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periodismo universitario en internet

La metamorfosis feminista en el cine y las series

Metamorfosis feminista en el cine. Me Too, cine, mujeres, igualdad, género.

Penélope Cruz en la alfombra roja de los Goya de 2018. (Gtres)

  • La industria se encuentra en una etapa de constante cambio hacia una mayor participación de las mujeres

  • Aunque las condiciones laborales de las profesionales de la actuación han mejorado, aún queda mucho por mejorar

Pese a que desde el inicio del movimiento ‘Me Too’ el mundo del cine se ha modernizado y ha ido mejorando poco a poco la situación de las mujeres dentro de él, el proceso y el cambio de la industria audiovisual hacia la igualdad real entre hombres y mujeres sigue yendo a paso lento. El masculino sigue siendo el género predominante en todos los rankings porcentuales. Las mujeres sólo representan un 33% de la industria del cine en España. Pese a que resulta todo un éxito todo lo que se ha conseguido transformar la industria en tan solo cinco años, aún queda una enorme labor por hacer si se quiere llegar a la igualdad real. Lo analizamos con Cristina Mateos, profesor asociada de la UCM y Doctora en violencia de género, y con Jing Zhu, joven actriz que ha trabajado tanto en teatro como para ficciones televisadas.

 

Una noticia y un tuit

5 de octubre de 2017. El New York Times publica una investigación sobre las denuncias de acoso sexual contra Harvey Weinstein, un pope de la industria audiovisual, uno de los productores intocables de Hollywood, un tipo al que hasta ese momento le había acompañado, con total impunidad, su fama de crápula, mujeriego e irrespetuoso. Weinstein tenía el poder, pero además se sentía poderoso; era un hombre que podía decidir sobre el futuro de los profesionales, conseguir su bendición suponía la puerta de entrada al estrellato, se sabía determinante.

Weinstein y sus víctimas. Me Too, cine, mujeres, igualdad, género.

Harvey Weinstein (izda) y algunas de las mujeres que lo han acusado de abuso sexual (dcha). (AFP)

Pero su mundo y su influencia empezaron a derrumbarse aquel 5 de octubre de hace cinco años. En ese primer artículo, el New York Times, revelaba que Weinstein intentó tocar a varias actrices en habitaciones de hoteles e incluso las llegó a forzar para que le miraran completamente desnudo. Los dos periodistas insinuaban en aquellas líneas que el productor utilizaba su influencia para conseguir favores sexuales de las actrices. Insinuaciones que, poco después de ser publicadas, desencadenaron una tromba de reacciones.

Weinstein, fue expulsado de la empresa que lideraba junto a su hermano ya que, conforme avanzaban los días salían más actrices acusando al productor y contando versiones muy similares sobre las malas prácticas. Más de 80 mujeres lo acusaron de acoso sexual o violación. Weinstein cayó, y con él cayó el dique de contención que soterraba este tipo de prácticas en el mundo del cine. Aquellas publicaciones, que se multiplicaban por horas, consiguieron que en una suerte de efecto dominó, todas las mujeres que antaño callaban por el miedo al ser perjudicadas profesionalmente alzaran la voz.

Como todo movimiento revolucionario, necesitaba un nombre, y éste, surgió de manera aparentemente espontanea en las redes sociales. Tras la sucesión de testimonios durante aquellos días, la actriz Alyssa Milano publicó un tweet que decía: «Si te han acosado o agredido sexualmente, escribe ‘Me Too’ como respuesta a este tuit.» Aquel mensaje se hizo extremadamente viral y la gente lo acogió como la definición perfecta de lo que estaba sucediendo. Desde entonces, y hasta nuestros días, ese levantamiento de las mujeres de la industria del cine es conocido como ´Me Too´.

