EL EFECTO DE LA PANDEMIA EN LOS COMERCIOS MINORISTAS
<< Hay que impulsar el sector, la crisis viene antes de la pandemia, pero esta se acentuó mas con el COVID-19 >>
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Más del 40% de locales fueron a quiebra tras la tercera oleada
La crisis económica derivada del coronavirus afectó a una gran cantidad de comercios locales , situación que a muchos les ha obligado a echar el cierre. Miles de familias se abastecieron de estos pequeños negocios durante el confinamiento y los que no resultaban de primera necesidad un 25% cerraron sus puertas. Los planes de refuerzo por parte del Estado para estos emprendedores junto el apoyo de la sociedad para consumir de nuestros pequeños comercios hace que se vea algo de luz al final del túnel, pero aún hay muchos detalles que pulir.
La COVID-19 paró en seco la actividad comercial de los municipios; el factor principal dinamizador de la actividad económica y laboral de los territorios cerró puertas, bajó persianas y colocó el cartel de “cerrado”. Empresas y plantillas de pequeño comercio, hostelería , pymes y autónomos, tenían por delante un futuro incierto en el que las alternativas de venta online o distribución a domicilio han venido paliando, aunque sólo en parte, situaciones críticas.
A pesar de que la Confederación Española de Comercio (CEC) propuso algunas medidas concretas para evitar estos cierres masivos no fueron suficientes.
La hostelería fue uno de los sectores más afectados (si no el que más), y en la primavera pasada se enfrentó a sus meses más duros desde que España salió de su primer estado de alarma . Con ayudas directas del Gobierno unos meses más tarde, la hostelería seguía sin generar ganancias. En 2020 se perdieron 400.000 empleos en este sector.
Las restricciones de la segunda ola afectaron a Cataluña, Navarra, Asturias, País Vasco y Castilla y León ya que supuso el cierre total de bares y el mundo de la noche, por lo que se produjo un agujero económico.
Para ser consciente de todo esto, y conocer de primera mano casos particulares, nos hemos acercado al Barrio Lucero, en el Distrito de La Latina, para hablar con dos comerciantes, dueños de locales, y que nos cuenten su experiencia.
Por un lado, encontramos el caso de María y Luis, un matrimonio que regenta una joyería desde hace más de 20 años, y cuyo negocio se vio muy afectado durante la pandemia ; y aún hoy en día siguen sufriendo sus consecuencias. María, cuenta: ´´Nuestro gran problema vino porque nuestro comercio no es de primera necesidad, y tuvimos que estar cerrados durante mucho tiempo. Además, al tener el local dentro del mercado, con más puestos, y ser un espacio cerrado, cuando se fueron levantando las medidas, las restricciones de aforo y la mala economía de las familias del barrio, atizados también por los ERTES, hicieron que estuviéramos apunto de cerrar para siempre nuestro negocio.´´
Aunque todo el mundo piense que el sector de la hostelería ha sido uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus, que lo ha sido, hay muchos más afectados, como la industria textil, que estaba evolucionando a pasos agigantados con conceptos como el fast fashion (diseños que salen rápidamente de la pasarela para capturar tendencias de moda actuales). La pandemia ha generado que en este sector un cambio de hábitos de consumo y de la conducta de los consumidores. Al generar tantos cambios en nuestro día a día el confinamiento y el post confinamiento con el teletrabajo, por ejemplo, el uso cotidiano de la ropa ha decaído en gran medida, y eso conlleva una pérdida económica para los pequeños comercios dedicados a la venta de prendas , sin hablar de los dos meses y pico que estas tiendas permanecieron cerradas puesto que no resultaban ser de primera necesidad, como si lo son los establecimientos dedicados a vender alimentos, que no llegaron a cerrar del todo. Durante ese tiempo, los comerciantes vieron se les escapaba su negocio, ya que muchos de ellos no pudieron mantenerlo después de esta crisis.
Además, cuentan que las ayudas del Gobierno tardaron mucho en llegar, y cuando lo hicieron, eran insuficientes para acaparar todas las pérdidas que sufrieron. Fue utilizando sus ahorros y con ayudas de familiares, como este matrimonio pudo salvar su local de la quiebra.
En un caso opuesto, charlamos con Álvaro, frutero del barrio Lucero, con comercio fuera del mercado, y que regenta tu local con su hermano, Justo. Álvaro nos atendió durante unos minutos y nos dejó su análisis de toda la situación y una interesante reflexión sobre su caso.
Ahora, durante la sexta ola de la pandemia y una nueva variante del virus denominada Ómnicron, los pequeños locales comienzan una factura con “normalidad”. Los pequeños comercios tardan más en remontar que las grandes superficies, por lo que ahora se encuentran en el punto de inflexión de recuperación económica. Además, estos locales contaron con mayores ventajas y maximizaron beneficios durante la pandemia lo que les ayudaría a mantenerse en un nivel seguro para continuar por sacar adelante sus negocios.