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Vivir en Madrid: la doble crisis de los jóvenes

Agencia inmobiliaria para conseguir alquiler para jóvenes en Madrid

Agencia inmobiliaria «Vivienda Madrid» / Nicolás Patella

  • En España se ha registrado un aumento del 3,4% respecto al número de estudiantes de Grado y Ciclo, llegando a una cifra de 1.340.632 estudiantes

  • Una situación de vulnerabilidad, tanto económica como mental, es la de los jóvenes que se desplazan a estudiar a Madrid

 

Más de un millón de los habitantes de Madrid están realizando estudios superiores, un número mayor que en ninguna otra ciudad. Es en esta ciudad donde se concentran más del 15% de todos los estudiantes del país, y como en muchas grandes capitales europeas existe un pulso político y social que tiene relación con un aspecto fundamental de la vida: la vivienda. El escenario político en España ha girado en torno a las tensiones políticas del Gobierno de coalición, siendo uno de los puntos de choque la Ley de Vivienda y la regulación del alquiler. Este desacuerdo, que en el plano de gobierno representa una amenaza para la estabilidad de la legislatura, amenaza a un enorme número de jóvenes, quienes tienen que navegar un mundo de subidas de precio, fianzas, restricciones, condiciones y cuya salud mental está en juego. 

 

Vivir en Madrid

 «Yo vine hace tres años, el primer año viví en un colegio mayor […] ahora me mantienen mis padres porque no trabajo.» María, de 20 años, dejó su hogar en Albacete para matricularse en Madrid, en búsqueda de una carrera universitaria que se acerque más a sus objetivos profesionales.  «Me encantaría independizarme, pero ahora mismo no encuentro trabajo.» En su situación se encuentra un enorme número de estudiantes, que viven en un período de transición entre la juventud y la independencia. Según la Estadística de Estudiantes Universitarios (EEU) para el curso 2020-2021, en España se ha registrado un aumento del 3,4% respecto al número de estudiantes de Grado y Ciclo, llegando a una cifra de 1.340.632 estudiantes. Madrid, Cataluña, Murcia y la Comunidad Valenciana son las comunidades autónomas con el mayor número de estudiantes universitarios. 

Respecto a la movilidad de los estudiantes, las comunidades autónomas que engrosan un mayor porcentaje de estudiantes universitarios provenientes de una comunidad distinta son Castilla y León, Navarra y Madrid. En estas regiones, menos del 70% de los estudiantes tienen la residencia habitual en la misma comunidad, lo cual significa que alrededor de un 30% de estos estudiantes deben pasar por la experiencia de vivir fuera de casa, y pagar los precios de la ciudad en cuestión, ya sea en un colegio mayor, una residencia de estudiantes o un piso en alquiler. En el caso de Madrid, según los datos aportados por Brains Real State, la mayoría de los estudiantes prefieren la zona centro a la hora de alquilar un piso. El distrito Centro es uno de los más elegidos, a pesar de su elevado precio, rondando los 1.148€ mensuales de media. El barrio de Chueca-Justicia cuenta con un precio de 17,1€ por metro cuadrado. En el caso de Malasaña, otra de las zonas más elegidas por los jóvenes debido a su vida nocturna y todas las opciones de ocio que ofrece, tiene un precio de alquiler que asciende hasta los 16,67€ por metro cuadrado.

 

 

El distrito de Tetuán, al norte de Madrid cuenta con un 9% de jóvenes de entre 15 y 25 años y un 17% que tiene entre 25 y 35 años, siendo el segundo distrito más elegido por los estudiantes, debido a sus precios ligeramente más moderados que en la zona centro, situándose en 15€ por metro cuadrado, lo que se traduce en una media de 1.008€ mensuales. En el distrito de Chamberí el 56% de la oferta de vivienda es de alquiler, lo que le convierte en el tercer distrito de Madrid donde es más caro alquilar un inmueble. El precio medio es de 1.134€ mensuales. El barrio de Trafalgar y de Almagro, en dicho distrito, son de los más caros de Madrid con una media de 16,82€ por metro cuadrado entre los dos barrios. El distrito de Salamanca es actualmente el más caro para alquilar. Una vivienda con una habitación se puede situar por encima de los 1.160€. El barrio de Recoletos, cuenta con un alquiler de 19,35€ por metro cuadrado, siendo así el barrio más caro de toda la ciudad. Le sigue el Paseo de la Castellana con 17,62€ por metro cuadrado y el barrio de Jerónimos en el distrito de Retiro con 16,73€ por metro cuadrado. 

