La junta de facultad: un pequeño mundo
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Los estudiantes de Ciencias de la Información tienen 12 representantes en la Junta
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Es el ‘parlamento de la facultad’ y eligen al Decano
La Junta de Facultad es el órgano de representación de Ciencias de la Información, y de todas las facultades que conforman la “superestructura” de la Universidad Complutense de Madrid. Son 12 los estudiantes que decidieron, tras las elecciones a junta del 17 de abril de 2024, abrirse un hueco entre el decano, los vicedecanos, el secretario académico, directores departamentales y personal de administración para formar parte de un órgano deliberativo en el que a veces se traslucen los mismos silencios y ruidos de la política nacional.
“Son los parlamentos de las facultades”. María Prieto ha encauzado su vida universitaria hacia la representación de los estudiantes en las instituciones “democráticas” que conforman la Universidad Complutense de Madrid , más concretamente de la Facultad de Ciencias de la Información, su lugar de estudio y vida. También fue elegido mediante un proceso electoral interno de los representantes de la propia Junta para representar a la facultad en la Delegación Central de Estudiantes.
Aunque la elección de los estudiantes sea individual y en listas abiertas, como en el Senado, estos se presentan encuadrados en unas candidaturas con distintas propuestas y visiones ideológicas. La candidatura plural, con mucho arraigo en el sistema universitario, ostenta la mayoría con 9 representantes. Somos complutenses, creados para el último proceso electoral del 17 de abril, están en minoría, con 3 representantes. En porcentaje, los estudiantes ocupan una cuota del 25% de la junta en cuanto a su composición.
Prieto trabaja como becaria para el Gabinete de Comunicación de la Facultad de Ciencias de la Información. Conoce todas las minucias políticas y universitarias, y siente un especial orgullo al definir a la Complutense como una “estructura gigante” equiparable a la organización del gobierno central , las comunidades autónomas y los ayuntamientos. “El organismo central es el Rectorado, que tiene como parlamento al claustro”, explica la también estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, que aclara que la junta actúa como el órgano representativo de todas las facultades , cada una gobernada por el Decanato.
Ricardo Jimeno no es estudiante, ni representante. Es el secretario académico de Ciencias de la Información. Explica de manera lacónica la labor de los estudiantes en las juntas ordinarias, celebradas semestralmente, bajo una mirada por la que se asoman todos los cauces de la administración y de la burocracia. Con todos los reglamentos y estatutos de la Universidad impresos sobre la mesa de su despacho, el secretario aclara que la junta es el aval legal y necesario para gran parte de la normativa de la Facultad , como “las cuestiones de trámite, la renovación de determinados cargos o la asignación de las plazas del profesorado”.
Composición y comisiones
En todas las juntas, ordinarias y extraordinarias, están presentes el Decano, los vicedecanos y él mismo como “miembros natos”, acompañados de los directores de los cuatro departamentos de la facultad y de las cinco secciones departamentales. El resto de sectores, como el Personal Docente e Investigador (PDI), el Personal Técnico y Administrativo (PTGAS) y los 12 estudiantes, son elegidos por la “globalidad de los integrantes de la facultad”, remarca el secretario.
Los estudiantes son elegidos cada dos años. Es por eso que su nivel de competencia puede verse reducido con respecto a otras figuras más permanentes y “con mayor peso en las tomas de decisiones”, como el profesorado o el personal administrativo. Así lo expone el secretario, que se apoya en la “legislación general” para afirmar que los estudiantes se “pueden implicar con mucha intensidad”. María Prieto también entiende la capacidad de influencia que tienen los estudiantes en comparación con otras secciones de representación en la junta, como el PDI o el PTGAS.
Cinco son las comisiones en las que se concentra la mayor parte de la actividad de los estudiantes en la Junta , cada una con una competencia distinta, como política económica, innovación tecnológica, igualdad y diversidad y biblioteca. A esto se suma la permanente, que ejerce la labor de representación de manera ininterrumpida. El reparto de las comisiones, como explica el secretario, tiende a ser proporcional al número de representantes que tienen los dos grupos, Plural y Somos Complutense. Sin embargo, es “el sector de los estudiantes el que se autogestiona el reparto”. Este tiende a ser proporcional a tamaño de los dos grupos. El grupo Somos Complutense, que representa la minoría de la junta, solo tiene un miembro, Olinda, en una única comisión de la Junta, la de biblioteca.
