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periodismo universitario en internet

La adaptación del Ejército a los nuevos tiempos

Ejército, evolución, organización, maniobra

Misión en Letonia / Instagram Daniel Santamaría

  • Con el paso del tiempo, los requisitos y actividades del Ejército han cambiado, al igual que su obligatoriedad y el papel de la mujer en él

  • Las Fuerzas Armadas cuentan con 120.000 soldados activos y 15.000 efectivos en reserva

Si hablamos del Ejército, a muchos ciudadanos españoles se les vendrá a la cabeza el antiguo servicio militar obligatorio, más conocido popularmente como mili. Antiguamente, durante el reinado de Felipe V y alcanzada la mayoría de edad, los hombres abandonaban sus hogares para formarse en esta actividad, donde aprendían una serie de aptitudes militares cada año para ampliar las tropas de reserva. Muchos piensan que esto debe volver porque consideran que les ayuda a mejorar como persona, además de contribuir a la nación. Sin embargo, otros piensan que no. Pero, ¿sigue todo igual? ¿Cómo ha evolucionado? ¿Cómo funciona internamente? Y, lo más importante, ¿cómo sentó la llegada de la mujer a este ámbito?

 

Evolución de las Fuerzas Armadas

En el año 1770 se presentó por primera vez en España el servicio militar obligatorio, que obligaba a los hombres españoles mayores de 18 años a viajar a los cuarteles del Ejército durante varios meses para experimentar la vida militar, algo que fue cambiando con el paso del tiempo. La duración de la estancia ha ido cambiando a lo largo de  estos  doscientos años. Antes, la estancia total era de 24 meses (dos años), pasando a abarcar 18 meses para, finalmente, quedarse en 9, lo que conllevaba que el único momento donde se abrían las puertas a los más allegados era, solo, durante la jura de la bandera.

Pero, como ocurre en la mayoría de los casos, todo llega a su fin. En 2001 y tras 231 años de existencia, el servicio militar obligatorio fue derogado por el gobierno, pasando a ser profesional, es decir, por la participación voluntaria de los ciudadanos. Todo esto ocurrió el 9 de marzo de ese mismo año, concretándose unos meses después, el 31 de diciembre.

Ejército, evolución, organización, maniobra

Antiguo servicio militar obligatorio / Revista Ejército

Aún así, este tema ha provocado mucha controversia entre la población. Mientras muchos varones aseguran que guardan un grato recuerdo de la mili, otros la valoran negativamente, ya que no le ven mucha utilidad. En este debate entran también aquellos que quedaron exentos de realizarla por excedente de cupo.

Sergio Mena, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y antiguo editor de la página web del Ejército del Aire, considera que hacerla obligatoria «produce rechazo», el cual desaparece «siendo profesional», lo que ayuda a que «las personas están mejor preparadas y dotadas». Por su parte, Daniel Santamaría, soldado, piensa que si volviese a ser obligatorio como antes, «supondría una buena salida» para los jóvenes, quienes «podrían aportar una profesión o vocación» en el mismo, además de «disciplina, lealtad y compañerismo». 

 

Organización

Pero nuestro país no es el único que cuenta con un órgano como este entre sus filas. Y es que, según la lista Global Fire Power, España ocupa el puesto número 19 de los 142 recogidos y que lidera Estados Unidos, con 120.000 soldados activos, además de 15.000 efectivos en reserva. 

Todos ellos y tal como afirmaba Mena, «no es censura como tal»  sino que mantiene una cierta «prudencia»  a la hora de informar a los ciudadanos de lo que ocurre dentro, pues este «es un tema delicado y hay que tener mucho cuidado para saber qué es lo que se dice y lo que no se dice». Añade que los medios «hacen un muy buen trabajo y son bastante transparentes, pero siempre con una limitación que es la lógica dentro de las Fuerzas Armadas».

Ahora bien, tal y como detalla el Boletín Oficial del Estado, las Fuerzas Armadas se organizan en dos estructuras, una orgánica, encargada de la preparación, y una operativa, consistente en el empleo de las misiones apoyadas. Además, la primera posibilita la generación de la estructura operativa, mientras que la operativa se apoya en la unidad de mando y en los criterios que la llevan a la consecución de los objetivos.

