#Olvidadas

#Olvidadas / Variación XXI

• Mujeres, marginadas y criticadas en la cultura

• El feminismo te hace conocer a estas mujeres

Existen mujeres de gran importancia en la historia que están #Olvidadas. Incluso en la actualidad siguen existiendo infinidad de campos en los que podríamos detectar rápidamente la invisibilización de las mujeres. Cuatro de ellos son especialmente acusados, sobre todo en España: la política, el deporte, el arte y el gaming.

Símbolo Feminista / Variación XXI

El desarrollo de la humanidad como sociedad desde sus orígenes ha sido basado en un sistema patriarcal en el que la masculinidad domina todo y la mujer queda siempre a la sombra. ¿Se hizo famosa Cleopatra por ser la emperatriz que hizo brillar más que nunca a Egipto y su cultura o le dieron el papel de «esposa de Julio César» ? ¿Existen tantas obras de arte anónimas o firmadas con pseudónimos falsos porque los artistas de entonces eran muy humildes y tímidos o son obras creadas por mujeres que escondían su identidad por miedo a represalias machistas?

Vivimos en un mundo multidisciplinar, donde una persona puede destacar en muchísimos aspectos, pero todos ellos tienen una cosa en común: están subyugados al arcaico sistema patriarcal que lleva lastrando a la humanidad durante toda su historia. Este sistema, apoyado en las religiones, ha perpetrado unos roles de género en los que la mujer es débil y solo apta para labores domésticas y de cuidado de los hijos e hijas. La fuerza, creatividad, inteligencia e innovación fueron y son asignadas exclusivamente a los hombres.

#Olvidadas de la política

Actualmente niños y niñas crecen con la idea de que la política es un ámbito único y exclusivo para hombres. Estas ideas son transmitidas a través de los valores familiares y también a partir de la escuela, las redes sociales o medios de comunicación. Por ello, es importante recalcar la importancia que han tenido las mujeres en la política española y también la invisibilización que han sufrido y que siguen sufriendo. 

Las tres primeras mujeres elegidas diputadas en España fueron electas en el año 1931, cuando se realizaron los comicios generales de la II República en un momento en el que el colectivo femenino no tenía permitido votar. 

Nacida en 1888 en Madrid, Clara Campoamor fue elegida a través de las listas del Partido Republicano Radical, dirigido por Alejandro Lerroux. Campoamor fue una de las encargadas de elaborar el proyecto de la nueva Constitución en la II República donde peleó por diversas medidas entra las que se encontraba el voto femenino. 

Victoria Kent, licenciada en derecho en 1924 se hizo famosa seis años después al defender ante el Tribunal de guerra a un miembro del comité revolucionario republicano que estaba detenido y procesado debido a la sublevación de Jaca. Se trata de la primera mujer que intervino ante un Consejo de Guerra en España consiguiendo la absolución de su defendido, Álvaro de Albornoz. En mayo de 1931 el presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora nombró a Victoria Kent Directora General de Prisiones, tras haber ganado un puesto en las listas del Partido Republicano Radical Socialista. En este cargo tenía como meta la rehabilitación de los presos, además de otras medidas.

Campoamor, Kent, Nelken, Montseny y Becerril / Variación XXI

Por su parte, Margarita Nelken nació en Madrid en 1894 y consiguió el escaño en las Cortes de la II República en 1931, a través de las listas del Partido Socialista Obrero Español. Cabe destacar que fue la única mujer que consiguió 3 actas parlamentarias durante el tiempo que duró la II República Española, además de ser la única diputada española que estuvo en la última reunión de las Cortes republicanas en territorio español, celebrada el 1 de febrero de 1939.

Además de la aparición en el campo de la política de estas diputadas, en los comicios de 1936 Federica Montseny se convirtió en la primera mujer en dirigir un Ministerio en la historia de España. Concretamente dirigió el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social aunque sólo estuvo en este puesto 6 meses debido al estallido de la Guerra Civil. Con este tiempo ya planteó medidas pioneras como la creación de lugares de acogida para la infancia, comedores para embarazadas, liberatorios de prostitución cuyo objetivo era la reinserción social a través de distintas líneas de actuación o la creación de una lista de profesiones que se pudieran ejercer por personas con diversidad funcional, además del primer proyecto de ley del aborto en España.

#Olvidadas del deporte

El deporte ha sido un coto prohibido a las mujeres durante mucho tiempo. Todo lo que se ha conocido como actividad deportiva o competitiva les ha sido vetado desde que se empezaran a celebrar las olimpiadas en Grecia allá por el 776 a.C. Mientras los hombres desarrollaban distintas disciplinas y forjaban «leyendas» deportivas como Hércules, las mujeres se vieron obligadas a practicar el deporte en la clandestinidad o aceptar jugar solo a aquello a lo que los hombres les permitían. Paralelamente a los Juegos Olímpicos, las mujeres griegas crearon los Juegos Hereos (en honor a la diosa Hera), en los que atletas femeninas competían en distintas disciplinas, aunque pronto fueron prohibidos.