Universidad Complutense, la frecuentan jóvenes universitarios en Madrid

Edificio de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid / Andrea Lavín

En cambio, en los distritos de Vicálvaro, Villaverde y Moratalaz, se encuentran los precios más económicos de la ciudad. Las cifras se sitúan por debajo de los 11€ por metro cuadrado. La media se encuentra entre los 715 y 763€ al mes. Usera, Villa de Vallecas, Barajas y Carabanchel oscilan entre 770 y 798€ mensuales. 

 

Contexto político del alquiler

En octubre se tramitó la nueva Ley de Vivienda, que establece una serie de medidas para acercarse a otros países europeos, como Alemania o Francia, que erigieron zonas de precios tensionadas, la reserva del 30% de las nuevas promociones para vivienda social, o incentivos fiscales para la reducción de precios. Dicha ley entrará en vigor en enero de 2022. Sin embargo, el alquiler en Madrid sigue siendo un importante aspecto de preocupación para los jóvenes. En España, a diferencia de en esos países, más de un 60% de los jóvenes entre 25 y 29 años viven con sus padres. Agravado por las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, este número acompaña al 75% de jóvenes que expresa que el principal obstáculo para su emancipación es la ‘ansiedad económica’. Apenas el 3,5% de los hogares con un propietario particular cuentan con una persona de menos de 30 años como el sustentador económico. Una realidad que acentúa el dilema de los jóvenes que emigran a Madrid con el objetivo de encontrar una carrera académica que se adecue más a sus necesidades y objetivos o que estén en la búsqueda de mayores oportunidades. 

Un punto especialmente relevante del contexto político que acompaña a la crisis del alquiler en Madrid es el establecimiento de zonas tensionadas donde se prevé la imposición de controles de precios del alquiler. Se considerará una zona tensionada cuando el coste de la hipoteca o el alquiler supere el 30% de los ingresos medios de los hogares del ámbito. En Madrid, concretamente, casi 6 de cada 10 hogares supera este umbral, siendo con diferencia la región española con mayor número de hogares en esta situación. Para muchos jóvenes mantenidos por sus padres esta medida es agridulce: la inmensa mayoría de ellos no trabajan teniendo en cuenta la abismal tasa de desempleo juvenil que azota a España en comparación con sus vecinos europeos.

La innegable realidad económica que atraviesan los jóvenes españoles va más allá de lo que pagan al mes, de lo que se les pide de fianza o de los requisitos que se les pide al firmar un contrato. Lo cierto es que la inestabilidad es, y ha sido siempre, un importante factor a tener en cuenta en lo relacionado con la salud mental, la esperanza, la configuración de planes de futuro y el emprendimiento juvenil. La ONU ya hace patente en sus informes que una vivienda digna es algo más que «cuatro paredes y un techo», y resalta que la desigualdad económica, el enorme peso de los mercados financieros y las grandes compañías en la vivienda y la mercantilización de la misma añaden a la sensación de angustia y desesperación de los jóvenes en todo el mundo. A raíz de esto y como consecuencia de la ya mencionada desproporcionada tasa de desempleo juvenil cada año son más los jóvenes que deciden emprender el camino de vuelta y volver a vivir con sus padres, abandonando las ambiciones de estudiar fuera.

Según el politólogo Pablo Simón, otro factor vital a tener en cuenta es la temporalidad de los contratos que reina sobre cualquier otro tipo de acuerdo laboral, ya que los jóvenes tardan de media 94 meses (más de 7 años) en firmar su primer contrato indefinido.  «Los jóvenes más vulnerables, los mismos que en la crisis anterior sufrieron la burbuja inmobiliaria y después se han reorientado hacia el turismo o la hostelería, son los que están sufriendo de nuevo», afirma Simón. En esta doble crisis los jóvenes se encuentran «con un mercado laboral cerrado para ellos». Lo cierto es que los psicólogos advierten que los efectos psicológicos de la pandemia no se sentirán hasta que pasen los años, pero los jóvenes de España ya notan el estrés, los cambios repentinos y la incertidumbre en el futuro cercano.

