Silencio, no se rueda: la pandemia asola los cines madrileños
-
El 95% de las salas de cine en España están cerca de la quiebra
-
Los grandes estrenos se atrasan, incrementando aún más el problema
De nuevo a la proyección y de nuevo al olor de la mantequilla en las palomitas. Tras una breve de situación de “celebración“ en junio, terminado el confinamiento por la Covid19, con la recuperación de películas clásicas —alguna con doble mensaje como fue en el caso de Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore— y de optimistas carteles de reapertura, los dueños de las salas de cine se encontraron con un escenario mucho más desfavorable que el presente en sus propias expectativas, poco público para unos estrenos que, con pequeñas excepciones —como Tenet de Christopher Nolan—, se antojaban insuficientes para llenar sus butacas.
La situación de las salas de cine en Madrid empieza a generar ruido por las voces de los propios dueños de las salas, algunos en situación de mayor desesperación que otros. Desde que la pandemia apareció, el sector cultural ha sido de los más afectados por las restricciones de movilidad y de aforo, también de las restricciones provocadas por el miedo. Y es que en mayo, según Statista, solo un 19% de los ciudadanos tenía intención de acudir al cine cuando cesase el confinamiento. Estos factores han atacado a las salas de cine, especialmente a las más pequeñas, esas con menos recursos y, por tradición, con menos público. Hay películas programadas que nunca se llegan a proyectar por tener un vacío total, hay otras que se proyectan solo para uno o dos espectadores enmascarados. Esta situación se traduce en pérdidas económicas de unas salas que, ya desde antes de la Covid19, reclamaban ayudas para mantener sus verjas abiertas, pues sus proyecciones ya resultaban complicadas entre plataformas de streaming y grandes salas de cine. Los cines Paz, situados en la calle Fuencarral, inaugurados un 13 de noviembre de 1943, ya han tenido que cerrar temporalmente, y a estos se han unido otras salas en vista de los pobres resultados de taquilla y de un futuro en el que se alejan esas producciones que atraen en masa al público.
Esta situación está gobernada por la tiranía de la Covid19, pero también por otros factores que afectan de maneras muy dispares a unas salas que ya forman parte del patrimonio cultural de la Comunidad de Madrid, la tercera Comunidad Autónoma española después de Cataluña y Andalucía en número de salas; en el ranking de número de salas de cine por provincias Madrid está situada en la primera posición, por lo que estos problemas son especialmente graves por el número de trabajadores afectados. ¿Qué situaciones se están dando entre los dueños de las salas o distribuidores y qué datos se tienen sobre estrenos o posibles ayudas del gobierno?
Quiebras, datos, cines y virus
Actualmente, el 96% de las salas de cine de España se asoman a la quiebra. Lo contrario que en Francia, que subsiste gracias a sus propias producciones y a la ayuda generosa del Estado. Algo que en España no sucede. Mientras que en Francia las ayudas llegan a los 84 millones, en España apenas llegan a los 15 millones de euros. Debido a esto, ya son múltiples las salas de cine que denuncian que el Ministerio de Cultura se ha olvidado de ellas. Otro dato que refleja la pésima situación de las salas de cine son las recaudaciones con respecto al año pasado. En otros países como Alemania, Italia o Francia, las recaudaciones rondan una bajada del 60%. En España esta bajada se encuentra en un 68%. El confinamiento mobiliario ha sido una de las causas de esta bajada.
Los datos que ofrece la Federación de Cines de España (FECE) son muy preocupantes. Se estima que cuando acabe el año el 96% de las empresas cinematográficas podrían tener problemas de solvencia. En el año 2019 se alcanzó la cifra histórica de recaudación con 624 millones. Este fue el mejor resultado en los últimos diez años. Ahora, este sector se enfrenta a una pérdida de hasta 172 millones de euros. Algo que podría aumentar en 2021.
Pese a que la pandemia de Covid19 tiene mucho que ver, varios propietarios de salas afirman que no es del todo así. Las plataformas como Netflix, HBO o Amazon Prime, han hecho que, cada vez más, la gente no vaya al cine. Otra razón es que las distribuidoras han querido retirar los grandes estrenos, haciendo que las salas pequeñas se queden sin recursos.
El retraso de los grandes estrenos han acabado con muchas salas. Las películas que llenan salas de cine enteras, las más esperadas, se han aplazado a 2021. Películas como “Sin miedo a morir“ o “Black Widow“ se han aplazado para la primavera del próximo año. Es por ello que varios cines pequeños de la capital han tenido que echar el cierre pese a que abrieron con mucha ilusión después del confinamiento mobiliario. Es el ejemplo de Los Cines Paz de Madrid. La familia propietaria de estas salas ha tenido que cerrar pese a que fueron de los primeros en taquilla de la capital. Sin embargo, esto no fue suficiente y tomaron la decisión de cerrar para volver en un tiempo. Las restricciones de movilidad y la falta de estrenos que atraigan al público han hecho que las salas estén más vacías, por lo que muchas han tenido que cerrar de forma indefinida.
A día de hoy, las salas de cine no registran contagios tras más de cinco meses abiertas. Los datos del Ministerio de Sanidad han informado de la incidencia de la Covid19 por sectores. Lo que destaca de estos datos es que en las actividades culturales solo se ha producido un brote de los más de 8.000 detectados, y no se tiene constancia de que ese brote se haya producido en una sala de cine. Estos datos muestran la seguridad que hay en los cines. Es verdad que esta actividad se realiza, normalmente, entre personas que conviven juntas y apenas hay interacción social, además de ser una actividad que se realiza en silencio, lo que limita la emisión de aerosoles. Sin embargo, también hay que destacar el estricto protocolo de seguridad.
