El auge del ‘true crime’ en el audiovisual y en las redes sociales
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El crecimiento de las redes sociales ha derivado en la creación de nuevos canales de creación donde prolifera este género periodístico
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Proyectos audiovisuales sobre asesinatos mediáticos de España se han consolidado en las plataformas de streaming
El crecimiento del género periodístico ‘true crime’ o crónica negra en nuestro país es imparable y se puede observar fácilmente cada vez que accedemos a una plataforma de cine o televisión a la carta. Este auge viene de la mano de una irrupción importante en las redes sociales y aplicaciones de música más utilizadas por los españoles como son TikTok, Twitter, Spotify o Ivoox. Historias tan reconocibles como el Crimen de la Guardia Urbana en Barcelona, el caso de las niñas de Alcàsser o la desaparición de Marta del Castillo son algunos de los ejemplos que han llegado a la pequeña pantalla, en ocasiones como documental y en otras como obras de ficción.
La narrativa histórica que ha construido el género
El nacimiento de la crónica negra se puede fechar durante el siglo XVI en el Reino Unido con la difusión de los llamados ‘murder pamphlets’, estos libros breves sin encuadernar de entre 6 y 24 páginas detallan asesinatos horribles y crímenes capitales. A medida que crecía la alfabetización de las clases altas de la época, la producción de estos panfletos aumenta así como el modo en el que se difunden ya que aparecían historias en verso narrativo o incluso baladas de historias horribles. Los crímenes detallados eran familiares para la clase alta y artesana del momento, lo que causaba un torrente de emociones muy potente y generaba un alto consumo y expectación.
La producción de estos panfletos sensacionalistas y populares continuaron hasta el siglo XIX, un siglo donde la forma de contar historias de crímenes reales entró en una nueva dimensión. La redacción de este tipo de sucesos criminales se confirma como lugar de investigación social, estética y científica. El ensayo satírico Sobre el asesinato considerado como una de las bellas artes de Thomas De Quincey, obra de referencia en este sentido, fue publicada en Blackwood’s Magazine en el año 1827 y confirmó la concepción del periodismo criminal generalizado en los medios de la época. Otros autores coetáneos como Charles Dickens o William Thackeray también escribieron publicaciones en esta línea.
La influencia de estas creaciones cruza el océano y llegados al siglo XX se publica una novela que, posiblemente, sirva de referencia dentro del propio género que se extenderá en el tiempo hasta hoy en el plano narrativo. A sangre fría de Truman Capote, publicada en Estados Unidos durante el año 1966, fue un éxito sin paliativos como segundo libro sobre crímenes más vendido en la historia. Muchos de los expertos sobre criminalística y literatura reconocen que la obra de De Quincey fue la precursora de esta novela y otros tantos consideran el libro de Capote como un trabajo pionero de no ficción. Como reseña anecdótica, Helter Skelter de Vincent Bugliosi, novela publicada en 1974, desbanca a la novela de Capote como libro de crimen más vendido de la historia contando una de las historias más míticas de este género, el caso de la familia Manson.
La llegada a la gran pantalla
El año pasado puede ser la fecha de inicio de una nueva etapa del ‘true crime’ en España, en este caso relacionado con el mundo audiovisual. El propio género concebido con esa nomenclatura anglosajona se compone en la televisión y en el cine años antes en Estados Unidos. El punto de inflexión se produce en el 2015 con la integración de producciones de no ficción como The Jinx y Making The Murderer, en plataformas audiovisuales como HBO y Netflix. También un año antes el podcast The Serial sentó un precedente como éxito y sirvió de investigación para liberar a un preso tras 20 años de pena de cárcel. Un poco más tarde, en 2017, nace Mindhunter de David Fincher que se convierte en una serie de culto dentro de la no ficción y produce dos temporadas que no son suficientes para la ansiosa audiencia que espera una vuelta que nunca acaba de llegar.
De hecho, es posible que la serie de Fincher con un público muy fiel en nuestro país, sentase las bases del actual interés y popularidad que tiene el true crime en España. Otro de los grandes precursores del género tiene nombre y apellido, Carles Porta. El periodista catalán ha creado producciones en diferentes formatos como el libro Tor, la montaña maldita, la serie estrella Crims y el podcast Por qué matamos. Seguramente la mayoría conocerán a Porta por narrar las historias más terribles que han sucedido en Cataluña en su historia reciente como el crimen de la guardia urbana -ficcionado este año por Netflix en El Cuerpo en Llamas- o la chica de Port-Bou, un caso en el que el programa consiguió identificar a la persona que había aparecido muerta colgada de un árbol treinta años antes en ese municipio del Alto Ampurdán.
