Las historias que solo ellas pueden ver y contar al mundo

Fachada Asociación de prensa de Madrid Fuente: Nansi Dimitrova/ Sandra Almeida/Bianca Miszlai

• Son muchas las periodistas que reivindican la situación de la profesión que, a día de hoy, sigue sin adaptarse a ellas

• El ser mujer periodista en zonas de conflicto es <<un problema y a la vez una ventaja>> según cuenta Ethel Bonet, periodista free-lance en el Líbano

Las mujeres periodistas que cubren zonas complicadas, tanto países que están en guerra como otros lugares que son especialmente peligrosos, son cada vez más, pero todavía tienen una sensación de infravaloración. Las que se dedican a cubrir estas zonas se han dado cuenta de algo muy importante: ellas pueden conseguir información que los periodistas hombres no. Ellas pueden entrar en lugares en los que los hombres no pueden. Pueden dar su visión, por tanto, diferente y están reivindicando su derecho a que su trabajo sea más reconocido.

Lucha por el reconocimiento y la igualdad de oportunidades

Carmen Sarmiento, reportera de TVE, fue una de las primeras mujeres periodistas españolas que fueron enviadas por sus medios oficialmente a cubrir un conflicto. La sensación que tuvo fue de machismo. Cuando pidió cubrir un conflicto, la respuesta de su jefe fue: <<¿Cómo vamos a enviar a una mujer a la guerra del Vietnam?>>. Esto no ha desaparecido. En la actualidad se siguen escuchando comentarios de este tipo. Maysun (fotoperiodista) cuenta en la presentación del libro de Ana del Paso “Reporteras españolas: testigos de guerra” que recibe estos comentarios discriminatorios por parte de compañeros de profesión. Ella se iba a Siria y un compañero que también se desplazaba al mismo lugar aconsejó, tal vez sin pensar que era una advertencia machista, que no fuera porque era peligroso. Su respuesta fue <<¿Las balas eligen el género?>>. En esa misma presentación Mayte Carrasco afirma que se ha encontrado más machismo en España que en países árabes en los que ha estado de corresponsal. Es por eso que destaca la creación del grupo “Las periodistas paramos” con un manifiesto de siete puntos en el que reivindican los derechos de las profesionales de la información.

Carmen Sarmiento, una de las mujeres periodistas pionera en cubrir zonas bélicas / Fuente: El Periódico

La Plataforma de Defensa de Libertad de Información ha realizado el primer estudio específico dedicado a analizar en profundidad la situación de las mujeres periodistas en España. De este estudio destaca que la mayoría de periodistas en España no ve posibilidad de ascenso. Solo el 3,8 % de la muestra ve el ascenso como algo seguro o con toda probabilidad. Este mismo estudio revela que las profesionales de la información tienen la percepción de que se relega a las mujeres a tareas más sistemáticas, tediosas o de menor valía.

Rafael Calduch Catedrático de Relaciones internacionales de ciencias políticas y sociología de la universidad Complutense de Madrid reconoce que las periodistas viven en <<una época en la que cuesta todavía mucho el reconocimiento al mismo trabajo y mismo mérito>>.

Solo ellas pueden ver algunas cosas

Ese reconocimiento debe pasar por aceptar que las periodistas pueden hacer el mismo trabajo que sus compañeros varones, e incluso, en ocasiones, pueden conseguir información a la que los hombres no tendrían acceso. Así se demuestra en el libro Balas para todas que salió a la venta en noviembre de 2021. En este libro, seis periodistas relatan su experiencia cubriendo guerras en Oriente Medio y Magreb: <<Nuestros colegas masculinos fueron vetados de estos espacios mientras nosotros, como híbridos entre periodistas y mujeres, viajábamos a través de universos. Desde la línea del frente, donde nos incrustamos con milicianos masculinos y femeninos, pudimos pasar a la retaguardia para ingresar a los espacios privados generalmente reservados para las mujeres>>.

Mujeres periodistas, zonas de conflicto, reivindicación, igualdad./Fuente: Alfonso Bauluz

Es en este libro en el que las corresponsales reivindican que todavía la profesión no se ha adaptado a ellas. Por ejemplo, los chalecos antibalas están diseñados para hombres, que provocan dolor en el pecho de la mujer. También relatan experiencias desagradables que sus compañeros no viven. Por ejemplo, muchas llevan una alianza de casada en el bolsillo para ahuyentar. Según Khabat Abbas, una de las autoras, <<este libro será una forma para todas las mujeres periodistas en este campo que están comenzando a comprender cómo ocurrieron los conflictos y cuál es el papel de las mujeres periodistas en este lugar y qué tan importantes están comenzando a ser ellas. Es una visión de futuro>>.

