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Marihuana: más que un estupefaciente

Muestras de marihuana con menos de 0.2% de THC de «La Tía María» / Yolanda Durán (Variación XXI)

Muestras de marihuana con menos de 0.2% de THC de la tienda CBD «La Tía María» / Yolanda Durán (Variación XXI)

  • El 9,1% de la población española ha consumido cannabis en algún momento de su vida

  • El Ministerio de Sanidad advierte de que entre el 7% y 10% de los individuos desarrollan alguna clase de adicción o dependencia

La sociedad de hoy en día aún plantea un debate en torno a la regularización de la marihuana, sus aplicaciones o los beneficios e inconvenientes que puede conllevar su consumo. Una de las tendencias que más relevancia está cobrando es el empleo del conocido como CBD, uno de los compuestos de la planta utilizado principalmente con fines terapéuticos. La denominada como marihuana medicinal puede afectar positivamente en trastornos como la esclerosis múltiple o la ansiedad, sin embargo, el consumo de cannabis también puede provocar o agravar enfermedades como la esquizofrenia o psicosis. Actualmente en España está permitido el autoconsumo en la propia vivienda, pese a que el consumo en la vía pública, la tenencia o el tráfico están penados con graves sanciones económicas que pueden derivar en el ingreso en prisión.

 

La marihuana como concepto

La marihuana es un término que se refiere a una mezcla verde, marrón o gris de partes secas y desmenuzadas que se obtiene de la planta del cannabis. Dicho vegetal posee sustancias químicas que actúan como depresoras del sistema nervioso, en otras palabras, actúa en el cerebro alterando sus capacidades. Dentro de sus compuestos se encuentran moléculas de cannabidiol, CBD, y de tetrahidrocannabinol, también llamado THC, un compuesto psicoactivo o psicotrópico que provoca en el individuo cambios temporales en la percepción de su realidad, estado anímico, de consciencia y comportamiento, en ocasiones incluso inhibiendo el dolor. 

Preparación de un porro / Yolanda Durán (Variación XXI)

En la actualidad existen más de 3.000 cepas diferentes de esta clase de planta (sativas, índicas, etc.), cada una con sus respectivas variantes en cuanto a los efectos que ejercen sobre las personas. Esta droga puede consumirse de diversas formas, la más común es mediante la inhalación ya sea al fumarla o ser vaporizada, sin embargo, también puede introducirse en el organismo a través de productos comestibles o por absorción cutánea

Su origen proviene de Asia central y de la parte sur del continente, datando su consumo desde el tercer milenio Antes de Cristo. En la India y en Nepal la yerba era apodada como ganjika, aplicándose con fines medicinales durante miles de años. También se han encontrado restos de semillas carbonizadas de la planta en braseros ceremoniales del actual territorio rumano. El pueblo asirio, referido a los habitantes de la antigua región de la Alta Mesopotamia, introdujo prácticas ceremoniales religiosas a través de sus chamanes con el objetivo de llevar a los individuos a un estado de trance espiritual. A pesar de que, a lo largo de la historia, la marihuana se ha empleado en diversas prácticas de culto por judíos y cristianos, no se introduce en el nuevo mundo hasta la llegada de los españoles y el descubrimiento de América en 1492. En el siglo XX ya comienzan a establecerse restricciones penales relativas al empleo del cannabis, llegando hasta nuestros días.

En España la marihuana está considerada como una droga ilegal bajo la ley federal en todo el territorio del Estado. Dentro de éste se diferencia entre la tenencia y el tráfico, en el primer caso las multas varían desde los 600 euros hasta los 30.000, mientras que en el segundo se pueden llegar a aplicar penas de 1 a 3 años de cárcel, así como multas que duplican el valor de la droga incautada. Fuentes policiales informan de que «Normalmente este tipo de sanciones se dan con 600 euros, pero si hay reincidencia va subiendo. Con la nueva modificación que quiere hacer el gobierno pasaría de grave a leve, que bajaría bastante el importe, no sé si son desde 100 euros hasta 600.»

