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periodismo universitario en internet

Las redes sociales y los TCA en los jóvenes

Trastornos de la conducta alimenticia

Ilustración Belén Martín

  • La televisión y las redes sociales están dejando una fuerte huella en la mentalidad de los jóvenes

  • Los TCA alcanzan los 400.000 casos en España

Las redes sociales no muestran nuestra verdadera apariencia, sino aquello que queremos que la gente vea de nosotros. Desde que en 2010 apareció Instagram, siempre se ha dicho que es una red social dedicada al postureo y que busca mostrar vidas perfectas de gente perfecta. Pero nada más allá de la realidad, Instagram junto con otras redes sociales han causado grandes problemas en la mentalidad en los jóvenes que los han llevado a sufrir graves trastornos de la conducta alimenticia, solo en España hay más de 400.000 casos.

En la actualidad, los TCA están recogidos dentro de la clasificación de padecimientos de salud mental y conllevan actitudes, emociones y conductas extremas hacia la imagen corporal y las conductas alimenticias, que traen graves consecuencias tanto a nivel emocional como social y físico. De hecho, es alarmante que sean uno de los trastornos de salud mental con mayor tasa de mortalidad.

Tal y como expresan los resultados del estudio piloto sobre El Vínculo de las redes sociales y el riesgo de trastornos alimentarios de Madelaine K. de Valle, «el uso de las redes sociales relacionado con la apariencia se ha relacionado con una imagen corporal más pobre y trastornos alimentarios, lo que requiere tratamientos que pueden interrumpir esta relación», esta declaración de resultados afirma que existe una íntima relación entre las redes sociales y los trastornos alimentarios, y que es necesaria una intervención psicológica que aleje ambas partes.

Instagram causó desde el primer momento un problema entre los usuarios de esta red social ya que creemos por cierto todo lo que vemos. Los cuerpos perfectos, la vida perfecta, las vacaciones perfectas… y aunque esta no es la realidad, nos quieren hacer creer que sí y lo consiguen. Cuando entramos a Instagram o TikTok, vemos un vídeo y pensamos ¿es así de guapo o está retocada? Normalmente es la segunda opción, pero aún así esto nos crea inseguridades en nosotros mismos y estas inseguridades son las que hacen que muchas personas acaben sufriendo enfermedades como la anorexia o la bulimia, dos de los tipos más frecuentes de trastornos de la conducta alimenticia entre los jóvenes.

Incremento significativo de los TCA en los últimos años

Es un hecho que los TCA se han visto incrementados en los últimos años, en España existen 400.000 casos de personas que sufren esta patología e incluso los expertos esperan que incremente hasta un 15% en los próximos 12 años, según datos de la Fundación Fita.

Si nos centramos en la anorexia y la bulimia, dos de las enfermedades más conocidas de este tipo, en el año 2020 estas alcanzaban los 79.202 casos, según un estudio de la web Statista. Sin embargo, existen otros muchos tipos de trastornos de la conducta alimenticia que son menos conocimos como el trastorno por atracón, la anorexia nerviosa o la vigorexia, entre otros.

 

Trastornos de la conducta alimenticia

Ilustración Belén Martín

 

No es casual que el aumento de casos se diese en el año 2020, y es que tras la pandemia las nuevas tecnologías así como las redes sociales, tomaron en nuestras vidas mucha más relevancia. Este aspecto provocó que durante la cuarentena, los Trastornos de la Conducta Alimentaria aumentasen en un considerable número de casos. “La pandemia fue un periodo de tiempo que, en general, afectó mucho de manera psicológica y a gente que nunca debería haber tenido un TCA, pero por su sintomatología lo desarrolló en ese tiempo” así expresa Javier Iglesias, psicólogo especializado en trastornos de la conducta alimentaria del centro Adalmed.

“Teníamos mucho tiempo para pensar, el aburrimiento era una gran fuente de ideas negativas. Para matar el aburrimiento se adicionaron mucho a redes sociales donde la gente comenzó a ver supuestos cuerpos idílicos que comenzaron a intentar seguir, además se pusieron bastante de moda las rutinas de ejercicio, lo que hizo que los indicios de TCA aumentasen, al no lograr conseguir esos idílicos cuerpos en un lapso de tiempo muy corto” prosigue Iglesias.

En una encuesta lanzada a usuarios de Instagram, un 76,4% de los encuestados afirma que las redes sociales no representan la realidad, un 95,3% afirma que los cuerpos en las redes sociales están estereotipados y un 85,8% admite conocer a alguien que sufre un trastorno de la conducta alimentaria. «La gente sube a las redes sociales todo lo mejor y lo bonito, no la realidad», explican en las respuestas.

La sociedad nos ha hecho crear unos estereotipos en nuestras cabezas que cuando un cuerpo se sale de lo «normativo» lo clasificamos como algo malo.  Este es uno de los ejemplos que nos hacen ver qué internet está cambiando la forma de comportarnos e incluso de construir nuestra propia identidad porque creemos que lo que vemos en la pantalla es lo real.

Apología de los TCA en internet

Con la llegada de Internet a España en los años 90 del siglo pasado, los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) irrumpieron por completo en cada rincón de la red. «Lo que al principio no eran más que tímidos foros donde se intercambiaban trucos para adelgazar eludiendo la vigilancia de médicos y familiares, se convirtió con el paso del tiempo en páginas web estructuradas en las que se hacía apología de la anorexia y la bulimia» así expresa Mònika Morales Jiménez, profesora de Publicidad y RR. PP. de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, cómo se produjo el inicio de los TCA en Internet en su libro Trastornos del Comportamiento Alimentario en Internet: De la blogosfera a las redes sociales (2010).

 

Trastornos de la conducta alimenticia

Ilustración Belén Martín

 

Por desgracia, actualmente esto sigue ocurriendo. Existen numerosos grupos de Telegram, en los que más de 700 participantes dialogan entre ellos y se ayudan a llevar malas conductas de alimentación incitando unos a otros a dejar de comer o vomitar lo que comen.

Los grupos se suelen llamar «Anorexia y bulimia» y se refieren todo el rato a estas enfermedades como «Ana y Mía», como si de personas se tratase. Se dan consejos sobre cómo ocultar a sus familiares y amigos la enfermedad, sobre cómo vomitar e incluso buscan recetas mágicas para bajar de peso. Además, mandan fotos de sus cuerpos para buscar la opinión de las demás participantes del grupo y en la mayoría de los casos obtienen respuestas muy negativas como: «te ves muy gorda» o «prefiero ser una princesa a una gorda como tú».

La observación de estos grupos nos ha llevado a descubrir blogs y foros qué personas con TCA crean para hablar sobre este tema y que tomen su ejemplo las demás personas (hablando siempre desde la creencia de que los TCA son una buena conducta). Además de estas herramientas, usan Pinterest como banco de imágenes para buscar inspiración de cuerpos que se asemejan a lo que sus cabezas conciben como su cuerpo ideal.

Pero la búsqueda de estas imágenes no es fácil, ya que la aplicación cuando introduces palabras relacionas con los TCA actúa mandando un mensaje de ayuda y bloquea el contenido. Para llegar hasta estas imágenes, los participantes de los grupos de Telegram mandan una serie de palabras clave con las que el buscador de Pinterest no bloquea el contenido.

La libertad que nos dan las redes sociales es un gran factor de riesgo

A partir de lo observado, podemos afirmar que las redes sociales tienen una gran relación con los TCA y suponen un gran factor de riesgo. A través de las publicaciones se generan comparaciones entre los usuarios y existen herramientas de feedbacks, que hacen que se animen unos a otros, avivando aún más el problema.

 

Trastornos de la conducta alimenticia

Ilustración Belén Martín

 

El hecho de publicar libre y gratuitamente contenidos, ideas propias y opiniones contribuye a que se creen áreas de comunidades, tal y como ocurre en los grupos de Telegram, los miembros interactúen y conversen libremente entre sí, haciendo que se sienten parte de un grupo donde se sienten apoyados y comprendidos. Estos grupos convierten los TCA en aspectos cotidianos y no son tratados como enfermedades mentales, normalizando la situación e incluso reforzando las conductas patológicas.

Todos deberíamos tener acceso e ir al psicólogo

Muchas personas están sufriendo un TCA por culpa de todo lo mencionado anteriormente, y lo alarmante es que muchas de ellas no lo saben. Cuando un paciente acude al psicólogo “porque se siente mal o porque cree que no está bien” en muchos casos no esperan que les den ese diagnóstico porque tienen ciertas conductas tan interiorizadas que no ven reflejado el problema y en cierto modo se niegan a aceptarlo.

A Gala le detectaron un TCA hace unos años, «fui un día al psicólogo de la seguridad social porque me sentía mal conmigo misma pero no imaginaba que me darían ese diagnóstico. A partir de ahí me empecé a dar cuenta de que quizá había actitudes que reflejaban un problema, pero estaban tan normalizadas que no lo veía hasta que me lo dijo un especialista. Buscamos un psicólogo fuera de la seguridad social, ya que todos sabemos el problema que hay con la seguridad social, que me examinó y determinó una serie de pautas que tenía que seguir para mi recuperación, al principio me costó mucho aceptar que mi desarrollo no era lo lógico en una adolescente corriente. A día de hoy, lo llevo con toda la naturalidad con la que puede tratarse una enfermedad mental, pero me sigue costando hablar de ello con la gente cercana a mi vida porque, en cierto momento, me niego a aceptarlo”. 

Es aquí cuando nos damos cuenta de que es necesario un mayor conocimiento sobre los TCA pero también sobre todas las enfermedades mentales y quitar de una vez el prejuicio o tabú que se tiene sobre estas. Es necesario ir al psicólogo, todo el mundo debería poder tener acceso este  y todo el mundo debería tener la oportunidad de curarse, sea la enfermedad que sea.

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