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La España vaciada, el fin de los pueblos

Los pueblos fantasma continúan creciendo en una España que cada vez refleja más la división entre las ciudades y los pueblos. Los factores económicos y sociales son los causantes de que continuamente se hable del término “la España vaciada”

La despoblación es un fenómeno demográfico y territorial, que consiste en la disminución del número de habitantes de un territorio con relación a un período previo, y es un problema que afecta a todo el continente europeo. Los motivos pueden ser dos: cuando las defunciones superan a los nacimientos, o cuando la emigración supera a la inmigración. Los factores económicos tienen mucho que decir con respecto a esto; las zonas afectadas por este suceso suelen estar económicamente atrasadas, y en las zonas rurales hay mejores servicios, más oportunidades y salarios más elevados.

Por si fuera poco, como cuenta el diario 20 minutos, la crisis de 2008 y la pandemia han provocado en Europa una brecha aún mayor entre zonas rurales y urbanas: las zonas rurales representan el 44% del área de la Unión Europea y las urbanas el 56%. Sin embargo, el 78% de la población vive en las urbanas y tan sólo en 22% en las rurales. Esto va unido además a un envejecimiento de la población. De hecho, se prevé que el 30,3% de la población en 2070 tenga 65 años o más frente al 20,3 % en 2019. Es por ello que altos cargos han mostrado su preocupación con el fin de tomar cartas en el asunto, según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

“La despoblación es un desafío en toda Europa” dice la Comisaria Europea de Política Regional de la Comisión Europea, Corina Creţu, que añade que hacen falta estrategias específicas para promover el desarrollo económico, el acceso a los servicios y la conectividad.

Iskra Mihaylova, presidenta de la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo, lo confirma: “es una realidad que afecta con especial crudeza a las zonas rurales, montañosas y periféricas, que representan el 80% del territorio europeo”.

Karl-Heinz Lambertz, presidente del Comité de las Regiones, va más allá y afirma que la despoblación aumenta el antieuropeísmo como símbolo de protesta en aquellas zonas que se encuentran vaciadas y descuidadas.

A pesar de que este tema afecta a todos, es cierto que algunos países se encuentran peor situados que otros, como es el caso de Portugal, Grecia, Italia, Croacia o la propia España.

Las soluciones propuestas para acabar o por lo menos minimizar este problema son el fomento del turismo rural, la diversificación económica y demográfica de las áreas rurales, y la ampliación de becas para que los jóvenes puedan irse a estudiar a zonas despobladas.

Como mencionamos anteriormente, España es uno de los grandes afectados en este tema.

La situación en España

Comúnmente se conoce como la España vaciada a aquellos territorios que han venido perdiendo progresivamente población, desde mediados del siglo XX y y continuado en el XXI, a raíz de políticas económicas y estructurales que han facilitado el desequilibrio territorial, la concentración de población en grandes urbes y determinadas áreas geográficas, provocando el declive de dichos territorios, dando lugar a la pérdida masiva de personas, servicios, infraestructuras y oportunidades laborales. 

Según datos de elEconomista.es, la población española ha aumentado alrededor de un 36% desde 1975. Sin embargo, este aumento de la población no se aprecia en todas las zonas por igual.

Gráfico 1

En estos años en los que España ha sufrido una revolución económica, amplias regiones de nuestro país se han visto afectadas por movimientos migratorios de gran calado desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades.

provincias como Soria han sufrido una reducción de su población en más de un 23%, según las cifras de población que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que en otras como Madrid ha crecido un 73% impulsado por el crecimiento de la capital y las ciudades que la rodean.

En aquellas áreas denominadas “la España vacía “ es donde este proceso de pérdida de población se refleja de manera más clara, tal y como se aprecia en el mapa a continuación:

Gráfico 2

Según los últimos datos de Eurostat, la densidad de España en su conjunto se situó en 2016 en 92 personas por kilómetro cuadrado, por debajo de la media de UE, de 177 personas/km, y países como Alemania, con 233 personas/km. No obstante, la situación es especialmente llamativa en las comunidades más afectadas por la despoblación, como Castilla y León, en donde ese índice europeo cae hasta 26,1 personas por kilómetro cuadrado.

Es por lo que nos hemos adentrado en uno de los pueblos de Castilla León que ha sido víctima de esta huida de gente a las ciudades.

Castilla y León está entre las comunidades autónomas más afectadas por el abandono de población de sus municipios: casi el 88% de los municipios de la comunidad tenían en 2018 menos población que la que registraban en 1998. Tras ella, Asturias se posiciona como la segunda comunidad autónoma más perjudicada, seguida de Extremadura y Aragón.

Gráfico 3

Por municipios, El Ejido (Almería), el padrón municipal ha descendido en 3.386 personas en un año, seguido de Coslada (Madrid), Benalmádena (Málaga), Fuenlabrada (Madrid), Cádiz y Huelva, son los pueblos y ciudades en los que la población se redujo más entre 2017 y 2018, según el INE.

Todo lo contrario pasó en Madrid, Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Valencia, Mijas (Málaga), Palma, Getafe (Madrid) y Parla (Madrid), siendo los municipios que más población ganaron en el mismo periodo de tiempo.

¿Y dónde se van?

Madrid o Barcelona recogen gran parte de las inmigraciones producidas, lo que provoca un aumento de su población. El destino de las personas que se mueven tiene relación con su origen, como refleja la tabla publicada por el INE:

Despoblación

 

Para tener una visión real de cómo es este fenómeno en la actualidad en pueblos de las Castillas, Aragón o Extremadura, hay que ir a uno de ellos. En nuestro caso, fuimos a Tejeda de Tiétar, una localidad cacereña de unos 800 habitantes. Fuimos el fin de semana de sus fiestas, las de San Miguel. Desde el primer día ya se ve cómo van llegando los jóvenes y no tan jóvenes que han tenido que dejar su pueblo por distintas razones. Se junta todo el pueblo en un bar. Abrazos y besos de todos, pues todos se conocen y llevan tiempo sin verse. Los abuelos de los jóvenes, encantados.

Las fiestas, como tienen que ser: de sol a sol sin parar, precios populares, charangas, toros, feria y verbenas. Durante ese fin de semana el pueblo tiene un ambiente que ni se le acerca a cualquier otro. Sin embargo, llega el lunes y todo cambia. El pueblo vuelve a su normalidad. Los nietos se despiden de sus abuelos y sus amigos. Allí no pueden estudiar una carrera (tienen más accesible Madrid que Cáceres), no tienen equipo de fútbol, discotecas, ni siquiera un instituto de secundaria. Los menos jóvenes se quedan allí, dando vida a un pueblo que sobrevive gracias a ellos y que por nada del mundo van a dejar abandonado.

Mª Dolores Paniagua, alcaldesa de Tejada de Tiétar: “En 2003 el pueblo tenía 1100 habitantes y actualmente apenas llegamos a 700”

 

Tuvimos la oportunidad hacer una pequeña entrevista con la alcaldesa de este municipio, que además es la presidenta de la Mancomunidad de la Vera, una persona que lleva casi 20 años en este cargo y que está viviendo todo este proceso de migración y despoblación de la zona.

 

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