Sin embargo, los compañeros de Somos Complutense tienen presencia en las comisiones de Gobierno y de Estudios. A esta última, Helena dedica una gran parte de su tiempo, para “hacer que la facultad sea más que un centro de estudios” a través de Vida Universitaria, la comisión encargada principalmente de la organización de eventos.
Helena Castellano cree que su camino en la política universitaria acaba de empezar. Es estudiante de periodismo y uno de los tres miembros elegidos a junta por la candidatura Somos Complutense, con los 115 votos que recibió en las elecciones del 17 de abril. Su poca experiencia le ha servido para creer que su trabajo “es fundamental para el buen funcionamiento de la facultad”. Pertenece a la comisión de plan de estudios y de vida universitaria, donde desarrolla el horrible de su trabajo.
Afirma con orgullo que “ha experimentado todas las competencias” que pueda ejercer como representante del sector estudiantil. Se muestra dubitativa, sin embargo, al hablar sobre el peso de su opinión en los debates, afirmando que es necesario “coger confianza y entender cómo funciona la dinámica”. “Se nos escucha”, cree Helena. Considere como importantes las funciones de participar en los debates, aprobar reglamentos y estatutos, crear comisiones delegadas y, quizás lo más relevante, elegir al Decano de la Facultad.
Una elección comprometida
“Cada mano, es un voto”, resume María Prieto. Cuando se trata de elegir al Decano, función relegada únicamente a la Junta, los estudiantes pueden determinar quién ostenta el cargo gubernativo de la facultad . Es en ese momento cuando “los votos de los estudiantes pueden cambiar las cosas”, y en el que los ruidos de la polémica de la política tradicional se entremezclan en la vida de la universidad y de la junta.
María Prieto lamenta como en vísperas de elegir al decano, la compra de votos puede ser en una técnica habitual y hasta cierto punto normalizada por parte del profesorado y “por cualquier otro candidato que se presente” al decanato mediante este proceso de elección interna.
Tiene claras las diferencias. Prometer a los representantes beneficios que afecten a la totalidad de los alumnos no es comprar votos. Eso es “hacer campaña” y “forma parte de la gestión interna de la facultad”. “Eso me parece bien”, afirma. A María le causa una “sensación de frustración” cuando las promesas están relacionadas con beneficios personales y dirigidos a ciertos estudiantes de la Junta .
Su nombre es reconocido por su relación cercana y coloquial con los estudiantes interesados en la gestión pública y política de la Facultad de Ciencias de la Información, sobre todo desde que se convirtió en la Vicedecana de Estudiantes, Igualdad y Diversidad hace un año y medio. Gemma Fernández Hoya todavía no ha vivido unas elecciones a Decano. Respecto a la relación entre los candidatos y los estudiantes de la junta durante el proceso de elección, está convencida de que “hay una ética y moral en la universidad en la que no caben tratos de favor”. En todo caso, especifica, “sería más sencillo que pasarse entre el profesorado y los estudiantes”, aunque reitera no haber visto nunca ese tipo de comportamientos. “Lo denunciaría”, zanja la Vicedecana.
El secretario también se muestra más escéptico y cauteloso al hablar sobre la relación de favores que puedan darse los candidatos a decano y sus 12 futuros electores, los representantes del sector de estudiantes. Considera difícil “movilizar la voluntad de varios estudiantes” para favorecer los intereses de una determinada candidatura. “Eso en realidad no se produce”, cree el secretario.
Es complicado, pero “se puede hacer”, recalca María. En la junta hay estudiantes provenientes del grado de periodismo, de publicidad, de comunicación audiovisual y de doctorados. Cada uno de ellos tiene “proyecciones profesionales bastante distintas”, por lo que la candidatura para el decanato puede jugar con intereses Múltiples y diversos .
Prieto dice frustrarse cuando observa el “entramado de relaciones que existen dentro de la junta de facultad”. Respecto a esta red de intereses, el secretario tampoco se muestra ingenuo cuando habla de la conveniencia de ciertos profesores hacia determinadas candidaturas, pues es consciente de que “es muy posible que haya algunos que tengan ese planteamiento”. “Detrás de los roles de representantes hay personas muy diversas”, recuerda María Prieto cuando intercepta que alguno de sus compañeros de la junta acepta los tratos de favor a cambio de su voto. Ella no se siente en la capacidad de juzgar los límites de cada persona, ya que, advierte, “ cuando se entra en el mundo de la política es muy difícil mantenerse al margen de estas cosas ”. Lamenta como “todo el mundo va al interés propio”.
