Bullying: una tragedia en la que todos sufrimos
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El ciberacoso es uno de los más peligrosos porque el maltrato se extiende fuera de las escuelas y la humillación tiene mayor alcance.
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Las víctimas de bullying tienen 2,23 veces más riesgo de padecer ideas suicidas y 2,55 veces más riesgo de realizar intentos de suicidio.
El bullying es un problema presente sobre todo durante la adolescencia que todavía no hemos podido combatir. El acoso escolar sigue causando mucho daño a los más jóvenes y es una situación que puede derivar en graves problemas de salud mental a largo plazo. Prevenir estas conductas es de vital importancia para que la juventud tenga una buena estabilidad emocional y logren desarrollarse en ambientes sanos .
El acoso escolar es la agresión para ejercer poder sobre otra persona . Concretamente, los investigadores lo han definido como una serie de amenazas hostiles, físicas o verbales que se repiten, angustiando a la víctima y desarrollando un desequilibrio de poder entre ella y su acosador. Debido al aumento y uso de las tecnologías de la información y de la comunicación como Internet o los teléfonos móviles, los niños están cada vez más expuestos a nuevas formas de bullying.
Aunque se han hallado factores de riesgo que pueden favorecer comportamientos de acoso, existen una serie de elementos que propician un comportamiento abusivo por parte de un niño: el haber presenciado violencia en el hogar o haber sufrido malos tratos a manos de sus cuidadores, particularmente, abusos físicos o sexuales. Además, la hiperactividad-impulsividad, una capacidad de auto-control baja y el trastorno por déficit de atención o hiperactividad son indicadores de futuros casos de acoso.
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La violencia escolar, que ya había sido abordada en otros artículos de Variación XXI, se puede presentar en distintas formas:
- Bullying verbal: es la primera manifestación de acoso que se efectúa, consiste en emplear palabras despectivas, burlas, insultos, comentarios de odio o racismo hacia la víctima.
- Bullying físico: el uso de la violencia hacia el afectado (golpes, empujones, lesiones) o sus pertenencias (hurto de su comida, dinero).
- Bullying social: daño a la reputación social (calumnias, humillaciones, rumores), exclusión social o discriminación por su condición económica, emocional, intelectual o racial.
- Bullying sexual: ataque físico o verbal con insinuación de fin sexual.
- Ciberacoso: es uno de los más peligrosos porque implica que el maltrato pueda extenderse fuera de las escuelas y la humillación tenga mayor alcance. Suele darse mediante Internet, redes sociales, etc. Es uno de los tipos de acoso más complicados de detectar y, por tanto, de solucionar.
Causas
Una vez identificadas las formas de acoso escolar, es el turno de reconocer algunas causas del acoso escolar. En el seno familiar, el origen de la violencia puede residir en la ausencia de un padre, la presencia de un padre violento, las tensiones matrimoniales o una mala situación socioeconómica. Los modelos educativos con ausencia de valores, de límites y de reglas de convivencia basados en recibir castigos a través de la violencia o la intimidación también fomentan las conductas agresivas.
Consecuencias
Las consecuencias del bullying son nocivas para la víctima y el agresor . En el perfil del agresor se aprecia predominio de los varones.
En cuanto a los efectos del acoso escolar sobre los propios agresores, algunos estudios indican que pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. Los ejecutores son más probables al abuso de alcohol y otras drogas, participación en peleas, vandalismo y abandono escolar y comportamiento abusivo hacia su pareja o hijos durante su futura vida adulta.
Íñigo, un joven que sufrió bullying durante su niñez, nos cuenta su experiencia:
También el resto de los espectadores, la masa silenciosa de compañeros, que se sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, tienen más probabilidades de experimentar un aumento de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad y el consumo de tabaco , alcohol y otras drogas.
Las víctimas de acoso escolar pueden sufrir distintos efectos psicológicos negativos que llegan a permanecer durante 40 años después de haber sido víctima de acoso. Esto nos debe hacer reflexionar sobre el grave impacto psicológico del acoso en el resto de la vida de la persona afectada, presentando peores indicadores de su salud mental y física y un peor desempeño cognitivo respecto a los individuos que no sufrieron acoso.
Las víctimas presentan estrés años después, lo que explicaría la aparición de trastornos mentales. Se detectó que tienen mayor probabilidad de sufrir trastornos como la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizado y las crisis de pánico. También presentaron mayores tasas de depresión y de aislamiento social, aumento de sentimientos de tristeza y soledad , cambios en los patrones alimentarios y de sueño, y pérdida de interés en las actividades que solían disfrutar. Otras consecuencias son las dificultades para dormir, la disminución de logros académicos y los problemas en la socialización y en el futuro laboral.
Es la causa principal del suicidio en jóvenes
El acoso escolar fomenta las ideas o intentos de quitarse la vida y es la principal causa de suicidio entre los más jóvenes. En sí mismo, para un adolescente el hecho de estar involucrado en situaciones de violencia, ya sea como víctima o agresor, se ha descrito como un importante factor de riesgo para la conducta suicida.
En el siguiente vídeo la docente jubilada Adoración concede una entrevista hablando de su experiencia en situación de acoso escolar:
Los menores que son víctimas de bullying tienen 2,23 veces más riesgo de padecer ideas suicidas y 2,55 veces más riesgo de realizar intentos de suicidio que aquellos que no lo han sufrido. En el caso del ciberacoso , el impacto es todavía mayor. Incluso los adolescentes perpetradores de ciberbullying tienen un mayor riesgo de manifestar ideas y comportamientos suicidas, aunque en menor medida que las víctimas.
El acoso escolar se cobra alrededor de 200.000 suicidios al año entre jóvenes de entre 14 y 28 años, según un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto a Naciones Unidas (ONU).
El bullying en números. Fuente: Pictoline.
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