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Productos sin lactosa, una demanda emergente

Sección de productos sin lactosa en un supermercado/Jean Pierre Gutiérrez

Sección de productos sin lactosa en un supermercado/Jean Pierre Gutiérrez

La intolerancia a la lactosa es un trastorno alimenticio que afecta a más del 35% de la población. Cada año son más personas las que sufren sus síntomas y que ven mermada su calidad de vida. Por ello, cada vez son más las soluciones y facilidades que tienen a su alcance.

¿Qué es ser intolerante a la lactosa?

Lo primero que debemos tener claro es saber que es la intolerancia a la lactosa. Es un trastorno alimenticio, que no es grave, pero que puede llegar a reducir la calidad de vida de quien lo sufre en un alto porcentaje.

Las personas con intolerancia a la lactosa presentan una  sintomatología provocada por una deficiencia de la lactosa, una enzima producida por el intestino delgado y encargada de la absorción de la lactosa.

El déficit de esa enzima puede provocar una serie de síntomas como dolores estomacales, hinchazones, diarrea, gases, náuseas… Este trastorno está infravalorado frecuentemente, por su similitud con otras enfermedades digestivas y por la variedad de formas de manifestarse según la persona.

Afecta a la calidad de vida de las personas

El 80% de la población mundial padece de una deficiencia primaria de Lactasa. Las personas con intolerancia a la lactosa viven con asiduidad situaciones cotidianas de la vida como ir al mercado, a una fiesta o a una cena, con la preocupación de saber si algún alimento contendrá lactosa y les provocará síntomas que afecten a su ritmo de vida.

Anuncio de productos 'Sin Lactosa'/Jean Pierre Gutiérrez

Anuncio de productos ‘Sin Lactosa’/Jean Pierre Gutiérrez

Según la asociación ADILAC, encargada de suministrar y facilitar información sobre la intolerancia a la lactosa, en voz de su presidente Oriol Sanz, entre un 20% y un 40% de la población de España sufre estos síntomas, y debe estar muy atento a las etiquetas de los productos para asegurarse de que no contengan lactosa e incluso en algunos casos no encuentran productos sin en restaurantes o bodas.

Otro de los aspectos detallados por ADILAC, es la importancia a destacar que la prevalencia de intolerancia a la lactosa afecta más a unas zonas geográficas que a otras según «la evolución histórica de las etnias». Los europeos son los que menos intolerancia manifiestan (entre un 5 y un 10%) «siendo los árabes, africanos, afroamericanos, indios o los asiáticos los más proclives», apunta el presidente de la asociación, Oriol Sanz.

Mercado comercial de los productos sin lactosa

La estadística refleja cómo el número de intolerantes a la lactosa ha ido en crecimiento, haciendo que las marcas alimenticias hayan tenido que producir productos sin lactosa, intentando captar un nuevo tipo de consumistas, por lo tanto, abarcan un target en crecimiento que antes no se tenía en cuenta.

CUADRO ESTADÍSTICO SEGMENTACIÓN DEL MERCADO DE LACTEOS. Fuente: FENIL

CUADRO ESTADÍSTICO SEGMENTACIÓN DEL MERCADO DE LACTEOS. Fuente: FENIL

La aparición de la asociación Adilac fue clave para que las empresas alimenticias tuvieran en cuenta el crecimiento de la demanda de productos sin lactosa. «En 2006 no había casi empresas que se preocupasen por el sector intolerante, pero hoy en día se ha conseguido que produzcan productos sin lactosa», explica el presidente de dicha asociación, concretando que los productos sin lactosa tienen un incremento medio de un 30% o 40% respecto al producto normal.

Sin embargo, el sector HORECA (hostelería, restauración, cátering…) «está muy retrasado» respecto al tratamiento y distribución de los productos sin lactosa, a pesar de que «la normativa obliga a los establecimientos a informar» sobre los productos que se ofrecen, De esta manera los intolerantes no están informados correctamente.

Diagnósticos médicos de dudosa fiabilidad.

El número de diagnosticados intolerantes médicos está en crecimiento, lo cuales reciben un plan de dieta para afrontar su alimentación evitando el consumo de lactosa. Sin embargo, en muchas ocasiones, el la intolerancia a la lactosa está considerado «un mal menor» dentro de la medicina, exigiéndose «un protocolo más completo» a la hora de tratar el problema, explica el presidente de Adilac.

Por otro lado, Oriol Sanz critica que las personas cuando consultan al especialista médico salen con muy poca información respecto a la detección de la intolerancia a la lactosa, «solo sacando en claro que son intolerantes». Reclama que haya un sector encargado de guiar al afectado cuando se le ha sido identificado la intolerancia, mediante un dietista especialista que aconseje a su alimentación.

Una mujer en la sección de productos 'sin Lactosa' en un supermercado/Jean Pierre Gutiérrez

Una mujer en la sección de productos ‘sin Lactosa’ en un supermercado/Jean Pierre Gutiérrez

¿Necesidad o moda?

Otros de los aspectos tratados es la tendencia ascendente del consumo de productos sin lactosa. Por lo general, los consumidores de este tipo de alimentos son personas intolerantes, sin embargo, existe una nueva tendencia basada en la moda de consumir productos «sin».

Por otro lado, el seguimiento de una dieta saludable es un método de alimentación que en pleno siglo XXI se encuentra implementada en la sociedad, creándose así hábitos alimenticios en ocasiones erróneos cuando se trata de alimentos «sin». Este hecho afecta al consumo de los productos sin lactosa, provocando que personas tolerantes adquieran en su cotidiana dieta productos especializados para las intolerantes.

«Existe los casos de personas que siguen una dieta sin lactosa por moda o por recomendaciones sin fundamento médico o siguiendo una dieta mal elaborada», afirma el presidente de Adilac, Oriol Sanz, incidiendo en la importancia de informarse sobre este tipo de productos antes de su consumo.

Una tendencia en crecimiento

Para suerte de ese sector en crecimiento de intolerantes, cada vez es más normal encontrar con facilidad productos sin lactosa en los estantes de los supermercados. Sorprende el fuerte crecimiento de esta demanda que hace apenas 20 años tenían dificultades para poder no sólo adquirir los alimentos que debían consumir, sino para informarse sobre cómo seguir una dieta aconsejable para intolerantes a la lactosa.

Gracias a los esfuerzos de asociaciones como Adilac o Kaiku -empresa vital para la intolerancia en 2006- y otras muchas, han conseguido que se satisfaga a demanda emergente que necesitaba la producción y adquisición de alimentos sin lactosa.

Hoy en día, los productos sin lactosa sin vitales en el mercado alimenticios debido principalmente al sector intolerante, unido a las tendencias de dieta saludables y modas, hechos que han forzado a las marcas alimentarias una mayor preocupación y producción en los productos sin lactosa.

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