Pages Navigation Menu

periodismo universitario en internet

Los protagonistas detrás de la pantalla

Guionista

Escena de rodaje Las chicas del cable / Teleprograma.tv

La cultura de lo audiovisual, el cine, las series, la televisión, es una parte imprescindible de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, al igual que aquellos que desconocen los ingenieros responsables de los edificios más emblemáticos, muchos no son conscientes del proceso creativo que lleva las series, películas y programas a nuestras pantallas. El trabajo de los guionistas es el de escribir lo que vemos. El guion es el que da vida a cada personaje, a cada historia. A pesar de que la función de estos profesionales es fundamental, el reconocimiento que obtienen no se acerca a la cantidad de esfuerzo e inseguridades que afrontan durante sus jornadas laborales. Los trabajos impagados, la temporalidad de los proyectos o los despidos repentinos por la suspensión de estos. Ante todas estas situaciones nos preguntamos, ¿merece la pena ser guionista?

Los sinsabores del guionista

Carlos López, guionista de La niña de tus ojos / José Luis Arribas

Carlos López, guionista de La niña de tus ojos / José Luis Arribas

El guionista del filme La niña de tus ojos, Carlos López, argumenta: «En el conjunto del presupuesto de una producción el guion no tiene ni el tiempo, ni el dinero que éste requiere. No para que los guionistas vivan mejor, ni para que sean más famosos, sino para que los guiones sean mejores». Y concluye con que el principal problema en la profesión es el salario.

Uno de cada cinco guionistas sufre el impago de su trabajo, según el informe de la SGAE: La escritura de guión en España. David Muñoz, guionista de El espinazo del diablo, asegura que en televisión no hay casi casos, pero en cine sí, es algo habitual. Y concluye con rotundidad: «Si me pagaran todo lo que me han dejado de pagar, por contrato, en los últimos cinco años, podría estar sin trabajar dos años, pero eso no va a ocurrir».

Guionista

David Muñoz, guionista de El espinazo del diablo / José Luis Arribas

El caso más demencial en términos de Muñoz, fue escribir el remake de ¿Quién puede matar a un niño? (Juego de niños se terminó llamando), película de Narciso Ibáñez Serrador, para una productora mexicana. Ésta les debe veinte mil euros a él y a David Alcalde (coguionista y el que iba a ser director de la película). La productora tuvo un desencuentro con el director, despidiéndolo y contratando a otro. La película finalmente se estrenó. El madrileño decidió verla y descubrió que no estaban en los créditos, además de que no les pagaron, y buena parte de la película usó su guion.

 

Un sindicato para salvaguardar la profesión

Como ocurre en diferentes profesiones, es necesario un sindicato encargado de proteger los derechos de los trabajadores. Según explica Ana Pineda, directora general del sindicato de guionistas ALMA, existe una diversidad de casos y situaciones en las que los derechos de los guionistas podrían estar en peligro. «Hay personas que trabajan por cuenta propia, como autónomas, y por lo tanto la precariedad de su situación depende enteramente de los trabajos concretos que lleguen a desempeñar, de los precios que obtienen por la cesión de los derechos sobre sus guiones y, en su caso, de los derechos de remuneración derivados de esas obras audiovisuales cuando efectivamente se producen», agrega Ana Pineda.

El papel del sindicato es el de informar al guionista que acuda con alguna reclamación o problema de trabajo. «El papel del sindicato es sobre todo formativo e informativo de los márgenes de negociación con los que debe contar un profesional autónomo del guion», explica Pineda. La legislación sobre competencia impide publicar tarifas sobre los trabajos realizados por guionistas, si bien, según explica Pineda, actualmente se está desarrollando en el Congreso de los Diputados un Estatuto del Artista en el que se ha solicitado que se autorice la publicación de tarifas orientativas para que este grupo de profesionales tengan una referencia de la valoración que es razonable aplicar a un guion en cada caso.

Guionista

Logo del sindicato de guionistas Alma / Alma sindicato de guionistas

Según un estudio de la profesión realizado por la SGAE en 2012, tan solo un 16,3% de los guionistas percibe un sueldo fijo. La fórmula de retribución más habitual es cobrar honorarios por trabajo realizado (casi el 78%). Además, dentro de esta fórmula lo habitual es cobrar por trabajo realizado y trabajar de forma irregular (el 67,5% del total de la muestra). Y no siempre con contrato (hay un 39% de los guionistas que a veces trabaja sin contrato). Estas cifras dejan en manifiesto que muchas veces es necesario que sindicatos como este actúen de manera directa y esencial para evitar casos de sueldos no pagados o, incluso, casos de trabajos sin contrato.

Una profesión que no necesita especialización

En un mundo laboral en el que se exigen títulos y especializaciones para la gran mayoría de los trabajos, la profesión de guionista se sale en este aspecto de lo común. Aunque a día de hoy existen cada vez más cursos y estudios especializados, sobre todo a través de la ECAM, para formarse como guionista, no es un requisito imprescindible tener estudios especializados para dedicarse a esta profesión.

Guionista

Darío Madrona, guionista de Élite. serie de Netflix / José Luis Arribas

Darío Madrona estudió comunicación audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, siendo estos los únicos estudios que ha realizado. Además, su entrada en el mundo del guion no fue gracias a la carrera que había estudiado, sino a una persona que conocía y le dio la oportunidad de hacer las pruebas de guion para una serie, consiguiendo así su primer trabajo de guionista.

