La infravaloración del deporte femenino
El equipo español de relevos 4×100 formado por Sonia Molina-Prados, Jaël Bestué, Paula Sevilla y Maribel Pérez | Foto de EFE
-
Una lucha contra estereotipos de género para alcanzar la igualdad en el deporte
-
La brecha de los medios de comunicación en la cobertura de deportes femeninos
El 83% de las niñas y adolescentes españolas no realizan deporte de manera habitual según un estudio realizado en 2021 por la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid y el Women’s Sports Institute. Los datos que arroja el Consejo Superior de Deportes indican que más del 70% de licencias vinculadas al deporte están en manos de hombre. Teniendo esto en cuenta, en España la mujer cuenta con total libertad para ejercer cualquier deporte, sin embargo, ¿por qué son tan pocas las que lo practican?
Ariadna Sernández es una adolescente de 17 años que entrena en el Club de Atletismo de San Sebastián de los Reyes. Ella se federó hace tres años y compite casi todos los fines de semana. Su hermano practica fútbol y su familia siempre le acompaña en los partidos, pero con ella la situación es algo diferente. «A mí, mis padres me han venido a ver literalmente a dos competiciones; sin embargo, a mi hermano, le van a ver más veces. Yo soy más cautelosa y eso a mi padre no le gusta. Me refiero que a la hora de saltar una valla tenga miedo. Mi hermano es más bruto en el fútbol, es más salvaje, y eso al final es lo que gusta a la hora de ver espectáculo», explica.
Los últimos datos del Consejo Superior de Deportes muestran que, en 2022, el número total de licencias deportivas federadas estaban en un 75,7% en manos de los hombres y en un 24,3% en posesión de las mujeres. Según los estudios liderados por la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y el Women’s Sports Institute, los porcentajes muestran una clara distinción entre los deportes reservados para las mujeres y los reservados para los hombres. En deportes como voleibol, hípica o patinaje artístico en torno a un 70% de las licencias federadas son ocupadas por mujeres; mientras que, en otras disciplinas como la gimnasia, el dato asciende hasta un 90% de licencias femeninas.
Equipo español femenino de atletismo en el Campeonato Mundial de Atletismo de Eugene 2022 / RTVE
El deporte femenino español se abrió hueco en la élite
En nuestro país el protagonismo de la mujer en el deporte llega muy tarde. No fue hasta las dos últimas décadas del siglo XX cuando la categoría femenina comenzó a tomar mayor importancia, como consecuencia del final de la dictadura y la llegada de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, dónde se catapultó definitivamente.
Todo ello fue impulsado también por la puesta en marcha del Programa ADO (Asociación de Deportes Olímpicos) realizado para favorecer el desarrollo y la promoción de los deportistas de alto rendimiento a nivel olímpico, diseñado en 1988, año en el que Maite Zúñiga se convertía en la primera atleta española en ser finalista en unas olimpiadas, en los Juegos Olímpicos de Seúl. «He sido una afortunada, he hecho en mi vida lo que me ha gustado y me ha salido muy bien. Sobre todo, en el mundo del deporte, hay muchas deportistas con condiciones, ganas y mucho esfuerzo que nunca consiguen el objetivo que se marcan, o no les dejan, y yo lo conseguí, desde la distancia solo puedo estar agradecida».
Los Juegos de Barcelona significaron un antes y un después en el deporte femenino olímpico español, el cual llegaba muy preparado y con una mejora en el nivel que pudo comprobarse en los resultados de diferentes disciplinas. Algunos ejemplos de esto son Miriam Blasco en judo, Conchita Martínez en tenis, Carolina Pascual en gimnasia rítmica o la ya nombrada Maite Zúñiga, que conseguiría un sexto puesto en la final de 1.500 metros. «Barcelona fue especial, fue una experiencia completamente diferente».