A medida que se investiga y se habla con las periodistas en zonas complicadas para la libertad de información, es cada vez más evidente que ser mujer puede ser una gran oportunidad. Según Ethel Bonet (Periodista free-lance en el Líbano, antes en Pakistán y otras zonas de Oriente Medio) <<Ser mujer es un problema y a la vez una ventaja […] el hecho de poder entrar en el mundo de las mujeres, los periodistas hombres no pueden entrar en ese mundo, solamente lo puede hacer una mujer. Puedes hablar con una madre que acaba de perder a su hijo, puedes ir al entierro o puedes meterte simplemente en una casa y tomar el té con un grupo de mujeres que están en Siria bajo las bombas. a la hora del trato, más que del propio país, yo hablaría más del machismo que sigue existiendo en los medios. Las mujeres seguimos siendo un segundo plano>>.

Macarena Vidal, actualmente corresponsal de El País en China, cuenta que lo de la información privilegiada a la que pueden llegar a tener acceso las mujeres periodistas, también ocurre en esa parte del mundo <<nos podemos ver beneficiadas como mujeres, en el sentido de que es más fácil que las mujeres se abran a ti, que te dejen entrar en sus casas o que te cuenten historias más delicadas que no le contarían a un hombre: historias de violencia doméstica, casos de Me Too>>.

Reporteros Sin Fronteras publicó el 8 de marzo de este año un informe en el que reconoce el problema adicional que supone ser mujer en la profesión del periodismo. Se titula “El periodismo frente al sexismo”. Por sexismo, RSF entiende cualquier forma de violencia sexual y de género: discriminación, insultos, acoso sexual, toqueteos, agresiones verbales y físicas de carácter sexual, amenazas de violación e incluso violación. Y afirman que <<estos fenómenos tienen consecuencias nefastas para el pluralismo de la información>>. En este informe, destaca la declaración de la fotoperiodista Laurence Geai, que reafirma las anteriores declaraciones llevadas al terreno de la República Centroafricana <<Ser mujer en estas zonas es tanto una ventaja porque tenemos un acceso formidable a la mitad de la humanidad y porque se desconfía menos de nosotras>>. Aunque esto es algo que agradece, también destaca que tiene que vivir cosas desagradables por ser mujer <<por lo general, sobre el terreno, los hombres te tocan y hacen gestos claramente inadecuados>>. Menciona como ejemplo a un miliciano en la República Centroafricana, a un civil en Azerbaiyán o un soldado en Irak.

Infografía manifiesto de mujeres periodistas que reivindican sus derechos / Sandra Almeida, Nansi Dimitrova y Bianca Miszlai

Otro informe de RSF “Los derechos de las mujeres: investigaciones prohibidas” señala que la cobertura de temas relacionados con los derechos de las mujeres <<puede resultar arriesgada en algunos países si supone sacudir las tradiciones y despertar las conciencias sujetas a la sociedad machista>>, constata Juana Gallego, directora del Observatorio para lgualdad de Género de la UAB de España y profesora de Periodismo. Según este informe, en los últimos 10 años han sido asesinadas cuatro periodistas por tratar estos temas. Una de ellas es la mexicana Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada y Norte de Juárez, en el estado de Chihuahua (México). La periodista Elena Reina (corresponsal en México para El País) destaca que si vas a hacer un reportaje sobre violencia de género te puedes encontrar <<que el marido es un policía municipal aliado con el narcotráfico, entonces esa mujer nunca se va a atrever a denunciar porque a su marido nunca le va a pasar nada, entonces tampoco va a hablar contigo>> y explica que no está en peligro solo tu seguridad, sino también la de tus fuentes.

Infografía sobre la evolución de los cinco países más peligrosos del mundo en cuanto a libertad de prensa / Sandra Almeida, Nansi Dimitrova y Bianca Miszlai

En el informe de RSF una de las encuestadas aclara que <<el hecho de que las mujeres tengan la costumbre de escribir sobre mujeres, feminismo, o también sobre asuntos delicados como los derechos humanos y de las minorías, las expone doblemente al riesgo de ciberacoso, que casi siempre incluye insultos de carácter sexual>>. Si se quiere tener una visión diferente, si se quiere ver lo que ocurre de la forma más objetiva posible, hay que empezar a reconocer que las mujeres en zonas de conflicto son una oportunidad que hay que aprovechar.

Por otro lado, hay que tener cuidado, pues las mujeres periodistas se están convirtiendo en el blanco particular de regímenes dictatoriales, ya que como señala Reporteros Sin Fronteras la proporción de mujeres periodistas asesinadas o encarceladas crece, siendo el 2021 el año que mayor número de mujeres encarceladas registra la organización.

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