Fake news y la influencia de las redes sociales

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• Con el avance de las nuevas tecnologías las noticias falsas se difunden por Internet de manera masiva
• Los individuos no contrastan las informaciones que les llegan por las distintas plataformas digitales

Gogo el chimpancé de 11 años que gana a jóvenes al Fornite. ¿Les suena de algo? Este titular se hizo viral durante el verano de 2021 gracias a un estudio, Proyecto Culebras, que pretendía demostrar lo sencillo que es divulgar información falsa en la sociedad. Las fake news siempre han existido. El concepto hace referencia a la difusión de noticias falsas que causan desinformación en la población. Pero con la aparición de las redes sociales, las personas se han convertido en creadores y difusores de contenidos, cuando antes eran meros espectadores. Las plataformas de interacción son un medio nuevo donde las noticias se hacen virales. Sin embargo, algunas carecen de veracidad, siendo ciencia y salud los ámbitos donde más información falsa se comparte. 

Además, la aparición de los llamados ‹‹influencers›› ha propiciado este comportamiento, ya que sus seguidores los admiran y se creen con mayor facilidad lo que publican, como si de un amigo o una persona cercana se tratara. Con lo cual, esta falta de razonamiento individual y personal, supone un problema a la hora de fomentar la desinformación.

Jesús Miguel Flores Vivar, profesor en la Facultad de Ciencias de la  Información de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), afirma que 2022 será el año en el que los usuarios de Internet recibirán más información falsa que verdadera, y no serán capaces de distinguir la verdad de la mentira.

Fake news

El Proyecto de Servimedia demuestra que se ha creado una opinión pública basada en una mala información, y por lo tanto, una sociedad más manipulable por los gobiernos. Esto acentúa un comportamiento sectario en las redes sociales ya que los usuarios solo forman grupo y comparten informaciones acorde a sus ideologías, de modo que no tienen conocimiento de otras posturas. Así que el discurso es radicalizado. 

Expertos en comunicación opinan que la peor consecuencia de una fake new es la repercusión que tiene en la reputación de personas físicas y jurídicas. También exigen a los difusores en redes que se controle aquello que se difunde, de manera que acaben adoptando una conducta responsable. 

Entre otras opiniones, se encuentra la de Amancio Fernández, director y fundador de DiarioAbierto.es, quien dice que el efecto más pésimo que puede causar es la pérdida de confianza que se produce en los lectores hacia esa entidad, una desconfianza, generalmente, irreparable.

No es un buen periodismo

La población está experimentando el efecto de este fenómeno, que rompe con el derecho a informarse desde la verdad. Y que, por supuesto, también afecta a la democracia y al periodismo de calidad. 

Sergio Mena opina que la culpa de la desinformación reside en  el hecho de que haya nuevas herramientas para hacer muchas más informaciones y nuevos contenidos noticiosos. Antes los que hacían esos contenidos eran los profesionales tales como: periodistas, comunicadores audiovisuales… A día de hoy estas herramientas permiten a cualquiera, con o sin conocimiento, hacer los mismos contenidos que hacían los profesionales. Se ha abierto la caja de pandora. Los profesionales están formados y limitados, tienen unos principios éticos. Hay leyes, pero la realidad es que cualquier persona del planeta puede hacer o decir lo que quiera. Y eso ha bajado la calidad de los contenidos puesto que ya no lo hacen los profesionales. ¿Por qué existen fake news? Porque esa información ya no está en manos de periodistas, sino en la de cualquier usuario.

Los bulos no dejan indiferente a nadie, afectando a cualquier persona independientemente de su nivel sociocultural. Como afirma el profesor Cristóbal Fernández, vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, y participante en el Proyecto Culebras, ‹‹es más importante los elementos comunes que existen a nivel generacional que el hecho de tener una formación en una área u otra ››. 

Como consecuencia de la falta de formación en tecnologías y su correcto empleo, los jóvenes hacen un mal uso de la información que consumen, ya que no reparan en contrastar las fuentes de las cuales reciben contenidos. 

Antiguamente, solo se consumía información en un periódico, en la radio, o en la televisión por lo tanto, se sabía que esa comunicación provenía de fuentes oficiales, puesto que únicamente existían dichos medios. En el contexto actual, con la abundancia de redes sociales y plataformas digitales es más sencillo crear un bulo y que se extienda en todo el mundo. 

