Golpes que marcan: Las lesiones en el boxeo
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Lesiones en el boxeo: El precio físico y psicológico de subir al ring
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Prevención, secuelas y el gran debate sobre la seguridad en el boxeo. ¿Merece la pena?
El boxeo es un deporte tan glorioso como peligroso. La imagen de un pugilista levantando el cinturón de campeón tras una espectacular victoria es el sueño de miles, pero detrás de ese sueño hay una realidad mucho más oscura y a menudo ignorada. Subir al ring implica asumir un riesgo físico y psicológico enorme, no solo en los días de combate, sino a largo de toda la preparación y carrera deportiva . Si bien el boxeo es considerado un arte de defensa y ataque, la violencia inherente al deporte puede dejar secuelas de por vida. A lo largo de la historia, varios boxeadores han caído víctimas de las graves lesiones que conlleva este deporte, y cada golpe, puede dejar una marca tanto visible como invisible.
Lesiones más frecuentes en el boxeo
Las lesiones en el boxeo son una constante. Entre las más comunes se encuentran las musculoesqueléticas, los cortes y hematomas, y las lesiones en la cabeza y rostro. En un deporte tan físico, los golpes no solo afectan la cabeza y el rostro. Las lesiones musculares y articulares son frecuentes debido a la exigencia de la práctica, según un estudio de Sports Medicine (2017), las lesiones en hombros, codos y muñecas son comunes debido a los repetidos movimientos de golpeo; en su mayoría, son resultado de la sobrecarga en los músculos y tendones, así como la repetición constante de los movimientos de los puños. En particular las lesiones de hombro, como el desgarro del manguito rotador, son las más frecuentes en los boxeadores profesionales.
Uno de los daños más visibles y conocidos son los cortes y hematomas. Estos ocurren con frecuencia durante los combates, debido al impacto directo de los guantes sobre la piel. Un estudio de The American Journal of Sports Medicine (2018) reveló que más del 60% de los boxeadores experimentan algún tipo de corte o contusión en el rostro a lo largo de sus carreras, aunque los hematomas pueden parecer superficiales, los cortes profundos pueden requerir cirugía y a menudo dejan cicatrices permanentes.
Secuelas físicas y psicológicas: más allá del ring
Las secuelas de un combate no siempre son evidentes en el momento, pero con el tiempo, los efectos pueden volverse debilitantes. Muchos sufren de secuelas físicas que les persiguen mucho después de colgar los guantes, sin embargo, hay una dimensión aún más compleja: las secuelas psicológicas.
Adrián, un boxeador amateur, ha compartido abiertamente su lucha contra las lesiones sufridas en boxeo. “Es un deporte muy exigente y que conlleva mucha disciplina y entrenamiento. Yo he sufrido en dos ocasiones rotura de mi muñeca derecha por fuertes golpes. Además, he tenido que acudir al médico por dolores de cabeza tras los combates y recibir ayuda psicológica, por lagunas y perdidas de memoria”, explica. Adrián menciona que padeció ansiedad tras estos complicados momentos, situaciones que, según estudios como el realizado por la National Institutes of Health (2019), son comunes entre los boxeadores.
Si mencionamos algunas lesiones graves, el síndrome del boxeador, o el CTE, es sim duda una de las más temidas por los boxeadores o los jugadores de fútbol americano. Se caracteriza por alteraciones cognitivas, trastornos del ánimo, dificultades motoras y problemas emocionales, se ha documentado principalmente en boxeadores que han realizado una larga carrera deportiva.
Los estudios de la Concussion Legacy Foundation sugieren que pueden enfrentar un deterioro cognitivo significativo después de años de actividad en el ring. Llegando a provocar en los casos más graves: demencia y parkinson.
Prevención y cuidado
Es por estas cuestiones por las que la prevención y el cuidado de las lesiones son fundamentales para proteger la salud de los peleadores. Una de las medidas más efectivas y obligatorias son las protecciones en zonas como la cabeza, manos y muñecas. Sin embargo, el uso de protecciones como por ejemplo, el casco, ha sido objeto de debate. Algunos expertos aseguran que el casco como herramienta en los sparrings puede dar una falsa sensación de seguridad, mientras que otros creen que debe ser imprescindible por su ayuda a reducir las lesiones más graves en la cabeza.
Marcos Badal, entrenador con más de 25 años de experiencia en el gimnasio La Colonia Exclusive Boxing (San Sebastián de los Reyes), destaca la importancia de la disciplina y el trabajo como herramienta para prevenir lesiones. Además, rechaza totalmente la imagen del boxeo como un deporte violento: “Desconocimiento total de la causa, yo considero violencia algo que venga por imposición. El boxeo viene por voluntad propia del peleador, con un trabajo de desarrollo táctico técnico, de capacidades físicas, psíquicas con un espacio de tiempo lógico de aprendizaje no tiene capacidad dentro del parámetro de la violencia”.
Debate sobre la seguridad del boxeo
El boxeo ha sido criticado durante años por los riesgos inherentes a la salud de sus practicantes. Activistas y profesionales de la salud han cuestionado si el deporte debería existir debido a su naturaleza violenta. La idea de que se puede considerar un “deporte mortal” no es nueva. Los críticos apuntan que la salud de los boxeadores debería ser una prioridad y que los riesgos son simplemente demasiado grandes para ser ignorados.
Sin embargo, sus defensores, como entrenadores y algunos boxeadores, defienden el deporte. Aseguran que el boxeo no es solo un deporte de violencia, sino una disciplina en la que se requieren años de entrenamiento y técnica; además de tratarse de un deporte con una belleza y estética innegable. “No se trata de violencia, es un deporte de contacto”, sostiene Badal. “Los boxeadores entrenan para perfeccionar su técnica, para aprender a moverse, para defenderse. Es más que solo pelear. El boxeo es una disciplina que promueve los valores del respeto y el autocontrol”. Para muchos, el boxeo es una forma de expresión que va más allá de los golpes.
Sin negar los riesgos que el boxeo contiene, la conciencia sobre la salud de los boxeadores ha aumentado indudablemente. Aunque nos encontramos en una subida de popularidad, todavía queda un largo camino por recorrer y un tiempo de asimilación de la sociedad hacia esta práctica. Vencer los prejuicios del boxeo como algo violento y marginal es esencial para el futuro desarrollo del deporte y el crecimiento del mismo en nuestro país.