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periodismo universitario en internet

Los cortos de terror: tensión efímera al alcance de todos

Corto de terror «The Student»

Fragmento del corto de terror «The Student» – Miguel Rodríguez

  • España es uno de los países que más cortometrajes de terror produce anualmente 

  • Cualquiera es capaz de crear un corto de terror

La gran mayoría de personas -tanto si se trata de amantes como aficionados al cine- conocen a los grandes padres del cine de terror: Hitchcock, Polanski, Carpenter, etc. Son algunos de los paradigmas más influyentes en la historia del cine de terror . Sin embargo… ¿Qué hay de directores como Víctor Matellano, Xavier Rull, Cristian Álvarez, Jennifer Kent o Sandberg? Probablemente, sus nombres no resultan familiares, pero sí sus obras. Sandberg, es el creador del corto de terror más famoso de la historia: Lights Out. Este cortometraje de apenas dos minutos y 40 segundos de duración cuenta con cerca de 16 millones de reproducciones en YouTube. Además, la idea ha sido llevada a la gran pantalla bajo el mismo nombre y concepto. El máximo logro de Jennifer lo obtuvo con el largometraje The Babadook, una película de terror que toma la idea del corto creado también por la misma directora: Monster.

 

El terror rompe la cuarta pared

Desde su inmediata aparición, el género de terror y sus relacionados (suspense, drama oscuro…) siempre ha estado estrechamente relacionado a un público reservado. Bien sea por la adrenalina que despierta este género o por el simple gusto de lo grotesco y anormal, los consumidores del cine siempre han relacionado el terror como algo reservado a unos pocos. Sin embargo, y con la llegada de las mejoras en materia de producción de filmes, este género ha logrado salir de ese público reservado para llegar a ser un género consumido por una gran cantidad de usuarios.

«El terror está ahora en otra liga. Siempre había sido un género un poco menospreciado. Era un género de nicho. Pero hace ya unos años, el género ha evolucionado y por fin ha roto esa barrera del mercado» comenta el director, guionista y productor de cortometrajes de terror Xavier Rull. Los cortometrajes de terror de las últimas décadas han ayudado en gran medida a la transición del terror a la vida cotidiana de un espectador. Además, las importantes innovaciones tecnológicas que se han venido dando durante estos últimos años unido al consumo desmedido de plataformas de contenido como YouTube, propician un caldo de cultivo perfecto para la realización de cortos por parte de directores consagrados o meros aprendices del cine.

Es más, directores como James Wan (conocido por ser el creador de la famosa saga de Insidious, The Conjuring y Saw) o Ari Aster (Midsommar y Hereditary) deben su carrera a la creación de pequeños cortos de terror subidos a la nube de YouTube. Estas plataformas se conforman como unos espacios libres en los que cada usuario que quiera realizar un corto de terror pueda exprimir sus ideas y plasmarlas en imagen y sonido.

 

Lo bueno si breve, dos veces bueno

¿Cuál es la principal virtud que posee un corto de terror respecto a una película? ºEsta pregunta juega siempre con el ideal de la trama, lo que uno quiere contar. Víctor Matellano, al igual que Xavier Rull y Cristian Álvarez coinciden en la idea principal a la hora de comparar un largometraje con un cortometraje. Aunque parezca evidente, el tiempo juega un papel clave en la creación de un corto de terror, puesto que se dispone de una gran limitación a la hora de llevar adelante la idea previa o desarrollar aún más los personajes. 

Matellano, además, incide de manera crítica: «Todo tiene que durar lo que tiene que durar. No hay grandes o pequeñas películas. Un corto es una película igual. Hay que tratarlo y cuidarlo como tal. La clave siempre está en que tiene que durar lo que realmente necesita en contarse la historia». Cuando una historia tiene una buena estructura y el mensaje que se quiere transmitir está bien realizado, la idea de llevarlo a la gran pantalla en forma de largometraje o presentarlo en un festival como el que se celebra en Sitges en formato de cortometraje depende del director.

