habido un incremento de oferta. Por otra parte, muchos proyectos también se han quedado por el camino.

El dependiente de Guitarras José Ramírez, abierto desde 1882, cuenta, sin embargo, que la venta de instrumentos funciona por rachas, independientemente de la crisis, y que su público es muy variado, pues tienen tanto clientes expertos como otros que acaban de empezar.

 

Pocas facilidades y muchos impedimentos para los locales más longevos

Sin embargo, los factores que permiten que un negocio perdure son muy variables. A pesar de que estos emblemáticos edificios están protegidos como patrimonio de la ciudad de Madrid, como es el caso de Viva Madrid y Licores Cabello, algunos han terminado cerrando sus puertas. Según sus dueños, las ayudas o facilidades por parte del ayuntamiento son inexistentes. Pilar Losa, dueña de Antigüedades Peña, situada en la calle del Prado, relata las dificultades con las que mantiene su pequeño comercio: «El ayuntamiento ha subido mucho el IBI y el impuesto de basuras. Además, esta calle  tampoco la riegan ni la limpian nunca, algo que afecta a la imagen de la zona y del local. Suben los impuestos pero luego, en cambio, no aportan facilidades».

Por otra parte, la mayoría de calles del Barrio de Las Letras se han hecho peatonales o de acceso restringido, algo que supone un impedimento más para los negocios de la zona. Tanto Pilar Losa como David Cabello, propietario de Licores Cabello, exponen que el hecho de no poder acceder a sus locales en coche es todo un impedimento, pues dificulta el transporte de su mercancía y les hace perder clientela.

Licores Cabello

Fachada local Licores Cabello

 

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