A pesar de que esta droga se asocia con un uso recreativo, existe un término acuñado como marihuana medicinal referido al uso de la planta sin procesar, con el fin de tratar enfermedades o determinados síntomas. En países como Estados Unidos, aunque no en todos los Estados que lo componen, está aprobado su uso con los nombrados objetivos bajo la Administración de Alimentos o medicamentos (FDA). Además, también se regulan productos con materiales cannabinoides en ciertas píldoras o fluidos acuosos u óleos. Los científicos aún estudian los efectos del THC, así como su seguridad para empleo en los diversos pacientes. 1 de cada 10 personas que han consumido marihuana serán adictas, especialmente en aquellas que comenzaron a probarla en edades tempranas, aumentando esta cifra en 1 de cada 6 personas.

 

Impacto y efectos de la marihuana

La marihuana es la droga ilegal más consumida en todo el mundo y la que más ha crecido en las últimas décadas. Una de las principales preocupaciones sobre su uso es la adicción. Según un estudio del investigador Wayne Hall, el cannabis es menos adictivo que otras sustancias de uso frecuente como la nicotina, heroína, cocaína y alcohol. Es más, a diferencia de muchas de estas drogas, el cannabis no produce sobredosis mortales. Sin embargo, según el Ministerio de Sanidad de España, la adicción aparece entre el 7% y el 10 % de las personas que lo han probado y en 1 de cada 3 de las que lo consumen habitualmente. Por otro lado, un 9,1% de la población ha consumido cannabis. Es posible, sin embargo, que los datos de la Unión Europea vayan un poco retrasados ya que la anterior contaba con un 11,2% de consumidores españoles. En cualquier caso, el porcentaje sería de los más altos de la Unión Europea. 

El consumo de marihuana afecta al cerebro directamente, específicamente a las partes responsables de la memoria, aprendizaje, atención, toma de decisiones, coordinación, emociones y tiempo de reacción. Los consumidores asiduos pueden tener problemas a corto plazo que afectan a las relaciones y al estado de ánimo. El efecto depende de muchos factores y es diferente para cada persona. También depende de la cantidad de tetrahidrocannabinol (THC) que tenga la marihuana, la frecuencia del consumo, la edad y si otras sustancias son consumidas al mismo tiempo. Los compuestos de la marihuana pueden afectar el sistema circulatorio y pueden aumentar el riesgo de tener ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. El consumo puede dar lugar a varios tipos de trastornos mentales, entre los que se incluyen los trastornos psicóticos, y produce un aumento más de cinco veces el riesgo de padecer psicosis a lo largo de la vida. 

Botes de marihuana con un porcentaje bajo de THC (<0,2%) / Yolanda Durán (Variación XXI)

Sufrir una sobredosis es poco probable, aunque el síndrome de abstinencia en individuos que consumen o consumían la sustancia de manera regular puede incluir fiebre, alteraciones químicas en el cerebro, irregularidades en las cuencas de los ojos o fallos en múltiples órganos. Uno de los mayores riesgos que acarrea la marihuana es la mezcla con otras drogas como el alcohol, lo que puede derivar en náuseas, ataques de pánico, ansiedad o paranoias. 

El debate sobre la regulación del cannabis está, más que nunca, encima de la mesa. En el mundo sanitario hay diferentes posturas respecto al impacto que la regulación del cannabis podría tener sobre las adicciones. Los estudios dicen que en sitios donde se ha legalizado, ha aumentado su uso. Por esta razón, si en algún momento se legalizase debería de idearse una campaña de salud como las que hay con el tabaco para que los jóvenes conozcan sus riesgos, ya que, según un oficial de policía local: «los chavales quieren experimentar y transgredir las normas que están impuestas».  

Algunos profesionales piensan que debe prevalecer la libertad de elección del individuo, con el objetivo último de que la gente pueda decidir con la información en la mano, sabiendo que no cualquier sustancia es beneficiosa para la salud. Cabe destacar que, según el portal de estadística Statista, en el año 2019 el 55% de los consumidores de cannabis adquirieron la droga en el mercado negro, lo que supone un incremento de aproximadamente tres puntos porcentuales con respecto a 2018.

La marihuana contiene sustancias que se parecen a nuestros neurotransmisores naturales, hablamos del tetrahidrocannabinol o THC, el cual tiene el mismo efecto en nuestro cerebro que la anandamida. A corto plazo, produce sensación de bienestar y amplificación de las sensaciones placenteras, elevación del umbral de dolor, y también cierta interferencia con la formación de recuerdos y con las funciones motoras.