Historias reales que son iconos del ‘true crime’ español
Muchos sucesos escalofriantes han sacudido e impactado a la sociedad española en las últimas décadas, varios de ellos guardan relación en más de un aspecto. Además de haber sido dos crímenes ocurridos en Galicia, los casos de la niña de origen chino Asunta Basterra, asesinada presuntamente por sus padres en Santiago de Compostela, o el asesinato de Diana Quer, cometido por parte de José Enrique Abuín ‘El Chicle’ en A Pobra do Caramiñal, han disfrutado de una notoriedad pública inmensa y por esa razón han sido diferentes proyectos audiovisuales los que han narrado la historia en forma de documental y muy pronto, en el caso Asunta, en forma de ficción.
No obstante, tres hechos han conmovido de forma extrema la opinión pública de nuestro país debido a las investigaciones y elucubraciones que han suscitado: el caso de las niñas de Alcàsser, el caso Rocío Wanninkhof y el caso Marta del Castillo. En el primero de ellos nunca se ha podido encerrar al presunto autor de los asesinatos y diferentes conspiraciones circulan en torno al suceso, en el segundo se decidió encerrar a la persona equivocada tras un juicio sumarísimo por parte de la opinión pública, mientras que en el tercer caso el paradero del cuerpo de la asesinada es un misterio que pasará a los anales de la historia criminal de España.
La noche del 13 de noviembre de 1992 en el municipio valenciano de Alcàsser, tres adolescentes de 14 y 15 años desaparecen mientras hacían autoestop de camino a una fiesta organizada por el instituto en una localidad vecina. Los cuerpos de Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández aparecen 75 días después cerca del pantano valenciano de Tous. La profunda conmoción se traslado a todo el país tras conocerse los detalles de los asesinatos y el tipo de torturas y vejaciones que sufrieron las jóvenes antes de morir. La investigación policial determinó que el triple crimen fue obra de delincuentes comunes como eran Antonio Anglés y Miguel Ricart, el primero como presunto autor material de los hechos y el segundo como colaborador. Ricart cumplió 21 años de prisión tras ser condenado a 170 años de cárcel, mientras que Anglés consiguió huir de las fuerzas de seguridad y sigue a día de hoy en paradero desconocido.
Este asesinato múltiple suscitó un interés sin igual, alimentado también por la casuística del propio suceso como los problemas entre las diferentes familias debido a conspiraciones por parte de uno de los padres de las niñas o la huida del supuesto asesino así como la gran explotación del terrible acontecimiento por parte de la televisión. Programas hechos a medida como El jui d’Alcàsser por parte de la televisión pública valenciana así como las retrasmisiones en directo de los acontecimientos sin ningún tipo de pudor por parte del programa Tú a tú de Antena 3 y la cobertura de la investigación por parte del programa de Tele5 Esta noche cruzamos el Missisipi generaron tal polémica que confirmaron la llegada de la telebasura a nuestras pantallas.
No obstante, el audiovisual ha producido otros proyectos con mayor rigor y sensibilidad en torno a este caso como por ejemplo la adaptación libre del cineasta catalán Jaume Najarro titulada El Crimen de Peñasca. Más recientemente en la llega del género a las nuevas plataformas audiovisuales, Netflix lanzó la ficción Las Niñas del director Manuel Giménez del Llano en 2018 y al año siguiente estreno la serie-documental de cinco episodios El Caso Alcàsser producido por Bambú Producciones.
Siete años más tarde en la localidad malagueña de la Cala de Mijas se produce la desaparición de Rocío Wanninkhof, una joven de 19 años de la que no se sabe nada durante un mes. El día 2 de noviembre aparece el cadáver tras unas semanas de búsqueda y se comienza a investigar sobre lo sucedido. Las pesquisas de la Guardia Civil estrecharon el circulo sobre Dolores Vázquez, una profesional de la hostelería que vive en el mismo municipio andaluz de la chica asesinada. Detienen a esta mujer como sospechosa de asesinato y pasa a prisión preventiva durante días donde suceden diferentes interrogatorios donde ella niega ser la autora, mientras, la opinión pública influenciada por los medios de comunicación ya ha encontrado una culpable de asesinato.
La actuación de las fuerzas de seguridad del Estado llevan a Vázquez al banquillo de los acusados donde un jurado popular la declaró culpable de los hechos por unanimidad y el juez dictó una sentencia de prisión de 15 años y 1 día. Además de los diferentes recursos que presentó la defensa, el caso daría un vuelvo unos años más tarde tras la desaparición de una joven de 17 años en Coín, una localidad malagueña cercana a la de Mijas. El asesinato de Sonia Carabantes dio lugar a la identificación del ADN del presunto asesino, que coincidía con el que se había encontrado en el crimen de Rocío Wanninkhof, por lo que posteriormente Dolores Vázquez tras haber pasado 17 meses en prisión fue finalmente liberada.
