Soledad; la pandemia invisible de los ancianos
Los estados de depresión emocional derivados de la soledad pueden verse reflejados en el propio sistema inmunitario.
«Este problema es el causante de gran parte de las depresiones»
«Izaskun Andonegui:” Hacen falta más decisiones sanitarias y no tanto económicas “»
A lo largo de los casi dos años en los que el mundo ha estado sumido en la incesante pandemia provocada por el Covid-19, no han sido pocas las veces que se ha trasladado la idea de que la población envejecida es la más castigada por la situación , así bien, en ocasiones el foco se ha puesto sobre cuestiones estrictamente de salud física; dejando de lado la salud mental de nuestros mayores. De este modo, sin hablar de la forma en la que el virus ataca con más virulencia los cuerpos de la población más envejecida, hay otra pandemia invisible que se ha cebado con este sector de la sociedad; la de la soledad y los trastornos de salud mental .
Según datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales , nuestro país cuenta con más de 5.000 residencias distribuidas alrededor del territorio nacional, acumulando más de un total de 300.000 ancianosen ellas, lo que se traduce en más de 300.000 personas a las que la pandemia ha cambiado su forma de vida de manera drástica. Antes de la llegada del virus, las visitas eran constantes y con ellas las residencias se llenaban de una vida que iluminaba todas las estancias, ahora, por el contrario, y pese a que la situación no es tan desalentadora como meses atrás, las visitas son una cuentagotas para garantizar la seguridad de los internos y la distancia de seguridad se ha convertido en una barrera invisible que evita el contacto; sentando las bases de lo que ahora se conoce como nueva normalidad. Una normalidad fría y carente de afecto que hace que las personas mayores tiendan a atravesar episodios de depresión.
El aislamiento de las personas mayores ha acelerado en muchas ocasiones los trastornos de demencia y Alzheimer.
Las emociones afines a la salud física
Según la psicóloga Celia Incio, especializada en psicología clínica, los estados de depresión emocional derivados de la soledad pueden verse reflejados en el propio sistema inmunitario : “El cuerpo y la mente están en conexión permanente, hay muchos estudios que corroboran que el cuerpo experimenta procesos de inmunodepresión cuando atravesamos situaciones difíciles. En pocas palabras, estar tristes influye a nuestro sistema inmunológicode manera negativa ”. Estas presentaciones ponen sobre la mesa la gran importancia que tiene la salud mental sobre la salud de los mayores, algo que en muchas ocasiones se deja de lado a la hora de implementar planes de contingencia contra el virus. El instituto nacional de estadística enumera en más de 9 millones el número de personas mayores en nuestro país, es decir un más de un 10% de la población de nuestro país podría verse afectado por estos episodios de depresión derivada del aislamiento y la soledad, afectando de manera colateral a su salud física.
Estas cuestiones se viven muy de cerca en los centros de mayores, un ejemplo de ello lo encontramos en la residencia La Luz, en la provincia de León, un lugar en el que se ha vivido día a día el desgaste psicológico que genera esta situación tanto para residentes como para el personal que trabaja en las diferentes áreas de sus instalaciones. Laura, directora del centro, es consciente de esta problemática: “Es una situación complicada para todos los que forman parte de la residencia, tanto ancianos como trabajadores, a nivel emocional estamos devastados. Hemos tenido la suerte de que el virus no ha cruzado las puertas de nuestra residencia, pero ha sido una base de muchos sacrificios, tanto como nuestros de nuestras familias, para conseguir llegar hasta este punto ”.
El miedo es la primera cosa que queda patente a la hora de hablar con los trabajadores de esta residencia. Miedo al contagio, por ellos mismos y por las personas a las que atienden. “No sabemos cómo podemos gestionar todo esto a nivel emocional, tienes el miedo constante de llevar el virus contigo y poner en peligro la vida de los residentes. Para nosotras, es muy difícil porque compartimos con ellos muchas horas, somos una residencia muy pequeña en la que conocemos a todos los abuelos, todos son importantes para nosotras. Esta situación supera a cualquiera ”comenta Carmina, auxiliar de enfermería.
Aquellas personas que han seguido teniendo contacto de forma telemática con sus seres queridos han tenido una menor respuesta negativa.