Joven estudiante que vive en su piso de alquiler en Madrid

Joven estudiando en su piso de alquiler / Amina Ould

«Cuando acabe la carrera me gustaría quedarme en Madrid […] pero veo complicado permitirme un piso sin la ayuda de mis padres, que cerraron la empresa después del confinamiento», cuenta Javier en conversación con Variación XXI, de 21 años y estudiante en la Universidad Complutense.  «Cuando los políticos hablan de los jóvenes creo que no tienen en cuenta cómo afectan estas noticias a nuestra autoestima. Bastante ha caído el año pasado como para que al firmar el primer contrato después de la pandemia me suban el alquiler 150€.»

 

La vida en stand by

La salud mental es un tema que poco a poco se ha ido normalizando. Esto es debido en gran parte a la pandemia, ya que mucha parte de la sociedad, destacando los jóvenes y los universitarios, se han visto muy afectados. Este último año los trastornos mentales han aumentado considerablemente. Por ello, el Ministerio de Sanidad ha presentado la primera estrategia de salud mental en 12 años, que pretende ser una herramienta para paliar estas enfermedades, y que tendrá vigencia de 2022 a 2026. Uno de los puntos clave será poner en marcha un teléfono de atención al suicidio, activo 24 horas al día. Tan solo en 2020, el suicidio dejó 3.941 fallecidos en España, por lo que se pretende mejorar el acceso a los servicios de salud mental y también promover la formación de profesionales para detectar el riesgo y poder prevenirlo.

Organizaciones como PsiCall, servicio gratuito de la Universidad Complutense de Madrid, se han puesto a disposición de los estudiantes que se ha visto tan perjudicados, siendo uno de cada siete adolescentes entre 10 y 19 años diagnosticado con un problema de salud mental, mayoritariamente con ansiedad y depresión. PsiCall ha detectado un aumento del 195% en las consultas durante el curso de la pandemia. Entre los motivos más frecuentes por los que los jóvenes de la Universidad Complutense de Madrid recurren a este servicio, son la ansiedad e incertidumbre, bajada de ánimo, problemas familiares, académicos y la ideación autolítica. 

«Han aumentado, sobre todo durante la pandemia, casi doblando las llamadas del curso anterior. Psicall activó de hecho un dispositivo específico para el periodo COVID. Es cierto que conforme la situación se ha ido normalizando aparecen menos llamadas relacionadas con el tema, pero probablemente los efectos sobre la salud mental de la gente se noten durante un tiempo, incluso aunque las llamadas no hablen explícitamente del virus», cuenta uno de los psicólogos de este servicio. 

Psicall, servicio para estudiantes universitarios en la Universidad Complutense de Madrid

Psicall, servicio de psicólogos para estudiantes en la Universidad Complutense de Madrid / Psicall

También destaca como vulnerabilidad especial la situación de los jóvenes que se desplazan a estudiar a Madrid. «Venir de fuera podría suponer una situación de vulnerabilidad dado que el estudiante se encuentra lejos de su núcleo familiar y tal vez de su grupo de confianza más cercano. Además si es la primera experiencia más  independiente tendrá que hacer frente a más situaciones estresantes.»

Es complicado establecer una relación directa entre fenómenos tan amplios como el alquiler, la salud mental, o la situación económica de los jóvenes, pero desde PsiCall advierten de que el horizonte adverso al que se enfrentan muchos jóvenes desplazados puede agravar sus problemas: «[El alquiler] podría relacionarse con otros factores como ansiedad, acceso a recursos de ayuda o incertidumbre.»

Esta investigación lleva a una difícil realidad a la que se enfrentan muchos jóvenes actualmente. Madrid y el acceso a una vivienda digna cada vez es menos accesible, y, a su vez, esto potencia la preocupación y el empeoramiento de los jóvenes respecto a su salud mental, que, además, tras la pandemia ya había ido en decadencia a niveles desorbitados. Ansiedad, depresión, estrés, trastornos de alimentación…, son problemas cada vez más recurrentes, por lo que organizaciones como el PsiCall o estrategias de salud mental como la ya presentada por el Ministerio de Sanidad son de gran importancia y necesidad, y no se debe dejar de tener presente, trabajar ni invertir en ello.

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