¿Cómo detectarías una noticia falsa?

Para detectar una fake new primero hay que preguntarse de dónde viene la información y ver la veracidad de las fuentes. Posteriormente, habría que leer atentamente la noticia y analizar las distintas expresiones que usa el redactor, faltas de ortografía, etc. Por ejemplo, si una información llega a través de WhatsApp no tendrá la misma veracidad que si se publica en un periódico. 

También tenemos que buscar si otras cuentas o medios han dado la misma información y la misma importancia a la información, si no es así, puede que sea falsa. Y por último buscar las distintas imágenes que haya en la información vía Google, por si ha sido cogida de ahí o realmente es una primicia o exclusiva.

Según Maldita Hemeroteca, ‹‹el grueso de la población consume información a través de redes más cerradas como Facebook y sobre todo, WhatsApp››. Una información que pudieron constatar gracias al análisis de Digital News Report 2019 del Reuters Institute, donde aparecía que el 36% de la población ojea noticias mediante las aplicaciones anteriormente mencionadas. 

Maldita Hemeroteca

Para el profesor Sergio Mena, la detección de noticias falsas es una labor difícil porque requiere un trabajo por parte de los individuos, cuando lo que nos gusta es que nos den todo hecho, es decir, llevamos a rajatabla la cultura del mínimo esfuerzo. 

Además, los usuarios suelen guiarse mucho por el clickbait, de forma que titulares tan estrambóticos que deberían ser sospechosos en realidad llaman la atención de los navegadores en redes y no se ponen en duda. 

La función de los canales de verificación

Las plataformas de verificación de noticias intentan automatizar lo máximo posible el proceso de detección de informaciones falsas. Pero siempre con una mano humana detrás. Lo que intentan cuando hay un titular muy llamativo es ver qué han dicho otras fuentes al respecto, hacer una comparativa. Si hay medios que exponen algo diferente, saltan las alarmas. Al contrastarlo con otras plataformas se dan cuenta de si la información es real o no.

Algunos de los canales de verificación de información más relevantes del panorama periodístico español son Maldita Hemeroteca y Newtral. En el caso de Maldita Hemeroteca, encontramos Maldito Dato, quienes siguen las declaraciones que hacen los políticos a través de cualquier medio de comunicación. Para ello seleccionan un mensaje y se verifica mediante un ‹‹sistema de ponderación ››, que se basa en analizar las posibles consecuencias que puede ocasionar. Y posteriormente,  revisan otros documentos para comprobar si el mensaje es verdadero o no. 

Newtral, es una start up basada en la transparencia pública. Uno de los ámbitos en los que trabajan es el fact- checking, que consiste en la verificación de información que se difunde. Trabajan con datos y creen que su uso, mediante esta innovación periodística, se ha vuelto muy necesario en la actualidad. 

Stop fake news/ Variación XXI

Un efecto con posible solución

Sin embargo, este fenómeno de las noticias falsas, es un mal reparable. Según el profesor Cristóbal Fernández, la solución se encuentra en las aulas, implantando la educación sobre las nuevas tecnologías como asignatura tanto en el ámbito escolar como en el universitario. 

También el profesor Sergio Mena, habla sobre este asunto. Para él, combatir la desinformación es prácticamente imposible salvo que intervenga la educación ya que siempre ha existido, el ser humano tiende constantemente a falsear informaciones. 

Invirtiendo en publicidad se alcanza una audiencia diez veces superior

El Proyecto Culebras es un trabajo en conjunto de Torres y Carreras, una constructora de comunicación, junto a la Universidad Complutense. Dicho estudio se basa en indagar en el ámbito de la desinformación, a través de un experimento social práctico consistente en tres fases. En la primera, se crearon cuatro bulos con los que se investigó y experimentó cómo era su desarrollo y difusión en las redes sociales. 

Además se averiguó cómo afectaba la inversión publicitaria en la promulgación de fake news. En este caso, se invirtieron 100 euros en publicidad, alcanzando una audiencia diez veces superior a los contenidos meramente orgánicos. Por lo tanto, se constató de manera práctica el alcance y lo fácil que es desinformar y divulgar contenidos erróneos. Lo que lleva a reflexionar sobre la gravedad que supone que gobiernos e instituciones realicen una inversión publicitaria en fake news, como así lo hizo el Gobierno Colombiano. 