 

El cannabidiol o CBD

Además, la marihuana contiene otra sustancia llamada cannabidiol o CBD, es un compuesto natural localizado en la flor resinosa del cannabis. En la actualidad, los científicos y médicos de todo el mundo están experimentando y corroborando las propiedades terapéuticas del CBD; una sustancia segura y no adictiva.

Ambos componentes han sido rigurosamente estudiados por científicos y poseen atributos terapéuticos significativos. La diferencia se encuentra en que el THC provoca una sensación de las alteraciones físicas o intoxicaciones en las personas, ya que los componentes actúan en diferentes receptores del cerebro y el cuerpo. En función de la cantidad, el CBD puede llegar a disminuir, incluso neutralizar, los efectos psicoactivos del THC. Ya son muchas las personas que aprovechan los beneficios del cannabis sin la psicoactividad. 

En relación con las propiedades nombradas anteriormente, cabe destacar su capacidad antiinflamatoria, analgésica, neuroprotectora, antioxidante, antitumoral y ansiolítica, entre otras. Supone un efecto positivo para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson y la Esclerosis Múltiple, además de para la epilepsia, dependencias químicas, ansiedad, psicosis, trastorno de espectro autista, etc. De igual forma, actúa positivamente en patologías crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal o la enfermedad de Crohn. Muchos especialistas lo recomiendan para el acompañamiento de la quimioterapia y procesos cancerígenos. 

También se debe destacar la existencia de efectos secundarios, eventualmente, como el cansancio, la somnolencia o sequedad de boca. Su consumo no tiene por qué ser estrictamente medicinal. Hay casos en los que el individuo decide consumirla por voluntad propia, por ocio o en muchas ocasiones, como sustitutivo de la marihuana.  

Respecto a la situación legal en España, el Comité Experto en Drogodependencia de la Organización Mundial de la Salud, en diciembre de 2017, concretó que el cannabidiol no es adictivo ni nocivo para la salud. Este informe supuso un antes y un después en la historia del CBD, ya que no conlleva ningún tipo de dependencia, además de que realizar un consumo abusivo no repercute negativamente en la salud. No existe ninguna ley concreta donde se regule la producción o el consumo del CBD, por lo que la sustancia está sujeta a la interpretación de convenios internacionales y jurisprudencia, nacional e internacional. 

Logo de la tienda «La Tía María» / Yolanda Durán (Variación XXI)

El cannabidiol se ha popularizado en los últimos años por lo que puede encontrarse en multitud de tiendas físicas. En Madrid, concretamente, las ventas han sufrido un aumento significativo, ofreciendo el producto, bien en su forma natural o formando parte de aceites, como producto estrella junto con cremas, infusiones, etc. Entre estas tiendas destacan: Flower Farm, Green Shine, CBD House Madrid, Eleva Space Madrid, la Tía María y muchas otras. También existe la posibilidad de compra online.

 

Situación actual en España y en el resto del mundo

Existe cierta confusión sobre el consumo y cultivo de la marihuana en España. El artículo 368 del código penal y el artículo 36.18 de la ley mordaza entran en conflicto porque no queda muy claro si realmente es legal tener plantas en casa. El último artículo es interpretable y puede dar a entender que si una persona tiene alguna planta en su domicilio, pero no es visible desde la calle, se podría salvar de ser sancionado, por lo que una forma de librarse de cualquier penalización sería alegar que la marihuana es para consumo propio. Por lo tanto, según la normativa se puede considerar que el cultivo de la marihuana y su autoconsumo no son legales, pero están despenalizados siempre y cuando se presenten las situaciones mencionadas anteriormente. La propia policía afirma que las personas que posean un par de plantas dentro de su propiedad y no se vean desde la vía pública no están cometiendo ningún delito, excepto en aquellos casos en los que se sospeche de que el propietario tenga un número desorbitado de plantas o esté traficando con ellas.