 

 

Es por ello que, para que ambas funcionen correctamente, se deben unificar los servicios que no tienen que ver directamente con el Ejército organizándose, también, de manera centralizada y atendiendo a los mismos. 

Siendo esta una profesión muy valorada, uno de los temas que también suele salir a relucir cuando es nombrada, es el sueldo, el cual depende del rango que ocupa cada trabajador y de sus diferentes complementos y habilidades. En primer lugar, podemos hablar del líder de las Fuerzas Armadas españolas, el Rey Felipe VI, al que le siguen los funcionarios militares de categoría A1, como el capitán general; después, los suboficiales y los funcionarios que forman parte de la categoría A2, como el sargento. Finalmente, nos encontramos a la tropa y a la marinería. Para poner un ejemplo, podemos ver que un teniente coronel gana más que un capitán: 38.500 euros frente a 33.623. 

Pero centrándonos en el sueldo de un militar como tal, depende del de la base de su rango militar del A1 hasta el C2 y de las retribuciones complementarias. Según cuenta Daniel Santamaría, no está bien equilibrado puesto que «los militares como fuerza y ​​​​cuerpo de seguridad del Estado deberían estar al mismo nivel que los demás cuerpos de seguridad».

 

Requisitos para entrar en el Ejército

A la hora de formar parte de las Fuerzas Armadas se necesita cumplir una gran lista de requisitos y pasar por diferentes procesos. Hay plazas a las que se puede acceder según la especialidad, el físico, el nivel académico… al igual que el destino y el tiempo de duración. Pero antes de pasar por este proceso de selección, hay que cumplir con una serie de requisitos mínimos.

En primer lugar, deben tener la nacionalidad española, más de 18 años el día que se incorporan al centro, y no haber cumplido antes de ese día los 29. En segundo lugar, respecto a las condiciones físicas, hay que medir como mínimo 1,55 cm las mujeres y 1,60 cm los hombres, y en ambos casos no superan los 2 m. Además, no deben llevar piercings ni tatuajes que vayan en contra de los valores constitucionales o de la propia Armada. 

 

 

Una vez comprobados todos estos factores, se pasaría a realizar las pruebas de ingreso que se dividen en dos, las teóricas y las físicas. La primera fase también está dividida en dos, una en la que se realizan pruebas relacionadas con los valores del integrante, y otra que se realiza mediante una prueba tipo test donde se comprobarán capacidades y razonamientos, entre otros factores. Una vez superadas, se sumarán las obtenidas en ambas y si son aptas, es cuando se pasa al siguiente nivel que son las pruebas físicas. En ellas se evalúa el estado físico mediante un examen médico y pruebas de aptitud física. Las pruebas son: salto de longitud sin carrera, abdominales, flexiones de brazos y carrera de ida y vuelta. Las pruebas son las mismas tanto para los hombres como para las mujeres, pero cambia el número de repeticiones, las distancias y el tiempo.

Una vez que el militar ingresa, realiza una prueba de acceso, «no hay una reserva de trabajo como tal», como dice Daniel Santamaría, sino que «lo principal es el arma y realizar las pruebas de acceso para especializarte en ella». Añadiendo que él se encuentra «en los carros de combate, entonces solo me especializo en mi arma».

 

Maniobras y preparación para un posible conflicto bélico

Muchas son las maniobras que estos cuerpos realizan a la hora de entrenar y preparar a todos los integrantes de sus filas. Es aquí donde podemos diferenciar entre las armas individuales, los ejercicios de aplicación y de seguridad, las prácticas, ya sean de buceo, de boga y de montaña, dejando para el final los saltos paracaidistas. 

Ejército, evolución, organización, maniobra

Daniel Santamaría en una misión / Daniel Santamaría

Todos ellos son complementarios a las actividades principales, pero permiten que los militares estén en condiciones de integrarse en las distintas unidades que componen estos grupos. Además, el conjunto al completo participa en diversos ejercicios mezclándose unos con otros. Esto es con el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. 

Cabe destacar también el ejercicio anual de unidad, en el que participa toda la Guardia Real con una doble finalidad: instruir y proyectar su imagen para darse cuenta a conocer por todo el país. 

Muchos de nosotros vemos en los diferentes medios de comunicación, ya sean escritos o audiovisuales, a los integrantes de los cuerpos que luchan, pero apenas conocemos qué es lo que ha pasado antes de que esto preceda. Nada más y nada menos que una preparatoria previa de seis meses de duración, la cual varía dependiendo del sitio al que acuden. 

Un ejemplo es el que nos relataba Santamaría: «Hay una preparatoria previa que dura seis meses, dependiendo del sitio a donde nos desplacemos, y realizamos muchas maniobras y ejercicios basados ​​en Letonia, que está enfocado en los carros de combate». 

Ejército, evolución, organización, maniobra

Soldados preparando la misión / Daniel Santamaría

Del mismo modo, los militares deben realizar una serie de actividades rutinarias de forma diaria. Daniel Santamaría explica como «a primera hora realizamos actividad física para siempre estar en pleno rendimiento físico. Después, en el día a día nos preparamos con conocimiento del medio. Hacemos prácticas de tiro y realizamos cursos para especializarnos en las armas que tenemos». 

 

La incorporación de la mujer

El papel de la mujer también ha ido cambiando durante todo este período de tiempo. Y es que, tal y como está la actualidad, raro es que no se pueda hablar de ella en cualquier ámbito. Su entrada se produjo hace poco más de 30 años, en febrero de 1988, lo que supuso un hito en el tema de la igualdad, pues siempre que se piensa en el Ejército, lo más fácil es recurrir a la figura del hombre. Pero, afortunadamente, esta situación ha cambiado con el paso del tiempo y se puede comprobar con datos. Hace cuatro años, en 2018, estas representaban el 12,7% de los efectivos de las Fuerzas Armadas, según los datos aportados por el Observatorio Militar para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (0,1% en 1991). 

Ejército, evolución, organización, maniobra

Porcentaje de mujeres / Observatorio militar para la igualdad entre mujeres y hombres

El periodista Sergio Mena reconoce que existe una mayor presencia de la mujer actualmente, teniendo en cuenta que «la primera experiencia en el ejército en el año 2000 la presencia de la mujer era residual. A día de hoy, el porcentaje es muchísimo mayor y tiene muchísimos más puestos de responsabilidad». Confiesa, también, que «a lo mejor todavía es insuficiente, pero que si se hace más atractiva la entrada de la mujer, responderán».

Refiriéndonos a los cargos, el 16,4% ocuparon el escalafón de tropa y marinería, mientras que el 9,2% son oficiales; las suboficiales, el 5,1%. Además y, según la OTAN, nuestros cuerpos cuentan con más de 15.000 mujeres entre ellas, solo superados por Francia y, de nuevo, Estados Unidos. 

En el año 2019 por primera vez en España una mujer ocupó el cargo de general de brigada en el Ejército de Tierra. Patricia Ortega fue la primera mujer general de España. Otra es Rosa García-Malea López, que se convirtió en la primera mujer española en pilotar un caza del Ejército Español y formar parte de la Patrulla Águila desde el 2017. Además, en 2007, se convirtió en la primera mujer en pilotar un F- 18 y ha participado en numerosas misiones internacionales, entre las que destaca la Guerra de Libia. Por último, cabe destacar a Esther Yáñez, capitana de fragata y primera mujer en ingresar en la Armada Española y dirigir un barco de guerra. Entre sus misiones, destaca su participación en ayuda humanitaria en Centroamérica en 1998 después del huracán Mitch.

Ejército, evolución, organización, maniobra

Patricia Ortega / The Objetive

En el Ejército Español, las mujeres pueden elegir cualquier escala y cuerpo de élite, cosa que no ocurre en otros países. Cada vez más, se trata de encontrar un mayor equilibrio entre las militares, permitiéndoles ser madres y desempeñar este trabajo como  sus compañeros. Tal como señala Santamaría «las mujeres están bien incorporadas en el mundo militar porque realizan los mismos trabajos que todos los compañeros, los mismos cursos y las mismas funciones. Ellas también son tiradoras, conductoras y cargadoras de carros de combate». 







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