Apoyos insuficientes a las más jóvenes
La respuesta a la pregunta referida a las razones por las cuales las mujeres siguen sin tener protagonismo en los porcentajes del deporte federado español, quizá pueda encontrarse más cerca de lo que creemos, en las raíces de nuestra propia sociedad. «Me ha pasado con algunos padres que me decían: “No, es que yo no quiero que mi hija esté así, porque parece un hombre”. Que pase esto todavía, me parece grave», comenta Sara Rodríguez, entrenadora de atletismo de las categorías sub 18 en el Club de Atletismo de San Sebastián de los Reyes.
Esta perspectiva es generalizada y se arrastra desde la época de las deportistas más veteranas como Maite. «Yo tenía una compañera que empezó a hacer atletismo conmigo cuando éramos crías, teníamos catorce o quince años, y yo me acuerdo que sus padres, en un momento dado, la sacaron y dijeron que la iban a llevar a hacer gimnasia rítmica porque el atletismo le ponía las piernas como a los tíos», recuerda. La ex atleta lo tiene claro: «Parte de la propia familia, y esto conlleva a que los estamentos más altos del mundo del deporte no hayan invertido o no hayan intentado equiparar, porque desde las propias familias hacíamos que nuestras propias hijas no optaran por la opción que ellas querían, sino por la que nosotros considerábamos que para ellas era mejor».
Estas barreras invisibles que se van construyendo con el paso de las generaciones han marcado claros estereotipos cuando hablamos del deporte femenino. «Está muy bien visto por parte de las mujeres tener un novio que es deportista, que todos los findes compite, voy, le aplaudo y presumo de mi novio que es campeón de España, que juega al fútbol y lo hace fenomenal. Pero todavía llega esa edad, y vemos fatal que tu novia se vaya el fin de semana y no esté contigo para que la puedas lucir con los amigos, y se vaya a competir a un campeonato de España», afirma Zúñiga.
Infografía de 2023 ofrecida por El Ministerio de Cultura y Deporte español
El papel clave de los medios de comunicación
El dato más clarificador sobre el trato que recibe la mujer en la prensa deportiva española lo otorgó la profesora y Doctora de la Universidad Carlos III de Madrid, Carla Sainz de Baranda. La investigadora llevó a cabo un estudio durante 31 años (desde 1979 hasta 2010) que demuestra que los periódicos deportivos en España solo dedican un 5,11% de su espacio a las categorías femeninas, mientras que un 92,24% se dedica a las masculinas.
Otro estudio realizado en 2016 por la periodista deportiva Chantal Reyes, enfocado en los mismos medios, mostró que desde que publica Carla Sainz de Baranda hasta el año 2016, el aumento del protagonismo de las deportistas en la prensa había incrementado aproximadamente en un 1%.
Se demuestra así que, ni en los titulares, ni en las fotografías, ni en el contenido se da una igualdad entre hombres y mujeres. «No tienes más que coger un minutado de un telediario, de cualquiera, de televisión pública o televisión privada, para ver cuántas noticias hay de deporte femenino, hay días que no hay ni una», analiza Paloma del Río, considerada como una de las mujeres pioneras en el periodismo deportivo español, especializada en disciplinas olímpicas. «Políticamente se apoya, pero pragmáticamente no se hace tanto, ni en tiempo de exposición, ni en visibilidad, ni en medios. Solo cuando llegan los Juegos Olímpicos, las grandes citas, los campeonatos de Europa o del Mundo, es cuando se empieza a hacer la foto del deporte femenino; pero la realidad es que, en el día a día, no es así», añade Del Río.
Puede que todo lo analizado anteriormente sea la causa de que la mayoría de las personas que realizan deporte y abandonan la actividad física en la adolescencia, sean mujeres. El mensaje de las deportistas profesionales es claro: «Lo más importante en esta vida es ser persona, por encima de si eres más masculina o más femenina, más alta o más baja, más guapa o más fea, más gorda o más delgada, esta soy yo», concluye Maite Zúñiga.
