Sexismo y género, cuestión de educación
El 40% de los mensajes publicitarios de los juguetes tienen algún estereotipo de género, según datos del Consejo Audiovisual de Cataluña. Un bebé al nacer es un ser indiferenciado, son los padres, madres y educadores los que le transmiten sus principios y estereotipos de género. La sociedad está condicionada a educar en desigualdad, esto hace que tratar el sexismo desde la infancia sea no solo importante, sino también necesario. Asunción Bernárdez Rodal, directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM (Instifem), señala que “desde que nacemos se establece una interacción distinta que ya está generizada sobre los propios bebés”.
Decirles a unos padres que están educando a sus hijos de tal forma que en un futuro puedan desarrollar conductas machistas queda fuera de lo que la sociedad conoce como correcto. Plantear la posibilidad de que su niña pueda ser una de las 60 víctimas de violencia machista que se dieron en España el año pasado o su niño uno de los que cometieron el crimen, se aleja aún más de lo políticamente correcto. Los estereotipos que se les da a los niños y niñas desde su infancia “son muy dañinos” y, si se trabajasen desde un primer momento, no se manifestaría de manera tan evidente en el yo del futuro, según explica a Variación XXI María Fernanda Salazar, de Fundación Mujeres.
Los niños no lloran. Azul para él, rosa para ella. Para la niña el vestido. Para el niño las deportivas. Este tipo de asignaciones son el modelo principal de aprendizaje y expresión de los menores, nos comenta Sergio Sepúlveda, técnico de Cruz Roja Juventud en el Corredor del Henares. Para Salazar este proceso de estereotipación empieza “desde el día uno”. A los niños y niñas, desde que nacen, se les da “un perfil de lo que tienen que ser y cómo encajar”, a través de “la educación no formal” con los libros, los juguetes e incluso las canciones.
Educación mediante el juego
Los juguetes son una preparación para la vida adulta. “En el juego los niños y las niñas aprenden procesos que luego tienen que ver con lo que se espera de ellos” cuando sean mayores, resalta Bernárdez Rodal. Un dato clave sería el del Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde, que calcula que al menos un 63% de los anuncios protagonizados por niñas publicitan muñecas. Los anuncios relacionados con vehículos y figuras de acción estaban protagonizados en un 50% por niños. “El problema no es el juguete como tal, sino la diferenciación que se hace al darle un juguete a un niño o una niña y la interacción que se espera que éste haga con el juguete”, añade Salazar.
Trabajando por un futuro en igualdad, Cruz Roja lleva a cabo una recogida de juguetes a través del proyecto El Juguete Solidario. “El juguete puede y debe tomar un papel activo a la hora de promover la educación en valores como la igualdad, la paz o la cooperación frente al individualismo, lo bélico y lo sexista”, apunta Sepúlveda. Otro ejemplo lo protagoniza la cadena de jugueterías ToyPlanet, que para su campaña de Navidad de 2014 lanzó un catálogo que mostraba, entre otros, a niños con carritos y cocinitas, y a niñas empujando camiones y subidas a motos.
Precariedad en la formación de los educadores
Los profesores no están preparados para educar en igualdad, según nos comenta Pedro Prieto, coordinador del proyecto Pineo. Este profesional de Cruz Roja recomienda “formar a los profesionales de la educación e inculcarles a los menores desde la infancia los valores básicos de la igualdad de género”.
Salazar reflexiona que este tipo de educación “al final recae sobre la buena voluntad y el interés del profesor o profesora”. Por su parte, Leticia Pereira, voluntaria de Fundación Mujeres dentro del proyecto Educar en Igualdad, hace una crítica de que “institucionalmente no se contempla este problema”. Asegura que la solución debería pasar porque esté contemplado en el proyecto educativo de cada centro.
En los colegios existen estereotipos como “los niños tienen que ser fuertes y las niñas flexibles”. “Los profesores debemos aparcar eso e ir más allá y fijarnos en la capacidades de cada alumno”, comenta Zaida Alcázar, educadora en Educación Infantil.
Un paso más lo ha dado la Consejería de Educación de Andalucía mediante su Plan por la Igualdad de Género en la Educación que incluye directrices concretas sobre el uso del lenguaje no sexista en las aulas.
Problemas y soluciones de futuro
Una cuestión biológica va a determinar el papel social que jugará cada persona en la vida. “Vivimos en un mundo estereotipado en el que se nos dice que las mujeres somos de un forma y los hombres de otra “, opina la directora del Instifem.
En esta línea valorativa Salazar llama a la reflexión: “Todo el mundo debería reflexionar” ya que el “error principal es la diferenciación que se hace en el trato de niños y niñas”. “Aunque también es verdad que no toda la educación está en el colegio” sino que la sociedad, las nuevas tecnologías, redes sociales, el cine o la música también tiene un gran peso, añade Prieto. Igualmente Bernárdez cree que hoy en día los medios de comunicación educan a la gente y “reproducen el sexismo que ya existe y al mismo tiempo lo amplifican”.
Podría decirse que seguimos sin educar en igualdad. Aprendemos valores que siempre han sido ambiguos y conformamos inconscientemente nuestra personalidad a partir de ellos. ¿Sigue siendo el sexismo un problema de pocos? Citando al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, “el logro de la igualdad de género requiere la participación de mujeres y hombres, niñas y niños. Es responsabilidad de todos”.
En la infancia otros ejemplos en los que se reflejan estos estereotipos son en las películas Disney. El príncipe salvador (hombre) que siempre va ayudar o socorrer a la princesa o criada ( mujer), roles en los que es el hombre quien hace una actividad heroica y la mujer la que tiene el rol dependiente de la ayuda de un hombre. Disney no ha creado una Cenicienta con los roles cambiados que sea el hombre quien limpia, o simplemente el de una mujer independiente, la mujer que puede vivir sin que llegue ningún príncipe a salvarla.
Además el uso del lenguaje, con expresiones tales como:” llorar es de nenazas” hacen que existan aún más los estereotipos machista con roles totalmentes diferenciados en actividades por un lado para mujeres y por otro para hombres.
Totalmente de acuerdo en ambas puntalizaciones. A consecuencia de los ajustes de espacio y contenido no hemos podido ahondar en estas cuestiones, pero es cierto que Mª Fernanda Salazar y Leticia Pereira, integrantes de la Fundación Mujeres, apuntaban esta cuestión en la entrevista que les realizamos. Ellas comentaban cómo las historias de Disney mostraban una imagen a los niños y niñas, de una mujer siempre débil y, como bien decías, con la necesidad de ser rescatada. Sin embargo, por echar una mano a la imagen de Disney es cierto que en los últimos años con películas como Brave y Frozen, ha intentado modificar esta cuestión y mostrar una perspectiva donde la mujer es independiente y autosuficiente. Por otro lado el matiz del lenguaje, creemos que es importantísimo y algo que parece que cada vez está calando más en la sociedad e instituciones. Te invito a que eches un ojo al Plan en igualdad de la Consejería de Educación de Andalucía, tienen unas buenas recomendaciones, en este tema, para los profesionales de la educación.
Muy interesante felizidades
Muchas gracias Gabriela, nos alegramos de que hayas disfrutado con la lectura de este reportaje
hola me ha gustado mucho vuestro trabajo yo tengo chico y chica y pienso que tiene que ir cambiando poco a poco la sociedad tenemos muchos estereotipos muy arraigados pero con el esfuerzo de padres y educadores iremos cambiando un saludo
Muchas gracias Rosa, nos alegra que te haya gustado nuestro reportaje.
Pero sobre todo, nos alegra que compartas lo que en él decimos. Ya que la única intención es precisamente esa, que después de leerlo el lector se plantee si siguen existiendo estos estereotipos sexistas. Y si ya después de ello, intenta esforzarse para que desaparezcan, ya sea en actitudes de su día a día, en la educación en los centros o en la de sus hijos e hijas, sea donde sea. Nosotras nos damos por satisfechas. Un cordial saludo.