Feminismo radical: objeto de críticas

Michael Moloney |Shutterstock. Esta bandera fue creada por la mujer trans estadounidense Monica Helms en 1999 y se mostró por primera vez en un desfile del orgullo en Phoenix, Estados Unidos en el año 2000

El colectivo trans reclama unidad en el movimiento feminista y el reconocimiento de sus derechos

La recientemente aprobada Ley Trans ha agitado aún más la polémica y el debate acerca de esta situación

Tamara Casado Vergara es una mujer transgénero no binaria que se presentó como candidata al distrito 5 de Chile. En la actualidad es activista y defiende los derechos de las mujeres trans dentro del feminismo para que sea un movimiento integrador: «nosotras tenemos que aportar y no dividir». Sin embargo, ha recibido numerosas críticas por feministas radicales al considerar que no pueda formar parte del movimiento debido a su sexo. En España, el debate está igualmente presente y ha repercutido en la aprobación de la Ley Trans.

Feminismo radical: aproximación al término

El feminismo radical es una corriente del feminismo que nace en los movimientos contestatarios de los años 60 del anterior siglo y se consolida durante la década de los 70 y 80. El término TERF también se emplea para mencionar el movimiento al sintetizar las palabras «Trans- Exclusionary Radical Feminist». Desde el punto de vista etimológico, la palabra «radical» proviene del latín «radicalis» que significa «relativo a la raíz», por lo tanto, este tipo de feminismo tiene la voluntad de ir a la raíz del problema.  Las feministas «radfem» sostienen que el problema del sometimiento a la mujer es el patriarcado, sistema donde la figura autoritaria del hombre determina la concepción política, religiosa, económica, social y sexual. 

El feminismo radical define que el género es una construcción social de la feminidad que fomenta las relaciones opresivas hacia las mujeres. Asimismo, distinguen entre género (construcción social) y sexo (vinculado a al aspecto biológico). La corriente defiende que una mujer trans no puede ser considerada «mujer» porque desde un enfoque biológico, su genitalidad deriva de opresiones patriarcales. Estas ideas chocan con la «teoría queer» que sostiene que los genitales con los que nacen las personas no debe identificarse con una identidad de género. 

Feminismo radical y redes sociales

Aunque el número de personas adeptas al feminismo que excluye a las personas trans sea bajo, su voz se amplifica en canales como las redes sociales, donde llegan a todo tipo de públicos, especialmente a los jóvenes. Una de las plataformas en las que podemos encontrar los debates más acalorados es Twitter, donde el feminismo radical trata de explicar sus posturas y difundir su mensaje. 

Hilo de Twitter de J.K. Rowling defendiendo el feminismo radical.

Sin embargo, comentar estas opiniones en redes sociales también expone a sus autores, como le pasó a la escritora J K Rowling. La británica está considerada como una feminista radical debido a sus tuits y su opinión respecto a los derechos de las personas trans. Como consecuencia, según ella misma ha posteado en Twitter, la dirección de su domicilio fue revelada por tres activistas que se hicieron una foto frente a su casa. Desde entonces ha recibido cartas, amenazas de muerte o de otras formas de violencia, siendo evidente la crispación que supone el debate y lo enfrentadas que están ambas corrientes.

Defensores del movimiento

Este movimiento no ha parado de ser cuestionado, los que están a favor de este tipo de feminismo reivindican su rechazo sobre el reconocimiento de un hombre nacido como tal pueda ser reconocido como mujer sin haberse sometido a algún tratamiento que le haga ser mujer, también manifiestan que el problema de la desigualdad entre las mujeres está enfocada en el patriarcado, por tanto el feminismo radical pretende acabar con el problema desde la raíz. Por otro lado, defienden la abolición de prácticas contra la mujer como la prostitución, la gestación subrogada o la pornografía, ya que atentan contra los derechos de la mujer. 

En referencia a la conocida Ley Trans ha permanecido acompañada de polémica incluso dentro del propio Gobierno (PSOE-Podemos). Algunos de los puntos que más debate ocasionaron fueron: el hecho de que un menor a partir de 16 años pues cambiarse de sexo en el registro sin necesidad de un informe ni de un tratamiento médico, también la imposibilidad de cambio de género de una persona relacionada con un caso de violencia de género. El género binario es otro de estos puntos, el PSOE se oponía al reconocimiento de los términos en binario no siendo mencionados en el anteproyecto de ley. Por último, la reproducción asistida, pese a ser admitida por el gobierno la posibilidad y el apoyo hacía la personas trans para darles la capacidad de gestar en el texto propio de la Ley no se contempla este apartado ni tampoco se desarrolla la garantía de la reproducción asistida para todas las mujeres.

La que fuera vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha mantenido una postura cercana a este feminismo, valorando como arriesgado y peligroso el feminismo que defiende la ministra de Igualdad, Irene Montero considerando que no supondría un avance en el feminismo de nuestro país sino un retroceso.

Críticas al movimiento

La exvicepresienta del Gobierno, Carmen Calvo, entregándole a Irene Montero la cartera del Ministerio de Igualdad en enero de 2020

En una de las carteras del Gobierno de España encontramos todo lo contrario. La ministra de Igualdad, Irene Montero, se aleja de este feminismo radical para acercarse a un “feminismo para todas”.

Asegura que “la cuarta ola del movimiento feminista es la interseccionalidad, la idea de que no hay una sola forma de ser mujer y que las mujeres somos diversas”. 

Y no solo ella, Mª Victoria Rosell Aguilar, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género e incluso la periodista y secretaria de Estado de Igualdad Noelia Vera, dejan ver en sus redes sociales un claro posicionamiento a favor de las políticas de autodeterminación de la ministra.

Fue a raíz de la publicación del borrador de la Ley Trans, cuando empezó una lluvia de críticas. Sin embargo, pese a las críticas, la Federación Plataforma Trans defiende a Irene Montero, asegurando que su defensa y compromiso con los movimientos feministas, LGTBI y colectivos sociales convierten las políticas públicas en feministas, interseccionales y transversales, no permitiendo que ninguna mujer quede atrás.

El debate está abierto en el seno de instituciones, asociaciones y colectivos, se trata de buscar una solución consensuada que pueda atender las necesidades de todos ellos. El propósito es, en todo caso, desarrollar una sociedad más igualitaria justa, en la que cualquier persona pueda sentirse respetada y dignificada, independientemente de su género o identidad sexual.