Los asesinatos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes no pueden entenderse de forma individual, ya que los dos formaron parte de la expectación mediática que se genero a raíz del primero de ellos y se resolvió con el segundo. Traspasaron la investigación policial mediante la opinión pública inducida por el gran poder de la televisión y eso dejó huella en los proyectos audiovisuales que se llevaron a cabo posteriormente como la docu-serie de dos episodios realizada por TVE titulada El caso Wanninkhof producida por Fernando Cámara y Pedro Costa. Volvería a estar de plena actualidad de la mano de Netflix con el estreno en junio de 2021 del documental El caso Wanninkhof-Carabantes, meses más tarde otra plataforma audiovisual como HBO Max presentaría también su serie documental de seis episodios con el título Dolores: La verdad sobre el Caso Wanninkhof que posteriormente se emitiría en Tele5.
El último de los sucesos también ocurrió en Andalucía, en este caso Sevilla sería la ciudad en la una chica de 17 años desaparecería el 24 de enero de 2009. Marta del Castillo se fue de casa por la tarde para solucionar un problema con su novio Miguel Carcaño y nunca más volvería aparecer. Este fue uno de los principales sospechosos y a día de hoy se le presupone como presunto autor de los hechos. La problemática de este caso y lo que ha generado tantísima expectación en el país ha sido la búsqueda desesperada del cuerpo de la joven en diferentes zonas de la ciudad hispalense como el Guadalquivir, un vertedero o en la ciudad de Camas próxima a la capital de provincia.
Carcaño y los diferentes acusados por cómplices han llevado la investigación a límites insospechados, donde el presunto autor ha facilitado hasta siete versiones diferentes del asesinato de Marta. Actualmente la pena de Miguel Carcaño es de 21 años mientras que el resto de acusados no entraron en la cárcel. Las movilizaciones de personas pidiendo justicia en España han sido un clamor y la incertidumbre sobre el paradero del cuerpo es una incógnita que corroe a buena parte de la sociedad nacional.
Parte de la expectación sobre esta investigación se generó por las circunstancias del suceso en si, que se fue magnificando por los medios de comunicación al tener demasiados cabos sueltos por los que tirar y, obviamente especular. El caso no paso desapercibido durante esta nueva ola del true crime en el mundo audiovisual y así fue como en noviembre de 2021 la plataforma Netflix estreno ¿Dónde está Marta? , una serie documental dividida en tres capítulos dirigida por la directora gallega Paula Cons.
¿A qué se debe el auge del género en las redes sociales?
En los últimos años, el aumento de cuentas de las diferentes redes sociales (Instagram, Twitter, TikTok…) dedicados al género de la crónica negra o ‘true crime’ ha sido algo notable. Este fenómeno puede atribuirse a varios factores, que crean el caldo de cultivo ideal para la proliferación de este tipo de contenido que encuentra su lugar perfecto en este tipo de espacios digitales. Estos, cada vez más reconocidos como canales de comunicación emergentes por parte de la ciudadanía, se han impuesto a la televisión y los medios escritos en muchos casos.
En las redes sociales, cualquier individuo puede convertirse en un emisor de contenido, rompiendo las barreras tradicionales y amplificando la diversidad de voces en el paisaje mediático contemporáneo, así como la variedad de temáticas. Y en este hueco ha encontrado un terreno muy fértil el ‘true crime’.
@marthaa.caballero Hoy te cuento el caso de la peregrina sucedido en 2015, en el camino de Santiago a la altura de Astorga, caso que involucró a Barack Obama y el FBI. #misterio #casosmisteriosos #caso ♬ sonido original – 💖Marthaa.caballero💖
¿A qué se debe? Como en muchos otros aspectos del día a día, la psicología ha tenido mucho que ver. La fascinación humana por todo lo relacionado con el misterio, es una de las grandes motivaciones de los usuarios a consumir todo lo relacionado con crímenes reales y leyendas urbanas. Nuestra naturaleza nos hace sentirnos atraídos por lo desconocido, siendo la intriga y el suspense dos aliados de estos narradores para captar lectores. Por lo general, tendemos a buscar el motivo de las cosas y las acciones humanas, hecho por el cual este tipo de casos captan la atención de los usuarios, que buscan respuestas o comprender lo que pudo pasar por la mente de los protagonistas.