Papel y marihuana / Yolanda Durán (Variación XXI)

En España algunos partidos como Esquerra Republicana o Unidas Podemos han presentado recientemente documentos que incluyen propuestas para legalizar la marihuana, tanto para uso medicinal como para uso recreativo. Ciudadanos también está a favor de la legalización bajo uso medicinal, aunque  no descarta su regularización para uso recreativo. Más País y el PNV también presentaron, en otras ocasiones, algunas iniciativas a favor de su legalización. Todas estas propuestas chocan con la idea que presenta el PSOE. Desde el partido ven complicado sumarse a alguna de estas iniciativas, sobre todo las que pretenden legalizar la marihuana para su uso recreativo. Es contradictorio debido a que la mayor parte de los votantes del PSOE están a favor de su legalización, los únicos que no lo tienen tan claro son los votantes de VOX y del PP. Los partidos que pretenden legalizarla saben que, tarde o temprano, el PSOE cederá. Cerca del 90% de la población está a favor de la legalización para un uso medicinal y el 47% para un uso ocioso, según datos del CIS.

Más de 70 países han legalizado la marihuana, cada uno bajo su propia legislación, teniendo en cuenta su uso medicinal o recreativo. En 2013 Uruguay se convirtió en el primer país en legalizar la venta, distribución y el cultivo, permitiendo la posesión de hasta seis plantas por persona. En Nueva Zelanda se aprobó una ley la cual permitía el empleo de  marihuana para uso medicinal. En Colombia, es posible tener hasta 22 gramos por persona y su uso medicinal y científico está legalizado. Otro caso curioso es el de Estados Unidos, en 10 Estados el consumo es legal, en 18 está despenalizado y en 29 es legal únicamente la marihuana medicinal. 

La otra cara de la moneda muestra que, en algunos países por el cultivo, distribución o consumo de la marihuana es posible llegar a enfrentarse a penas de muerte. Es el caso de China, donde tener marihuana o traficar con ella puede desembocar penas de cárcel o incluso de muerte si la tenencia es superior a 50 gramos. En Taiwán ocurre algo similar, el cannabis es ilegal y, tan solo por fumar, las consecuencias pueden alcanzar los  7 años de prisión. Según un informe publicado por las Naciones Unidas, Filipinas había sido catalogado como el país con más consumidores de todo el sureste asiático, con un 6% de su población. Dicho porcentaje se ha modificado debido a su actual presidente, el cual es bastante restrictivo con las sanciones, llegando a registrarse cerca de 3000 muertes en su primer año de gobierno. En Arabia Saudí el tráfico de grandes cantidades de droga está penado con la decapitación.

Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que la legalización de la marihuana puede llegar a generar una gran cantidad de ingresos y empleo. Según un estudio basado en la encuesta EDADES, del Plan Nacional de Drogas, se calcula que su legalización podría reportar 3.000 millones de euros anuales y crearía 92.000 nuevos puestos de trabajo. Según David Pere Martínez Oró, coordinador de la unidad de políticas de drogas de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y doctor en Psicología Social, se crearía una estructura con autocultivo, clubes sociales y dispensarios. El primero cubriría el 10% de la demanda, el segundo el 20% y los estancos de marihuana ocuparían el resto, excepto un 15% que se calcula que ocuparía el mercado negro el cual no desparecería totalmente. 

El 9,5% de los residentes en España entre las edades de 15 a 64 años han consumido cannabis en el último año y el 2,1% lo hacen a diario. Si cada individuo fuma dos gramos al día, se necesitan 820.000 kilos para su producción. Habría que sumar también las cifras de consumo de turistas y de exportaciones. Todo esto se plantea de manera hipotética.

Javi, el propietario de la tienda CBD, tiene claro que si se legaliza la marihuana su negocio no saldría beneficiado. Considera que no se va a terminar con las mafias y que los camellos seguirán vendiendo en los parques a un precio más barato. Algunos de los distribuidores ilegales están de acuerdo con estas declaraciones. Uno de ellos confirma que la gente seguiría acudiendo al mercado negro, aunque las ventas serían menores. También comenta que habría que ver cómo se legaliza la marihuana debido a que en países como Holanda, solo se permite fumar en Coffee shops y en algunos parques.

 

Galería de Imágenes (Yolanda Durán / Variación XXI)

 

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9 Comments

  1. Muy buen reportaje.

    • Estupendo reportaje.
      Cada vez se oye hablar más de estos productos a modo terapéutico y parece que funcionan

    • Estupendo reportaje.
      Cada vez se oye hablar más de estos productos a modo terapéutico y parece que funcionan

  2. Muy buen reportaje.

  3. Muy informativo

  4. Interesante, datos útiles

  5. De locos

  6. ¡Magnífico!, me ha encantado personalmente la entrevista.

  7. qué interesante!!!!❤️

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