¿El fin de las fiestas populares?

Sin fiestas populares durante la pandemia. Fuente: Claudine Silaho Weber-Hilty: 1209728849 / istockphoto.com

– Los pequeños pueblos afrontan la cancelación de sus celebraciones más importantes

– La hostelería rural es el sector más afectado por la supresión de las fiestas

La pandemia de coronavirus ha transformado nuestras vidas significativamente. Reuniones sociales a través de videollamadas, mascarilla como nuevo objeto imprescindible, limitaciones de aforo o largas colas de espera para acceder a centros comerciales han sido algunas de las novedades en la rutina diaria. A pesar de ello, los aspectos más polémicos han sido las restricciones en la hostelería y la suspensión de las fiestas populares de los pueblos.

El cierre temprano de restaurantes o la limitación de comensales por mesa se han convertido en sus grandes enemigos. ¿Se reduce su crisis exclusivamente a estos contratiempos? No. El gremio sintió cierta presión al cancelar los eventos culturales, oportunidad para sacar rédito . 

Tal es así, que los bares y restaurantes más afectados son los ubicados en los pueblos de pequeñas dimensiones . ¿La causa? Aunque parezca extraño, no se debe a ninguna de las citadas anteriormente. ¿Ha superado la restauración el reto? A continuación, se despejará la incógnita.

La “nueva normalidad” en los pequeños pueblos

Los efectos generados por la pandemia del Covid-19 han tenido un gran impacto en la sociedad. Desde las ciudades más grandes, hasta los pueblos más recónditos han sufrido cambios sustanciales en la realidad tal y como la conocían. En un momento en el que cada vez existe más despoblación en el país, los pequeños pueblos deben enfrentarse a la crisis sanitaria . Con menos recursos y medios disponibles tratan de conseguir una nueva normalidad que, lejos de variar a la anterior, la mejore. 

«En general las fiestas es poder juntarnos un grupo de amigos y pasarlo bien. Este año no ha habido charanga . Anualmente, cada peña organiza una orquesta y siempre vamos por cada una de las pandillas », dice Alfredo Cuevas, habitante de Romancos situado en la provincia de Guadalajara. 

En este pueblo, de poco más de 100 habitantes, los efectos de la pandemia y las restricciones se han dejado significativamente. En el año 2020, Santiago López, alcalde de Romancos, aclaraba que «fue una decisión complicada el tener que decretar la suspensión de las fiestas por motivo de la pandemia».

Desde la perspectiva cultural y regional, la crisis sanitaria ha supuesto un gran cambio en las vidas de estos habitantes, que han visto cómo sus rutinas y tradiciones se veían afectados o suspendidas: «en nuestra provincia, las fiestas patronales están muy arraigadas en todos nosotros y, de cierto modo, notamos ese vacío », continuaba explicando Santiago López. 

A diferencia del año 2020 y, con muchos cambios derivados de las restricciones, en 2021 el ayuntamiento de Romancos ha celebrado parte de sus fiestas patronales , organizando conciertos y algunas actividades, aunque lejos de la esencia y las costumbres locales. Por otro lado, se encuentran las consecuencias económicas. 

En el caso de Romancos, los bares y establecimientos sufrieron los efectos negativos desde el inicio de la pandemia: «esto es un pueblo pequeño, donde la mayoría de la clientela es de Madrid, y con las restricciones de los cierres perimetrales diría que el 90 % no puede venir. Por lo tanto, el bar se abastece prácticamente de los residentes y de otro grupo procedente de Guadalajara », declaraba Jesús Tomás, propietario del bar El Reloj.

Ayuntamiento de Tomellosa (Guadalajara) / Alba de La Cueva.

A unos 8 kilómetros de distancia se encuentra Tomellosa, una comarca con tan solo 55 empadronados que también busca recuperarse de la crisis sanitaria y afrontar la nueva normalidad. Su alcalde, Arturo Juez Rodríguez, definía la cancelación de las fiestas como un palo moral, porque en lo económico el pueblo depende del municipio de Brihuega, situado en Guadalajara.

2020 no ha sido la excepción a la cancelación de las fiestas; también lo ha sido 2021: «Estas festividades las hemos suspendido porque todavía había brotes importantes, con lo que se decidió no adelantarnos a los acontecimientos. Estamos esperando ya que llegue la normalidad. El año que viene las celebramos como buenamente nos dejen », concluía. 

Tomellosa / Alba de La Cueva.

Y desde estos pueblos pequeños de Guadalajara viajamos hasta Arévalo, situado en la provincia de Ávila. Con cerca de 8.000 habitantes, el pueblo trata de alcanzar esta “nueva normalidad” tras los devastadores efectos de la crisis sanitaria. 

