El barrio salva al barrio

Vecinos del barrio de Aluche haciendo cola para recibir su bolsa de alimentos / RAMA

• Los vecinos de Aluche, olvidados por las administraciones, gestionan despensas de alimentos para las familias necesitadas todas las semanas

• Las mal llamadas ‘colas del hambre’ siguen aumentando debido a la subida de precios

Shirley, de 38 años, acude todas las semanas al número 67 de la Calle Quero para poder recibir una bolsa de alimentos que permita que ella y su hijo puedan sobrevivir. A medida que avanza la cola cuenta que es inmigrante y que lleva tres años en España y que hasta el momento no ha logrado conseguir un trabajo permanente. Trabajos temporales y mal pagados son lo único que encuentra para traer un mínimo de ingresos a casa, en la que por desgracia, no puede vivir sola junto a su hijo debido al alto precio de los alquileres. «Mi hijo y yo compartimos piso con otra familia y no veo la hora de encontrar un trabajo decente para que podamos vivir en nuestro propio hogar», confiesa la madre soltera. Esta es su historia, pero no es la única. La mayoría de las familias que cada sábado vienen a la Red de Apoyo Mutuo de Aluche a recibir alimentos tienen un relato muy similar.

Cola de vecinos en Aluche esperando la ayuda alimenticia de la asociación / AVA   

Ya son muchas y, lamentablemente, cada vez más, las familias que se ven afectadas por la precariedad y la pobreza. En Aluche, un pequeño barrio del sur de Madrid, alrededor de 400 familias se acercan a un colorido local donde una asociación del barrio reparte todos los sábados bolsas de alimentos que ayudan a las familias a subsistir durante, al menos, 15 días. La pandemia de la COVID-19 y la actual guerra entre Rusia y Ucrania han afectado directamente a la economía de nuestro país y muchas empresas se han visto golpeadas. Sin embargo, quienes realmente han sufrido los estragos han sido las familias trabajadoras y la clase obrera, que no dispone de recursos económicos para alimentarse, ni para pagar los 700€ que piden de alquiler en el barrio de Aluche.

Red de Apoyo Mutuo de Aluche

Mural del artista Okuda en la fachada del local de la Asociación de Vecinos de Aluche / RAMA

Todo empezó durante el confinamiento, cuando unos vecinos del barrio de Aluche se movilizaron para llevar comida a las personas mayores que no podían salir de casa. Actualmente, esta asociación llamada Red de Apoyo Mutuo de Aluche, trabaja para que las personas más vulnerables del barrio cuenten con una alimentación y unos medios que les permitan mejorar su calidad de vida en lo máximo de lo posible. «Si no fuese por la asociación de vecinos, que nos da una ayudita con una bolsa de comida para aguantar, no se como hubiésemos llegado a final de mes», testifica Edwin Acosta, un receptor. 

Población en situación de pobreza y exclusión social o en riesgo de sufrirlo en la Comunidad de Madrid / INE

Hogares con problemas para el pago de su vivienda en la Comunidad de Madrid

Evolución del precio de la vivienda en venta en la Comunidad de Madrid

Hoy por hoy, la asociación está formada por casi 100 voluntarios distribuidos en distintos grupos de trabajo. Solo reciben frutas y verduras desde el Banco de Alimentos, por lo que tiene que buscar el resto a través de donaciones económicas o en supermercados para poder complementar lo más necesario en la cesta de la compra que cualquier familia necesita. «Nuestras donaciones, a raíz de las difusiones en medios de comunicación, aumentaron notablemente y a día de hoy, nos autoabastecemos, en parte, gracias a la generosidad de nuestros vecinos», explica Elena Bermejo, vicepresidenta de la Red de Apoyo Mutuo de Aluche.

Descarga de alimentos en el local / RAMA

Los sábados, durante la mañana, los voluntarios descargan palés, ordenan los alimentos y entregan las bolsas. Reparten aproximadamente 7 toneladas de alimentos todas las semanas, ayudando así a más de 300 familias. La asociación cuenta con el doble de solicitudes, pero, por desgracia, no dispone de recursos para atender a más. A partir de marzo de este año, la Red introdujo un nuevo objetivo en sus planes: elaborar una serie de actividades culturales que abarquen desde los más pequeños hasta los adultos. «Ahora hemos potenciado una escuela de inglés y de matemáticas para los chavales», explica Rogelio Poveda, presidente de la Red de Apoyo Mutua de Aluche.

El barrio salva al barrio

Voluntarios de la Red de Apoyo Mutuo de Aluche / RAMA

Las personas internas de la Red de Apoyo Mutuo de Aluche aseguran que con los gastos de la luz, la subida de la hipoteca y de los productos de primera necesidad, ha aumentado el número de personas que recurre al Banco de Alimentos y a asociaciones como esta. Denuncian la falta de ayuda por parte de la Comunidad de Madrid y critican la nula acción municipal. «Tienen medios y tienen locales suficientes, pero no quieren reconocer que en Madrid hay un problema», testifica Rogelio Poveda. Aunque no tienen apoyo de las instituciones, sí lo tienen de vecinos, ONGs y algún artista como es Okuda, un pintor y escultor español, que les pintó la fachada del local como regalo.

Reparto de alimentos durante la tormenta Filomena / RAMA

El barrio salva al barrio es el lema de la asociación. Y no es casualidad. En las situaciones más críticas, son los vecinos los únicos que sirven de apoyo para otros vecinos. Ni las instituciones gubernamentales, ni las municipales están dispuestas a ofrecer las ayudas suficientes. La Asociación de Vecinos de Aluche, y en especial la RAMA, funcionan gracias a la cooperación de los vecinos y las donaciones de particulares y empresas del barrio. Rogelio Poveda lo deja bien claro: «Nuestra red no solo se dedica a dar comida. Nosotros no damos caridad, no queremos dar caridad. Nuestra idea es otra cosa. Si a mi me dices que voy a coger y vas a dar comida para los vecinos digo que no lo hago. Para eso están los servicios sociales. Ahora, lo que hacemos es que el barrio ayude al barrio. Hemos potenciado una escuela de idiomas y de matemáticas, estamos dando casi 300 ordenadores para que los niños puedan estudiar, material escolar… Todo esto también lo estamos dando nosotros».

Sin embargo, al preguntarle a Rogelio si siente satisfacción por la increíble labor desinteresada que día a día ejercen todas las personas que componen la Red, su respuesta es un rotundo no. No es satisfacción personal la palabra. Para él es algo que se debe hacer, una labor que no es opcional. Mientras los organismos del Estado sigan mirando hacia otro lado, el barrio tendrá que seguir salvando al barrio.