 

 

España: la cuna del cortometraje

«Solamente en España, se hacen más de 1000 cortometrajes» apunta Xavier sobre la gran cantidad de producciones -tanto grandes como pequeñas- que se realizan en el territorio nacional. Dentro del mundo cinematográfico, España siempre se ha caracterizado por ser un país con una alta producción de metrajes y festivales. Uno de los festivales más conocidos a nivel mundial está dedicado expresamente al cine de terror: el Festival de Sitges. 

Celebrado de manera anual, el Festival de Sitges acoge un extenso abanico de producciones de distinto ámbito del género de terror. Desde producciones relacionadas con el suspense hasta el terror más puro y clásico copan las salas de este festival. Sin embargo, no solamente existe este tipo de festival dedicado al cine de terror, sino que también se encuentran un montón de festivales repartidos por España. Xavier Rull habla sobre el Festival de Sitges, pero también se encuentran los festivales de cine de terror de San Sebastián, Nocturna Madrid, Isla Calavera (Canarias), FanCine (Málaga), etc.

Festival de cortos de terror Sitges 2021

Festival de Sitges 2021 / ElPeriódico

 

La esencia del terror: Fantasía o realidad

A la hora de realizar un corto, es primordial diferenciar lo que es terror y lo que es el miedo. Cuando se quiere hacer cine, hay que optar por una vía fantástica o por una realista. Matellano, confiesa que cualquiera es válida para producir un corto: «Ambas son herramientas óptimas; aunque cada una tiene unos lenguajes diferentes». A su vez, profundiza en la aplicación de estos estilos dentro del cine: «Si el terror que producimos es realista, estamos contando una historia que podría ocurrir como es el caso de la matanza de Texas. Si hablamos de fantasía, el tratamiento es diferente porque habla de lo extraordinario o lo sobrenatural que en principio no ha existido, como es el mundo de los vampiros, de los no muertos…» Explica el director de Vampus Horror Tales.

Por otro lado, Rull declara que la esencia de los cortos de terror tiene que tener un buen concepto, la trama tiene que estar bien enfocada y desarrollada: «Un concepto que me gusta mucho es cuando traes el mundo fantástico y lo bajas a tierra, lo bajas al mundo ordinario (realidad). Una película da miedo cuando muestra algo que no debería existir» confiesa el director de cortometrajes. Christian Álvarez, director y productor de Témpano producciones corrobora el testimonio de Rull: «Lo importante en el cine de terror es una buena trama, que te atrape desde el principio, que te mantenga entretenido y que te deje pensando».

Es importante que, en el género de terror, no se abuse tanto del susto fácil o de los jumpscares (susto no esperado y con intención de hacer ver al espectador que están viendo cine de terror), es importante meter al espectador en una buena trama y no recurrir en exceso a los recursos de las películas de miedo. «Los sustos te pueden servir para mantener el tono y la tensión alta en el espectador, pero no se debe abusar de ello porque se convierte en un proyecto fácil, vacío y que no te da nada más que un susto» declara Rull.

Xavier Rull en un corto de terror

Xavier Rull rodando el corto de terror «Blood Bounding»

 

¿Y el futuro de los cortometrajes?

En la actualidad, una vez rota esa ‘brecha’ que se ha comentado anteriormente, se ha abierto la posibilidad de consumir lo que se ha convertido en un cine popular. Otra barrera que ha roto el cine de terror es la tecnología, y no solo por el desarrollo técnico en la elaboración de los largometrajes (o cortometrajes), sino por el uso de la inteligencia artificial (IA) para escribir guiones, incluso, de este tipo de cine.

El canal de Youtube Netflix is a Joke saltó a la palestra cuando consiguió guionizar mediante bots una película de comedia romántica, un corto que compartieron en vídeo en su canal. Ahora, han puesto a trabajar a su inteligencia artificial, y de forma muy dura. Nada más y nada menos que 400.000 horas de cine de terror visionadas para guionizar un corto de terror titulado Mr. Puzzles quiere que estés menos vivo. Y los expertos en esto dicen que tiene una trama totalmente absurda.

