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periodismo universitario en internet

Consecuencias de la pandemia y recuperación de la música en directo

La música en directo es una liberación

Concierto en directo


  • El sector musical sufre unos meses catastróficos desde el fin del confinamiento hasta el verano de 2021

  • Las salas de conciertos y macrofestivales son los más afectados por la reducción de aforo, ya que suponen una vertiente económica muy importante

La música en directo está viéndose afectada por las restricciones sanitarias que se han producido debido a las consecuencias de la COVID-19. La pandemia provocó que las calles quedaran desiertas y el mundo se refugiara en sus hogares durante tres meses, donde la música permaneció. Fue la desconexión de muchos de una situación novedosa, trágica e incierta; fue la voz de todas esas casas que salían al balcón a aplaudir a las ocho de la tarde bajo la letra de “Resistiré”. Fueron ellos, nuestros músicos, los que a través de sus canciones y las redes sociales hicieron que la cuarentena fuera mucho más amena. 

A pesar de ello, la industria musical se quedó a medio gas. Muchas salas de conciertos han visto cómo la pandemia ha podido con ellas, teniendo que cerrar, y los artistas se han ido reinventando mientras todo volvía a la normalidad.

Tras 21 meses de muchas restricciones, la vida vuelve poco a poco a lo que era antes y con ella, la música en toda su dimensión. 

Un ejemplo de cómo la pandemia ha afectado al sector musical es Javier Bustos, guitarrista profesional desde hace varias décadas. Dedicado en cuerpo y alma a la música, se deja la piel en los escenarios derrochando técnica, pasión y fuerza. 

Javier Bustos compagina sus performances con la docencia. Actualmente es profesor de guitarra eléctrica, teoría musical, solfeo, armonía y combos musicales en la Escuela de Música Atalanta, en Vicálvaro, Madrid.

 

El guitarrista Javier Bustos. Recuperación de la música en directo tras la pandemia de COVID-19

Fotografía del guitarrista profesional Javier Bustos

 

Javier Bustos ha sufrido en primera persona las consecuencias de la pandemia de COVID-19. Teniendo una agenda laboral completa que sustentan su economía familiar y su bienestar ha tenido que ver cómo de un día para otro todo se tambalea.

En esta entrevista cuenta cómo se vive esta difícil situación y cómo se afronta: de tocar en directo todas las semanas a estar encerrado en casa sin poder hacer tu trabajo y, después del confinamiento, pertenecer a uno de los sectores más castigados. Pasado ya más de año y medio, el gremio ha levantado sutilmente la cabeza aunque hay esperanzas en retomar la normalidad en los próximos meses.

 

El primer año desde el fin del confinamiento hasta el verano de 2021 ha sido catastrófico para el sector musical. Ha supuesto la ruina para mucha gente, no sólo músicos, sino empresas de montaje de escenarios, trabajadores de salas de conciertos o negocios cercanos a recintos usados para este fin.

La época estival propicia el movimiento y ocio de las personas. Este verano, las restricciones sanitarias han sido prudentes. “Ha sido un intento de poner algo en marcha”, lo describe Javier Bustos. Una pequeña toma de contacto con la normalidad para los músicos que ansían la llegada del próximo verano con el convencimiento de que será normal.

 

Los beneficios económicos de la música en directo

En la industria musical existen varios elementos que hacen posible su mantenimiento económico: las reproducciones de las canciones, la compra de discos y, sobre todo, la música en directo. 

Según Promomusicae, sólo este sector recaudó en España 314.187.000 euros en canciones grabadas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no se genera el mismo beneficio con la compra de discos físicos que con los digitales. El primero, obtuvo una caída del 24,5% respecto de 2019, mientras que en el segundo caso hubo un aumento del 16%. Lo mismo ocurre con las descargas digitales, las cuales alcanzaron los 2.303 millones en 2020. 

 

Collage de playlist de Spotify. La música nos ha ayudado mucho durante el confinamiento

Collage de carátulas de playlist de Spotify

 

El streaming también sigue creciendo, manteniendo el auge de la música en formato digital. Supone facilidades para los oyentes al escuchar canciones sin necesidad de descargar archivos o estar conectados a internet. En la mayoría de las plataformas digitales, no es necesario estar suscrito para poder escuchar música, aunque pagando una cuota semanal se puede reproducir sin anuncios. Algunas de estas plataformas son Spotify, Tidal o Apple Music. En 2020, hubo una reproducción de 79.585 millones de canciones, de las cuales un 76,2% se oyeron de forma gratuita. El pago de canciones en estas plataformas también ha crecido un 16% más respecto al año anterior. 

