MENAS: Una vida sin opciones.

MENAS llegando a España (Agencia EFE).

• Cada año son más los que llegan a las costas españolas

• Más de la mitad son varones

MENAS, el acrónimo de Menores Extranjeros No Acompañados que está tan presente hoy en día en nuestros telediarios y nuestro entorno, y el cual crea una etiqueta de «deshumanización» y «delincuentes» en estos niños y niñas desde el primer momento que pisan tierra santa. Cada vez son más los menores que llegan cada año a las costas españolas, recorriendo miles de kilómetros solos, huyendo de situaciones de pobreza, maltrato, guerra o trata de blancas en sus países de origen. Según diferentes estudios, se ha determinado que la nacionalidad más numerosa es la marroquí, seguida de Guinea, Argelia, Malí y Costa de Marfil. 

Hoy en día, podemos encontrar dos pensamientos muy dispares respecto a este grupo. Por un lado, la palabra de quienes defienden que son solo niños y necesitan ayuda, que solo quieren mejorar su vida, y por otro lado, la palabra de quienes los consideran un problema y una amenaza. 

 La realidad

Actualmente, según los últimos datos oficiales del Estado, se estima que hay unos 12.262 menores extranjeros no acompañados, aunque es difícil saber la cifra real por la mala coordinación entre las distintas administraciones. En los últimos dos años esta cifra ha crecido más del 150%.

«El tema de los MENA es muy complejo. También engloba a esos bebés que llegan en las pateras con mujeres que no son sus madres, no solo el típico adolescente que roza los dieciocho años.» – Trabajadora social de la Cruz Roja

Desde el primer momento que llegan a España y son recogidos por las autoridades del país, se enfrentan a una serie de reconocimientos médicos y problemas que pueden suponerles el retorno al país de origen. Nada más llegar, se debería activar el llamado Protocolo Marco de Intervención con Menores Extranjeros no Acompañados, el cual está basado en normas como la Ley de Extranjería, la Ley de Infancia y el Código Civil, y el cual no siempre se aplica. Se ha de determinar su edad, ya que en muchas ocasiones estos niños mienten sobre esto para poder quedarse en el país. Una vez establecida la minoría, los migrantes pasan a depender del sistema de protección de menores hasta alcanzar la mayoría de edad. Es entonces cuando la situación de estos migrantes cambia radicalmente y muchos de ellos quedan desprotegidos y sin permiso de residencia, pese a que las autoridades deberían haberles facilitado la documentación necesaria para obtenerla.

Niñas menores extranjeras no acompañadas llegadas a Puerto (Antonio Sempere de El Foro de Ceuta).

«Con los chicos suelen ser más reacios a declararlos como menores a no ser que sea un caso muy claro, pero sin embargo con las chicas lo hacen más fácilmente por el tema de las mafias que traen detrás.» – Trabajadora social de la Cruz Roja

Así mismo, se ha de decir que son pocos los MENAS que consiguen salir adelante en España. Muchos de ellos siguen un estilo de vida vandálico, aunque muchos otros sí intentan mejorar y no ocasionan ningún problema a la sociedad.

 Desmintiendo mentiras

El Fiscal de Menores, Javier Huete, ya ha anunciado de que son «víctimas» del sistema, ya que «cualquier acción puntual grave tiene una trascendencia mediática que genera sensación de inseguridad». También ha aclarado que no hay ninguna relación entre estos chicos y el incremento de los casos de criminalidad.

Son muchas las noticias que han aparecido en nuestro telediario o redes sociales en los últimos días, intentándonos hacer creer que estos menores son personas conflictivas y lo cual se ha tornado como tópico en la sociedad española.

Menores en la escuela (El Digital Castilla-La Mancha).

«El problema de la imagen que tiene la sociedad sobre ellos de que “son delincuentes”, es que realmente lo eran ya en sus países.» – Trabajador de UNICEF

Bien es cierto que, respecto a estos jóvenes, sí ha habido algunos casos de violencia, pero solo una pequeña parte de los MENAS que llegan a España emprende este camino, mientras que el resto, la gran mayoría, siguen los caminos que, a duras penas, les ofrecen las instituciones para poder integrarse en la sociedad. Entre estos casos de integración cabe destacar la Fundación APRONI, que regenta un centro de acogida en Écija (Sevilla) y las numerosas familias distribuidas por toda la península española que acogen a estos menores.

Jóvenes saltando el muro del centro de Hortaleza (El Cierre Digital).

Para confirmar esta teoría nos ponemos en contacto con una trabajadora de la Cruz Roja, que vive de primera mano esta situación, y la cual asegura que: «Yo misma he ayudado a chicos (especialmente subsaharianos) que realmente han llegado aquí y han sabido salir adelante y formarse. No todos quieren continuar su vida de delincuencia, la mayoría de las veces vienen justo para cambiarla.» – Trabajadora social del centro de MENAS de Hortaleza

En consecuencia, debido a este pequeño porcentaje de problemas, el colectivo se ha convertido, de manera generalizada, en víctimas silenciosas de las noticias falsas que se multiplican en las redes sociales.

¿Y las mujeres?

Se estima que el 90% de los MENAS que llegan a España son varones, quedando las mujeres en un segundo plano de invisibilidad. Muchas desaparecen debido a las redes de trata de blancas y de la explotación sexual. 

Menores raptadas para la trata de mujeres (GETTY IMAGES).

«Cuanto más jóvenes son, más valor tienen en el mercado de las mafias. Suelen hacerlas pasar por España como lugar de tránsito, pero su destino real normalmente es Francia o Europa del Este.» – Trabajadora social del centro de MENAS de Hortaleza.

Según los últimos datos del informe de la Fiscalía General del Estado, sólo se localizan el 3% de las niñas que intentan emigrar, y según el Registro de Menores Extranjeros No Acompañados, las mujeres menores bajo tutela o acogimiento de los servicios de protección sólo representan un 9% del total.

Otro dato que influye, es el del machismo y el sistema patriarcal que viven en sus países, lo cual no les permite emigrar tanto como a los varones. En estos países de origen, las mujeres están regladas únicamente a labores exclusivas, y muchas de ellas están controladas por sus padres, para pasar a ser controladas por sus maridos, muchas veces en el seno de matrimonios forzados. Por tanto, su libertad de movimiento y decisión es muy limitada. Muchas de ellas intentan huir de esta situación, pero más tarde, durante el viaje, son captadas por las mafias.

Niña ‘mena’ de 15 años que vive en un centro de menores de la Comunidad de Madrid (Nicolás Alba de El Mundo)

La trabajadora social de La Cruz Roja, nos explica: «Lo primero que debemos hacer con las niñas menores que llegan es llamar a la propia fiscalía de menores para que nos ayuden a ubicarlas en centros específicos para menores, protegiéndolas de que las mafias por las que suelen llegar a España lleguen hasta ellas. Es duro, pero la niña que llega a través de mafias a España, y aunque ella no lo sepa aún, ya está vendida en algún punto de Europa para el tráfico sexual.»

En conclusión, después de que la generalización del uso del término «MENA» haya derivado en la deshumanización primero y la criminalización después de un colectivo en situación de extrema vulnerabilidad, creo que debemos hablar de ellos y ellas como lo que son: niños, niñas y adolescentes que están solos/as y expuestos/as a un grave riesgo de exclusión y de desamparo, ¿o es que nos preocupan solo cuando están en sus países de origen y cuando están cerca  nos molestan?