Cómo representan las series al colectivo LGTB+
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La manera de representar al colectivo LGTB+ en las series no es suficiente ni acertada
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Se refleja la sociedad, pero mediante estereotipos sociales sobre el colectivo LGTB+
A lo largo de la historia de la televisión, han sido pocas las series que han representado abiertamente al colectivo LGTB+. Tenemos que remontarnos a 1971 para encontrar la primera: All In The Family, que introdujo un personaje homosexual. En España, no fue hasta 1991 cuando pudimos ver al primer personaje transgénero en una serie televisiva.
Aunque estas series fueron pioneras en contar con un personaje del colectivo en sus producciones, lo cierto es que ninguno de estos personajes ha participado como protagonista de ellas. Además, generalmente, cuando aparecen lo hacen para provocar la risa del espectador con sus peculiares representaciones o para interpretar ciertos estereotipos que pocas veces se asemejan con la realidad.
Representación del colectivo en las series
Más de 193 millones de suscripciones en Netflix, 140 millones a HBO y otras 150 millones de personas registradas en Amazon Prime Video. Ver series es la nueva tendencia y se producen en masa, de hecho, según un gráfico de Netflix Museum, la producción de películas en la plataforma ha disminuido desde el año 2010, mientras que la creación de series ha crecido de manera exponencial.
Debido a la gran producción de series a nivel mundial y en las distintas plataformas se puede encontrar un contenido muy variado con distintas temáticas, ambientes, personajes, historias y para todos los públicos. En muchas de estas series se busca representar la realidad actual, los aspectos sociales y dar visibilidad a todas las personas, aunque no siempre se haga de la manera más adecuada.
Para entender y reflexionar acerca de cómo es la representación del colectivo LGTB+ hablamos con Miguel Calvo Pérez, colaborador en la Fundación Triángulo y perteneciente al área de educación . Junto con su compañera María Agüero ha estudiado y analizado cómo se interpretan y simbolizan a las personas pertenecientes a este grupo. Según explica esto no se realiza de la manera más oportuna en las series más genéricas y en ocasiones sí se abarca el tema correctamente en las específicas, pero no son tan accesibles.
Como explica, a la hora de crear una serie hay que ser lógico, entender del tema y conocerlo bien, ya que es importante que se represente de manera adecuada para educar a dar visibilidad de manera sana y así que los espectadores no solo disfruten de una buena serie, si no que además abran su mente o se sientan identificados con lo que están viendo.
Algunos fenómenos que se producen en estas series son la máxima exhibición dramática o el queerbaiting, que consiste en jugar con la ambigüedad y hacer ver que un personaje es homosexual, por ejemplo, pero nunca va a llegar a más a pesar de que el espectador así lo espera. Esto se puede ver claramente en la serie The Good Place, donde se intuye por ciertos comentarios que la protagonista no es heterosexual, pero no se desarrolla el personaje mucho más.
Si uno se centra en el tipo de series más general a veces se puede ver que los personajes que representan al colectivo son bastante simples en muchas ocasiones, siendo pocos o incluso solo uno. Además este es personificado de tal manera que se escenifican muchos estereotipos y no se tiene en cuenta la diferencia que hay entre todo tipo de personas en la realidad.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la sociedad va cambiando y se va a abriendo a la tolerancia y el respeto. Por ello si se puede ver un cambio entre piezas audiovisuales, destacando principalmente aquellas creadas para adolescentes que muestran, en muchas ocasiones, la realidad. En series como Sex Education o Skam se ve una imagen de la juventud actual más abierta a la sexualidad y flexible. Así lo explica Carlos Bascuas, perteneciente al colectivo.
En definitiva, si se tuviera que definir cómo es la representación del colectivo en las series actualmente se podría decir que es pequeña si se tiene en cuenta la realidad, pero que ya no es tan mala como hace años. Hay que tener en cuenta que el contexto social afecta mucho a la elaboración de films, por ello se podría decir que hay una evolución y una mejoría, pero aún queda camino por recorrer.
