Pages Navigation Menu

periodismo universitario en internet

¿Es el coronavirus el fin de la industria musical?

Manifestantes el 17 de septiembre para la visibilización y por una cultura segura

Manifestantes el 17 de septiembre en Sol para la visibilización y por una cultura segura / El Mundo

  • La crisis sanitaria pone en peligro el trabajo de miles de personas que viven de la música

  • El sector del espectáculo no tiene una fecha de recuperación concreta

Las consecuencias que está dejando la larga visita de la COVID-19 han sido y siguen siendo un gran bache para todas las personas que trabajan en el mundo de la música, tanto a nivel nacional como internacional.

La cultura musical es un aspecto muy necesario en cualquier país. De una forma u otra, y en mayor o menor medida, supone una gran fuente de ingresos por los cientos de miles de conciertos que se celebran cada año. La cifra de espectáculos cancelados desde el brote del coronavirus en España es desoladora: alrededor de 25 mil conciertos han sido cancelados o cambiados de fecha, perdiendo alrededor de 120 millones de euros para el sector.

Que la cultura es segura parece haber sido el mantra que ha unido a toda la industria. El pasado 17 de septiembre las redes sociales se llenaban de mensajes reivindicativos para demostrar que, con las medidas pertinentes, la música podía seguir su cauce. Durante meses exigieron medidas, dirigiéndose al Ministro de Cultura y al Ministro de Sanidad, que hasta entonces no se habían pronunciado. Finalmente, gracias a la MUTE (Movilización Unida de Trabajadores del Espectáculo) y la creación del movimiento “Alerta Roja: hacemos eventos” consiguieron reunirse virtualmente el pasado 8 de octubre.

Logo de Alerta Roja para alertar al sector de la situación de la música

Logo de Alerta Roja / Rock and Blog

A esta reunión no solamente asistió personal en representación del sector de la música, sino de todo lo que envuelve a la cultura y al espectáculo nacional: el cine y el teatro. Tras expresar sus preocupaciones, Salvador Illa y José Manuel Rodríguez Uribes, Ministros de Sanidad y Cultura respectivamente, se comprometieron a regular las peticiones por parte de la MUTE.

Además, se reconoció la profesionalidad y el compromiso del sector con el cumplimiento de las medidas sanitarias en los espacios públicos, ya que hasta ahora no había constancia de ningún foco de virus provocado en un evento público o espectáculo, y ambos pusieron en marcha una campaña en los medios de comunicación, reafirmando la seguridad de la cultura en colaboración con el sector y con mención especial a eventos y espectáculos en directo.

Desahogo en redes sociales

Días después de que algunos de los puntos acordados en la reunión vieran la luz, Internet se inundaba con hashtags y publicaciones con los mensajes de #LaCulturaEsSegura, #CulturaSegura y #HacemosEventos, además de fotos de cómo se estaban llevando a cabo conciertos, tras meses sin haberlos podido celebrar porque carecían de unas órdenes sobre cómo ser ejecutados.

Entrada a un concierto

Distancia de seguridad para ver a El Kanka en La Riviera / Alfredo Arias

Illa y Uribes confirmaron que en el año 2021 los ayuntamientos nacionales dispondrán de presupuesto suficiente para programar eventos. Como era de esperar, este tipo de eventos, y sobre todo los espacios donde se celebran (teatros, salas de conciertos…) no aguantarían abiertos sin gente que fuera como espectadora. Los espacios decidieron mantenerse firmes, esperando algún tipo de reconocimiento o subvención tal y como se prometió en la reunión con ambos ministros. Pero todo tiene un límite. A principios de noviembre las salas de conciertos en España comenzaron a movilizarse.

¿El último concierto?

Las redes sociales se llenaron una vez más de fotografías con las salas más emblemáticas a nivel nacional bajo un lema unificado: “¿El último concierto?” pareció ser la pregunta retórica más acertada. Han pasado ocho meses desde que el coronavirus llegó a España y se habló de tomar medidas. Casi el cien por cien de las salas llevan cerradas desde entonces, sin contar las que han cerrado sus puertas definitivamente. El cierre de estas salas supone el fin de grandes conciertos.

Mientras algunas salas permanecían cerradas, otras sobrevivían abiertas llevando a cabo las medidas de seguridad pertinentes: bajo ningún concepto el público podía quitarse la mascarilla, salvo para beber. Además, la distancia de seguridad debía ser de dos metros; las entradas se podían comprar en grupos de cuatro personas como máximo, y los asistentes debían mantenerse sentados en las sillas habilitadas para ello.

Concierto Rayden

Concierto de Rayden en La Riviera de Madrid / Lucía Monsalve

Los conciertos al aire libre de “Abre Madrid!” en IFEMA también se unieron a esta iniciativa; nacía así el Vanana Day, un ciclo de conciertos impulsado por la discográfica y agencia de management Vanana Records, que contó con espectáculos de bandas como Ginebras, Karavana o Daniela Costas.

Abre Madrid

Disposición de las mesas para los asistentes en el festival ABRE! Madrid en IFEMA / Lucía Monsalve

Aire libre, música libre

Las medidas en los conciertos al aire libre no iban a ser una excepción. Ya que se dispone de mayor capacidad, se colocan a dos personas por mesa, respetando las distancias de seguridad. Otra alternativa que se llevó a cabo, fue de la mano de Attic Madrid, una promotora de conciertos que se sumó a los cientos de iniciativas, para demostrar que la cultura es segura.

Todas estas medidas están demostrando ser seguras y hasta el momento no ha habido ningún contagio. El problema radica en que no se ha considerado un sector de primera necesidad en España, cuando son más de 700 mil familias las que comen de él.

Ante estos tiempos extraños y de incertidumbre, dónde parece que todo son malas noticias o con un tinte negativo, debemos ver en la música un resquicio de esperanza capaz de alegrar a quien la escuche, sea o no en directo.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *