Papel: renovarse o morir
El Mundo ha decidido renovar el concepto de suplemento dominical lanzando Papel, una revista con un espíritu transmedia nunca antes visto en España. En tiempos donde la muerte del papel es una profecía mil veces repetida, comenzar un dominical impreso puede parecer una locura. Pero el periodismo vive de eso, de ideas que, en un primer momento, parecían surrealistas hasta que alguien se lanzó a llevarlas a cabo. Papel es uno de esos proyectos que podría ser considerado como una inconsciencia: un suplemento dominical (mercado saturado) que plantea temas dirigidos para un público joven (el cuál dejó de acudir a los kioscos hace tiempo) en medio de una crisis total de la prensa escrita (las ventas de periódicos están en caída libre).
Para llevar a cabo un proyecto de estas características, Unidad Editorial decidió evitar uno de los grandes males de los últimos tiempos en los medios de comunicación y poner al frente de la revista a personas jóvenes con ideas frescas. Minipunto. Javi Gómez, Gonzalo Suárez e Iñako Díaz-Guerra fueron los escogidos para dirigir el suplemento pero, sobre todo, para intentar darle una vuelta de tuerca al género.
“Desde que comenzaron las conversaciones, nosotros teníamos muy claro que no podíamos limitarnos a hacer un dominical clásico, la revista y nada más, había que hacer un proyecto multimedia. Desde el principio, presentamos un proyecto con tres patas: la revista, que es el sustento de todo; la web; y las redes sociales”, afirma Iñako Díaz-Guerra, subdirector de Papel.
Las redes sociales, el mejor aliado posible
Y ahí reside uno de los principales triunfos de la revista. La apuesta transmedia que realizaron dio sus frutos desde el primer momento. Para anunciar a los colaboradores, elaboraron una estrategia sencilla pero certera: como si del anuncio de las bandas de un festival de música, la cuenta de Twitter anunciaría un nombre cada media hora. El resultado fue un éxito, ya que se creó una incertidumbre sobre quién sería el siguiente nombre en ser anunciado que llevó a la revista a ser trending topic.
Hubo fichajes para todos los gustos: Santiago Segurola, Quique Peinado, Lara Síscar, Hernán Casciari.. “La plantilla de colaboradores la seleccionamos pensando, no sólo en que pudieran escribir, sino que nos ayudarán a posicionar el proyecto. Evidentemente, tener entre los colaboradores a gente como Ana Pastor, Gerard Piqué o Susanna Griso nos ha dado mucha presencia en redes, lo cuál para lanzar el producto fue muy importante”, reconoce Iñako.
Las redes sociales han sido uno de los pilares de Papel desde su nacimiento. “Ahora mismo, empezar un proyecto sólo de papel no tiene sentido. En redes, hemos sido bastante fuertes desde el principio, lo que nos vino muy bien para el lanzamiento”, afirma el subdirector. Los principales medios han visto en las redes un gran trampolín para llegar a un público más amplio pero se quedaron a medio camino debido a que las utilizan sólo en un sentido, no existe la comunicación bidireccional.
Los responsables del dominical entendieron esto y le pusieron remedio. “Desde el principio, la idea fue no hacer la típica cuenta oficial porque no tiene ningún sentido, es antiguo y un coñazo y te acabas convirtiendo en una agencia de noticias”, afirma Iñako, quién diagnostica la existencia “un problema que sucede, sobre todo, en Twitter con algunas cuentas oficiales que miran al follower desde arriba”.
Por ello, decidieron que había que invertir esa tendencia. “Nuestra estrategia es bastante sencilla: tratar al lector como trataríamos a un amigo tomando una cerveza, siempre poniendo unas pautas. Intentamos conversar más que vender, divertir más que adoctrinar”, asegura. En definitiva, entendieron que había que devolver al ciudadano la sensación de participar en el medio, un sentimiento que se ha perdido y que ha contribuido a profundizar la crisis, tanto económica como ética, del periodismo.
Durante los años ochenta y noventa, las personas se identificaban con una radio, una televisión, un periódico. Ese fenómeno fue desapareciendo con la entrada del nuevo siglo, donde los medios de comunicación se convirtieron en algo ajeno, que no representaba a la ciudadanía. Este hecho se hizo más visible con la llegada de las redes sociales, plataformas que los medios no aprovecharon para acercarse a sus consumidores de forma real.
Hay una frase de Iñako que ejemplifica lo sucedido. “No queremos ni un puntito de superioridad ni moral ni profesional ni ética como parece que tienen muchos medios”, asegura el periodista. Papel ha aprovechado ese vacío de comunicación bidireccional para recuperar la esencia y escuchar al lector. “Intentamos conversar más que vender, divertir más que adoctrinar. Nuestro objetivo es mirar al seguidor a la misma altura y eso implica que aceptamos la crítica, contestamos, debatimos…”, remacha.
Temática alternativa
La revista se planifica con dos semanas de antelación, cuando “se hacen los planillos, donde se plasman los temas que van a entrar, en qué páginas van a ir…”, comenta Lucía Centoira, redactora del dominical. Los responsables de Papel tienen un criterio bastante simple a la hora de elegir los temas. “Que nos molen”, explica Iñako. Fácil y sencillo. O no tanto. Porque ese es otro de los grandes déficits de los dominicales durante los últimos años: su inmovilismo respecto a los temas a tratar.
Esa es otra de las apuestas de Papel: salir del sota, caballo y rey en el que se han instalado muchas publicaciones. En sus páginas pueden leerse reportajes sobre boxeo o política, algo por lo que los suplementos siempre han pasado de puntillas, cosa que no ocurre en los países anglosajones. “Intentamos hacer la revista que nos apetece leer. La selección de temas es sencilla: pedimos a los redactores y colaboradores que propongan cualquier locura que se les ocurra y, si mola, adelante”, explica.
Una cosa está clara: tanto Iñako como el resto del equipo tienen claro que quieren huir de los moldes clásicos. Quitarle tanta pomposidad grimosa y realizar un productor atractivo para el lector, donde la forma es tan importante como el fondo. Minipunto. Lo único que, de momento, han vetado han sido producciones de moda “porque gastar doce páginas de papel en fotos grandes de gente posando no va con nosotros”, aseguran.
Y el futuro, ¿qué?
En cuánto al futuro de los dominicales, Iñako no profetiza sobre qué sucederá. “Ojalá lo supiéramos, estamos intentando descubrirlo. Es como todo, ensayo y error”, asume. Y, por ello, ya están tramando nuevas apuestas, como proyectos para hacer eventos con varias de las firmas que aparecen en la revista o podcasts, los cuáles comenzarán “en breve”. Eso sí, si hay algo tienen claro es que “el futuro de los dominicales es el mismo futuro que tiene cualquier medio de papel: pasa por diversificar”.
Papel es una apuesta distinta. Saldrá bien o mal, eso sólo lo puede determinar el tiempo, pero buscar una vuelta de tuerca a lo habitual ya es una aventura que merece la pena. Ideas como la creación de un departamento audiovisual para crear vídeos propios demuestran que hay una intención de hacer algo distinto, algo que trascienda de lo cotidiano pero sin tener ínfulas de ello, algo imprescindible.
El futuro del periodismo, como el de nuestras vidas, es inescrutable. Aún así, es obvio que los medios deben experimentar ya que no hay peor error que estancarse. “No nos podemos quedar en una revista de papel porque entonces podremos sobrevivir uno o dos años pero no somos tan viejos como para que nos sirva sobrevivir, necesitamos vivir de esto treinta años más”, sentencia Iñako.
Buen reportaje
Mi ha piacuto molto
Enhorabuena! Gran reportaje.
Buen reportajeo, bueno de veras. Sólo echo en falta vuestra propia opinión sobre Papel. Habéis hecho un gran reportaje, pero sólo dáis la opinioón de los protagonistas, a mi juicio falta vuestra crítica al nuevo dominical. .