Estereotipos en las series
A pesar de la notoria visibilización del colectivo que estas series pueden transmitir a la sociedad a través de sus escenas, no siempre proyectan representaciones acertadas y reales.
La constante generalización de un personaje concreto, en el caso de una persona homosexual, por ejemplo, hace que en la sociedad se transmitan ciertos mitos o determinadas creencias que a lo mejor no corresponden con esa realidad.
La proyección en las series de un único estereotipo que engloba a todos los gays, lesbianas, transexuales, etc. no se asemeja a la diversidad real que existe dentro del colectivo. Miguel Calvo, en este sentido, cree que esto es lo que sucede en Veneno con el personaje de Flo.
Además, Carlos Bascuas, perteneciente al colectivo, nos cuenta cómo muchas veces se exageran en un personaje ciertas características que, a lo mejor, pueden tener algunas personas del colectivo, pero no siempre son verdad. “Hay series como Aída, donde el único personaje que figura es Fidel, el típico gay con pluma, que da a entender que todos los personajes gays son así”.
En este sentido, resulta fundamental proyectar experiencias reales sobre las vivencias personales de cada persona porque, obviamente, no todos somos iguales. Miguel Calvo opina que, por ejemplo, First Dates, “es un programa que ayuda a la visibilización, a ver una diversidad mucho más grande de lo que mucha gente podría alcanzar. Está muy bien para que empieces a ver que un mismo grupo no es igual nunca, no es tan homogéneo como te gustaría creer”.
Lo mejor y lo peor
Como todo en la vida, a pesar de que se echa en falta mayor y mejor visibilización hacia el colectivo, igual que hay series pésimas que más que favorecer, ridiculizan al personaje, también hay series que sí han sabido transmitir, de forma acertada y sin prejuicios, verdaderos valores que ayudan a entender a las personas.
Física o Química, una serie que marcó a toda una generación de adolescentes desde su estreno, en 2008, hasta el final de su emisión, en 2011, y que ha vuelto ahora con un reencuentro muy esperado, dio vida a uno de los personajes más queridos y apreciados del colectivo en la televisión. Fer, un chico homosexual que tuvo que enfrentarse a varias dificultades para conseguir salir del armario, logró que algunas personas en su misma situación dieran un paso hacia delante para aceptarse tal y como son. Felix Mangas del colectivo nos da su opinión sobre algunas series y sus beneficios.
Por el contrario, una de las series que se sigue emitiendo actualmente, La que se avecina, más que aportar beneficios, perjudica de alguna manera la imagen que se puede recrear sobre las personas del colectivo. Para Miguel Calvo, es una serie “horrenda”, que ridiculiza a su personaje.
Además, realiza una comparativa con la serie Aquí no hay quien viva, y dice que, “para el momento en el que se emitió, su representación fue más adecuada, a pesar de que no era buena”.
Un estudio elaborado por la plataforma de Netflix y GLAAD, la Alianza de Gays y Lesbianas Contra la Difamación, en verano del año pasado, demuestra un elevado interés del público en las series que desarrollan este tipo de temáticas. Según sus datos, Netflix afirma que “mostrar una mayor representación, acelera la aceptación”. Por su parte, GLAAD añade: “entendemos que debe haber una representación real que se posicione mucho más allá de ser el mejor amigo gay. Nos parece importante lograr que estos personajes sean centrales en la trama de nuestros contenidos y no únicamente accesorios”.
Las tramas que desarrollan los personajes del colectivo son vistas y aceptadas por los seguidores. Además, el mismo estudio revela que estos se sienten identificados con lo que les sucede a los personajes y les ayuda a entender mejor a la comunidad LGTB+.
Este estudio, además, recoge algunas de las series más vistas y recomendadas por los espectadores por su identificación con ellas. Las consideradas como las siete mejores son:
- Atypical
- Sex Education
- Sense8
- Élite
- Orange is the new black
- Stranger things
- El mundo oculto de Sabrina
¿Qué habría que cambiar o mejorar?
