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periodismo universitario en internet

Pérgamo, el milagro de las letras

Cultura, Libros, Librería, Pérgamo

  • Pérgamo salva la vida tras la llegada de un mecenas que no quería ver cerrado el negocio

  • La situación actual de las librerías es que se abren más de las que se cierran

«Lo único que nos va a salvar como planeta, como país y como personas está en los libros», dijo un pensativo Jorge F. Hernández, uno de los protagonistas de esta historia, desde un pequeño rincón de la librería Pérgamo. Una reflexión relacionada con la realidad de las librerías en los tiempos actuales. Una situación que podría llegar a tildarse de desesperanzadora. En un mundo en el que gobiernan las nuevas tecnologías, como Internet y las redes sociales, las librerías pueden estar viviendo el que posiblemente sea uno de los momentos más difíciles y complicados.

Algunos de los últimos datos arrojados por el Gremio de Libreros de Madrid, nacido hace casi más de cuarenta años, apuntaban que en los últimos años se cerraban el doble de librerías en Madrid de las que se abrían cada año. Desde el año 2000 se han cerrado 209 librerías y se han abierto tan solo 108.

Las causas del cierre de las librerías en la capital española pueden ser diversas. Pablo Bonet, director del Gremio de Libreros de Madrid, explica que la situación de las librerías ha mejorado enormemente en los últimos años, incluso después de la pandemia de coronavirus que puso en jaque a todas las librerías. Al final, el compromiso de los lectores de cada barrio que apostaban por sus librerías permitió la supervivencia de muchas librerías. «Estamos estabilizados. Después de la pandemia, las librerías se incorporaron como centros que la gente no quería perder de sus barrios. Las librerías recibieron mucho apoyo de sus lectores y lectoras y eso fue muy importante. Ahora, estamos en una situación en la que se abren más librerías de la que se cierran», decía Pablo Bonet desde su despacho.

Con la llegada del libro electrónico al mercado, muchos interrogantes con respecto al futuro de las librerías se abrieron paso. Fueron muchos los que pronosticaron que este formato supondría el cierre definitivo de las librerías. Sin embargo, se asegura que tanto el libro tradicional como el libro electrónico pueden convivir dentro de un mismo ecosistema. De hecho, en la actualidad el libro electrónico tiene una presencia mínima, casi residual, y es el libro físico de papel el que domina el mercado. Ambos son productos complementarios.

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Las hermanas Serrano anunciaron el cierre del negocio familiar de Pérgamo por su jubilación | RTVE

La historia de la librería Pérgamo

La librería Pérgamo abrió sus puertas en 1946 y es la más antigua de Madrid. El negocio familiar fue iniciado por Raúl Serrano Guillén, catedrático de Lengua y Literatura por la Universidad de Alcalá de Henares, quien decidió abrir una humilde librería en Madrid en un momento ciertamente convulso de posguerra en España.

Raúl, fundador de la Juventudes Republicanas de Aragón, y su novia tuvieron que buscar una manera de sobrevivir en España ya que no tenían dinero. Una amiga de la mujer de Raúl Serrano decidió prestarles dinero y fue gracias a eso que nació la librería Pérgamo.

Pérgamo es un lugar muy especial. Sus estanterías están creadas con madera de castaño, una especie protegida de madera muy difícil de conseguir. Fue gracias a un amigo carpintero del fundador de la librería, Ireneo, que se consiguió hacer la librería con este tipo de madera. El motivo que explica que su nombre fuese Pérgamo fue porque Raúl Serrano Guillén quería vincular de alguna manera su librería, situada en el barrio de Salamanca, a una de las grandes bibliotecas de la antigüedad. Pérgamo fue una biblioteca situada en las colonias griegas de Asia Menor.

La intención fue la de perpetuar la antigua Pérgamo en el presente. En la librería Pérgamo han pasado intelectuales de diferentes ramas como escritores, actores o políticos. Miles de personas han pasado por la librería dejando su huella y su rastro con mil historias más que poder contar.

 

El cierre de toda una vida

A finales de 2021, se produciría una noticia que sacudiría a todo el barrio de Salamanca de Madrid. Una noticia que afectaba a varias generaciones de personas ya que esta era la librería de todos. Las hermanas Ana y Lourdes Serrano anunciaban el que sería el cierre definitivo de la librería Pérgamo.

Eran muchos los lectores que entraban entre lágrimas en un espacio que habían recorrido muchas veces y al que no podrían volver jamás. Historias que acabarían para siempre, pero que permanecerían en la memoria y el recuerdo. El cierre de la librería Pérgamo se iba a producir en enero de 2022, pero nadie fue capaz de imaginarse lo que iba a ocurrir un día antes del cierre. La librería fue salvada en el último momento por un mecenas de origen mexicano y gallego del que se desconoce su identidad, ya que quiere preservarla en secreto, dando una nueva oportunidad a la librería.

Esta misteriosa persona, de la que muy pocos saben algo, estaba cansada de ver cómo iban cerrando algunos de los negocios a los que él iba cuando era tan solo un niño. Es por ello que decidió alquilar el local y buscar a nuevos libreros que continuasen con el legado de Pérgamo. Nuevas personas que recogiesen el testigo a las hermanas Serrano.

Nadie podía creer la noticia y eran muchos los lectores que se mostraron sorprendidos ante la inminente nueva apertura de Pérgamo. Sin embargo, las hermanas Serrano ya habían anunciado su jubilación por lo que era necesario buscar a nuevos libreros que continuasen la actividad de la librería.

El mecenas decidió contar con Jorge F. Hernández, un prolífico escritor que había trabajado en la embajada de México. Jorge era un doctorado en Historia y decidió embarcarse en esta nueva aventura que cambiaría por completo el rumbo de su vida. Él mismo explicaba cómo sucedieron todos estos acontecimientos que lo llevaron a convertirse en el nuevo librero de Pérgamo: «Estamos habitando un cuento de hadas. Un mexicano mitad gallego que conocía la librería, como todos los que la conocíamos, lamentábamos mucho que iba a cerrar. Esto corría peligro de convertirse en un negocio cualquiera. Él propuso alquilar el lugar manteniéndolo como librería. Él había leído cosas mías y me propuso ser librero. Yo sabía que mi vida estaba ligada a los libros desde hace más de cincuenta años y acepté».

La librería Pérgamo habría conseguido a un nuevo librero para que volviese a abrir sus puertas de nuevo al público. Sin embargo, llevar una librería no es una tarea sencilla. Fue por ello que Jorge comenzó una búsqueda por saber quién sería su compañero en las nuevas andaduras de Pérgamo. En una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid encontró al candidato perfecto.

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Jorge F. Hernández fue el elegido por el mecenas mexicano | El Mundo

 

Un chico moreno muy joven, de complexión delgada y alto, al que Jorge define como inteligente, fue el elegido para completar el equipo de libreros de Pérgamo. «Fue Pablo Cerezo. Coincidimos por azar en un café y la conversación confirmó que era inteligente. Él acababa de terminar sus carreras y le pregunté, ¿quieres trabajo? Él aceptó y yo acepté», contaba Jorge sentado en un rincón de la librería mientras se colocaba sus gafas.

Pocos detalles se conocen sobre la figura en sombras que decidió alquilar el negocio y evitar así que desapareciese para siempre. «Es un buen hombre que está feliz con haber despertado el proyecto. Nos ha dado protagonismo a todos los libreros de Pérgamo y esto promete», decía Jorge.

Algunos de los libreros sugieren que la principal amenaza a la que se pueden enfrentar las librerías para poder seguir estando vivos en un mercado tan tecnológico es que el margen de negocio de una librería es ciertamente bajo. Prácticamente ninguna tienda puede sobrevivir con un margen máximo de beneficio del 30% sobre un producto, que en este caso un libro, que cuesta una media de veinte euros.

Es por ello que casi ninguna librería puede seguir abierta si no se apoya de negocios paralelos con los que poder compaginar diferentes actividades y ayudas. Las librerías son negocios dependientes de otros. Además, las librerías son algo más que un punto de venta de libros. Se han convertido en espacios culturales y un lugar de encuentro entre lectores y libreros. Un lugar donde prima el trato personal, la amabilidad, la conversación, el olor y la buena compañía entre letras y papel. La situación actual ha hecho que esto sea así. Las librerías realizan diferentes actividades culturales que permiten activar y promover la venta de libros. Dicho de otra forma, una nueva herramienta que permite generar algún tipo de beneficio económico directo.

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Pablo Cerezo y Jorge F. Hernández son los nuevos libreros de Pérgamo | RTVE

La situación actual de Pérgamo

Jorge F. Hernández y Pablo Cerezo están viviendo los primeros pasos de incertidumbre al llevar la nueva librería Pérgamo. Desde que se produjo la nueva apertura  ambos coinciden en que están aprendiendo cómo funciona el negocio cada día, ya que ambos se consideran novatos y aprenden cada día algo nuevo.

La tecnología permite que se puedan adaptar de forma sencilla y más rápida ante este nuevo cambio en sus vidas. La librería Pérgamo ha vuelto a la vida con un nuevo lavado de cara y los lectores del barrio no podrían estar más entusiasmados: «Los lectores que se hicieron lectores en Pérgamo ahora son de la tercera edad. Ellos vienen a comprar los libros con los nietos, pero ellos venían cuando eran niños. También vienen muchos mexicanos. Los lectores están muy agradecidos. Todos aquellos que habían venido a la librería durante toda la vida y algunos nuevos que vienen para conocer la historia de Pérgamo», explicaba Jorge F. Hernández.

Para promover la actividad de la librería Jorge y su equipo están llevando a cabo unas charlas a modo de taller relacionadas con el mundo de la literatura. Ante los problemas económicos muy comunes en las librerías, Jorge F. Hernández se mostraba ciertamente esperanzador: «No hay que callarnos y seguir insistiendo ante el poder. Los Estados deben convencerse de lo importante que es, ya sea en pantalla o en papel, tiene que haber un acceso mucho más fluido a la lectura y al debate».

La librería Pérgamo vuelve a estar a abierta al público y lo hace con la misma ilusión que como si lo hubiese hecho por primera vez. Los nuevos libreros afrontan este nuevo reto con la confianza y la esperanza de que todo vaya bien. El calor de los lectores lo llevan sintiendo desde que se dieron a conocer y centrarán sus esfuerzos para que el futuro de Pérgamo sea favorable. Sin lugar a dudas se presenta un futuro incierto, pero prometedor para Pérgamo.

 

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