La presión por la perfección y su impacto en la industria de la belleza

Mujer joven sujetando un bisturí / Telva.com

• Los estándares de belleza irreales tienen un impacto negativo en la autoestima y salud mental de las personas

• Instagram y TikTok, los motores de búsqueda de la perfección​ estética de los jóvenes​

En un mundo marcado por la continua exposición a estándares de belleza casi inalcanzables, la presión por lograr la perfección estética se ha convertido en una preocupación constante. Esta búsqueda incansable de la apariencia ideal ha sido alimentada por las redes sociales, los influencers, la publicidad y los medios de comunicación. Y al mismo tiempo, ha creado una cultura obsesionada con la apariencia física. Este fenómeno ha transformado radicalmente la industria de la belleza, dando forma a tendencias y aumentando exponencialmente la demanda de procedimientos estéticos.

Desde Europa hasta cualquier rincón del mundo, la obsesión por la imagen personal y por encajar en los cánones convencionales está provocando un aumento de trastornos de la imagen corporal, ansiedad o depresión. ​No obstante, en respuesta a esta presión, han surgido movimientos y campañas que abogan por la autoaceptación, la belleza natural y la diversidad. Estas iniciativas ponen valor a la individualidad como una alternativa poderosa a los cánones restrictivos, recordándonos que la autenticidad es la verdadera esencia de la belleza.

Pilar Rubio sonriendo ante la cámara / @pilarrubio

La ineludible influencia digital

El significado de perfección en 2023 es igual a conseguir el <<selfie>> más completo en Instagram; con un maquillaje impactante, la piel más radiante, unos labios voluminosos, una mandíbul​a hiperdefinida​​… Y en definitiva, toda una serie de elementos que contribuyen a que el aspecto de un individuo tenga un impacto directo en la cuenta de miles de usuarios. Estos estándares de belleza que triunfan en redes sociales han provocado un <<boom>> de las cirugías estéticas, influyendo especialmente en la población más joven. 

Apariencias digitales, intervenciones reales: la responsabilidad de los influencers

Con el auge de plataformas como Instagram, Youtube o TikTok, surgieron influencers dedicados al mundo de la belleza o la moda. Estos individuos, (principalmente mujeres) a menudo expertos en maquillaje o cuidado de la piel, han construido audiencias masivas al compartir consejos, tutoriales y reseñas de productos. Muchos de ellos han alcanzado tal nivel de popularidad y confianza que gozan de un público fiel con independencia del contenido que suban. Su capacidad para llegar a una audiencia diversa y su habilidad para crear contenido atractivo los ha convertido en verdaderos referentes de estilo personal, de vida y apariencia.

En redes sociales como Instagram, las creadoras de contenido dedicadas a la belleza o la moda son, como ellas mismas aseguran, cada vez más exigentes con el contenido que suben. Esta exigencia que se aplican a ellas mismas, se caracteriza, entre otras cosas, por una mayoría de imágenes retocadas al milímetro. No obstante, esta búsqueda de la perfección no se plasma únicamente en la edición de fotografías, estas influencers también sucumben a una gran cantidad de operaciones estéticas para encajar dentro del marco de lo deseable y perfecto.        

Paula Gonu mostrando su estado tras el postoperatorio / @paulagonu

Gracias a estas intervenciones, las creadoras digitales obtienen una serie de beneficios en lo que respecta a la interacción con su público, que se traducen, por un lado, en una gran cantidad de seguidores, <<likes>> y multitud de comentarios en sus publicaciones. Por otro lado, obtienen un reconocimiento social por el que se premia especialmente su apariencia física. El anhelo de ajustarse a lo que se considera atractivo puede explicarse a través del efecto halo, un fenómeno psicológico por el cual generalizamos y atribuimos presuntas características a una persona a partir de otras ya observadas. De esta manera, una persona a la que le atribuimos la cualidad de <<guapa>> tiene más probabilidades de que la consideremos como <<exitosa>> o <<feliz>>.

A raíz de esa primera característic​a positiva como es la belleza, asociamos inconscientemente otras como la inteligencia, la confianza, la seguridad, etc.​ En consecuencia, inferimos que la belleza es, en cierto modo, un gran privilegio que puede actuar como moneda de cambio. Una forma de capital que nos brinda oportunidades en la sociedad debido al valor que esta misma le atribuye, lo que en inglés se conoce como <<pretty privilege>>.

Daniel Hammermesh, economista e investigador estadounidense, acuñó​ un té​rmino que engloba el análisis relativo a la economía de la belleza: <<pulchronomics>>. Los datos extrapolados de diversas investigaciones apuntan que las mujeres que se perciben menos atractivas que la media ganan un 12% menos en comparación con aquellas que son consideradas bellas. Respecto al peso y la altura, los estudios también concluyen que las personas obesas ganan menos. En conclusión, podría afirmarse que el atractivo tiene beneficios cuantificables, hasta el punto de que existe una correlación entre apariencia física y discriminación salarial.

Por esta razón, alcanzar la perfección física y el reconocimiento que conlleva es un camino seguido por muchas usuarias que ven a las influencers como referentes y que comienzan a aspirar encajar en esos moldes estéticos a través de diversos procesos médicos.

Kylie Jenner posando ante la cámara / @kyliejenner

La normalización de procedimientos estéticos como cirugías plásticas, rellenos dérmicos o tratamientos láser es uno de los impactos más notables de los influencers en la aceptación generalizada de estas intervenciones como parte de una rutina de cuidado personal. La muestra de transformaciones asombrosas y resultados visualmente impactantes ha generado un aumento en la demanda de estas consultas. De esta manera, los influencers de belleza tienen un poder significativo al reforzar falsos estándares de belleza, generando expectativas poco realistas sobre cómo debe lucir una persona.

Además, aunque tienen la capacidad de inspirar, también pueden fomentar una cultura de la comparación y la autocrítica que termina condicionando la toma de decisiones de cada individuo.

Viralizando la belleza: del filtro a la realidad. Impacto de TikTok en los ideales estéticos

TikTok es una de las aplicaciones más descargadas en Oriente y Occidente. Inicialmente, la plataforma se centraba en la creación y el intercambio de videos musicales cortos, donde los usuarios solían sincronizar sus labios con canciones populares. Sin embargo, con el tiempo, TikTok ha experimentado un cambio significativo en cuanto a sus tendencias de contenido, con una marcada evolución hacia la belleza y el cuidado personal que ha sido impulsada por la participación activa de los usuarios, la popularidad de los influencers y la capacidad de la plataforma para promover contenido personalizado a través de su algoritmo. De esta manera, la aplicación destaca en corregir nuestras <<imperfecciones>> como acné, ojeras o manchas​ a través de distintos efectos​. Pero la corrección de nuestros <<defectos​>> no queda ahí: hay otra gran variedad de filtros de belleza destinados a mejorar nuestro aspecto que, en ocasiones, cambia por completo nuestra propia apariencia física. 

Mujer joven muestra la diferencia de su rostro con un filtro de belleza activado y sin activar / Cadenaser.com

La aparición de estos filtros de belleza supone un cambio de paradigma respecto a las aspiraciones estéticas de los individuos. En épocas anteriores a las redes, muchas mujeres acostumbraban a llevar fotografías de actrices famosas cuyas características físicas deseaban imitar. No obstante, hoy en día, muchas mujeres acuden a las clínicas con una foto de ellas mismas alterada por filtros, buscando parecerse a su <<alter ego>> perfecto.

Estos filtros terminan generando un espejismo de la perfección e impactan radicalmente en la demanda de retoques y tratamientos estéticos. Los que más éxito tienen son la bichectomía, la rinoplastia, el aumento de pecho y el aumento de labios.

<<Bold Glamour>> es uno de los filtros más virales en la aplicación debido a su realismo: broncea la piel, marca los pómulos, hace los labios más carnosos, define la nariz, aclara los ojos… Ha causado sensación entre los usuarios ya que, para la mayoría resulta difícil asegurar si el filtro está activado o no.

Mujer joven muestra la diferencia de su rostro con un filtro de belleza activado y sin activar / Telemadrid.es

El riesgo del abuso de este tipo de filtros se basa en la posible distorsión de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Asimismo, muchos usuarios pueden sentirse atractivos únicamente cuando hacen uso de los filtros, lo que puede conllevar una dependencia a la hora de usarlos y a una autopercepción negativa de su apariencia fuera del ámbito digital, erosionando la confianza en sí mismos y la satisfacción personal. En definitiva, TikTok tiene un papel fundamental a la hora de promocionar el alcance de una imagen virtual perfecta. Y también a la hora de participar en este ciclo interminable de consumo, donde las personas buscan constantemente nuevos tratamientos y productos.

El costo invisible de la búsqueda de la perfección: el deterioro de la salud mental

Es fundamental reconocer que la cirugía estética, si bien puede brindar buenos resultados, no necesariamente garantiza la satisfacción personal o la solución a problemas de autoestima. La decisión de someterse a procedimientos quirúrgicos debe abordarse con una profunda comprensión de sus implicaciones, tanto físicas como emocionales. De este modo, es crucial considerar las potenciales dificultades y riesgos que podrían surgir tanto durante como después de la cirugía, tales como hematomas, infecciones o resultados insatisfactorios. Es fundamental analizar de dónde proviene la idea de someterse a un tratamiento y evaluar si la persona tiene un nivel sano de autoestima antes de someterse a la operación.