Aunque cada vez hay más series específicas, dirigidas a abordar en profundidad las temáticas relacionadas directamente con el colectivo, las series generalizadas siguen siendo insuficientes en ello. Evidentemente, está claro que, si no es todas, en la mayoría, cuando aparecen personas LGTB+, la importancia que se les otorga es minoritaria, apareciendo como personajes secundarios que, además, en algunas ocasiones acaban muriendo o desapareciendo, sin llegar a completar todas las temporadas.
En este sentido, Carlos Bascuas valora si habría que cambiar o mejorar algo. Él opina que “habría que mejorar los diferentes aspectos de vida que tienen los personajes, cómo sufre cada uno. Lo que les une en común es la lucha por la aceptación, pero yo plasmaría más la realidad, con mayor naturalidad”.
Influencia social
En todas las historias LGTB+, hay una disyuntiva en cuanto a su forma de presentarse. No hay duda de que el simple hecho de que haya personas del colectivo en el mass media es fundamental para su normalización. Sin embargo, la sobrerrepresentación dramática también puede ser un problema.
Abril Zamora, conocida actriz trans española, hablaba de ello en el podcast “¿Sigues ahí?” en relación con el documental de Netflix “Disclosure”. Zamora cree que el documental no termina de ser acertado porque “es demasiado pesimista”. Según ella, regodearse en el drama de las historias trans no es tampoco algo bueno para el colectivo, dado a que lanza el mensaje de que “si sales del armario, te espera toda esta vida de desgracias”.
Por ello, los activistas piden incansablemente más representación, pero sobre todo una representación más real. En la mayoría de los casos, las personas LGTB+ ven la visibilización como una ayuda a su autoaceptación.
Esa visibilidad puede ayudar a eliminar el estigma social que se asigna en ciertos ámbitos a la identidad LGTB+, a que las chicas y los chicos que se sienten atraídos hacia personas de su mismo sexo, o que no se identifican con el género que les fue asignado al nacer, no crean que están solos e incomprendidos, a que la discriminación por razón de orientación sexual vaya siendo algo del pasado.
Una mayor representación, y más variada, del colectivo LGTB+ puede contribuir a crear empatía, a que esas personas dejen de verse como si fueran marcianos. Es necesario que la industria de la ficción forme un hueco significativo a personas creativas (actrices, guionistas, directoras, productores…) que formen parte del colectivo LGTB+.
En un enfoque más psicoanalítico, nos damos cuenta de que muchas veces estos estereotipos generados son fruto de la presión social que vivimos en la sociedad desde hace años. Maria Lerman, psicóloga clínica, afirma cómo “nuestra sociedad nos lleva a compararnos todo el rato. Estamos continuamente en una comparación social en la que casi siempre el menor o minoritario es uno mismo a no ser que hablemos de un ego mayor”.
Se trata, por tanto de “normalizar”, como comenta María Lerman, ciertas situaciones en las que nadie es diferente. Y estas series pueden ayudar a facilitar esa visibilización y esa aceptación de las personas.
Además de la visibilidad para aquellos que forman parte de la comunidad LGTB+, también es importante que aparezcan estos personajes para aquellos alejados de la comunidad. De esta forma, se normalizan estas situaciones y se reduce la homofobia. Martina Rossi, actriz y miembro del colectivo, explica cómo pueden afectar estos personajes al conjunto de la sociedad.
Pero hay que exigir calidad tanto para los personajes que ya existen, como para los que están por venir. Se debe profundizar en los personajes LGTB+ y darse cuenta que, como la orientación sexual, el género o las personas del mundo real, no son elementos determinantes para su construcción. Las series deberían pretender contar con personajes gays, lesbianas, bisexuales o transexuales que sean más que eso; que sean músicas, risueñas, profesores, médicos, abogadas, madres, padres, psicólogos… ¡Hasta personajes detestables o villanos!