Por su parte, Paula Fernández sí que realizó estudios especializados. Tras realizar un módulo de producción, entró en la ECAM para hacer el curso de guion, que tiene una duración de tres años. Y al terminar estos estudios consiguió su primer trabajo como guionista en una serie. Sin embargo, la propia guionista afirma que no es necesario tener ninguna especialidad para ser guionista, ya que tampoco te piden un título a la hora de contratarte. «Conozco gente que trabaja de guionista y había estudiado económicas», confiesa sobre la poca importancia de tener un título especializado. Además, destaca que, más allá de los estudios que se tengan, lo más importante para ser guionista es querer contar una historia, saber contarla y haber escrito mucho.

Teniendo una formación u otra, comenzar como guionista no es fácil para nadie. Los cursos de guion de la ECAM están provocando que haya una mayor competencia para trabajar en esta profesión, lo que hace aún más difícil iniciarse como guionista en España. Madrona destaca que lo más complicado es conseguir el primer trabajo que te permita entrar en la profesión. Sin embargo, una vez conseguido este primer paso, afirma que es más fácil mantenerse y desarrollar una carrera como guionista si se te da bien y la gente ve que se te da bien. Aunque ahora hay vías más marcadas para dirigirse a esta profesión a través de estudios. El propio guionista confiesa que cuando empezó apenas había estudios especializados y que él entró en el mundo del guion por enchufe.

Guionista

Paula Fernández, guionista de Las chicas del cable / Blanca Silvestre

Fernández marca la diferencia.  Es la protagonista de la otra cara de su profesión. Con más luz, más esperanza y más suerte. «¿De eso se puede vivir?», se preguntaron los padres de Paula cuando les confesó que quería estudiar guion. La respuesta es sí. «He tenido suerte, también porque nunca he dicho que no a un trabajo», confiesa la guionista. Claro que ha tenido que presionar un poco para que le pagasen algunos meses o ha vivido momentos de esa incertidumbre que, a veces, caldea el ambiente, ya que los despidos en las series son de un día para otro. Pero es positiva, y con una sonrisa comenta alegre que se empieza a notar ciertos detalles de reconocimiento a los guionistas, como añadir sus nombres junto al del director en los créditos. Afirma sin titubear que no sería otra cosa que guionista.

Un futuro menos inseguro en lo digital

Con la incursión de las nuevas tecnologías, y sobre todo con el auge de plataformas digitales como Netflix, la profesión del guionista parece estar mejorando. Fernández, guionista española de series como Vive Cantando, explica que la situación ha mejorado gracias a estas plataformas. «Netflix está produciendo ahora mismo 4 series españolas más otras tantas en desarrollo, yo creo que es un momento muy dulce para los guionistas», explica la guionista. La plataforma digital por excelencia se ha ido haciendo poco a poco un gran hueco en el sector del cine y las series. Con la aparición de series como La casa de papel, o incluso con la creación de series originales como Las chicas del cable, esta plataforma está colaborando como ninguna otra con los guionistas españoles.

Madrona, guionista de la serie Élite, explica como es trabajar con esta empresa estadounidense: «Netflix tiene una cosa complicada y es la logística, porque ellos están en Los Ángeles. En el proceso creativo, a veces es complicado, porque ellos son muy abstractos con los temas y en España somos más concretos». La situación entre España y EEUU es muy diferente desde el punto de vista de un guionista, ya que sacar adelante los proyectos es complicado en ambos países. El guionista asegura que en EEUU hay más industria y más competencia, pero en España hay menos industria y menos gente, explicando que siempre es complicado abrirse paso, y en ese sentido, las plataformas digitales están ayudando a abrir cada vez más puertas de futuro.

«Somos muchas, pero aun somos minoritarias», Paula Fernández

La paridad es otra de las metas que deben conseguirse dentro de la profesión de los guionistas. Fernández puntualiza como un dato de progreso el hecho de que, por primera vez, ha podido trabajar con un grupo íntegramente formado por mujeres, en la serie Las chicas del cable. Aunque, señala una muestra de discriminación en su trabajo. La guionista explica como muchas veces las ofertas de trabajo destinadas a las mujeres en la producción audiovisual se enfocan en su condición de género. Esto quiere decir que son contratadas para crear series de contenido femenino, a lo que ella misma argumenta que es capaz de escribir sobre cualquier tipo de contenido y temática.

La cara y la cruz de una vocación

La incertidumbre con la que trabajan día a día los guionistas, debido a la inestabilidad de sus trabajos, hace que la profesión sea vocacional. El guion requiere de tiempo, creatividad y una difícil regularidad en su trama. La estructura que da vida a las ideas de los guionistas, compuesta por reuniones, debates, escaletas provisionales, vivencias de amigos o de uno mismo, muchas decisiones, es tan compleja y relevante como poco reconocida. Con la llegada de las nuevas plataformas, el panorama se muestra más positivo y la incertidumbre se ha visto reducida, pero queda mucho para que los protagonistas detrás de las pantallas lo sean también delante de estas. Al fin y al cabo, la historia es la base, sin ella no existiría el trabajo que viene después.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *