La batalla de la Educación Especial

Alumno recibiendo educación especial / El Español

• 62.275 personas padecen de autismo en España, el 51% son menores de 14 años.

• Los niños con autismo sí pueden recibir una educación especial en colegios ordinarios.

Cada vez es mayor el número de personas que están interesadas en obtener más información sobre la educación especial. La lucha por una inclusión global de los niños con trastorno del espectro autista va aumentando conforme pasan los años. Son muchas las familias que batallan para que sus hijos tengan una educación completa sin discriminación. Y poco a poco lo que era un tema tabú, se está visibilizando más gracias al trabajo de asociaciones y padres que buscan una educación más especializada en sus hijos. A día de hoy, la cuestión se encuentra en si es mejor un centro especializado para estos niños o bien, un centro ordinario donde se les incluya en sus aulas. El trastorno del espectro autista es uno de los temas más tratados en los colegios especiales, se han creado asociaciones para atender a los niños que sufren este trastorno, como por ejemplo Aleph Tea, una asociación sin ánimo de lucro en la que participan profesionales especializados.

«Me produce tristeza la falta de oportunidades que tienen de poder ser un ciudadano de
pleno derecho»

Asociación Aleph TEA

«Estamos empujando la historia para que los centros de educación especial no sean centros segregados», afirma María Luisa Alonso Rodríguez, actual directora del colegio Aleph TEA que forma parte de la Asociación Aleph Tea. Esta organización se crea en 2002 gracias a la idea de los padres cuyos hijos han sido diagnosticados con trastorno generalizado del desarrollo (autismo). El objetivo principal de estas familias es que sus hijos con TEA (Trastorno del Espectro Autista) puedan realizar su educación en colegios públicos u ordinarios. Al ver que no se recibían respuestas a las necesidades que presentan sus hijos decidieron formar la asociación. Virginia Heras, compañera de Luisa y jefa de estudios del mismo centro, afirma que el principal objetivo de la institución es «apoyarles para que puedan llevar a cabo un proceso de aprendizaje que contribuya a la mejora de su calidad de vida y al logro de habilidades que les permitan el día de mañana participar en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho».

Actualmente son más de 340 socios y socias y atienden a más de 154 personas con TEA de forma regular. Colaboran con más de 40 entidades públicas y privadas que apoyan nuestra labor. Esta unión se lleva a cabo con la finalidad de tratar de crear los servicios necesarios que den respuesta a las necesidades específicas de sus hijos. Los fundadores de la asociación tuvieron claro desde el primer momento que la solidaridad y la inclusión serían los valores que definirían Aleph Tea.

Directora de la Asociación de Aleph Tea en su despacho / Variación XXI

Una vez reunieron los recursos económicos necesarios, la asociación alquiló un chalet en Arturo Soria para remodelarlo y convertirlo en el primer centro Aleph. El principal objetivo que persiguen con la adaptación de la vivienda a las necesidades especiales de estos niños es apoyarles para que puedan completar un aprendizaje que les ayude a la mejora de su calidad de vida para que el día de mañana puedan formar parte de la sociedad como ciudadanos de pleno derecho. En el año 2006 Aleph Tea consiguió convertirse en la primera institución de educación especial en conseguir un aula estable en la Comunidad de Madrid. Ahora bien, un aula estable es un espacio reservado a la enseñanza especial dentro de un centro de educación ordinario, en él los alumnos con necesidades especiales reciben una atención individualizada que les ayuda a mejorar su proceso cognitivo y social, siempre dentro de un entorno ordinario y, por lo tanto, más inclusivo para ellos.

Edificio de Aleph Tea en el barrio de Aluche, Madrid / Variación XXI

A día de hoy Aleph Tea cuenta con diez aulas estables en la Comunidad de Madrid, seis de las cuales se encuentran en colegios ordinarios, las cuatro restantes se encuentran en la sede principal de Aleph Tea en Tres Olivos. La asociación cuenta con más de 200 trabajadores contando todos los proyectos que se encuentran desarrollando actualmente, muchos de ellos ejercen el papel de apoyo de los especialistas en colegios ordinarios. El servicio de formación y desarrollo personal de este centro tiene como objetivo principal, incrementar las competencias técnicas, éticas y empáticas de los diferentes profesionales de cualquier otra entidad (colegios, centros y servicios de personas con discapacidad, fundaciones, organismos públicos…). Todos los años se ofrecen cursos de formación abiertos a la comunidad que pretenden difundir el conocimiento y sensibilizar a la sociedad sobre las necesidades de las personas con autismo y sus familias. 

Colegio Cardenal Spínola

Este colegio es uno de los mayores referentes en atención individual, potenciando tanto el crecimiento individual como alcanzando los objetivos de estos alumnos. Destaca también porque es un colegio concertado, católico y mixto. Imparte desde Educación Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato, y en concreto, en este último, hay un tipo de Bachillerato que es Dual Americano a partir de Secundaria. 