Además, este formato es muy atractivo en redes sociales, pues la narrativa se puede adaptar fácilmente al formato breve y visual de las plataformas. Este tipo de piezas son de consumo rápido y se pueden compartir de forma sencilla, contribuyendo así a la viralidad de estas cuentas. El espacio interactivo y participativo que ofrecen aplicaciones como Twitter o TikTok, donde los usuarios pueden compartir sus teorías y opiniones, discutir los casos y conectarse con otros apasionados del ‘true crime’, ha sido el impulso principal de este auge.
*HILO*
2 jóvenes holandesas se perdieron en la inmensidad de la jungla panameña y algunos de sus huesos fueron hallados al cabo de los meses. A día de hoy sus muertes siguen siendo un misterio. Hay gente que apunta que sus muertes fueron accidentales y otros a que fue un crimen: pic.twitter.com/jqfahbDgw4— Araknne (@Araknne1) December 9, 2023
En España, la proliferación de cuentas sobre este género se ha visto impulsada en parte por el éxito de programas audiovisuales como Crímenes, de Carles Porta, o Cuarto Milenio, de Íker Jiménez. Portales de sucesos como Caso Abierto, de los periodistas Luis Rendueles y Vanesa Lozano, también han contribuido a popularizar el género y a crear una audiencia fiel de seguidores. Todo ello ha tenido como resultado un significativo aumento de los usuarios que siguen a cuentas relacionadas con este género en plataformas como Instagram, Twitter o TikTok.
Terrores Nocturnos
Sin embargo, el fenómeno del ‘true crime’ no se ha limitado solo a las redes sociales. La creciente fiebre por el podcast ha abierto un camino alternativo para este género. Es el caso de ‘Terrores Nocturnos’, que ya cuenta con más de 3,2 millones de escuchas en la plataforma Spotify.
Se estrenó en 2021 y desde entonces ha ido creciendo en popularidad y conquistado otras redes sociales como TikTok, donde supera los 600 mil seguidores. El podcast, creado y presentado por Emma Entrena y Silvia Ortiz, se centra en la narración de casos reales de crímenes, misterios, y fenómenos paranormales, tanto españoles como internacionales, en capítulos de 45 minutos.
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¿Cuál es su seña de identidad? Entrena y Ortiz abordan los casos de una manera rigurosa, respetuosa y profesional, con un enfoque de entretenimiento marcado por el añadido de efectos sonoros que amenizan el podcast y sumergen al oyente en un ambiente muy especial. Todo ello crea una conexión con su público que les ha lanzado a ser uno de los más escuchados de España en el ‘true crime’. Sin duda, Terrores Nocturnos ha contribuido a popularizar este género entre el público español, y ha demostrado que es posible contar historias de crímenes reales de una forma atractiva y respetuosa.
¿Qué tendencia habrá en un futuro?
El creciente interés de los usuarios y la popularización de canales de difusión sobre el ‘true crime’ ha generado un debate sobre los riesgos de este tipo de contenido en el que algunos expertos han avisado de un posible impacto negativo en la salud mental de los espectadores. Otros, sin embargo, sostienen que el true crime puede tener un valor educativo, ya que nos ayuda a comprender mejor la naturaleza del crimen y los factores que lo motivan.
Sin duda es un fenómeno complejo que ha abierto un debate sobre la línea ética que marca el interés del público por este tipo de contenido y su difusión: es importante que los consumidores sean conscientes de que en la mayoría de casos, los sucesos que se narran son reales, y que los creadores lo hagan desde el rigor y respeto. En el futuro, es probable que el género siga evolucionando y diversificándose, como ha ocurrido hasta ahora. Esta ramificación posiblemente se oriente hacia la mayor especialización en temas y formatos, y el aumento en la participación de los usuarios en la creación y difusión de este tipo de contenidos.
¿Qué formatos nuevos se pueden esperar de este crecimiento exponencial? De forma reciente y como ya hemos comentado, están surgiendo podcasts interactivos e incluso juegos de realidad virtual de ‘true crime’. A pesar de que pueda parecer algo atractivo, pues la diversidad suele conllevar beneficios, también podría generar el caldo de cultivo perfecto para la información falsa o sensacionalista, la victimización de los culpables e incluso la estigmatización de las personas con trastornos mentales o de comportamiento.
Si los creadores de contenidos son responsables y rigurosos, verificando la información que divulgan y basándola en el respeto a los afectados; los consumidores adquieren una mirada crítica respecto a los contenidos que consumen y evitan compartir aquellos que sean falsos o escabrosos; y las principales plataformas de redes sociales implementan medidas para evitar los aspectos malos y fomentar los buenos; el auge de este género podría suponer un gran avance social.