Sin embargo, la mayoría de artistas consideran las plataformas digitales una herramienta de promoción, ya que con el dinero que se genera en ellas no da para tener unos beneficios óptimos. El pago por reproducción no es fijo y depende de distintos factores, como la zona geográfica del consumidor, si es premium o no, o de las reproducciones del artista.

 

Concierto en directo de Julia Medina. Volviendo a la normalidad tras la pandemia de COVID-19

Concierto Julia Medina. Fuente Laura Salas

 

La música en directo es la principal fuente de ingresos de los cantantes, grupos, músicos y salas. Con la crisis sanitaria, los conciertos y festivales se pararon y con ellos, la reducción de ingresos de todos los involucrados en la industria musical. Muchas salas se han visto obligadas a cerrar y algunos músicos no han tenido ingresos suficientes para mantenerse. “No sabemos cuántas se van a quedar por el camino, pero algunos dueños ya nos han dicho que van a traspasar. (…) Si se traspasan, lo primero que perderíamos sería la vertiente cultural de esos espacios. Seguramente no se haría música en vivo, porque no es una actividad rentable”, comenta Carmen Zapata, gerente de la Associació de Sales de Concerts de Catalunya, para el Diario Público.

Las salas de conciertos son las más afectadas por la pandemia, debido a su reducido aforo, pero los macrofestivales también suponen una vertiente económica muy importante dentro del sector. En 2019, recaudaron dinero en un 185,7%, mientras que en 2020, se realizaron un 50% menos de conciertos, un total de 45.306. 

 

Aforos y restricciones

Desde la apertura del ocio en España tras el confinamiento, el sector de la cultura es uno de los más afectados en cuestión de aforos y restricciones. La música en vivo ha aumentado su aforo progresivamente, pero de forma lenta, a diferencia de otras actividades no culturales, como el comercio, que se ha reactivado más rápido.

Los protocolos anti-covid, el uso de mascarillas, la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros y las diferentes medidas de higiene son parte de la vida de las personas y también de la manera de hacer conciertos. Las leyes impuestas por los gobiernos autonómicos y nacional permitieron a las salas y empresas organizadoras de eventos hacer sus espectáculos en vivo con aforos de un 20%, 50%, 60% o 75%, en función de la evolución de la pandemia en España y de los datos de contagio de cada Comunidad Autónoma. 

La restricción de aforos hizo imposible que algunas salas y artistas pudieran llevar a cabo sus espectáculos, sobre todo, en lugares pequeños en donde el número de personas que podían asistir era muy limitado y no era rentable económicamente. 

A medida que avanzaron los meses, se probaron diferentes prácticas para volver a realizar conciertos como antes de marzo de 2020. El 27 de marzo de 2021, el grupo Love of Lesbian reunió a 5.000 personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona para un evento piloto multitudinario con diferentes medidas sanitarias para estudiar cómo podrían ser los futuros conciertos. Todos los asistentes al evento tuvieron que realizarse una prueba de antígenos para demostrar que no estaban infectados del virus y poder ser parte del concierto. 

 

Love of Lesbian en directo. Lo que hemos perdido por la pandemia

Concierto Love of Lesbian. Foto: “La Nueva España”

 

Tras el concierto multitudinario, que siguió todas las normas de seguridad sanitaria, los datos avalados por el doctor Josep Maria Llibre indicaron que tras el evento solo se detectaron seis contagios, de los cuales cuatro de ellos no se habían producido en el Palau Sant Jordi. El riesgo de contagio fue especialmente bajo. El concierto de Love of Lesbian sirvió para estudiar las posibles medidas sanitarias y los aforos que se permitirían en los futuros espectáculos de música en directo. 

En España, la campaña de vacunación masiva fue muy positiva y la gran mayoría de la población acudió a ponerse sus dosis correspondientes para estar protegidos ante la amenaza de la COVID-19 que seguía presente en la vida de todos. Con ello, los festivales multitudinarios abrieron sus puertas en verano realizando test rápidos de antígenos en las puertas de los recintos o pidiendo el certificado de vacunación a los asistentes. A pesar de esto, las medidas sanitarias comunes y los planes de actuación siguieron siendo vigentes. 