Algunas de las medidas que se han implantado son el uso obligatorio de mascarilla, separación de los espectadores, dispensadores de gel hidroalcohólico repartidos en distintas ubicaciones y el aumento de la frecuencia de limpieza de las salas para asegurar su desinfección, además de los sistemas de ventilación y renovación de aire. También se ha establecido un acceso escalonado del público para evitar la concentración de las personas, al igual que cuando acaba el espectáculo. El programa o publicidad sobre otras películas ya no se entrega al público, ahora todo esto se realiza de forma online para evitar los contagios. Algo parecido sucede con el método de pago. Los cines promueven que el pago se realice con tarjeta o con otros medios que no supongan contacto físico entre las personas. Todo esto hace que la probabilidad de contagio en una sala de cine sea mínima.
No obstante, las salas de cine se enfrentan a un nuevo escollo. Los gobiernos autonómicos han tomado nuevas medidas para hacer frente a la pandemia de Covid19 que asola al mundo. Una de esas medidas es el toque de queda. Esto ha provocado que las calles españolas se queden vacías al caer la noche, al igual que en las salas de cine. Ante una situación ya complicada derivada de las medidas de cierres y restricciones de aforo por el coronavirus, las salas de cine hacen virguerías para sobrevivir a la nueva normativa que obliga a la población a no salir de casa una vez entrada la noche. La prohibición de circular por la noche no es igual en todo el país. En Madrid se empieza a las 24:00, en País Vasco o Galicia se mantiene el horario que propuso el gobierno, a las 23:00 horas, y en Cataluña han apostado por restringir la movilidad desde las 22:00 de la noche. Para las salas de cine que habitualmente llenan las últimas sesiones del día, es un nuevo varapalo.
El futuro de los cines
Desde dentro del sector se piden más ayudas para que la situación en el mundo de la cultura sea lo mejor, o menos mala, posible. El guionista Manu Riquelme ha dado su punto de vista acerca de cómo se está viviendo la pandemia tanto él como sus colegas de profesión.
P: ¿Cómo le ha afectado el coronavirus en su trabajo?
R: Todo se ha ralentizado el doble, en general. Hace unos meses me ofrecieron un trabajo de redactor en un programa y no fue posible porque la productora aún estaba tirando de plantilla por el tema de los ertes. Yo soy guionista y nuestra presencia en los rodajes no suele ser tan imprescindible como la de otros departamentos, así que en estos casos podemos teletrabajar.
P: Desde su punto de vista, ¿cómo ha influido en las salas de cine más pequeñas?
R: Me consta que muchas salas pequeñas se están viendo obligadas a echar el cierre. Creo que no vamos a poder apreciar los daños en ese sentido hasta que todo se haya estabilizado, aunque estoy seguro de que el público está deseando volver a los eventos en cuanto sean plenamente seguros.
P: ¿Cómo cree que se está gestionando la pandemia desde estas salas?
R: Las salas hacen lo que buenamente pueden y estoy seguro de que la mayoría siguen a rajatabla los protocolos de seguridad, pero la última palabra la tiene el público. Además, ahora hay poca oferta en cuanto a estrenos porque nadie se la quiere jugar. Fíjate en la cantidad de películas cuyos rodajes y/o estrenos han tenido que aplazarse a 2021 e incluso a 2022
P: ¿Cree que se están dando ayudas suficientes a la cultura, en concreto al cine, para afrontar la situación?
R: Las ayudas en nuestro país siempre son pocas. Durante el confinamiento aproveché para escribir ¡Ni te me acerques!, que es la primera comedia española con la pandemia de trasfondo. Es una película independiente que se rodó hace meses sin ayudas ni subvenciones de ningún tipo y nos está costando Dios y ayuda distribuirla, tanto en cines como en plataformas de streaming. Las ayudas siempre suelen ir a parar a los mismos.
P: ¿Cómo ve el futuro de la industria con todo lo que está pasando?
R: Me gustaría ser optimista porque al fin y al cabo hablamos de la industria del entretenimiento, que está visto que es una de las cosas que más se demanda cuando uno tiene que estar encerrado sin salir de casa.
Futuro y proyecciones
Aunque el futuro sea negro para el cine, todavía no está acabado. Como explicaba Darwin en su teoría de la evolución, cuando aparece un cambio en la naturaleza hay especies que se adaptan a dicho cambio y sobreviven y otras que se mantienen iguales y mueren. Esta es la situación en la que se encuentran las salas de cine. Solo las que consigan adaptarse a esta nueva situación, conseguirán mantenerse en pie. Un ejemplo es la empresa Cinesa, que tiene salas por toda España y que, con la falta de estrenos, va a realizar ciclos temáticos, proyectando en sus pantallas películas antiguas aclamadas por la crítica. Muchas otras salas han seguido esta teoría, reestrenando grandes películas. Además, esta situación también ha tenido algunos aspectos positivos, dando un espacio a películas más independientes, que normalmente no se habrían estrenado, como es el caso de “El cerro de los dioses“, una película española que se ha visto en salas de cines, porque no había grandes blockbusters a la vista. Es posible que en unos años la experiencia de ir al cine sea totalmente diferente a la que conocemos actualmente. Lo importante es que el cine siga existiendo porque, además de un entretenimiento es una actividad cultural y una sociedad no es capaz de sobrevivir sin cultura.