Helena se muestra más tajante. Considere que “la política no tiene cabida en la universidad, y no se pueden tomar decisiones según criterios políticos”.
El ruido de la política
La Universidad Complutense de Madrid dispone de un total de 29 facultades, con un total de 64.447 alumnos matriculados en el curso 2023-2024. En la enorme vida universitaria, son muchos los espacios en los que se identifica la polarización política y los intereses de ciertas organizaciones o grupos ideológicos.
Ignacio Dancausa es el líder de las Nuevas Generaciones (NNGG) del Partido Popular en Madrid. En la segunda vuelta de las elecciones al rector del 29 de marzo de 2024 pasó la mañana en Ciudad Universitaria, con el propósito de repartir propaganda a favor de la candidatura de Joaquín Goyache, que se disputaba el rectorado con su contrincante progresista Esther del Campo. Junto con otros siete miembros de la organización popular, fueron retenidos por la Policía Nacional para realizar campaña durante el período de jornada electoral, tal y como lo reconoció la prensa .
“Hubo una injerencia externa muy evidente”, afirma el secretario académico. Considere que la intervención de ciertos partidos políticos en los procesos universitarios se debe a la relevancia y proyección que tiene una universidad tan grande como la Complutense. “Los intereses políticos tienen sentido”, concluye el secretario, al tiempo que descarta que “en una facultad carece de interés de llegar a este tipo de operativos”.
“Yo misma les pedí que se fuera de la facultad “Política es todo”. Así lo sintetiza la Vicedecana al hablar sobre la politización que existe en la vida universitaria, tanto en el seno de las facultades como en procesos con mayor alcance en la Complutense. La junta y el equipo decanal tiene como objetivo el bien general, por lo que la ideología de sus miembros no impide el trabajo de los mismos.
No coincide en este sentido la experiencia mostrada por María Prieto, quien observa como la relación de intereses ideológicos y económicos entre los partidos políticos y el Rectorado descienden en “según que actividades” de la Facultad, como en las clases o en la propia Junta. De esta manera, es consciente de que los perfiles políticos de los representantes en junta son “fáciles de identificar” .
Libertad Sin Ira , por ejemplo, es una asociación estudiantil creada en 2021 en el seno de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Defienden la libertad de expresión y la “unidad de España”, y son contrarios al gobierno de Pedro Sánchez. Su actual presidente, Eduardo Peláez, fue la cabeza más visible de la candidatura Somos Complutense en las elecciones del 17 de abril. Es representante en la Junta.
“No se oculta”. María Prieto defiende la libertad de cada representante para mostrar sus tendencias políticas , pues ella misma admite trasladar su simpatía al movimiento pro-Palestina a los debates de las juntas. Denuncia, eso sí, que los “partidos políticos incitan a hacer cosas ilegales”, refiriéndose a la propaganda distribuida por Dancausa, del que María Prieto recibió un sobre de su propia mano, a la salida del metro Ciudad Universitaria. Helena observa como la universidad y, a veces su facultad, se convierte en un punto de encuentro de actos reivindicativos por parte de asociaciones estudiantiles. Marca límites. Considere que desde los espacios de la universidad, “los órganos no deben hacer pronunciamientos políticos”. Cualquier representante “debe quedar al margen de cuestiones políticas y centradas en la universidad”, enfatiza Helena.
La tensión se intensifica cuando los intereses personales e ideológicos se bifurcan en ciertos procesos universitarios que suscitan el morbo político . En las elecciones a juntas del 17 de abril de 2024 pusieron en marcha una serie de tácticas propias del tablero político nacional , como quitar los cárteles con los que las candidaturas se daban a conocer a lo largo de las paredes grises de la Facultad. Un problema que, parece, afectó a las dos principales candidaturas que lograron los asientos de la Junta, Plural y Somos complutenses. El ruido llegó aquel día, que María Prieto define como caótico. Seguirá retumbando en aquellos muchos de los lugares de la Universidad.
[YouTube https://www.youtube.com/watch?v=DOIEM_jTL5c?si=qxoO2r-j_HkaNwMU&w=560&h=315]
Comment *Está muy bien escrito. Pones el foco ante un tema bastante ignorado por la mayoría de la facultad como es el funcionamiento de la política estudiantil. Fuentes fiables e interesantes!
Very demure, devoraste