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periodismo universitario en internet

Machismo: un hándicap en nuestra vida

 

Marcha reivindicación feminista

Las mujeres toman la calle por el 8M// Fuente: Jairo Vargas

  • Carlota Coronado: “El machismo se encuentra en todas las etapas de la vida de una mujer de formas muy diversas”

  • Carlota Coronado: “Los chicos se encuentran un poco descolocados en los valores de la igualdad”

El machismo como lo conocemos hoy en día viene desde los neandertales, cuando dividían los trabajos por sexos, usando las mismas herramientas en diferentes labores. El patriarcado («predominio o mayor autoridad del varón en una sociedad o grupo social») lleva con nosotros desde, al menos, la revolución agrícola, pero solo se cuestiona desde hace un siglo. Lo que lleva ocurriendo en la mayoría de las culturas humanas es que la mujer es considerada un ser inferior. Actualmente, aunque en menor  medida, todavía existe una supremacía masculina en el sistema social, económico y político. De esta forma el machismo se ha convertido en un enorme hándicap en nuestra sociedad.

 

Etapas de la vida

En cada etapa el ser humano aprende cosas nuevas. La infancia es una etapa vital para el ser vivo donde se forjan las conductas, valores y principios de cada uno.

En el colegio, los niños reciben su educación y aprenden a relacionarse con otros niños y con el mundo que les rodea. En casa, sus padres les transmiten sus vivencias, valores y costumbres; además de aprender con series animadas, libros infantiles y la televisión. Como el machismo impregna toda la sociedad, los niños son afectados por las conductas machistas que observan; las normalizan y aceptan como la forma correcta de actuar. Hay dos apartados relacionados con el machismo en la infancia: sexismo y violencia vicaria. 

Los roles sexistas son la primera expresión del machismo. A los niños les inculcan distinciones desde pequeños, como ocurre con la ropa (rosa para ellas y azul para ellos) y los regalos (cocinitas y carritos de bebé para ellas y balones, coches o consolas para ellos). Los regalos de las niñas, además, alimentan el estereotipo machista de que las mujeres deben ocuparse del cuidado de los hijos, de la casa y del marido. Más adelante, se presupone que las niñas optarán por profesiones consideradas femeninas.  

diferencias género infancia

Las diferencias de género se construyen desde la infancia// Fuente: El País

Los niños son muy influenciables y adoptan estereotipos sobre cómo deben comportarse, qué se espera de ellos y ellas y cuáles son sus roles sociales. A raíz de estas actitudes y conductas observadas, los niños tienden a burlarse de las niñas por ser más débiles, no las incluyen en sus juegos y se produce una segregación entre géneros. En ocasiones, los chicos se ríen de las niñas para ganarse el respeto del grupo, con lo que se perpetúan las conductas machistas y se generan inseguridades y baja autoestima en las niñas, quienes aprenden a soportar burlas, miradas y comentarios sobre su físico. 

Según el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, la violencia vicaria, o violencia «por interpósita persona», es la que causa el daño más extremo hacia una mujer: dañar y/o asesinar a los hijos/as. Hay muchas formas de ejercer este tipo de violencia, como la económica, con el impago de la pensión de los hijos, lo que precariza la situación de la mujer. Sin embargo, la forma más violenta de ejercerla es agredir a los hijos, arrebatárselos a su madre o incluso asesinarlos para causarle el mayor dolor a la madre. En España, el Portal Estadístico de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género lleva registrando los asesinatos por violencia vicaria desde 2013 y ya se han anotado 41 asesinatos de niños por parte de las parejas o exparejas de sus madres. 

La educación desde la infancia es clave para formar generaciones libres de machismo y de estereotipos que degradan a las mujeres y al conjunto de la sociedad.

Por su parte, la adolescencia es una etapa fundamental para el desarrollo de la identidad personal, por lo que debe primar una educación sana y abierta. No obstante, un informe de Save the Children llamado «No es amor», asegura que patrones y conductas machistas que creíamos erradicados se extienden entre los jóvenes. La violencia de género se normaliza y se repiten roles sexistas. 

La construcción de normas culturales y sociales, la fijación de roles y la creación de estereotipos de género son los que establecen relaciones desiguales entre hombres y mujeres. Es a raíz de esto cuando surgen modelos deseables de masculinidad en los que se normaliza el uso de la violencia. El «mito del amor romántico» es uno de los grandes problemas de la juventud. Se crea una visión distorsionada donde el conflicto o los celos se identifican como algo romántico, por lo que se aceptan conductas violentas dentro de la pareja. 