El enfoque principal de este centro se encuentra en una mejora escolar que reúne varios objetivos: promover el bienestar y la salud, vivir un aprendizaje sin límites, y desarrollar un currículum comprensivo, así como vivir de una forma natural la sostenibilidad, la competencia global, la visión de comunidad y la participación y el crecimiento sobre la base de los derechos humanos y sus valores.

Un claro objetivo es acompañar a los alumnos desde niños hasta su elección de futuro tras el Bachillerato, ya que es una ventaja para el desarrollo de su potencial. El colegio Cardenal Spínola solo es uno de los 15 centros educativos que tiene la Fundación Spínola. Esta fundación consiste en dar una educación y estar abierto para todos los alumnos sin ningún tipo de distinción. Una comunidad de fe y aprendizaje que anuncia el amor personal de Jesucristo y educa según el estilo Spínola, desde la pedagogía del corazón. 

Alumno Infantil del Colegio Cardenal Spínola / Variación XXI

La Escuela Buena Noticia tiene un proyecto educativo propio que cuenta con unas líneas pedagógico-pastorales que trabajan las inteligencias múltiples y el pensamiento crítico y creativo, la competencia espiritual y el compromiso social. Impulsan un proyecto pedagógico avalado por teorías científicas y una propuesta pastoral al estilo cercano y personal del amor de Jesucristo.

¿Cómo dan apoyo a sus alumnos con necesidades?

Por cada determinado número de alumnos que el centro evidencia que tienen necesidades especiales, la comunidad de Madrid aporta recursos. El centro tiene una persona por cada 10 alumnos con necesidades, y esto permite que estos profesionales vayan a las clases en determinadas horas. No todos los alumnos con trastorno espectro autista tienen una persona al lado, ese no es su modelo. Su modelo se trata de: personas que apoyan a las aulas, cuanta más diversidad hay en un aula, intentan que haya más profesionales por más horas con los niños. Por ejemplo, dos profesionales en el aula que se reparten el ratio de alumnos y que facilitan esa atención.

“Las capacidades de todos solo son relativas”

Además, la Asociación Aleph Tea (colegio específico para niños con trastorno del espectro autista)  se puso en contacto con el colegio hace 10 años para solicitarles que una de las aulas de la asociación pudiera estar en el Cardenal Spínola. Actualmente, el centro tiene un aula estable de la asociación que proviene de Aleph Tea oficialmente, y los alumnos y profesionales que trabajan en este aula pertenecen al colegio Aleph Tea. Con la intención, de que esos niños puedan ir incluyéndose en un aula ordinaria poco a poco.

Alumno recibiendo educación individualizada / Variación XXI

Se dieron cuenta que en el trabajo habitual, con los niños que más dificultades tenían, en vez de creer y trabajar con ellos, les buscaban otros espacios, es decir, colegios más sencillos o más pequeños para ellos. Los trabajadores del centro querían que esos niños estuvieran bien cuidados, y por un aprendizaje involuntario que se ha generado en la educación española, buscaban deshacerse de los que peor rendimiento tenían. Es en este punto, donde se dieron que cuenta que así se convertían en un peor cole, ya que estaban acostumbrados a un tipo de alumno muy concreto. Quisieron dar la vuelta a esta situación, optando por un modelo en el que todos  pudieran compartir el mismo espacio, sin límite a estar o no estar en ese colegio por tener más capacidad o menos para aprender. 

La diferencia que existe entre estos dos centros es la atención educativa que se imparte en cada uno, es decir, el primer centro (Asociación Aleph Tea) está especializado en alumnos que padecen de TEA y el segundo, se centra en impartir una educación abierta para todos los alumnos sin ningún tipo de distinción (colegio Cardenal Spínola).

«Incluir la educación especial en un colegio como el Cardenal Spinola era necesario »

Ley Celaá

El pasado 23 de diciembre de 2020 el Senado aprobó la octava norma educativa de nuestra democracia, la llamada ley Celaá o LOMLOE, impulsada por PSOE y Unidas Podemos. Desde su planteamiento, ha sido una reforma criticada en diferentes apartados del texto legal, como es la lengua vehicular o la enseñanza concertada. Y en el caso de la educación especial también ha sido discutida, se desarrolló una estrategia en la que el Gobierno y la administración educativa debían colaborar conjuntamente.  En un plazo de diez años los centros ordinarios deben tener los suficientes recursos para tener en sus aulas alumnos con discapacidad. Familiares y profesionales de la educación denuncian la ambigüedad de la ley y temen que esto signifique el cierre a medio plazo de 480 centros especializados en España.

Ministra de Educación, Isabel Celaá /Libertad Digital

El texto legal cita: «las Administraciones educativas continuarán prestando el apoyo necesario a los centros de educación especial para que estos, además de escolarizar a los alumnos y alumnas que requieran una atención muy especializada, desempeñen la función de referencia y apoyo para los centros ordinarios». No tiene una referencia explícita del cierre de los centros especiales, pero sí un primer intento de dejar estos centros en un papel secundario y de refuerzo.