El abuso del uso de redes sociales y la constante exposición de imágenes de rostros y cuerpos perfectos puede hacer que los jóvenes desarrollen trastornos alimenticios, ansiedad, baja autoestima o depresión. Problemas como la dismorfia corporal son alimentados en ocasiones por estos entornos digitales, donde hay una tendencia general a la comparación que es proclive a resultar en un profundo sentimiento de inferioridad. El padecimiento de estos trastornos, como afirma la psicóloga Isabel Martínez, aumenta la probabilidad de recurrir a tratamientos quirúrgicos como una solución rápida. 

En los últimos años, se ha observado un aumento de estas intervenciones, particularmente en adolescentes, los cuales son los más vulnerables a estas operaciones debido a que se encuentran en un proceso de construcción de su personalidad y en una época de transformaciones físicas por las que su cuerpo todavía se encuentra en desarrollo. Al mismo tiempo, viven una etapa de frecuentes cambios emocionales que pueden hacerlos más influenciables a presiones y a querer recurrir a la cirugía estética para sentirse mejor consigo mismos.

Por otra parte, esta presión de querer cambiar su apariencia está directamente relacionada con el tiempo que pasan en redes: cuanto mayor sea la exposición mayor es la necesidad de cambiar. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022, el 98% de las personas jóvenes, con edades comprendidas entre los 16 y 24 años, utilizan Internet a diario. Por otra parte, la edad promedio en la que los niños comienzan a utilizar las redes sociales es de 8 años, lo que subraya una tendencia hacia un acceso cada vez más temprano a estas plataformas digitales. Por eso, es especialmente importante abordar el FOMO , o <<miedo a perderse algo>>, una patología​ psicológica que se manifiesta a través de un constante deseo de mantenerse conectado con lo que otros están​ haciendo. De esta manera, habrá una mayor facilidad para evitar que las redes desemboquen en una adicción.

Es importante que, desde los ambientes familiares, no se promuevan discursos relativos a la apariencia física en los que se incida en cómo debería ser el cuerpo del adolescente o el propio, ya que pueden resultar nocivos a la hora de que éste se forme una autopercepción positiva y pueda aceptarse y quererse a sí mismo. Es fundamental evitar una mirada crítica hacia el aspecto físico ya que, los adolescentes pueden adoptarla y comenzar a aplicar ese criterio a sí mismos. 

Chico joven ocultando su cara / Clarin.com

De manera paralela, esto se relaciona con lo que los especialistas identifican como <<cultura de la vigilancia>> donde la imagen corporal se observa y examina constantemente desde una mirada y juicio externo, que termina por no diferir del propio. De este modo, las personas que no cumplen con los ​estándares de belleza convencionales enfrentan presiones para cambiar su apariencia y las que sí que los cumplen, tampoco pueden huir de la idea de una mejora continua.

Es importante considerar que los cánones de belleza están en continuo cambio, por lo que operarse tal vez se trate de un remedio temporal para una cuestión que puede persistir a largo plazo, si la raíz del problema se basa en formar parte de una moda estética, sentirse parte de un grupo o afrontar un problema psicológico. La cirugía se ha convertido en un reflejo de una sociedad que valora en exceso la apariencia física, y es fundamental no descuidar la salud mental, la autoaceptación y la diversidad de cada individuo. 

Belleza inclusiva: la importancia de la autenticidad y la diversidad

Muchos influencers están comenzando a optar por mostrar su lado más natural, sin filtros excesivos o retoques, promoviendo un mensaje de aceptación propia y celebración de la diversidad en la belleza. Cada vez más, se valora y se defiende la creatividad y la singularidad en estas plataformas. Influencers y creadores de contenido están liderando movimientos, estableciendo sus propias marcas y promoviendo tendencias que desafían las normas preestablecidas en la industria.

Ashley Graham posando en bañador en un balcón / @ashleygraham

Movimientos como el <<body positive>> han contribuido a mirar nuestro cuerpo de una forma más sana. Dentro de este movimiento destacan figuras como la de Ashley Graham, una modelo estadounidense que se ha convertido en un icono de la lucha por el amor propio y que ayudó a derrumbar los prejuicios de las mujeres <<curvy>>. Graham se exhibe orgullosa de su cuerpo y lo muestra con confianza en redes sociales.

Esta actitud de aceptación contribuye a una mayor autoestima y ayuda a combatir el <<body shaming>>, otro fe​nómeno inverso muy extendido en redes sociales basado en la burla de alguien por su físic​o.

​En contraposición ​a comentarios que tratan de avergonzar la apariencia física​​ e intentar cambiarla, surgen hashtags como #GoldenConfidence, #AllBodiesAreGoodBodies, #CelebrateMySize o #BodyPositive, que ayudan a abrazar la diversidad de cuerpos no normativos y a que las personas se quieran y acepten tal y como son. 

En este espacio, lo imperfecto se presenta como hermoso y la autenticidad nunca había sido tan atractiva. Las marcas del sector de belleza y cosmética han sabido adaptarse y utilizar esta tendencia en estos canales, reconociendo el valor de la autenticidad y la diversidad en la definición contemporánea de belleza .