Tweet inversión en fake news Colombia / Variación XXI

La segunda fase del proyecto, se desarrolló planteando una serie de investigaciones a nivel cualitativo mediante focus group con estudiantes del ámbito del periodismo, estudiantes universitarios de otras áreas no relacionadas con la comunicación y jóvenes del mismo rango de edad no universitarios. Con esto se quería comprobar si había diferencias en función del tipo de formación. 

Lo que se concluyó en esta segunda fase es, como se decía al inicio del reportaje, que la diferencia no se encuentra en el tipo de formación sino en los rasgos generacionales que comparten las edades entre los 18 y 20 años (Generación Z). Estos usan las redes para informarse y no realizan acciones básicas de confirmación de la fuente, contrastación… Se da credibilidad a lo que llega de personas pertenecientes a su entorno más cercano. 

La tercera y última fase del proyecto, que se encuentra en desarrollo, se centra en edades más tempranas a la generación Z para ver cómo funciona este fenómeno cuando las actitudes todavía no están conformadas. 

En dicho proyecto participan los profesores de la UCM: Cristóbal Fernández en la comunicación persuasiva, Ángel Rubio perteneciente al Departamento de Historia del Periodismo y David Álvarez, relacionado con la ética periodística. 

Otro estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Regina (Canadá), demostró que con el exceso de contenidos en Internet, los usuarios no se paran a meditar en los titulares, sean de rango de edad que sean. Mientras que, tras un ejercicio de reflexión al que sometieron a los participantes, estos compartieron un menor número de noticias falsas.  

Además, constataron que el hecho de compartir titulares de forma privada e individual a cada uno de los implicados, llevaba a resultados más positivos que los compartidos de forma masiva en redes. Resaltando, de nuevo, la idea de que es importante estar atentos a cada detalle de los mensajes que llegan. 

Otros ejemplos de bulos famosos que han triunfado en las redes sociales son el de Mercadona, en el que en 2018 y 2021 usaron su nombre a través de distintas plataformas de internet para difundir noticias de que se ofrecían falsos puestos de empleo. Estas tuvieron gran relevancia porque no solo se trataba de una información falsa, sino que además acababan cogiendo datos personales de los estafados, como contraseñas y datos bancarios.

Además el periódico La Vanguardia publicó en 2017 un listado con diversos casos de fake news que se difundieron por todo el mundo. Ahí puso el ejemplo del periodista Tomaso de Benedetti, quien se descubrió que las entrevistas que publicaba eran falsas, junto con las informaciones que divulgaba en Twitter sobre las muertes de personas de relevancia mundialmente. También se incluyó en esta publicación de La Vanguardia noticias como la del lobo que circulaba por los vestuarios de los Juegos Olímpicos de Invierno, en la que llegaron a caer medios importantes como la CNN. E incluso avisa de que las imágenes también pueden ser falsas porque hoy en día contamos con numerosas aplicaciones de edición de vídeo e imágenes.

También se utilizaron mucho en las elecciones norteamericanas de 2016, pues los redactores de noticias falsas se percataron de que las informaciones sobre política les iba a dar cantidad de beneficios. Una información que se consideró cierta por varios medios y sobre todo, en redes, fue que el Papa Francisco apoyaba a Donald Trump.

En China una noticia se hizo eco tanto de boca en boca como por redes sociales. Se produjo una campaña donde se afirmaba que la Covid-19 tuvo su origen en la base militar de Fort Detrick, Maryland. Primero, el centro se dedicaba a crear armas biológicas pero, en este momento, es un laboratorio para investigar sobre la viruela o el ébola. El Gobierno chino ha difundido entre su población que este hecho es real. Tanto es así que incluso se han hecho canciones sobre el tema. 

Tweet del rap chino / Variación XXI

En conclusión, el aumento de fake news en Internet ha llevado a un desarrollo de la tecnología para su verificación, y por tanto, de las capacidades del periodista para trabajar en torno a este nuevo fenómeno, creando así nuevos puestos de trabajo, dejando a un lado la antigua idea de que el periodista únicamente se dedica a redactar.