La intención de esta reforma educativa es sumarse a los preceptos de la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad. En la que los alumnos con necesidades especiales estén integrados en centros educativos ordinarios, en vez de hacerlo en centros especiales. Muchos de los que se apoyan por una educación inclusiva total, como CERMI (Comité Español de Representantes de las Personas con Discapacidad), opinan que es una ley complicada de implantar y que se necesita de muchos recursos para que esta tenga éxito. Y por otro lado, los centros especiales se ven amenazados al temer que por esta nueva ley sus centros se empiecen a vaciar y acaben cerrando. Muchos familiares que llevan a sus hijos a estos centros, temen que estos niños acaben desamparados al eliminar los centros especiales y sin una alternativa estable para ellos.

Los expertos opinan

Despachos en el colegio Cardenal Spínola / Variación XXI

Este apartado de entrevistas cuenta con la experiencia y profesionalidad del exdirector del colegio Cardenal Spínola de Madrid, Cristóbal Calero Gil. Cristóbal, además de realizar su papel como director durante diez años en Cardenal Spínola y formar parte de la titularidad de la Fundación Spínola, se adaptó a las nuevas normativas que incluía la educación especial en ese tiempo, un camino, que, según comenta, no fue fácil hasta que se dio cuenta de que su metodología les hacía perder muchos alumnos «por cariño y por cuidado de los niños que más dificultades tenían, en vez de acogerlos, en vez de cuidarlos, en vez de trabajar y creer en ellos lo que hacíamos era buscarles otros espacios, colegios más sencillos con menos alumnos y más profesores» . Cristóbal Calero tiene la opinión de que es más beneficioso para estos niños convivir en aulas ordinarias para  adquirir así experiencia de colegio ordinario. Extraer a un niño que tiene problemas cualitativos de la comunicación de un entorno donde se produce la comunicación es contraproducente. Para el exdirector del centro ordinario el problema reside en que «hemos aprendido involuntariamente a deshacernos de los alumnos que tienen peor rendimiento, esto pasa mucho en el sistema español», por ello decidió revertir dicha situación y borrar las barreras de admisión del centro que hasta ese momento se basaban en la capacidad de aprendizaje del alumno. Entre los beneficios que ha conseguido la integración en centros ordinarios como el Cardenal Spínola encontramos la continúa interacción que desarrolla el alumno, la naturalización de los cambios o la adaptación a diferentes situaciones del día a día.

Redactor con Cristóbal Calera / Variación XXI

Tanto Cristóbal como María Luisa, actual directora de Aleph TEA, están de acuerdo en que no hay diferencias entre los alumnos que cursan educación especial en colegios ordinarios y los que lo hacen en colegios especiales, siempre que cuenten con los apoyos necesarios que lleven a cabo un desarrollo óptimo cognitivo y social. En cuanto a la titulación, María Luisa cree que «la enseñanza  ordinaria desarrolla un currículum y los alumnos titulan, mientras que la enseñanza especial no cuenta con ello». En cuanto a la metodología de trabajo es cierto que ambos centros muestran diferencias entre sí, al igual que con el ratio de alumnos. En los colegios de educación especial, el número de alumnos son cinco por clase mientras que, en los ordinarios, cuentan con treinta alumnos por clase. El número de profesores dedicados exclusivamente a la educación especial es distinto en cada colegio, ya que, en el ordinario cuentan con un profesor para cada diez estudiantes, y en los privados, con uno para cada alumno, diseñando las actividades de manera individual para cada uno de los alumnos según sus capacidades y necesidades, orientadas hacia la comunicación. Por ello, la directora del centro especializado opina que «en los centros ordinarios hay presencia, pero no participación» debido a que se adaptan las actividades ordinarias de los demás alumnos a las necesidades de los alumnos especiales, sin embargo, ninguna de esas actividades está específicamente diseñada para sus limitaciones.

Por otra parte, Eva Marchamalo es una psicóloga que ha tenido que abandonar la vida laboral para dedicarse por completo a su hijo Jorge de 5 años, el cual padece autismo. Eva considera que «no todos los niños que tienen necesidades educativas especiales pueden estar en un centro ordinario», esto se debe a que Jorge recibió parte de su educación en colegios ordinarios, sin embargo sus padres no consideraron suficientes los avances que estaba obteniendo su hijo en ese centro y decidieron trasladarlo a uno especializado. Allí se trabaja principalmente la comunicación, ya que el lenguaje es su principal limitación. Desde que recibiera estas clases especializadas, Eva dice haber notado una diferencia abismal en cuestión de meses, alega que el trabajo que realizan estos especialistas «es mucho más individualizado».

Mientras que Rebeca Expósito, integradora social en el aula estable de Aleph TEA en el Colegio Cardenal Spínola, se muestra «pro-inclusión» defendiendo que esta convivencia «beneficia a ambas partes». A pesar de ello cree que los recursos con los que actualmente cuentan los centros ordinarios no pueden satisfacer las necesidades de estos alumnos con necesidades especiales.