 

Aglomeración por un festival musical en Cruilla

Festival Cruilla EFE

 

El 20 de septiembre de 2021, las autoridades españolas anunciaron el fin de las restricciones en el sector cultural. A pesar de esto, la ley obligaba a seguir manteniendo la distancia de seguridad entre los asistentes a los conciertos. Los más afectados continuaban siendo los dueños de las pequeñas salas. “En lo que concierne a aforos, no nos soluciona nada porque los metros cuadrados de una sala son los que son y si el público debe estar sentado y con la distancia de seguridad de metro y medio, la sala da de si lo que da, como si nos ponen al 100%”, explica Carolina Pasero, gerente de Moby Dick Club, en ABC

Poco tiempo después, el 4 de octubre, la Comunidad de Madrid permitió el aforo completo en aquellas actividades del sector cultural, entre ellas, los conciertos, en donde ya se puede disfrutar de pie de la música. Una noticia muy esperada para poder hacer más rápida la recuperación económica y también social dentro de la cultura y la música. “Desde el anuncio de la presidenta ha sido un día intenso en llamadas de promotores pidiendo fechas, para reactivar los conciertos”, comentó Manuel Saucedo, director del Wizink Center, para Europa Press el día en que se comunicó la noticia. 

Los próximos meses son cruciales para contemplar la supervivencia de las salas de concierto. De 300 salas, 23 han tenido que cerrar en toda España y, concretamente, en Madrid una media docena de 60. Las ayudas económicas han sido bastante pobres a diferencia de otros países europeos. Esto también ha perjudicado al desarrollo económico de las salas, que además de los conciertos, ven en las consumiciones durante y posteriormente de este otra fuente de ingresos. “Se nos quería ayudar, pero la burocracia no ha estado a favor porque es un sistema muy perverso en cuanto a plazos o necesidades para formalizar las ayudas. Aunque hubiera voluntad política, ha habido ayudas que han llegado tarde, mal y escasas”, dice Hugo García, responsable de comunicación de Moby Dick Club, para InfoLibre

 

La música para el consumidor

 

Concierto de Melendi antes de la pandemia de coronavirus

Concierto Melendi. Fuente: “Delirium Nostri”

 

Durante el confinamiento, las melodías nunca se fueron pero la música en directo sí lo hizo. Fueron meses de incertidumbre también para los espectadores. Nadie sabía cuándo volver a acceder a un concierto en condiciones prácticamente como las de antes de la pandemia. 

Con la apertura progresiva, las salas de conciertos, los festivales e incluso las firmas de discos no han quedado vacías. El público tenía ganas de volver a sentir la música en todo su esplendor, o por lo menos parte de ella. 

Los medios de comunicación musicales también se han visto afectados por este parón. A pesar de que los artistas no han dejado de lanzar música, muchos de estos medios viven también de las crónicas de conciertos y de cubrir firmas de discos de los artistas. Una parte importante de la información que manejaban se vio interrumpida. 

Actualmente, con el aforo al máximo, cada vez son más los conciertos que se realizan, las giras que empiezan o se retoman, y con ello, vuelve poco a poco esa normalidad que teníamos hace unos meses. Sin embargo, la pandemia no ha terminado y todavía hay que estar precavidos por si ocurre un nuevo retroceso en cuanto a la situación sanitaria del país.

Laura Salas es una estudiante de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid. Una de sus pasiones es la música, la cual puede complementar con la comunicación a través de su propia página web, Delirium Nostri. En ella, publica noticias sobre nuevos lanzamientos musicales, crónicas de conciertos, firmas de discos y entrevistas, además de críticas de series, películas o videojuegos, entre otros temas culturales. Nos pusimos en contacto con ella para que nos diera su punto de vista como periodista y seguidora de diferentes artistas en referencia a la recuperación de la música en directo.

La música es un pilar fundamental de la cultura. Hay que ser conscientes de que de ella viven miles de personas y es necesaria una recuperación prácticamente total para que todos los trabajadores del sector puedan mantener un sustento económico. También es muy importante para el resto de personas que no trabajan de ella porque les aporta unas emociones que no se encuentran en otros lugares. 

No dejemos de escuchar música ni de acudir a conciertos. Apoyemos y disfrutemos de un ámbito tan especial y único en el que se puede vibrar, cantar, bailar y, sobre todo, ser un poco más libres. 

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