La psicóloga Celia Incio es tajante: “La salud emocional es tan importante como la física y es algo que debemos entender cuanto antes”. Para explicar un poco mejor por lo que están pasando los trabajadores de esta residencia, Incio nos traslada una metáfora muy ilustradora: “Los psicólogos utilizamos mucho esta metáfora, imagínate que cada día llega a tu puerta un mensajero que te trae un paquete, dentro puede haber cosas buenas y cosas malas. Un día abres ese paquete y te encuentras alegría, entusiasmo y plenitud, pero al otro día abres el paquete y te encuentras tristeza y ansiedad. Si cada día te trae algo distinto, le sigues abriendo la puerta por curiosidad. El problema está en temporadas como la de ahora, que solamente te trae cosas malas y le dejas de abrir la puerta. Por mucho que no quieras saber nada de él, el mensajero va a seguir dejando los paquetes ahí, le abras o no. Cuando quieras abrir, habrá tantos paquetes amontonados, que te será imposible salir. En ese punto es donde encontramos el agobio y el pánico. En ese punto es donde estamos ahora. Tenemos que aprender a abrir la puerta siempre, independientemente de lo que vaya a llegar, para poder gestionarlo ”.
La salud mental: Cuesta abajo y sin frenos
“La salud mental de la población española cae en picado durante la pandemia y debajo no hay red”. Estas son las palabras con las que la Confederación Española de Salud Mental llama la atención sobre la problemática que nos acontece, visibilizando así el empeoramiento de la salud mental después de un año de pandemia, y expresando sus populares para mejorar la atención, especialmente en los colectivos más vulnerables como el de los ancianos.
En un informe publicado este mismo año, la confederación manifiesta que los problemas de salud física, el aislamiento, la falta de contacto social, la dificultad en la conciliación con la vida personal, los cambios de hábitos o los problemas laborales pasan factura a la salud mental de la población. Según la Organización Mundial de la Salud, el 93% de los países ha visto cómo la pandemia paralizaba o afectaba a sus servicios de salud mental, servicios que ya estaban de por si carentes de financiación antes de la pandemia.
Hablando de cifras más concretas, solamente hace falta echar un vistazo al número de personas de todas las edades que han necesitado atención psicológica en los últimos meses. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), apunta a que desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad un 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma, un 43,7% por ansiedad y un 35,5% por depresión.
Para muchas personas, necesitará ayuda psicológica sigue siendo un tabú.
Ahora bien, el problema se agudiza cuando hablamos de personas mayores por una sencilla razón: la falta de comunicación y los problemas derivados con la edad. En muchas ocasiones, las personas mayores que sufren algún tipo de carencia emocional o trastorno psicológico nunca reciben la ayuda que precisan porque no son capaces de gestionar sus emociones y exteriorizarlas de manera contundente. Además, en muchas ocasiones su capacidad de comunicación se ve disminuida por problemas de demencia o incluso problemas motores que impiden poder hablar con fluidez. En definitiva, muchas personas mayores están encerradas en si mismas siendo incapaces de exteriorizar sus preocupaciones y dolencias internas.
La sociedad clama por un mejor servicio de salud mental
La gestión emocional es uno de los pilares en los que se sostiene nuestro bienestar, por lo que mantener activa la mente de los residentes es un factor para sobrellevar la situación. En algunos casos, los ancianos se entretienen gracias a la televisión y la llegada de nuevas tecnologías que hacen que puedan conectarse de manera virtual con sus seres queridos, pero no es suficiente, desde la sociedad existe una creciente preocupación y demanda por un servicio de atención psicológica con mayores prestaciones.
Un ejemplo de esta reivindicación la encontramos en organizaciones como Amnistía Internacional , que el día 9 del pasado octubre, víspera del Día Internacional de la salud mental, denunciaba que “actualmente en España, debido al desmantelamiento paulatino de la atención primaria llevado a cabo por los sucesivos gobiernos en la última década, hay una atención claramente deficitaria de las personas con problemas mentales. El porcentaje de personas asignadas a atención primaria que presentan algún problema psicológico en 2017 fue del 27,4%; es decir, más de uno de cada cuatro que acuden a consulta ”.
En declaraciones ofrecidas al respecto de esta denuncia, Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional aseguraba que “la atención primaria fuerte garantiza el derecho de acceso a la salud mental de la población. Una atención primaria debilitada, como la actual, afecta negativamente al disfrute de este derecho en un momento crítico en el que la pandemia de la Covid-19 ha agudizado los problemas mentales de la gente. El empeoramiento de la salud mental solo tendrá cura con una atención primaria reforzada ”.
La salud mental hay que cuidarla y con especial cuidado a la soledad en estos tiempo de distanciamiento. Logrando así la erradicación de este grabe problema que se va incrementando conforme vas llegando a una edad más adulta. Los datos son impactantes pero son la cruda realidad de una situación que cada año va en aumento. Es importante apoyar la creación de nuevos métodos y ayudas con la finalidad de lidiar con los problemas derivados de la salud mental en la pandemia y residencias de mayores. Generar eventos que den lugar al movimiento y al encuentro de aquellos que sufren este problema es una de las importantes soluciones, pues hacer compañía no cuesta nada, y son muchas las personas capaces de satisfacer esta gran necesidad que tanto ataca a un gran sector de la población. Las salud y enfermedades mentales están presentes,