 

El impacto mundial

Sin embargo, el ´Me Too’ no solo puso el foco en los abusos por parte de los productores hacia las actrices, ese solo fue el comienzo, el impacto del movimiento creció y sirvió para que se levantasen las alfombras de una máquina de poder que llevaba desde que se creó siendo dominada por los hombres. Fue un boom de impacto mundial que se amplificó a todas las áreas y segmentos de la cinematografía, poniendo el foco sobre todo en el poder absoluto que hasta entonces tenían los hombres.

Cristina Mateos, Doctora especializada en violencia de género y profesora asociada en el departamento de periodismo y Comunicación de la UCM, nos dice que «el ‘Me Too’ ha sido un movimiento internacional que ha influido en todo el mundo, incluso en países que no tienen una tradición feminista tan potente, por ejemplo, en China.» Sin embargo, cuenta Mateos, que ella ha tenido alumnas chinas que han realizado su master sobre este movimiento, y le han trasladado que en China el ‘Me Too’ no está tan relacionado con el mundo del cine, donde más se ve allí el impacto es en los ambientes universitarios.

Allí la rebelión no fue contra ningún productor, si no que las alumnas se comenzaron a revelar contra profesores que se servían también de sus cargos y sus posiciones dominantes para forzarlas. Señala la doctora, que no hay mucha diferencia entre Hollywood y una universidad, «no deja de ser la misma academia; la academia del cine, la academia educativa, al final son esas estructuras de poder en las que se van perpetuando y reproduciendo esa serie de violencias».

En España, fueron muchas las actrices que pusieron el cuerpo y la voz y decidieron sumarse a esta campaña, ayudando así a que muchas mujeres rompieran su silencio. Hasta aparecieron movimientos derivados como el de ‘Más Mujeres’ en los Goya de 2018, que abogaba por una mayor presencia de las mujeres en la industria del cine. A Mateos, le resulta muy positivo que actrices de renombre como Maribel Verdú, Leticia Dolera o Penélope Cruz sean valientes y tomen la iniciativa. Ella cree que es la única manera de que la sociedad y, sobre todo los más pequeños, puedan concienciarse.

Ahora hay una nueva camada de actrices que han llegado al mundo de la interpretación después del boom del ‘Me Too’. Jing Zhu es una de ellas, esta joven catalana de ascendencia asiática, en su incipiente carrera ha hecho sobre todo obras de teatro, sin embargo, su último trabajo es la exitosa serie “Oh My Goig” producida por la Betevé. Acerca del ‘Me Too’ ella nos dice que «no es solo el ‘Me Too’, es el movimiento feminista. El que busca la igualdad entre el hombre y la mujer. El ‘Me Too’ nació de la rabia, de la impotencia y del miedo de haber contenido todo demasiado tiempo».

 

La desigualdad y los clichés

Las cosas han cambiado a escala mundial desde aquel octubre de 2017, sin embargo, según apunta Zhu, aún sigue habiendo ciertos tratos discriminatorios. Si bien es verdad que ella, desde su propia experiencia cuenta que ha tenido la suerte de no vivir nada parecido a lo que sufrieron las actrices que denunciaron en su momento, sí que expresa que, por ejemplo, sigue siendo escalofriante la doble vara de medir con respecto a los personajes que puede interpretar un hombre a los que puede interpretar una mujer.«A las mujeres se nos considera mayores a más temprana edad que a un hombre».

Otra de las cosas que más le chirría de la industria es la vigente dictadura de los cuerpos perfectos, ella nos relata cómo por tener el cuerpo más desarrollado para su edad, la han rechazado para varios papeles. También, algo parecido le ocurre cuando la descartan para muchos papeles por su ascendencia. «Yo no consigo papeles teniendo una formación detrás porque gente que cumple el perfil físico pero que no tiene formación les encaja más a los productores». Para ella hay una gran diferencia respecto al teatro, donde «todo es más natural y hasta casi no existe brecha salarial».

El mundo del cine avanza poco a poco hacia una metamorfosis, el primer paso fue romper con años de silencio, desenmascarar todos aquellos abusos que se realizaban con impunidad. Cristina Mateos habla de las estructuras de poder, pero también de la perpetuación de la mujer que no fue capaz de alzar su voz. Es así, y siempre lo ha sido, lo que no se nombra: no existe. Y aquello, a los ojos de la sociedad no existía. Al igual que tampoco existe, coinciden nuestras dos protagonistas, el conocimiento suficiente sobre cómo funciona la industria del cine.

Es cierto que gran parte de la sociedad se queda en la superficie y cree que porque las actrices hayan roto su silencio y se puedan sentir cómodas en sus trabajos ya está todo el camino andado. Y no, nada más lejos de la realidad, el mundo del cine sigue siendo un mundo comandado y capitaneado por varones, solo hay que sacar los datos: En este momento, las mujeres representan algo más del 33% de la industria del cine en España y solo hay un 15% de mujeres que son directoras, por un 25% que son guionistas en el cine y un 34% que lo son en la ficción audiovisual.

La de guionista es una de las profesiones, según manifiestan muchas actrices, más determinantes y a la que deberían llegar más mujeres. Empezar a elaborar más obras y papeles escritos por mujeres sin duda significaría un avance sustancial, ya que como afirma Zhu: «Un hombre, por mucho que quiera, no puede llegar a ponerse en la piel de una mujer por el sencillo hecho de que no es mujer». La actriz sostiene la tesis de que el papel dominante de la pluma del hombre en el cine ha hecho que la mujer en la gran pantalla haya quedado reducida a ser ‘la enamorada’, ‘la fulana’ o ‘la madre’.

Una teoría de perpetuación de roles a la que Mateos también suma a ‘la rubia tonta’ o ‘la fea aplicada’. Y es que ellas sostienen que las interpretes solo son la punta de la lanza de una cadena mucho más extensa. Mateos afirma que su descontento va desde el plano actoral, pasando por la dirección de fotografía, las cámaras, las guionistas y las productoras. Para ella, la única manera de que se consiga salir de la estereotipación de la mujer en el cine es que las mujeres se atrevan a optar a todos esos puestos para cambiar la industria desde dentro.

Isabel Coixet reivindica Más Mujeres. Me Too, cine, mujeres, igualdad, género.

La directora y guionista Isabel Coixet apoyando #MASMUJERES en los Goya 2018. (Carlos Delgado)

Sin ninguna duda, el cine es una auténtica maquina propagandística, un arma cultural masiva que nos moldea y nos educa. Muchas veces pensamos que las cosas que ocurren en la pantalla no nos afectan, creemos que todo lo que consumimos al no ser real no repercute en nuestra realidad. Nos equivocamos de pleno. Todo lo que vemos y más lo que admiramos, nos entretiene o nos causa algún tipo de sentimiento, se queda almacenado en nuestra cabeza. Por eso el cine es tan poderoso, porque a través de él se pueden meter mensajes a personas que no están en guardia.

Cristina Mateos teoriza sobre ello: «Tendemos a pensar que el cine y las series son ficción, pero no es cierto, cada vez sabemos que hay más gente que consume más entretenimiento que información. Con el entretenimiento se configura un mundo y unos valores. A través de la ficción se configuran entes». Por eso mucha gente celebra este cambio de tendencia y esta toma de conciencia como algo muy positivo para el cine y, sobre todo para la sociedad.

Cambio de tendencia porque los expertos en feminismo dicen que la igualdad real en el cine no se lograría hasta dentro de 50 años. Sin embargo, lo que sí que podríamos elevar a la categoría de certeza es que, sin aquellas mujeres que un mes de octubre de hace 5 años alzaron la voz, hubiese sido imposible que hoy cerrásemos este reportaje con esta cita de Jing Zhu: «Ahora sí, las mujeres tenemos voz y voto. En las escenas íntimas me preguntaba el equipo si estaba cómoda. Me cuidaban. Ahora son más meticulosos y piensan más en nuestra posición, y en lo que hemos pasado. Sin embargo, aún podemos mejorar».

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