Según el informe de Save the Children, 1 de cada 3 jóvenes considera en ocasiones inevitable, e incluso aceptable, controlar los horarios de la pareja, impedir que vea a su familia o amistades, o decirle las cosas que puede o no puede hacer. Ese “mito del amor romántico”, junto con la intensidad de la adolescencia, hace que muchos jóvenes justifiquen las agresiones recibidas. El peligro es aún mayor por su sutilidad, que evita que el entorno de la víctima pueda darse cuenta. Este control se ha extendido al mundo digital: con internet y las redes sociales, la presencia física del agresor ya no es necesaria.

La forma en la que el machismo afecta a la adolescencia es algo que parece estar agravándose. La Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2020 advirtió de un incremento de ideas sexistas y de violencia entre menores, destacando su vínculo con la violencia sexual y el consumo de pornografía desde tempranas edades. Por otra parte, también es reseñable el aumento de personas que consideran que la violencia de género no existe, sino que es un invento ideológico.

Es primordial educar a los adolescentes sobre la violencia de género y otras conductas nocivas, pero sobre todo que se centren en su prevención y detección temprana. Sin proporcionarles la educación correcta, los jóvenes se verán abocados a repetir conductas y patrones incorrectos, e incluso violentos. Para que sea realmente efectivo, la forma de hablar, de explicarse y de comunicarse con los jóvenes deben adaptarse a la etapa y a los problemas que sufren.

Para hablar sobre el tema y como especialista, hemos hablado con Carlota Coronado, profesora en la Universidad Complutense de Madrid.

 

Violencia de género

Según la página del Gobierno español, una de cada dos mujeres en España ha sufrido algún tipo de violencia de género.  El pasado año, que se sepa, murieron 45 mujeres a manos de un hombre. Se considera violencia de género «el maltrato que ejerce un sexo hacia el otro, que puede ser del hombre hacia la mujer o viceversa». La realidad muestra que los porcentajes de maltrato del hombre hacia la mujer son más del doble que al contrario, aunque esto no quita que exista violencia de parte del sexo femenino. Fue en 2003 cuando empezaron a recogerse los datos de las mujeres asesinadas por violencia machista. Desde entonces hasta enero de 2021, han muerto 1.114 mujeres (36 mujeres este año). Y aunque se debería saber la historia de cada mujer asesinada en vez de ser solo un número más en la lista, desgraciadamente, no es así.

víctimas violencia género edad

Gráfico de las víctimas de violencia de género por edad// Fuente: Instituto Nacional de Estadística

El machismo se extiende alrededor de todo el mundo, pero es sobre todo en los países denominados tercermundistas donde más lo sufren. La India, Siria, Afganistán, Somalia o Arabia Saudí, son países donde las mujeres tienen escasos derechos. Sorprende el alto porcentaje de violencia machista en Estados Unidos, mas se debe a que es un país donde conviven muchas culturas y cientos de religiones entremezcladas. Finlandia es un país que destaca en la lista de los países con mayor violencia de género. A pesar de ser un país que se distingue por su política y educación, el 47% de las mujeres finlandesas han sufrido ataques sexistas.

 

Techo de cristal en España

La discriminación de la mujer en el mundo laboral sigue siendo una amarga realidad para muchas. En España, donde hay más de cuatro millones de mujeres con formación superior (casi doscientas mil más que hombres), ellas cobran un salario de cinco euros menos la hora. Según diversos estudios realizados por la Encuesta de Población Activa (EPA), trabajan cerca de 8,9 millones de mujeres, aunque una cuarta parte son asalariadas con contrato temporal. En 2021, la tasa de actividad de mujeres se sitúa en el 53% mientras que la de los hombres supera el 60%.

