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Controversia del uso de la mascarilla actualmente en transporte público

El día a día con mascarillas en el Metro

El día a día con mascarillas en el Metro | Fuente: El Mundo

  • Las mascarillas seguirán siendo obligatorias en el transporte público, como mínimo, hasta 2023

  • «En el transporte público la gente no utiliza mascarilla y deberían por la falta de ventilación», Gema Martín, enfermera del Hospital Universitario de Fuenlabrada

Llevar mascarilla en el transporte público a estas alturas se está complicando para muchos usuarios. La incomodidad, las molestias y en muchos casos el calor que genera hace que muchas personas opten por no colocársela o directamente ni mostrarla. La cuestión es saber si todo esto se persigue porque es muy difícil controlar a tanta gente en el Metro, uno de los transportes públicos más utilizados por los ciudadanos de la Comunidad de Madrid. También surge la cuestión del por qué actualmente se quiere retirar la mascarilla de estos medios cuando anteriormente era una cosa tan perseguida por el Gobierno. ¿Se esconde algo tras toda esta controversia? ¿Siempre ha sido tan necesaria como se pensaba?

Discusiones continuas en el metro a causa de las mascarillas

Discusiones continuas en el metro a causa de las mascarillas | Fuente: Diario ARA

El uso de mascarillas ha sido objeto de estudio y crítica por analistas, expertos y demás ciudadanos. Tras el confinamiento y posterior desescalada, la mascarilla era obligatoria tanto en exteriores como interiores. En interiores ha sido obligatoria desde el comienzo de la pandemia hasta el 20 de abril del 2022, a través del Real Decreto 286/2022, de 19 de abril, por el que se modifica la obligatoriedad del uso de mascarillas durante la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19.

Sin embargo, en exteriores fue obligatoria desde el inicio de la pandemia hasta el 9 de mayo de 2021, tras la finalización del segundo estado de alarma, que duró un total de seis meses. Tras la eliminación de las mascarillas en exteriores, en diciembre de 2021, ante el aumento de contagios de cara a Navidad, se volvía a implementar como obligatoria, medida que duró en vigor un mes y que trajo una serie de críticas por parte de expertos y sociedad que llevaron a derruir dicha medida.

Tras el Real Decreto 286/2022, la mascarilla solo sería obligatoria en transporte público, centros sociosanitarios y farmacias. La justificación a ello es la siguiente: “En consecuencia, se mantiene la obligatoriedad del uso de mascarilla, en primer lugar, en los centros, servicios y establecimientos sanitarios, puesto que son ámbitos donde puede haber una mayor concentración de personas vulnerables en las que el riesgo de enfermedad grave es mayor y, por otro lado, en los que la probabilidad de transmisión es más alta, ya que son lugares donde puede haber mayor número de personas con infecciones respiratorias transmisibles, además de la COVID-19”.

Conductor de la EMT revisando los bonos, tickets y mascarillas en su propio autobús

Conductor de la EMT revisando los bonos, tickets y mascarillas en su propio autobús | Fuente: El Mundo

Esta situación busca, en cierta medida, la vuelta a una aparente normalidad que se ampara en las bajas cifras de contagios de la situación pandémica actual así en el número de ciudadanos vacunados para hacer frente a la nueva enfermedad. Los casos positivos, desde el día 3 de abril del 2022, descendieron en un 16% respecto a la semana anterior. Lo más llamativo de estos datos es el descenso de fallecimientos por COVID-19: éstos bajaron, a día 3 de abril del 2022, en un 43% con respecto la semana anterior. Estos datos, aparentemente positivos, condujeron al Gobierno de España a planear un borrador inmediato que fue aprobado en su amplia mayoría para traer de vuelta la normalidad al país.

Pese a su actual vigencia en transportes públicos, taxis y centros sociosanitarios, existen muchos usuarios en transporte público que tienen la sensación de que “la pandemia se ha terminado”. Así lo explicaba Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Asociación Española de Epidemiología, en una entrevista en el periódico El País. Además, Zurriaga añadía que “la gente cumple muy poco con la norma”, algo que nos lleva a analizar el uso del cubrebocas en el transporte público.

Además de todo esto cabe decir que España es de los pocos países en los que sigue siendo obligatoria las mascarillas en transporte público. Hay más de 12 países europeos que ya han eliminado por completo esta medida para hacer frente a la COVID-19. Bélgica, Dinamarca, Hungría, Letonia y Polonia quitaron la normativa de llevar puesta la mascarilla en el transporte público antes de este verano. El país danés fue de los primeros en suprimir este uso, pues lo dejó atrás el 14 de agosto de 2021; después le siguieron tanto Hungría como Polonia en marzo de 2022 y, luego, Bélgica y Letonia apostaron por su retirada el pasado mayo. Aunque en dichos países no es obligatoria esta herramienta en 8 es recomendable su uso en espacios cerrados. Newtral especifica más en esta comparación de países en este artículo sobre la obligatoriedad de las mascarillas en Europa.

El uso de la mascarilla en el transporte público en Europa

El uso de la mascarilla en el transporte público en Europa | Fuente: Newtral

Uso de mascarilla en el transporte público: análisis y controversia

En andenes y estaciones, no es obligatorio el uso de mascarillas para batallar  contra el nuevo coronavirus, pero sí que es cierto que las autoridades, así como asociaciones de epidemiólogos y demás grupos recomiendan su uso para así hacer  frente a la enfermedad.  

Una vez dentro del transporte público en cuestión, la obligatoriedad de la  mascarilla es la norma más actual y fundamental para viajar de forma segura. Sin  embargo, a medida que pasa el tiempo, son más las personas que desobedecen la norma, justificando que ya no hay riesgo por la nula existencia de hospitalizados  por COVID-19. Aunque es cierto que son cada vez menos los ingresados por  COVID-19 (así lo reflejan las estadísticas), la obligatoriedad sigue siendo vigente y así lo afirman las autoridades competentes.  

En el caso del Metro de Madrid y Cercanías, los vigilantes de seguridad son los encargados de avisar a los ciudadanos que incumplen con la norma de la  obligatoriedad de la mascarilla. Tras este acto, el ciudadano habría de ponerse el cubrebocas. En caso de no cumplir con ello, los vigilantes tienen la potestad para echar del metro al usuario para buscar la mascarilla o simplemente bajarse del metro. En caso de oponer resistencia, los vigilantes de seguridad no tienen poder  para multar, por lo que los mismos vigilantes avisan a la Policía Nacional para  mediar en el asunto y, siguiendo las normas de las autoridades competentes, este organismo sí tendría la potestad para poner una multa a aquellos que no cumplan  con la norma y que tras el aviso de los vigilantes de seguridad no cumplen o,  incluso en los casos más extremos, opongan resistencia a dichas autoridades.  

En el caso de los buses urbanos e interurbanos de la Comunidad de Madrid ocurre  algo similar: la mascarilla, al igual que en el resto de los transportes públicos, es  obligatoria. Sin embargo, aquí pueden ocurrir dos cosas: 

  • Que el ciudadano que no se ponga la mascarilla sea llamado la atención por el conductor de dicho autobús.
  • Que el ciudadano que no se ponga la mascarilla sea llamado por los propios  vigilantes de seguridad que entran en dichos autobuses para preservar la seguridad de los ciudadanos.

Sin embargo, la situación se iguala a la del Metro de Madrid y Cercanías, ya que ni el conductor del autobús ni los vigilantes de seguridad tienen la potestad para  multar al ciudadano que incumple la norma, por lo que se habría de repetir el  mismo procedimiento que en el caso del transporte ferroviario.  

Se trata de una situación compleja, ya que cada vez son más los usuarios que  se niegan a utilizar la mascarilla en el transporte público. Ello lleva a pensar que estamos ante el fin de la pandemia, pero este fin aún es lejano: la Ponencia de  Alertas, el grupo de médicos que guía al Ministerio de Sanidad en tomar medidas  relacionadas con la COVID-19, opta por prolongar el uso de la mascarilla en  transporte público, como mínimo, hasta marzo de 2023. Según afirma el propio comité de expertos, “la decisión fue tomada para instar a la prevención y  contención de la COVID-19”. Argumentan, además, que “no es el momento de  quitar las mascarillas en el transporte público por la llegada del invierno”.  

La llegada del invierno es uno de los principales motivos. La mascarilla en el transporte público, en estos momentos, es fundamental, ya que en invierno es cuando bajan las temperaturas y ello lleva a la aparición de enfermedades de tipo virológicas que conllevan propagación y preocupación entre los colectivos más vulnerables. Por ello es que los expertos y diferentes analistas y virólogos instan  en que esta medida se prolongue hasta marzo del año que viene, para hacer frente  de una forma más responsable y concienciada sobre la enfermedad.

Tipos de persona en el Metro respecto al uso de mascarilla en el Metro

Tipos de persona en el Metro respecto al uso de mascarilla en el Metro | Fotografía: Sofía Isabel Quetglas

Entrevistas y encuestas

Para analizar con mayor perspectiva el impacto e importancia de las mascarillas  en el transporte público, nuestro equipo de trabajo ha contactado con dos personas  relacionadas con el sector: Diana, conductora de la EMT y Gema Martín,  enfermera en el Hospital Universitario de Fuenlabrada. 

Diana asegura que la medida no se está cumpliendo porque no se ha implementado de una forma correcta. Ello le lleva, según afirmaba, a una saturación extrema, ya que han de  repetirlo constantemente y la población, cada vez en mayor medida, hace caso  omiso a las indicaciones de las autoridades. Además, Diana asegura que la empresa no les respalda, lo que lleva a que la situación, en algunos casos, sea inviable.

Por otro lado, Gema Martín nos da otra perspectiva más relacionada con el ámbito  sanitario. Opina que es necesario porque “son los meses propicios para la  propagación de enfermedades respiratorias”, ya que estas “propagan por el aire y  en el transporte público no hay ventilación”. Además, afirma que en los hospitales, los familiares de los hospitalizados “una vez entran en la habitación,  se bajan la mascarilla” porque “la gente ya le ha perdido miedo al COVID-19”. 

En una encuesta propia realizada a viajeros frecuentes del transporte público, sólo un 9% de los encuestados aseguró no utilizar mascarilla al realizar sus viajes. Sin embargo, del 91% restante, la mitad señala que sólo la utiliza si hay mucha  aglomeración

Al ser preguntados por el motivo detrás de su uso, la obligatoriedad fue el  principal motivo, elegido por el 53,8% de los encuestados, seguido de la salud de  los demás (23,1%) y la salud propia (15,4%). 

También se les preguntó cuales creían que eran los principales motivos de la  existencia de tanta controversia sobre el tema. En una pregunta de respuesta múltiple, un 41,2% aseguró que era la falta de información de carácter científico que existe sobre el tema, un 35,3% que era una contradicción ya que existían  restricciones en ciertos lugares, pero en otros no, aunque estos compartiesen el  mismo nivel de aglomeración y un 23,5% señaló que era porque la mascarilla  resultaba molesta e incómoda de utilizar. 

Un 63,6% de los encuestados reconoció que creían que debía retirarse el uso de las mascarillas en el transporte público. Junto a ello, se les preguntó porque creían  que no se había llevado a cabo ningún cambio en la legislación. Cuatro de cada  diez encuestados reconoció que era porque se considera un tema de poca o nula  importancia dentro del congreso. Mientras tanto, el 33,3% asegura que es para  seguir estigmatizando el COVID-19, un 20% por comodidad o preferencia y sólo  un 6,7% porque su utilización es realmente importante. 

Un poco más de la mitad de los encuestados, un 58,3%, sostuvo que seguiría  utilizando la mascarilla una vez retiradas, sólo en momentos de mucha congestión  o amontonamiento, y el 33,3% afirmó que ya no la usaría.

¿El fin de las mascarillas?

Tras un exhaustivo análisis sobre la importancia de la mascarilla en el transporte  público y toda la fundamentación referida a la justificación de la COVID-19,  vemos que hoy en día los datos invitan a celebrar el fin de la pandemia, pero la coherencia y responsabilidad han de primar por encima de todo, ya que se trata de una enfermedad de rápida propagación que puede pasar factura a los sectores  poblacionales más vulnerables.  

Para tener mayor conciencia sobre la implicación e importancia de los cubrebocas, se han de diseñar estrategias de colaboración y concienciación para tener una clara imagen sobre la problemática que rodea a toda la ciudadanía, por lo que la  mascarilla se ha de ver como un objeto salvavidas y no como un estorbo, pese a  que la pandemia parece vislumbrar su fin.  

Esa falta de conciencia puede ser uno de los principales problemas por los que la  población no se toma en serio la importancia que tienen las mascarillas en el  contexto actual. Si autoridades, expertos y gobiernos aunaran fuerzas para  concienciar, quizás la pandemia acabaría antes de lo que todos esperamos.

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