«En los pueblos pequeños o medianos, como es este caso, se llevó muy a cabo las restricciones, las mascarillas … la gente tenía mucho miedo y salía muy poco de casa», comenta Cristina Tesorero, habitante de Arévalo. El ayuntamiento apostó en verano de 2021 por recuperar las fiestas patronales, aunque con algunas diferencias. «Sí que ha supuesto algo de alegría, de emoción, de cosas buenas, pero no ha podido ser igual que otros años. Ha habido menos ambiente, sin embargo era necesario », aclara Cristina que continúa diciendo:« La gente del pueblo las llamábamos las no fiestas porque las actividades eran con aforo, distancia de seguridad y mascarillas. Los conciertos se han realizado únicamente con sillas, sin posibilidad de bailar ».

De esta manera, no solo se ha requerido un cambio en la celebración de las fiestas, sino también en la organización de las mismas, con la presencia constante de la policía en los distintos puntos del pueblo, que incluso contaba con la ayuda de varios voluntarios .

En el área económica, el pueblo ha podido recuperar aire y trata ahora de superar las dificultades producidas durante el pasado año. Uno de los aspectos más importantes es el turismo que supone la mayor fuente de ingresos . «Ha habido una mejora respecto a 2020, pero muy distinta a los años anteriores a la pandemia, porque se han recaudado menos transacciones», concluye Cristina Tesorero.

La ciudad contra el coronavirus

La hostelería urbanita se nutre principalmente del turismo; ¿Cuáles son los detonantes para fomentarlo? Mayoritariamente la celebración de eventos culturales como conciertos o ferias. El problema más evidente que se presenta encima de la mesa es la cancelación de fiestas multitudinarias . Entonces, ¿se enfrenta la restauración a la crónica de una anunciada?

Resulta totalmente impactante un estudio desarrollado por el portal Hostelería Madrid. En dicho trabajo adelantaron que el gremio debería tener una primera recuperación en agosto de 2020 tras una adaptación a las medidas restrictivas. Poco tiempo después, en diciembre del mismo año, la restauración se vería fortalecida al recuperarse los congresos nacionales y eventos culturales.

El mismo medio señalaba que aunque las navidades de 2020 fueron las más austeras, marcarían el retorno a la estabilidad económica a niveles prepandemia. A pesar de que Madrid ha sido la región con medidas menos severas, resulta revelador fijar una recuperación tan temprano, teniendo en cuenta los meses de pérdidas millonarias, puesto que, some recintos tuvieron que echar el cierre.

¿Ha pecado el medio de optimismo excesivo, o por el contrario todas sus afirmaciones se han ajustado a la realidad? Para conocer la respuesta, Variación XXI se ha trasladado a una de las zonas populares de Madrid, el Barrio del Pilar. La región suele acoger anualmente la feria dedicada a festejar el día de la Hispanidad. Desde el 30 de septiembre al 12 de octubre se suceden días icónicos para sacar rédito económico.

Centro comercial La Vaguada, Madrid / Alejandro Medina.

La hostelería del centro comercial La Vaguada es la principal beneficiada, ya que la feria se instala junto a este establecimiento. No obstante, ni en 2020 ni en 2021 se ha celebrado el evento con motivo del COVID-19. ¿Se lamentan los hosteleros por los hechos? Acudimos a uno de los restaurantes más visitados del centro comercial, el Vips .

Centro comercial La Vaguada, Madrid / Alejandro Medina.

Cuando preguntamos a una de sus camareras, Mónica, si han notado el impacto negativo de la cancelación de las fiestas nos contesta: «para nada, desde que salimos del confinamiento no hemos dado abasto para atender a los comensales». En este sentido cama ella misma señala que parte de la plantilla perdió su trabajo y denuncia que muchas noches solamente no ha habido para servir durante el horario de cenas.

Ahondando en la cuestión planteada, la siguiente pregunta va encaminada a hacer balance entre 2020 y 2021 y Mónica sigue narrando: «este año hemos experimentado aún más la llegada de nuevos comensales, y sobre todo en verano, época donde normalmente solemos estar tranquilos». Ante el crecimiento, Vips pasó de vetar mesas para respetar la distancia de seguridad a disponer ventanillas de separación para aprovechar al máximo la capacidad del local.

Si una conclusión clara llega Mónica es que no han echado de menos la cancelación de la feria; todo lo contrario, la plantilla demanda más personal para hacer frente a la gran magnitud de trabajo que afrontan. Y es que después de estar unos meses confinados, la población española valora, especialmente, el momento de disfrutar con amigos en bares y / o restaurantes.

El informe de Hostelería Madrid predijo con exactitud la recuperación económica del sector a pesar de lo idílico que parecía a priori. Sin embargo, todavía queda un pequeño trayecto por recorrer para volver a los niveles de antes de la pandemia. El gremio seguirá solicitando ayudas económicas y apoyo por parte de las comunidades autónomas. Habrá que esperar un par de meses más para llegar al objetivo inicial.