En 1826 comenzaron a celebrarse las primeras Olimpiadas modernas en las que, como cabía esperar, el COI (Comité Olímpico Internacional) no permitió la participación de mujeres. Como protesta por esta discriminación machista, en 1922 y 1926 se organizaron de forma independiente los Juegos Mundiales Femeninos, los cuales de una edición a otra reunieron a miles de atletas de la élite deportiva femenina, obligando al COI a rectificar su postura y a aceptar la participación de mujeres en los Juegos Olímpicos. Un hito que impulsó el deporte femenino y rompió el estereotipo machista de la inferioridad de la mujer lo marcó Nadia Comaneci en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976, convirtiéndose en la primera gimnasta de la historia en lograr una puntuación de 10.

Actualmente, el deporte femenino cada vez cobra más fuerza. La sociedad avanza y, aunque mucho más lentamente de lo que debería, el sistema patriarcal cada vez tiene menos influencia en el deporte. 

Lydia Valentín / El País

El deporte español tiene la suerte de contar con algunas de las mejores deportistas como Garbiñe Muguruza en tenis, Amaya Valdemoro en baloncesto, Lydia Valentín en halterofilia, Carolina Marín en bádminton o Sandra Sánchez en kárate. El deporte femenino está ganando visibilidad en España. Las ligas de fútbol y baloncesto femeninas se han empezado a emitir en televisión, aunque muy paulatinamente y en partidos concretos, pero era algo impensable hace diez años. En 2019, el Atlético de Madrid – F.C. Barcelona batió el récord de asistencia a un partido femenino, reuniendo en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid a más de 60.000 espectadores.

En 2018, Ana Carrasco se convertía con tan solo 21 años en la primera mujer en ganar un mundial de motociclismo y, al no haber apenas mujeres en su disciplina, lo hizo contra hombres, rompiendo así muchas barreras. Entre las muestras de cariño y celebraciones por la victoria de Ana Carrasco se colaron graves insultos machistas en redes sociales por parte de hombres que vieron herida su masculinidad al ver que una mujer derrotaba a sus ídolos.

El demérito, la discriminación y los insultos son el otro grave problema que el machismo impone contra las mujeres en el deporte. A lo largo de la historia se ha construido la concepción de que esta disciplina es un campo exclusivo para los hombres y que cualquier mujer que intente tomar parte de él debe ser apartada y menospreciada, sobre todo cuando no se divide por géneros. Pongamos el ejemplo de una mujer que trabaja como árbitra en un partido de fútbol masculino. Entre otras muchas, tiene que soportar expresiones como «¿A quién te vas a follar de su equipo?», «guarra», «asquerosa», «deberías estar en la cocina».

Estas expresiones no son de hace años, los hombres (e incluso a veces otras mujeres) que las gritan siguen existiendo y llenan las gradas y canchas de todo el mundo. Es cierto que, muy poco a poco, estas actitudes se están empezando a eliminar, pero aún queda mucho camino por recorrer. La brecha salarial, el acoso, el menosprecio y la invisibilización es algo que sigue muy presente en el día a día de las mujeres. El deporte no es una excepción.

#Olvidadas del arte

El arte es un ámbito en el que las mujeres están especialmente invisibilizadas. La educación artística que se ha dado a lo largo de la historia ha situado al hombre como el único creador de arte y ha instaurado una normatividad de la que la mujer quedaba totalmente excluida. Esto ha hecho que la historia esté llena de obras de arte anónimas, firmadas con pseudónimos falsos o presentadas por hombres cuando fue una mujer quien las había realizado.

Siempre han existido mujeres en la historia de todas las artes y queda muy simplista reducir el arte creado por mujeres únicamente a Frida Khalo. Actualmente se está empezando a desenterrar y recuperar la verdadera identidad de las artistas cuyas obras fueron atribuidas a otra persona solo por el hecho de que sus autoras eran mujeres. «Eso no estaba en mi libro de Historia del Arte» , de Manuel Jesús Roldán, recoge los nombres y logros de las mujeres más relevantes de la historia del arte que fueron olvidadas por culpa del machismo.

Han existido multitud de mujeres artistas que quedaron en la sombra como Ende, una copista del siglo X que es considerada la primera pintora de la historia. No se conoce su nombre completo, ya que firmaba sus obras como «Ende pintrix et Dei aiutrix» (Ende, pintora y sierva de Dios).

