William, de la esperanza al hambre

Voluntaria repartiendo comida en la Asociación de Vecinos de Aluche / Ana Pérez

• Las solicitudes de alimentos se han incrementado un 40% debido a la pandemia

• «Hay que estar muy necesitado si esperas horas para recibir comida»

Dos realidades distintas y el ímpetu necesario para cambiar el transcurso que marcan unos pies ansiados de caminar. Vivir no puede ser tan fácil; tampoco tan difícil. Hambre, pobreza, temor y una pandemia mundial generada por la Covid-19 de por medio… La vida es mucho más que miedo.

Inseguridad, incertidumbre… Estas fueron algunas de las razones que llevaron a William, nuestro protagonista, a huir con toda su familia de su país natal, Perú. William, un refugiado económico, y su familia poseían una librería, en la que las cosas parecían marchar bien y de un día para otro, pasaron de tener todas las necesidades cubiertas a ver su futuro pendiendo de un hilo debido a la alta criminalidad que azotaba al país. Hechos que sucedieron hace poco más de un año y que como nos cuenta « era algo que tenía que hacer » . La situación pasó a ser insostenible y la única solución fue emigrar antes de que fuera demasiado tarde.

Según el INEI, la tasa de homicidios del Perú fue de 7.8 por cada 100 mil habitantes en el 2017. Además, un ranking realizado en 2019 por World Index Situar a Perú cómo el sexto peor país del mundo para vivir por su alta criminalidad.

Una vez en Europa, y más concretamente en España, la situación no fue del todo fácil, pues la distancia y las dificultades para acoplarse a esta nueva realidad complicaba el desarrollo y la productividad familiar. La pandemia mundial ocasionada por la Covid-19 provocó la pérdida de trabajo de William, lo que supuso un choque demoledor y crucial para el futuro de su familia.

La OMS análisis que una de las grandes consecuencias generadas por la Covid-19 sea el incremento de hasta 1 millón de pobres más en todo el mundo.

Tras lo sucedido, William se vio obligado a pedir ayuda y fue entonces cuando la Asociación de vecinos de Aluche se encargó de servir a la familia todo tipo de bienes necesarios y, en especial, material escolar para sus hijas. Con la ayuda de la Asociación y el esfuerzo de otros familiares, como es el caso su cuñado, pueden hacer frente a las circunstancias actuales dentro del marco pandémico.

Separado de sus orígenes pero firme en cuanto a su objetivo de proteger y salvaguardar lo importante (su familia), William mira el futuro con esperanza, pero con cierto desasosiego: «hay que mirar el lado positivo de las situaciones y no quejarse, simplemente es una lección para todos », señala con la vista puesta en los tiempos que vendrán.

Pobreza en el país

La pobreza en España y, concretamente, en Madrid es una realidad ineludible. Un total de 700.000 personas viven en pobreza moderada en la comunidad madrileña y de esas, hasta 200.000 personas dependen de las ayudas del Banco de Alimentos para subsistir y llevar un plato de comida a su mesa cada día. La pobreza en esta comunidad es incluso mayor con respecto a la ocasionada por la crisis de 2008, llegando al 15% de riesgo de pobreza su ciudadanía, según una Encuesta de Vida realizada por el Instituto Nacional de Estadística.

Voluntario del Banco de Alimentos de Madrid / Ana Pérez

Desde los propios testimonios de los afectados, trabajadores sociales y voluntarios, se despierta una empatía con la que tiene que cargar la sociedad española cada día. A las puertas de los comedores sociales María Inmaculada y Luz Casanova, en el barrio de Chamberí, se forman grandes colas horas antes de empezar sus turnos de comidas. Estos centros están abarrotados de personas en busca de ayuda, pero también de voluntarios y trabajadores sociales que dan cada día todo de ellos para dar un respiro a estas familias. En el comedor ‘Centro de día Luz Casanova’, además de servir comida, ofrecen ropa, duchas y durante el invierno, la vacuna contra la gripe a todo el que entra.

Todos estos comedores sociales son abastecidos por el Banco de Alimentos de Madrid , entre otros. Esta organización ha experimentado un aumento considerable de la pobreza, ya que han pasado de distribuir 1,4 millones de kilos de comida, a 2 millones por mes. 

Ayuda vecinal por parte de una Asociación

Por otro lado, en el barrio de Aluche, cuentan con la Asociación de Vecinos de Aluche , lugar en que que también se forman colas interminables para recibir ayuda vecinal, un gesto que resulta bastante conmovedor y esperanzador ante esta brutal crisis por la que pasando está el país y el resto del mundo. 

Personas haciendo cola para recibir alimentos en la Asociación de Vecinos de Aluche / Ana Pérez

En estas asociaciones se respira un ambiente de solidaridad totalmente enternecedor. Los vecinos parecen familiares y es gratificante cómo, sin importar su edad, nacionalidad o raza se apoyan en comunidad, trabajando bajo el lema de “comer es un derecho”. Estos servicios sociales no quieren hacerse ver como una beneficencia y una suerte para las personas necesitadas, sino más bien como un derecho que todas las personas merecen, como son una alimentación y una vida digna a pesar de que no pueden conseguir un empleo.

En esta Asociación se atienden aproximadamente 1000 personas por día, las cuales, una cuarta parte de ellas son niños. Casi 2000 personas están siendo atendidas por una asociación de vecinos.

Informe AROPE 2020 / AROPE

El riesgo de pobreza y exclusión social en España se ubicación en 4,3 puntos por encima de la media de la Unión Europea, según el último informe de la EUROSTAT, por lo tanto actualmente y con la crisis económica que ha arrastrado el coronavirus, se Espera que estas personas empeoren y que, en consecuencia, que en los Presupuestos Generales del Estado, las ayudas a estas personas necesitadas sean un requisito indispensable para resolver. 

Cuando el hambre pesa,  cualquier ayuda es considerada un prodigio en tiempos como el que estamos viviendo. Sin duda alguna, no hay agradecimiento que valga a la tan valiosa labor que ejercen estos voluntarios quienes el ajetreo constante y la alta demanda no hace que se desmarquen de su objetivo principal: ayudar y cubrir las necesidades de aquellos que realmente lo necesitan.