El Instituto Nacional de Estadística ofrece datos que muestran la diferencia salarial entre hombres y mujeres (18.470 euros para ellos y 15.484 para ellas). Aquellas que trabajan a tiempo parcial cobran 10,29 euros frente a los más de 12 euros que obtiene un hombre. En contratos de ocho horas, las mujeres ganan casi 15 euros frente a los 16 que se embolsaría un hombre. La media saldría a un total de 10,81 euros para la mujer y de 15,13 para el hombre. Esto refleja la discriminación laboral que sufren las mujeres y que, en un futuro, les puede causar problemas a la hora de jubilarse (a la mujer le quedaría una pensión media de 857 euros frente a los 1.312 del hombre). La brecha salarial se fija en un 18,2% en la edad entre 55 y 65 años. 

Existen factores tanto sociales como económicos que impiden que se alcance la igualdad entre hombres y mujeres. Por ejemplo, el cuidado de los hijos sigue siendo una responsabilidad que asumen más mujeres, lo que hace que tengan que renunciar a su carrera profesional, sufrir interrupciones o reducir su jornada laboral. En consecuencia, muchas empresas tienen dudas sobre la estabilidad de la mujer en un puesto de trabajo, prefiriendo que ocupen empleos temporales o a tiempo parcial con una retribución mucho menor. 

Cuando hablamos de techo de cristal, nos referimos a los inconvenientes que las mujeres encuentran en su trayectoria profesional para avanzar y ascender hacia puestos de poder. Las actividades que acaban siendo desarrolladas por mujeres son de menor valor que las de sus compañeros hombres. Cabe destacar que en momentos delicados y de crisis es cuando la brecha salarial más se amplía; por no hablar de que la pandemia ha minimizado la presencia femenina en diferentes sectores.

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Representación del techo de cristal// Fuente: Blog Eklos

Diversos estudios constatan que se necesitan cien años para eliminar esa brecha salarial y la desaparición del techo de cristal. Para conseguirlo, habría que modificar e incidir en la concienciación social, la educación, las oportunidades que ofrecen las empresas y la creación de nuevas leyes igualitarias. 

 

 

Techo de cristal en la Unión Europea

El EIGE (Instituto Europeo para la Igualdad de Género) presentó en enero un informe llamado Índice de Diversidad de Género en Europa donde se dio visibilidad a la desigualdad de las mujeres en su desarrollo profesional y personal. Esta institución trabaja para alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres en la Unión Europea y fuera de ella. Los estudios buscan ayudar en la concienciación y sensibilización de la sociedad por la igualdad. El EIGE mide también las medidas de igualdad tanto en posiciones de poder como en la toma de decisiones en los ámbitos políticos, económicos y sociales. 

Para conocer si un país está alcanzando esa igualdad, se realizan estudios que otorgan una puntuación del 1 a 100, siendo 100 la igualdad absoluta. Esta puntuación tiene en cuenta: trabajo, dinero, conocimiento, poder y salud.  España obtiene resultados excelentes en el ámbito de poder con 76,9 puntos (tercer puesto de la UE). En el tiempo en actividades está por debajo de la media europea con 64 puntos, siendo la desigualdad más pronunciada en el cuidado de personas y trabajos dentro del hogar. El menor avance ha sido en el ámbito del trabajo y monetario, subiendo tan solo 2 puntos desde 2010. 

 

Tipos de machismo

Existen diferentes tipos de machismo. En especial podemos diferenciarlos: según la causa (por religión, por tradición, por misoginia o por desconocimiento), según quien lo expresa  (institucional o personal) y según el grado de violencia (de confrontación física, de legitimación de la violencia o paternalista).

Por último hay que hablar de los micromachismos, «sutiles e imperceptibles maniobras y estrategias de ejercicio del poder de dominio masculino en lo cotidiano, que atentan en diversos grados contra la autonomía femenina». O lo que es lo mismo, pequeñas frases de la vida cotidiana, que se nos han quedado tanto a mujeres como a hombres, que en nuestra realidad son frases sin maldad pero tienen una connotación negativa para con la mujer. 

Ejemplos de micromachismos:

«No, es que ella cocina mejor, yo no sé»

«Paga el hombre ¿verdad?»

Marcha reivindicación feminista

Las mujeres toman la calle por el 8M// Fuente: GranadaHoy

Aunque hemos avanzado, con las reivindicaciones diarias, el cambio de actitud de la sociedad o las calles de todo el mundo vestidas de morado durante el 8M, todavía queda mucho que hacer.

2 Comments

  1. Muy bueno el reportaje. Tenemos que seguir avanzando para que de una vez por todas se acabe con la violencia de género.

  2. Fantástico el artículo!

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