Sofonisba Anguissola / AminoApps

Sofonisba Anguissola (1535-1625) fue una pintora italiana que, pese a los intentos masculinos de apropiarse de sus obras, consiguió hacerse un nombre y pasar a la historia. Su obra fue alabada por Miguel Ángel y fue pintora en la corte de Felipe II. Uno de los pocos cuadros que pudo firmar fue «La partida de ajedrez», pero algunos expertos le atribuyen obras tan importantes como «La dama de Armiño», firmada por el Greco.

Artemisia Gentileschi (1593-1654) es considerada la primera pintora feminista de la historia y la primera en conseguir el mecenazgo de los Medici. Se le considera una revolucionaria y un símbolo del feminismo, ya que llevó a juicio y consiguió el destierro de Agostino Tassi, su maestro, quien le agredió sexualmente. En dicho juicio se dudó de su palabra y fue sometida a una exploración genital en público para que demostrase su inocencia. En su obra Judith decapitando a Holofernes, la pintora italiana se retrata a sí misma como Judith mientras le corta la cabeza a Holofernes, quien tiene el rostro de su agresor.

Como las anteriores, han existido en la historia infinidad de mujeres artistas con un increíble talento que han visto cómo su nombre caía en el olvido y, lo que es aún peor, cómo muchos hombres se atribuían el éxito de sus obras sin ningún tipo de mérito. Afortunadamente, esto ha ido cambiando y ahora una mujer puede firmar sus obras y exponerlas en los museos, aunque sigue existiendo un machismo estructural que hace que estas artistas tengan que trabajar mucho más que un hombre para poder llegar a los museos.

#Olvidadas del gaming

La industria de los videojuegos mueve más de 1.300 millones anualmente, más que el cine y la música juntos. En España, ya es la primera opción de ocio audiovisual gracias a los 16,8 millones de personas que ponen sus manos a funcionar. De ellos, 4 de cada 10 son mujeres, suponiendo alrededor de un 45% frente al 55% de los jugadores hombres. Sin embargo, las mujeres en ligas profesionales sólo representan un 10% de los competidores y siguen enfrentándose a menudo a comentarios machistas sobre todo cuando juegan en línea. 

Mujer jugando al ordenador / Pandasecutiry

A lo largo de la historia, diferentes roles machistas han acompañado a las mujeres en los videojuegos. El rol de «Damisela en apuros» es uno de los primeros en aparecer en los videojuegos y que han conformado la historia de los principales títulos hasta nuestros días. El ejemplo más reconocido es el de la princesa Peach, de la saga Super Mario Bros. Sólo en uno de los 14 títulos de la saga que se han desarrollado se puede jugar con Peach como protagonista. Otro ejemplo podría ser el conocido juego The Legend of Zelda, aunque es cierto que en el último juego la princesa tiene mayor protagonismo. La debilidad de las mujeres se ha convertido en un rasgo deseable en los personajes femeninos y esto lleva a mantener la creencia de que los desequilibrios de poder en las relaciones amorosas son atractivos, esperados o normales. 

En otros videojuegos permiten matar directamente a las mujeres a golpes o con armas, como es el caso de la saga Grand Theft Auto (también conocida como GTA), la cual es considerada como una de las más machistas del mercado. Además, el jugador (personaje masculino) puede comprar sexo de prostitutas y esta actividad incrementa la conocida como «barra de salud» del personaje. En la saga God of War, podemos encontrarnos a lo largo de la historia minijuegos que recompensan al personaje por haber tenido sexo con una o más mujeres, llegando a recibir un suplemento de energía, subir de nivel, desbloquear pantallas e incluso ganar trofeos. 

Por suerte, la sociedad evoluciona y los estereotipos están empezando a caer, cada vez hay más mujeres protagonistas de videojuegos y más hombres se decantan por estos personajes. Un ejemplo de evolución de un personaje a lo largo de los años y muestra de que la industria va mejorando es el de Lara Croft, aunque también podemos encontrar ejemplos de «buenos personajes femeninos» en recientes entregas de varios juegos como Assassin’s Creed, The Last of Us, Hellblade u Horizon. 

#Recordadas por el feminismo

Política, deporte, arte, gaming… Cualquier ámbito o disciplina en la que nos centremos tiene siempre ese factor común de discriminación y menosprecio a la mujer, ya sea hoy o hace cientos de años. El feminismo está rompiendo con ese orden patriarcal y está impulsando que cada vez haya más mujeres se animen a desarrollarse como profesionales, artistas, deportistas o lo que ellas quieran ser sin el miedo a que haya otros que les pasen por encima por el simple hecho de haber nacido hombres.

Queda mucho, pero poco a poco las mujeres están ganando el espacio que siempre debieron tener en cualquier ámbito de la sociedad. Gracias al feminismo, su nombre empieza a ser escrito en sus libros, rubricado en sus obras y tallado en sus trofeos. Gracias al feminismo, por fin, están dejando de ser #Olvidadas.