De una manera jocosa y al más puro estilo de la saga SAW, la historia creada por la IA gira en torno al señor Puzzles, un demonio en monociclo que crea diversos rompecabezas mortales para una chica retenida llamada Jennifer. A partir de aquí, aparece todo un sinfín de referencias a todo tipo de películas conocidas sobre este género: la protagonista Jennifer, clara referencia a la cinta de Jennifer’s Body, las sagas de Viernes 13 y Pesadilla en Elm Street, o largometrajes como Entrevista con el vampiro o Los chicos del maíz

Las referencias e inspiración en obras coetáneas o anteriores no es un problema, ni mucho menos es algo extraño: todos los autores lo hacen, pero en este caso los Bots -por ahora- no saben darle sentido. Matellano ya incidía en este aspecto: «creo que en el cine ya está inventado todo y eso es una convicción que tengo cada día más clara. Se trata de combinar»

Las siguientes víctimas son un detective y una ballena policía, una mezcla un tanto peculiar y con una trama bastante absurda y que juega con la herramienta del plot twist. De nuevo, la mezcla peculiar entre diferente material visionado al que la inteligencia artificial no consigue -o sí, según los gustos- dar sentido.

La pieza del canal Netflix is a Joke, publicada a comienzos de octubre, ha conseguido una gran cantidad de visitas: en tan solo un mes, ha conseguido cosechar una cantidad cercana a las 1.050.000 visualizaciones en Youtube. Por su naturaleza, ya que la IA crea contenido en base a temas que ya existen y no innova, y que los bots pecan de contenidos inconexos, los comentarios están repletos por los mejores momentos o citas que hacen los propios aficionados a este cine. O bien que han pasado cerca de este viral y se han asomado a una pieza que se vende como “la primera película de terror escrita completamente por bots” y que, quien sabe, puede formar parte del futuro del cine.

Víctor Matellano en un corto

Víctor Matellano rodando un cortometraje / Madridnorte24horas

 

Cortometraje de impacto

Poco a poco, el terror se está convirtiendo en toda una tendencia al alcance de todos. Cualquier aficionado a este género es competente para producir un cortometraje capaz de despertar las claves y sensaciones apuntadas por los directores. La trama, lo más importante, fundamentar la historia que quiere contar es vital para despertar en el espectador las sensaciones de una buena producción de terror -sustos, tensión, énfasis, etc. 

«No sólo el cómo, también la historia. Tiene que haber intención, fundamentación… Tienes que tener muy claro por qué quieres contar una  historia y que hay detrás de esa historia. Eso es muy importante: tener muy  claro qué historia quieres contar», Víctor Matellano 

También, la instantaneidad, el mayor atractivo para el gran público. El espectador busca sensaciones rápidas. Que, además resultan más efectivas que un largometraje si su producción es adecuada. Esto se debe a que concentra su esencia en sí misma: el impacto. «Desde luego, cuando el corto ha quedado muy bien, el impacto que tiene lo multiplicas porque, entre otras cosas, es mucho más fácil de ver», confirma el director madrileño. 

De ahí, una de las claves del crecimiento de este género, que va de la mano con los tiempos sociales. Su facilidad en los tiempos de producción y de visionaje favorecen considerablemente a su desarrollo. Fomentando la cultura del cine y concretamente el cortometraje, ya que existen multitud de producciones indie con éxito en redes sociales. Se traduce, pues, en un aumento constante de productos cinematográficos.     

Así es el arte, subjetivo. Variable. Siempre bajo el ojo del espectador. Agente de sus cambios y transiciones. Ellos son los causantes de que triunfen o que fracasen. Ejemplo de ello, el terror. Hasta hace nada el mismo género estaba cuestionado. Más todavía los cortos de terror. Ahora, un género global. Sin embargo, su esencia resiste a los cambios. Los formatos cambian. Los modelos de producción, también. Pero las tramas, las ideas, permanecen. Resiste a la globalización. Permite su disfrute al público sin perder su propia historia. Los cortos de terror: tensión efímera al alcance de todos.

 

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