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La importancia de la salud mental materna y perinatal

 

Ilustración de madre con su bebé

Ilustración de madre con su bebé / Natalia Linguori

  • «Si estamos realmente convencidos de que los niños son el futuro, la única manera de tener
    niños y niñas sanos es cuidar a sus madres»
  • La etapa del embarazo puede aumentar la vulnerabilidad de las mujeres a desencadenar trastornos mentales como la ansiedad o la depresión. 

Desde 2016 se conmemora el día de la ‘Salud Mental Materna’ cada primer miércoles de mayo con el objetivo de concienciar a la población, reclamar más recursos para prevenir, detectar y aplicar el tratamiento adecuado a los trastornos mentales perinatales que puedan surgir durante el embarazo o el posparto y animar a las madres que lo sufran a pedir ayuda.

Laura Núñez (Ávila, 1993), psicóloga sanitaria y terapeuta especializada en trauma, señala que el cerebro de una madre cambia y se transforma durante el embarazo y hasta varios años después del parto. «El cerebro y el cuerpo de una mujer durante el embarazo se preparan para criar a un bebé. A este proceso se le llama matrescencia», cuenta.

La etapa del embarazo puede aumentar la vulnerabilidad de las mujeres a desencadenar trastornos mentales como la ansiedad o la depresión. ‘La Organización Mundial de la Salud’ (OMS) informa que el 25% de las mujeres desarrolla un malestar psíquico durante el embarazo y 1 de cada 5 madres primerizas experimenta ansiedad o depresión tras el parto.

«Apostamos muchísimo por la salud mental perinatal porque sabemos que si la madre está bien durante el embarazo y durante el parto es una garantía de que por lo menos el bebé viene en las mejores condiciones posibles», explica Teresa Escudero (Madrid, 1974), médica de familia y pediatra de atención primaria.

La mujer experimenta diferentes cambios a lo largo del proceso de convertirse en madre, según Núñez, al principio puede darse una situación de confusión entre la satisfacción y la preocupación por perder libertad por el embarazo; a medida que avanza el embarazo la madre comienza a desarrollar una nueva identidad y comienza a desarrollar una actitud afectiva hacia el bebé; y cuando se acerca el momento del parto puede experimentar ansiedad por todo lo que vendrá después.

María Teresa Pérez, nacida en Andújar (Jaén) en 1964 y madre de 2 hijas, sufrió depresión posparto en sus dos embarazos: «Cuando tienes la obligación de tener un ser humano a tu cargo te cambia la vida por completo. Durante mi primera depresión posparto tenía muchas ganas de llorar, pensaba que no estaba a la altura y me daba mucho miedo que mi hija se pusiera mala.
No sentía arrepentimiento por haber tenido un bebé, pero por momentos no me sentía segura. Mi segunda depresión posparto fue 11 años después. Al principio estaba muy desganada porque no quería volver a sentir ese vacío, pero fue completamente diferente, el miedo esta vez era por si me pasaba algo a mí en vez de a mi hija. Me daba miedo morirme o que pasara cualquier cosa que me separara de mis hijas y no poderlas ver crecer. Empezaba a imaginarme escenarios catastróficos que me hacían entrar en pánico».

El posparto, un periodo intenso de emociones

El posparto usualmente se considera que comprende desde el momento que finaliza el parto hasta las 6 semanas posteriores pero, según la psicóloga Laura Núñez, puede durar hasta dos años e incluso más dependiendo de la vivencia de algunas mujeres.

«En este periodo se experimentan emociones intensas. La mujer se sumerge en sí misma y su bebé y ella siguen siendo uno. Si todo va bien, la mamá va a enamorarse del bebé, pero a veces el vínculo comienza inmediatamente y a veces necesitan más tiempo y eso está bien», cuenta Núñez.

Depresión posparto y Síndrome de Estrés Postraumático

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Ilustración sobre la depresión posparto en una mujer / Itema

El cerebro fetal es el órgano más sensible al estrés en el embarazo, indica Núñez, por lo que el malestar de la madre afectará al bebe. «Tanto si sufre depresión posparto como Síndrome de Estrés Postraumático la experiencia de la maternidad se verá afectada y esto puede afectar al desarrollo del bebé hasta hacerlo más vulnerable a futuras patologías», cuenta.
El Informe Euro-Peristat (2015-2019) indica que los resultados negativos del embarazo pueden tener efectos prolongados en la salud mental materna y relacionarse con morbilidad en etapas futuras de la vida
El estrés postraumático es un estado de hiperactivación, señala Núñez, en el que la madre puede tener pesadillas y estar alerta, mientras que la depresión posparto es un estado de hipoactivación en el que las consecuencias son la tristeza, la desesperanza, la falta de motivación e incluso la aparición de ideas suicidas. Estas situaciones también pueden tener consecuencias con el bebé como distanciamiento, poca interacción o incluso ningún contacto visual con el recién nacido y desatención de sus necesidades. «Todo esto ocurre en un momento importantísimo para la criatura, que va a empezar a desarrollar sensaciones relacionadas con su autoconcepto, es decir, un bebé cuyas necesidades no son atendidas puede aprender, por ejemplo, que no es importante», cuenta Núñez.

«No vuelves a ser igual después de ser madre. A nivel cerebral durante todo el embarazo se han producido cambios que te inspiran a cuidar. Si después ese cuidado te sobrepasa es un riesgo de depresión. El mayor riesgo de depresión posparto es la soledad física y psíquica, es decir, el sentir que no hay nadie que te pueda ayudar y el sentir que no hay nadie que esté teniendo la misma experiencia que tú», relata Escudero.

Núñez señala: «La depresión posparto está infradiagnosticada y es importantísima la prevención desde el embarazo. En cuanto al estrés postraumático las cifras son alarmantes, parece que el 4% de las madres desarrolla el trastorno completo y entre un 18 y un 40% desarrolla síntomas parciales».

En Francia y en Reino Unido una matrona realiza una visita dos días posteriores al parto para revisar el estado físico y psicológico tanto del bebe como de la madre, indica Escudero, para comprobar si están comiendo bien, si cicatrizan los puntos del parto si los hubiera, revisar como va la lactancia materna y comprobar como está el estado psicológico de la madre. «Con la visita de una matrona se podría detectar de manera temprana si hay más riesgo de depresión posparto en esta madre», cuenta.

El calor de otras madres

«Durante el posparto hay que valorar cómo está la madre física y emocionalmente, abrir
espacios de grupos donde se sientan iguales ante otras madres y escuchar», indica Gemma Olivera (Granollers, 1976), matrona y asesora en lactancia materna.

Las tres expertas señalan la importancia de la terapia compartida y los grupos de crianza en los que las madres ponen en común sus experiencias y relatos. Foros como ‘El parto es nuestro’ o ‘Mamá importa’, menciona Núñez, invitan a las madres a relatar sus vivencias. «Incluso, a veces, solo con leerlas resultan beneficiosas para otras madres», añade Escudero.

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Terapia grupal de mujeres en el posparto / Psicología y mente

«Al final todo pasa, pero son emociones que solo se pueden entender cuando las vives y en muchas ocasiones me he sentido muy egoísta por echar de menos mi vida antes de tener hijos, pero estar acompañada de mucha más gente me ayudó muchísimo», relata María Teresa Pérez.

Escudero reclama recursos ‘reales’ y destaca la necesidad de una formación en salud mental para los profesionales Sanitarios y la importancia de escuchar a las personas que están sufriendo. «Las personas con sufrimiento tienen su propia voz y necesitamos saber que necesitan. Si estamos realmente convencidos de que los niños son el futuro, la única manera de tener niños y niñas sanos es cuidar a sus madres», añade la experta.

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